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BLYDE RIVER CANYON

BLYDE RIVER CANYON ✏️ Diarios de Viajes de Sudáfrica Sudáfrica

África en general siempre había sido un continente que nos imponía respeto. Y Sudáfrica en concreto, nos infundía pavor. Con esa fama de país peligroso, donde parece que el turista es carne de cañón. Con cinco atracadores en cada esquina esperando...
Espitoni Autor:   Fecha creación:   Puntos: 5 (1 Votos)

Diario: 15 DIAS DE NOVIEMBRE DE 2012 POR SUDAFRICA

Puntos: 5 (23 Votos)  Etapas: 8  Localización:Sudáfrica Sudáfrica

África en general siempre había sido un continente que nos imponía respeto. Y Sudáfrica en concreto, nos infundía pavor. Con esa fama de país peligroso, donde parece que el turista es carne de cañón. Con cinco atracadores en cada esquina esperando al incauto guiri que por alguna oscura razón se ha aventurado a visitar su país. Siempre me preguntaba como funcionaba lo de los atracadores. ¿Cada uno tiene su esquina asignada o las comparten?. Y en este caso, cada uno tiene su horario fijo, o el primero que llega tiene preferencia y los demás se van poniendo en cola esperando su turno.
Un día que andaba aburrido me sorprendí leyendo un diario que alguien acababa de publicar, narrando su reciente viaje a Sudáfrica. Me dije, será algún loco, o un miembro de algún comando especial que ha ido allí para entrenarse. Resultó que no, que era un turista normal y corriente. Y lo más sorprendente es que parecía haber vuelto a casa de una pieza.
Yo buscaba un relato de aventuras trepidantes huyendo de atracadores, asesinos y malhechores varios de la más baja ralea. Pero me encontré con un bonito relato de animales. Animales que circulaban libremente por su habitat natural. Y lo mejor es que cualquiera podía verlos tranquilamente desde su coche, a unos metros de distancia.
Me picó la curiosidad. Aquello parecía muy interesante y sobre todo diferente a los viajes que habíamos hecho hasta ese momento. Empecé a leer un poco sobre el país. Más por curiosidad que por convicción. Siempre había leído que eso de hacer un safari resultaba carísimo. Que era imposible hacerlos por cuenta propia y que hacerlos organizados por una agencia encarecía muchísimo el precio. Nuevamente me llevé una sorpresa. En el Kruger, el parque del que todo el mundo hablaba, la gente iba a su aire, sin necesidad de ir acompañado de un conductor, tres guías, cinco ojeadores, y doce porteadores. Y el precio del alojamiento no se salía del presupuesto.
De esta manera, sin saber como ni porque, me encontré preparando un viaje a Sudáfrica. Lo más divertido fueron las reacciones de la gente cuando les decíamos que nos íbamos a pasar dos semanas a Sudáfrica. El comentario más habitual fue “estáis locos”, combinado con un “aquello es muy peligroso”. El que nos llegó al corazón porque demuestra el cariño que nos tiene la persona que lo emitió (prefiero no decir quien es) fue “me gustaría ser el beneficiario de vuestro seguro de vida”. Si es que lo más bonito de este mundo es ver como los amigos se preocupan por uno.
Recopilando información sobre nuestro destino y dando explicaciones a nuestras familias, amigos y conocidos, de que pensábamos volver enteritos, llegó el día de la partida. En esta ocasión la compañía elegida fue British Airways. El motivo; el de siempre; eran los más baratos. Palma – Johannesburg, ida y vuelta para dos personas, 1.240 euros en total, incluyendo dos escalas, una en Madrid y otra en Londres. Algo absurdo lo de subir hasta Londres para volver a bajar y deshacer el camino. Pero volar directos desde Madrid a Johannesburg salía por un pico.
