Día 2: Aquisgran y Monschau
Después de un copioso desayuno en el hotel nos pusimos en marcha. Hoy teníamos 240 km en total. Nuestra primera parada era Aachen (Aquisgran) que se encontraba a 85 km de nuestro hotel. Después de orientarnos con nuestro mapa y sacar un recorrido por Google, nos volvimos a adentrarnos por esas carreteras de Alemania.
Contaros que desde la unificación de las dos Alemanias lo primero que hicieron fue hacer autopistas y por eso te das cuenta de que para ir a cualquier sitio, hay varias carreteras (autopistas y carreteras secundarias) que te llevan hasta el lugar que quieres ir.
En Alemania hay autopistas que no tienen limite de velocidad y no veas que pasadas te pegan y con que coches, otras autopistas con limite de velocidad a 130 km y otras las que aquí llamamos nacionales que también tienen limite de velocidad. Los alemanes por nuestra experiencia tienen otra visión de ver las normas de circulación distinta a nosotros. Ellos pueden ir a 190 km pero como aparezca una señal de límite de velocidad a 120 km se quedan clavados a esa velocidad. Si te pones a adelantar en esas carreteras que no tienen limite de velocidad y viene otro vehiculo por detrás adelantando, se queda detrás de ti hasta que te apartas y continúan. Eso en España no ocurre normalmente, te dan las luces y cuando te adelantan te llaman de todo.
Bueno cogimos la A44 que era la autopista que nos llevaba hasta Aquisgran. Una vez llegado allí, aparcamos. En Aquisgran, como en todas las ciudades o pueblos que visitamos es zona azul y hay que poner ticket.
Aparcado el coche nos adentramos buscando la Catedral.
Yendo por las calles de Aquisgran nos encontramos con un monumento curioso. Es una flor que se abre y cierra. No se aprecia muy bien pero es una fuente.
Desde aquí ya entramos en una calle peatonal que nos va a llevar hasta la catedral y el ayuntamiento y vimos algo que ya vimos en nuestro viaje a Berlín. Son estos puestos ambulantes de salchichas que llevan los vendedores colgando.
La catedral de Aquisgran es considerada la catedral más antigua del norte de Europa. Su origen se remonta a una capilla palatina construida por el emperador Carlomagno a finales del siglo VIII. La belleza es impresionante.
Nada más entrar y bajar por sus escaleras te encuentras con un mosaico fascinante.
La Capilla Palatina es un edificio de dos plantas coronado por una cúpula. Su planta, como corresponde a un edificio destinado a albergar una importante reliquia religiosa en su interior, es una planta centralizada, formada por un octógono circundado por un hexadecágono. Entre ambos polígonos se forma un deambulatorio, delimitado por columnas elaboradas con mármol rojo y pórfido de Rávena y Roma.
En el centro del octógono se encuentra un candelabro de cobre, obra maestra de la artesanía románica, regalo del emperador Federico I Barbarroja.
Ya en el altar mayor, la belleza te deja extasiado. Este está decorado con valiosas hojas de oro costeadas por Enrique II y unas preciosas vidrieras.
Y en él se encuentra el Relicario de Carlomagno, donde se encuentran los restos del mismo. Este se cree fue elaborado a principios del siglo XIII.
Saliendo de la catedral y por un lateral se sube a la torre desde donde hay unas vistas fantásticas.
Aqui teneis de izquierda a derecha el ayuntamiento, la calle por donde se sube a la torre y el claustro de la catedral.
Pero lo que tiene de particular esta torre es que como hay una escalera de subida y otra de bajada, cuando bajas te pasan por una sala donde se encuentra el Trono de Carlomagno. Este modesto trono compuesto por plaquetas de mármol sirvió para coronar gobernantes alemanes.
Al lado de la catedral se encuentra el Ayuntamiento, construido sobre las ruinas del Palacio de Carlomagno. La visita es de pago pero nosotros tuvimos la suerte de que debía ser fiesta y pudimos verlo por dentro sin pagar.
Las salas están muy bien y tienen una decoración muy suntuosa.Os dejo fotos de su interior.
Además en una de las salas del ayuntamiento se encontraban las joyas de Carlomagno.
Delante y detrás del ayuntamiento había un mercadillo en el que se vendía de todo y había exhibiciones.
Así como puestos de comida donde ya viendo la hora que era nos pusimos a comer, todavía nos quedaba un tramo de 36 km para llegar a Monschau. Todo buenísimo.
Desde aquí recogimos nuestro coche y nos dispusimos a coger la carretera B258 que nos llevaba a Monschau.
Esta carretera hay un tramo que atraviesa Bélgica. El paisaje es muy bonito pero aquí os tengo que hacer una recomendación ¡¡ OJO CON EL LÍMITE DE VELOCIDAD!! Hay tramos que el limite es a 50km respetadlo escrupulosamente, sobre todo en las entradas a los pueblos y en los cruces con otras carreteras, hay RADARES. Te los encuentras de frente. Os lo digo por experiencia me saltaron 2 veces una en el tramo de Alemania y otra vez yendo pendiente para ver donde me salto, en el tramo de Bélgica.
Después del cabreo del radar, entramos en el pueblo de Monschau. Como en Aquisgran el aparcamiento es zona azul y hay que poner Ticket. Lo puedes pagar por fracciones horarias o por todo el día.
Monschau es un pueblecito encantador con unas casas de madera que se asemejan a las casitas de los cuentos de hadas. La atraviesa el río Ruhr. Es típico además de sus casas, por su mostaza, complemento ideal para acompañar a las salchichas, tienen de muchísimos sabores.
Desde donde dejamos aparcado el coche, había un paseíto hasta el pueblo y el paisaje, juzgar vosotros mismos.
Os dejo fotos del pueblo decidme sino es de cuento.
Esta última foto es la Rote Haus ("Casa Roja"), una enorme casa de estilo barroco que perteneció a una familia noble local y que actualmente es museo.
Después de probar infinidad de tipos distintos de mostaza compramos algunos frascos para consumo propio y para regalar. Tened en cuenta que son frascos de porcelana y si vais justos de equipaje pesan un poco cada uno. Los hay también de plástico, pero no son tan bonitos.
Después de pasear y relajarnos por este pueblo de cuento había que volver por la carretera B258 hasta llegar a la autopista A44 y coger dirección Aachen/Düsseldorf, teníamos por delante 112km.
Llegados a Düsseldorf, aparcamos el coche en el hotel, nos fuimos a pasear al casco antiguo y a cenar por allí.
Mañana será otro día mas ajetreado que hoy con bastantes más kilómetros.