Algún día me gustaría que un dirigente de una compañía aérea me explique como fijan los precios de los billetes. Cuantos más vuelos y escalas incluye un billete más barato resulta. ¿Cómo es posible que un billete Madrid – Johannesburgo, pasando por Londres, resulte más barato que un Londres – Johannesburgo?. No hay truco, era la misma compañía, y las mismas fechas y horarios. El mismo vuelo. Y añadir el billete de Palma a Madrid eran sólo 15 euros más por persona. Estuve tentado de incluir cuatro o cinco escalas más. Siguiendo la lógica de las compañías aéreas, el billete debería salirme prácticamente gratis. Pero pasar cuatro días de aeropuerto en aeropuerto antes de llegar a nuestro destino no me pareció la mejor manera de empezar unas vacaciones.
El vuelo PMI – MAD (operado por Iberia) salió a las 10, con media hora de retraso. Llegamos a las 11:30. En la T4 tuvimos que coger un tren que nos trasladó a la T4S. Entre una cosa y otra tardamos una media hora. El MAD – LHR salió puntual, a las 14:10, llegando a Heathrow a las 16:00. Para nuestra sorpresa en Londres tuvimos que volver a pasar un control de pasaportes y de equipaje. Eso nos obligó a bebernos antes de pasar el control, una botella de agua y una coca cola que llevábamos en la mochila. Obligar, no nos obligaron, podíamos haberlas tirado. Pero antes que tirarlas reviento. No entiendo el sentido de ese control. Ya lo habíamos pasado en Palma, y no habíamos salido del aeropuerto. Pero lo mejor estaba por llegar. En el escáner detectaron un artefacto peligroso en el bolso de mi mujer. Empezaron a hacernos preguntas para averiguar que era lo que habían visto. Una pregunta, y otra, y otra, y así un buen rato. Gracias a nuestro entrenamiento para resistir los más duros interrogatorios, conseguimos mantener oculto nuestro oscuro secreto. Yo alucinaba, no entendía que querían conseguir con tanta pregunta, que les dijésemos, que llevábamos una bomba de relojería de última generación. Porque no se dejaban de tonterías y abrían el bolso. Mira tú que es fácil. Tardaron, pero al final les llegó la inspiración y se decidieron a abrir el bolso. Por lo visto el problema era una libreta con un bolígrafo. Los que nos conocen saben que esa libreta es un arma mortal en nuestras manos. Menos mal que ellos no nos conocían. Pero debieron sospechar algo, porque antes de dejarnos seguir le hicieron la prueba de explosivos al bolso de mi mujer. Algo lógico por otra parte, ya que todo el mundo sabe que en el Duty Free de Iberia se pueden comprar toda clase de armas y explosivos. Para mi gusto, en la carta hay poca variedad de detonadores, pero bueno, es un avión, y supongo que tampoco se puede pedir más. Cuanto más lo pienso más ridícula me parece la situación. Ah, y además nos hicieron coger otro tren para ir a puertas de embarque B. Menos mal que íbamos sobrados de tiempo. El lado positivo de todo esto es que pasamos un rato entretenido, y la espera en el aeropuerto se nos hizo más corta.
Por fin el último vuelo, LHR – JNB. También salió puntual, a las 18:00, y llegó a su destino a las 07:00. En total 11 horas de vuelo en un avión enorme de dos plantas y diez asientos por fila. La sensación que tuve es que el espacio entre los asientos era ligeramente más amplio que en los aviones normales. Con pantalla individual. Nos sirvieron la cena y desayuno. La primera no estuvo mal, sin olvidar que se trata de comida de avión. En cambio el desayuno fue horroroso. Entre medias vimos una película. Había cuatro en español. Mejor dicho, en latino. Optamos por Men In Black III. Tiene su gracia oír a Will Smith hablando con acento sudamericano. Y después a dormir. Mejor dicho a intentar dormir. Unas cuantas cabezadas. Dormí más bien poco esa noche.
En el control de pasaportes había una cola tremenda. Nos fijamos en que casi todo el mundo llevaba un formulario blanco. Nosotros no lo teníamos. Ni siquiera sabíamos de que se trataba. Intenté aparentar tranquilidad, como si aquello no fuera nada. No quería poner nerviosa a mi mujer. Pero la verdad es que estaba muy intranquilo. Podía imaginarme la escena. Cinco policías armados hasta los dientes, apuntándonos con unos pistolones del doce antes de detenernos por intentar entrar en el país de manera ilegal. Y nosotros con cara de bobos y sin entender ni una palabra. Por suerte, la cola avanzaba a un ritmo muy alto, y antes de que pudiese imaginar como sería el interrogatorio en comisaría, llegó nuestro turno. Al final mi pesadilla no llegó a materializarse. Ni comisaría, ni policía ni nada. Ni tan siquiera nos pidieron el dichoso papelito. A estas alturas sigo sin saber de que se trata.
Por fin estábamos en Sudáfrica. Reventados tras 11 horas sin pegar ojo, pero con unas ganas locas de empezar a disfrutar del país.
Lo primero que hicimos fue cambiar dinero. En Sudáfrica todo se paga en rands, nada de euros ni dólares. Cambiamos 200 USD, por los que nos dieron R2.354. El cambio malo y la comisión alta. La recomendación es clara, no cambiar en el aeropuerto. Pero es una recomendación muy difícil de cumplir, ya que conseguir rands en España es muy, pero que muy difícil. Iba a poner que es imposible, pero seguro que hay alguien por ahí que me sale con es posible conseguirlos si vas a no sé donde, o si haces no sé que. Así que lo dejo en que es muy difícil conseguirlos. Otra opción sería no cambiar en el aeropuerto y cambiar en el primer sitio que veáis una vez afuera. Pero ¿y si no encuentras ningún sitio donde cambiar?. Algo muy probable en nuestro caso, ya que llegamos en domingo. No quise correr riesgos para ahorrarme un par de euros. Así que cambiamos en el aeropuerto. En resumen que os estoy dando un consejo que yo no seguí.
A continuación nos dirigimos a recoger el coche de alquiler. Lo habíamos reservado a través de Aroundaboutcars. Nos asignaron un coche de la compañía Tempest. Habíamos alquilado un clase I por R3.660, con seguro a todo riesgo sin franquicia y kilometraje ilimitado. Al hacer la reserva habíamos solicitado que nos dieran un Daihatsu Terios. Y cumplieron nuestros deseos. Allí teníamos nuestro Daihatsu Terios esperándonos. No es 4x4, aunque la estética es similar. Con este coche íbamos a recorrer el Kruger. Y aunque se puede hacer con un coche pequeño, preferimos hacerlo con un vehículo un poco más grande. ¿Por qué?. Por una idea equivocada. Parece que en el Kruger al haber animales salvajes, todo es igual de salvaje. Pero no, para nada. Las carreteras asfaltadas están en perfecto estado, y las de tierra no están nada mal. Aunque al final, no estuvo mal llevar un coche un poco más grande. Nos sentimos más cómodos circulando pro las carreteras de tierra. Y además al ser un poco más altos, tienen mejor visibilidad que un turismo normal.
A las 9 estábamos en marcha. Empezaba nuestro periplo por Sudáfrica. Nada más salir del aeropuerto aparecieron un montón de carriles y letreros azules. ¿Hacia Johannesburgo, o hacia Pretoria?. O mejor, seguimos ese otro letrero que ni me acuerdo hacia donde nos enviaba. No entiendo como la gente puede orientarse con un mapita. Era el momento de recurrir a nuestro inseparable compañero de viaje, nuestro GPS. Para este viaje no quise tentar a la suerte y optamos por cargarlo con el TomTom. Tiene la cartografía de Sudáfrica, muy actualizada.
Un giro a la derecha. Otro a la izquierda. Otra vez a la derecha. Lo típico cuando se intenta salir de una gran ciudad.. Y sin darnos cuenta estábamos en la autovía en dirección al Blyde River Canyon. 393 kilómetros de los que los primeros 340 son por autovía y los últimos 60 por carreteras secundarias. A la salida de Johannesburgo, la autovía estaba en obras. Pero como había poco tráfico no nos retrasó.
Por cierto, la autovía es un tanto peculiar. La primera parte es como las de aquí. Con dos carriles en cada dirección y sus letreros indicadores azules. Pero a partir de Belfast, unos kilómetros después de pasar el peaje de Middelburg, en el que se pagan R43, la cosa cambia. La autovía pasa a ser de tan solo un carril en cada sentido. Pero no por eso deja de ser autovía. Al menos los letreros siguen diciendo que lo es, y el límite de velocidad es de 120.
Si algún sudafricano lee esto, seguro que no estará de acuerdo con lo de que solo hay un carril. Para ellos sigue habiendo dos carriles. Donde nosotros vemos un arcén, ellos ven un carril. Y a lo mejor tienen razón. Si no, ¿para qué los hacen tan anchos?. Pues para circular por ellos. Lo coches más rápidos se pegan al culo del que tienen delante, y éstos se echan al arcén y circulan por él. Los coches más rápidos aprovechan la ocasión y adelantan por la derecha. Pero no utilizan sólo el arcén, aprovechan cualquier hueco. Las isletas centrales, los carriles de aceleración o deceleración. En cuanto han pasado todos, el lento vuelve a recuperar su sitio hasta que vienen más locos más detrás y se vuelve a echar a un lado. Y como es de bien nacidos ser agradecidos, los que adelantan dan las gracias con los cuatro intermitentes. Lo hace todo el mundo, hasta la policía. Así que no os cortéis e imitadlos. Y si sois imitadores de Fernando Alonso no os olvidéis de dar las gracias cuando os dejen pasar.
Si preferís conducir siguiendo nuestras costumbres, y olvidaros de los arcenes y similares; y os encontráis un lento delante, no os pongáis nerviosos. Cada pocos kilómetros aparece un segundo carril para facilitar los adelantamientos. No sé por qué, pero siempre parece que hay más desdoblamientos en el sentido contrario.
A la altura de Manchado hay un segundo peaje, R64.
Por cierto el firme de la autovía estaba en muy buen estado. Sin baches ni curvas peligrosas. Unas rectas larguísimas que permiten circular sin problemas a 120. Bueno eso si tenéis un coche en condiciones. El nuestro no tenía fuerza y le costaba coger velocidad.
Los últimos 60 kilómetros se hacen por carreteras secundarias. El límite de velocidad se reduce a 90 ó 100 según los tramos. Hay más curvas, y sobre todo no hay arcén. Pero siguen estando en buen estado, y como hay muy poco tráfico, se circula bastante rápido.
Los 393 km hasta Graskop los hicimos de una tirada, sin parar ni una sola vez. Ni para mear. Tenemos una resistencia sobrehumana. Tardamos unas 4 horas.
A la una del mediodía estábamos en Graskop. Molidos por la noche sin dormir y la paliza de coche. Muertos de hambre porque no habíamos desayunado. Lo del avión no era apto para el consumo humano. Así que nada más entrar en el pueblo aparcamos el coche, y nos metimos en el primer restaurante que vimos, el God’s Windows Restaurant. Está justo en la entrada del pueblo. Comimos unos filetes de calamar con patatas y ensalada, una pizza tres quesos y dos aguas:. Todo por R159. La comida, correcta en calidad, abundante en cantidad. No fue para volverse locos, pero tampoco estuvo mal.
Una vez repuestos, nos dirigimos al hotel. Está a 11 km de Graskop, en la carretera que conduce a las Berlin Falls. Nos alojábamos en el Thaba Tsweni Lodge. El precio fue de R500 por una noche sin desayuno. Se trata de unos apartamentos frente a un jardín precioso. Los apartamentos constan de un dormitorio, cocina, sala de estar y baño. Muy grande y bonito. Totalmente recomendable.
El cuerpo me pedía cama. Y la cama me guiñaba un ojo. Me llamaba, con una voz sensual irresistible, “Ven, ven conmigo. Quiero tenerte dentro de mí, entre mis sábanas”. Hasta el sofá, tan poco agraciado él, me empezaba a hacer tilín. Estaba a punto de sucumbir, de quedar atrapado en un sueño interminable de sábanas, cojines y mantas. Pero una voz surgió de la nada, y me gritó “Nooooo. Detente. No escuches sus cantos de sirena”. Un verdadero viajero nunca sucumbe al cansancio. No podía permitirme el lujo de irme a dormir. Todavía quedaban unas 4 horas de luz, y tenía que aprovecharlas. Desperdiciarlas hubiera sido un crimen espantoso. No me lo hubiera perdonado nunca. Y el remordimiento hubiera acabado por corroerme por dentro. En aquel momento no era consciente de ello, pero la vocecita me acababa de salvar la vida. De nuevo volvía a sonar, “Si. Muy bien. Date la vuelta y sal corriendo de aquí. No mires atrás o estarás perdido”. Así que cogí a mi mujer por el brazo y la saque de allí casi arrastras. Eran algo más de las dos y media y estábamos de nuevo en el coche. El Blyde River Canyon estaba esperándonos.

BLYDE RIVER CANYON - 15 DIAS DE NOVIEMBRE DE 2012 POR SUDAFRICA (1)

Nuestra primera parada fue God’s Window. Más que nada porque esta muy cerca del hotel, a unos pocos kilómetros. Hay un pequeño parking junto a la entrada. Mejor dicho, un pequeño espacio donde dejar el coche. Justo al lado de los tenderetes de artesanía.
El precio de la entrada es de R5. Creo que el precio es por coche, no por persona, aunque a nosotros nos cobraron por persona. Me sentí tentado de protestar. Pero que iba a reclamar. ¿Qué me devolvieran 50 céntimos?. Me pareció absurdo. Pero el principal motivo por el que no reclamé fue porque tenía unas ganas locas de quitarme de encima al que cobraba la entrada. No hacía más que pedir que le diéramos algo de dinero. O eso le pareció entender a mi mujer. Yo no entendía nada de lo que decía. Y entre que no entendía nada por mucho que lo repitiese, y que no nos soltaba ni a la de tres, empezaba a ponerse nervioso. Así que en cuanto nos devolvió el cambió, me alejé de él y aparqué el coche. ¿Quieres dinero?. Pues quédate con los R5.

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Desde el parking salían tres caminos. Por lo menos esta vez la elección fue sencilla. Junto al que parecía el camino principal había un indicador de madera. Estaba claro, ese era el camino a seguir. En realidad da igual el camino que se elija. Todos están conectados, por lo que al final todos conducen al mismo sitio.
Tras recorrer un pequeño camino rodeado de una vegetación frondosa, pero sin encanto, llegamos a un mirador con unas vistas muy despejadas. Las vistas no son sobre el cañón, sino sobre una extensa llanura. Son bonitas, eso es innegable. Pero no nos enamoraron. El hecho de ser tan abiertas les resta encanto. O tal vez la culpa fue de una ligera calima que distorsionaba la visión a medida que se alejaba hacia en horizonte. El día era claro, el sol brillaba con fuerza, pero aún así la luz no era totalmente nítida.

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Unos metros más adelante encontramos un nuevo mirador. Era muy similar al anterior. Las vistas eran prácticamente las mismas. Un vistazo y de nuevo al camino. Esta vez la perspectiva no era tan halagüeña. Ante nosotros apareció una subida pronunciada. Y el sol no ayudaba nada. Picaba con rabia. Por suerte la rampa no era muy larga, y no tardamos mucho en llegar arriba. Allí nos esperaba el Rain Forest. Como su nombre indica es un bosque, un Forest. Lo del Rain no sé a que viene; no llovía. Es pequeñito. Pero lo que le falta en tamaño lo tiene de agradable. Nos pareció muy bonito. Lo mejor de God’s Window. Mejor incluso que las vistas desde los miradores. Se trata de un corto paseo por un bosque umbrío, con helechos enormes y árboles todavía más grandes cubriéndolo todo. A ratos se camina sobre pasarelas de madera y a ratos sobre un sendera de tierra cubierto de raíces. Precioso. El camino desemboca en otro mirador parecido a los anteriores. Las vistas desde aquí nos parecieron algo mejores. No sé porque. Se parecían a las que ya habíamos vistos en los miradores inferiores, pero al mismo tiempo eran diferentes.
Regresamos atravesando de nuevo el Rain Forest, y descendimos por un camino diferente. Al salir del Rain Forest, la vegetación sigue siendo abundante, pero sin gracia.
De nuevo en el parking, tomamos otro camino que nos llevó a otro mirador. En este caso las vistas no eran tan abiertas. Quedaban delimitadas por un corte en la montaña. Con paredes cubiertas de árboles. Y al fondo se abría una amplia llanura. No estaba mal. Pero le faltaba algo. Con esto dimos por finalizada la visita. Volvimos al coche y salimos de allí.

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Habíamos oído maravillas de God’s Window. Eso hizo que las expectativas que nos habíamos creado fuesen muy altas. Creo que ese fue el problema. El sitio es bonito. Incluso se podría decir que muy bonito. Pero no es único. Todos habéis visto miradores como esos. Y cuando uno se crea unas expectativas tan altas, espera encontrar algo diferente, algo único. Eso fue lo que falló. Aún así, creo que se trata de una visita recomendable.
Nuestra siguiente parada fue The Pinnacle. Está muy cerca de God’s Window, en la misma carretera, a unos pocos kilómetros. El letrero que lo señaliza es muy pequeño, por lo que resulta muy fácil pasarlo por alto. La entrada se paga en una caseta que hay junto a la carretera. El precio es de R5 por coche. Aquí no dí opción a la cobradora. Le entregué directamente un billete de R5 y para adentro. El aparcamiento, mejor dicho la explanada donde dejar el coche, está unos metros más adelante. Y desde allí una senda conduce hasta el mirador. Pero antes tuvimos que pasar por delante de los inevitables tenderetes de artesanía. Lo mirase como lo mirase, yo sólo veía la misma chismería que venden los inmigrantes africanos en los mercadillos de por aquí. Que si jirafas, que si elefantes, que si mascaras, y cosas así. No hacía más que preguntarme, ¿merece la pena comprar algo que también puedo comprar al lado de casa?. A favor de las vendedoras tengo que decir que son muy respetuosas. No molestan. Se limitan a esperar junto a su parada sin decir nada. Sólo entran en acción cuando alguien se acerca a ellas. No es necesario huir de ellas como del demonio.

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Desde el mirador se divisa una garganta cubierta de vegetación. Pero lo más curioso, es la roca que da nombre al lugar. Una roca pelada de gran altura que sobresale por encima de todo lo demás. No es más que eso, una roca alargada de color gris. Dicho así no parece tener mucho interés. Y personalmente creo que la roca en si no es nada del otro mundo. Lo realmente interesante son las vistas. Y si las combinas con la roca, la cosa cambia. Le da un punto diferente. Pero eso es todo.
El camino continua hasta un pequeño riachuelo que cae por la ladera de la garganta creando un salto de agua. Por desgracia desde ese punto, no es posible apreciar el salto. Y las vistas se reducen a la pared de enfrente. Aun así resulta agradable sentarse en una roca junto al agua y relajarse oyendo el ruido que produce al precipitarse por la garganta. Si se sigue un poco más creo que es posible ver el salto de agua. Pero ya no hay camino, hay que ir campo a través. Nuestro espíritu aventurero no daba para tanto. Así que dimos media vuelta, y seguimos una senda que nos llevó hasta otro mirador. Nada nuevo. Lo mismo que en el otro mirador. La garganta, las paredes recubiertas de vegetación, y The Pinnacle. Pero siendo lo mismo era a la vez diferente. La posición era otra. Mucho mejor. Las mejores fotos las sacamos desde este punto.

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Aquel lugar no daba para más. Era hora de marcharse.
Tras 32 kilómetros llegamos al Bourke’s Luck Potholes. No hay pérdida. La entrada está bien señaliza. Se nota que es la principal atracción turística de la zona. La entrada son R25 por persona más R5 por el coche. Me parece ridículo que te cobren por persona y por coche. ¿Cómo quieren que lleguemos hasta allí, andando?. Si hubiera tenido tiempo me habría quedado allí para convencerlos de lo absurdo que resulta aquello. Pero tenía prisa así que no les bendije con mi sabiduría. Además después me di cuenta de que si lo hubiera hecho, les hubiera creado un problema. Que hacer con los tickets de entradas para coche. No podrían darles salida. Menudo despilfarro. Bien pensado, mejor que se queden como están.
Aquí si que tienen un aparcamiento en condiciones, zonas de picnic, tienda de recuerdos e incluso un chiringuito donde comer algo. No es que aquello sea Eurodisney. Pero si que se veía muy diferente a lo que habíamos visitado antes.

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Un camino bien señalizado conduce hasta las pozas. Desde el mismo, y antes de entrar en materia se disfruta de una bonita vista del conjunto, con el río, los puentes de madera y el cañón. Bonito sí. Pero esperaba algo más grande. ¡Cuantas mujeres han pensado esta misma frase sin atreverse a pronunciarla en voz alta!.
Primero cruzamos un puente suspendido. Las vistas sobre el cañón eran bastantes bonitas. El sol ya empezaba a descender y el reflejo que generaba sobre el agua que corría por el fondo de la garganta le daba un encanto especial. A continuación llegamos junto a una corriente de agua. En ese punto lo mejor era ver como el agua corría entre las rocas que rompían la corriente y producían pequeños saltos. Pero eso no es lo que habíamos ido a ver allí. Así que no nos entretuvimos mucho. Atravesamos un par de puentes y entonces aparecieron las famosas calderas. No es que hubiese muchas. Ni me parecieron especialmente espectaculares. Como mucho diría que son curiosas. Rocas erosionadas. Algunas con una forma redondeada que recuerda a una caldera.
Tienen su encanto. Eso es innegable. Pero esperaba algo más. Creía que habría más puentes, y sobre todo más pozas, o calderas, o lo que sean. La próxima vez intentaré no crearme tantas expectativas.

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Si se continúa por la carretera se pueden visitar más puntos de interés, como las Thre Rondawels o el Lowveld Viewsite. Pero estábamos molidos y empezaba a hacerse tarde. Además la mayoría de atracciones cierran a las cinco, y faltaba poco para esa hora. Teníamos la excusa perfecta para iniciar el camino del regreso al hotel.
De camino pasamos por delante de las Lisbon Falls. No hubiera estado bien por nuestra parte, pasar tan cerca y no parar a echar un vistazo. Así que volantazo y a por ellas. Cuando llegamos, pasaban unos minutos de las cinco. No quedaba nadie, ni el que cobraba la entrada, ni las vendedoras de souvenirs (vendedoras de artesanía tradicional para los políticamente correctos), ni nadie. Por no haber, no había ni turistas. ¡Qué triste!. Lo que no sé es porque dicen que cierran a las cinco si allí no hay muros, ni vallas ni puertas. Aquello está abierto de par en par. Sólo hay que llegar, aparcar el coche y ver la cascada. Nada ni nadie te lo impide. La conclusión de todo esto es que nos ahorramos R5; 50 centimazos de euro. ¡Casi na!. Una persona honrada hubiera dejado los R5 pisados con una piedra, para que los recogiera el cobrador al día siguiente. Pero no estaba convencido de que los encontrará allí a la mañana siguiente. ¡Mal pensados!. No es lo que os imagináis. No dudo de la honradez de los sudafricanos. Estaba pensando en una ráfaga de viento, o en algún animal que moviera la piedra. Al menos esa fue la excusa oficial para no dejarlos. La verdad es mucho más cruda, no soy más que un sinvergüenza sin escrúpulos, que se cuela en los sitios que visita. Un delincuente peligroso.

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Todo se reduce a un mirador desde el que se ve la cascada. Mejor dicho las cascadas, ya que son dos caídas de agua. Una vez en el fondo, el agua sigue su curso atravesando un valle. Un bonito conjunto. Este lugar me sorprendió muy positivamente. Las vistas me encantaron. Mucha gente dirá que estoy loco. Que como es posible que me gustasen más estas vistas que las de God’s Window. Y quizás tengan razón. Pero que le voy hacer, es lo que hay. Si tuviese que elegir me quedo con las Lisbon Fall. El conjunto me pareció precioso. Las cascadas a un lado y frente a ellas un cañón verde recorrido por un río. Y encima gratis. Ya lo sabéis, si vais después de las cinco, os ahorraréis la entrada y podréis verlas igual que si hubieseis pagado. Esto sirve para casi todas las atracciones de la zona, menos para el Bourke’s Luck Potholes, al que no creo que se pueda acceder una vez cerrado.

BLYDE RIVER CANYON - 15 DIAS DE NOVIEMBRE DE 2012 POR SUDAFRICA (10)

No perdimos mucho tiempo en ese lugar. Enseguida salimos en dirección a Graskop. La idea era acercarnos hasta el Harrie’s Pancakes y saborear una de sus famosas crepes. Pero estaba cerrado. Y lo peor de todo es que todos los restaurantes que vimos estaban cerrados. Por lo visto el domingo es día de ayuno en Sudáfrica.
Sólo nos faltaba eso, una noche en ayunas. Aquello más que un viaje de placer parecía una tortura. Sin dormir, sin comida. Sólo nos faltaban un par de latigazos. Alguien nos debió ver desesperados dando vueltas por el pueblo. Se apiadó de nosotros y fue a abrir el supermercado. Pudimos comprar agua, fiambres, queso y un poco de pan de molde. No era la cena con la que habíamos soñado, pero algo es algo. Al menos pudimos llenar el buche. Y ya se sabe que las penas con pan son menos penas.
La parada en el supermercado nos permitió adquirir un elemento indispensable en todo viaje a Sudáfrica. Los adaptadores. Antes de salir de viaje, cuando leí que por allí se estilaban los enchufes triples, pensé en los típicos ingleses de clavija plana. Cuando llegué al hotel y vi sus enchufes me quedé de piedra. Son tres clavijas redondas, enormes, más largas y gruesas que las de nuestros enchufes. El truco de la capucha del bolígrafo no funciona. Así que o compráis un adaptador o volvéis a la edad de piedra y os olvidáis de móviles, ordenadores y similares. Os resultará difícil de creer, pero se puede vivir sin ellos. De verdad, es posible. Por lo menos los adaptadores son baratos. El doble nos costó algo más de 3 euros y el individual unos 2 euros.
Era hora de volver al hotel. Pero cuando llegamos todavía quedaban unos minutos de luz. Y había que aprovecharlos. Las Berlin Falls estaban a apenas 2 kilómetros. ¿Por qué no?. Mi mujer me miró con cara de desesperación, como diciendo “Noooooooo. Más no por favor”. Pobrecita, estaba reventada. Se quedó en la habitación.
Me tuve que ir solo a hacer la última visita del día. La carretera acaba junto a la cascada. Hay una pequeña zona habilitada para aparcar le coche y varios tenderetes. A esas horas no quedaba ni el apuntador. Otra entrada que me ahorré. Al igual que en la Lisbon Fall la visita se reduce a un mirador desde el que se ve la cascada y el valle que forma el río. Es muy similar a la Lisbon Falls. Pero aquí hay un solo salto de agua. Eso si, más alto. Y cae sobre una poza también más grande. De la poza sale una corriente de agua que atraviesa un bonito valle todo verde. O eso me pareció, ya que a esas horas ya era más negro que verde. Un conjunto muy bonito, perfecto para una postal.

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Desde el mirador sale un camino que conduce hasta la cascada. Y como no podía ser de otra manera, justo en el inicio del camino un odioso letrero prohibía el paso con el pretexto de que era peligroso. No había mucha luz, pero muy peligroso no parecía. Y estaba solo. No había ningún guarda ni nadie con un traje oficial que me pudiese reprender si me saltaba la prohibición. Ni tan siquiera había un triste turista que me pudiese mirar con cara de reprobación por mi conducta temeraria. La tentación era demasiado fuerte. Y yo que soy débil, sucumbí. Pasé del letrero y recorrí los pocos metros que me separaban de la cascada. Como estaba en la parte superior de la misma, no podía ver el agua que caía. Si quería verla tenía que sacar medio cuerpo sobre el precipicio. Una cosa es saltarse un letrero y caminar por un camino de un par de metros de ancho, y otra colgarse de una pared de casi cien metros de altura. Tampoco estoy loco. En cambio las vistas sobre el valle si que eran mejores que desde el mirador. Pero la luz era tan escasa que no pude sacar ni una foto en condiciones. Ese fue mi castigo por violar la ley.
Aunque en público lo neguéis, estoy seguro que la mayoría de vosotros entiende porque pase del letrero de prohibido el paso. Todos esos letreros solo están ahí para fastidiar a los turistas. Un ejemplo. Cuando un viajero de verdad; no un guiri cualquiera, no; un auténtico viajero; un aventurero sin miedo a enfrentarse a cualquier riesgo por peligroso que sea; visita un palacio, no hay nada que despierte más su interés que una puerta cerrada. Delante puede tener una de las siete maravillas del mundo, pero si a un lado hay una puerta cerrada, lo único en lo que puede pensar es en que hay detrás de esa puerta. Y si por desgracia está entreabierta, hará lo imposible por acercarse y echar un vistazo por la rendija. Aunque para ello tenga que hacer equilibrios imposibles para poder mirar. Por lo general, en la habitación misteriosa no hay nada. Pero su obligación era saber que había allí dentro.

BLYDE RIVER CANYON - 15 DIAS DE NOVIEMBRE DE 2012 POR SUDAFRICA (12)

Todavía hay algo peor. Los letreros que prohíben hacer fotos en muesos, palacios, o castillos. ¡Pero por qué no pudo hacer fotos. Os prometo que no voy a usar el flash!. Pues ni por esas. A mi en esos casos la ansiedad me corroe. Necesito hacer fotos. Aunque sea de una piedra mohosa. Al prohibírmelo lo único que consiguen es que tenga más ganas todavía. Es como una enfermedad. Más de una vez me he descubierto escondiéndome detrás del quicio de una puerta para hacer una foto a hurtadillas. Controlando con el rabillo del ojo al vigilante de la sala, para aprovechar el momento en el que está descuidado o mirando hacia otro lado. Todas esas fotos siempre salen mal. Están hechas a la carrera y de cualquier manera, y así es imposible conseguir una instantánea decente. Pero hay pocas cosas que superen la satisfacción que produce haber sacado esa foto prohibida. Es un subidón. Y que nadie me diga que no es verdad. Seguro que todos lo habéis hecho alguna vez.
Cuando volví al mirador ya era noche cerrada. Ya no se veía nada. Eran las siete menos cuarto. En menos de cinco minutos me reuní en el hotel con mi mujer que me esperaba para cenar. Comimos lo más deprisa que pudimos y nos fuimos a dormir.
Para finalizar, una pequeña reseña sobre el tiempo. El día fue soleado. Sin nubes y desde luego sin niebla. Eso nos permitió disfrutar plenamente de los diferentes miradores que visitamos. Durante el día hizo bastante calor. Se agradecían la manga corta y el pantalón corto. Un par de grados menos no nos hubieran venido mal. En cambio por la noche refrescó y tuvimos que taparnos un poco. No hacían falta forros polares ni anoraks. Nos bastó una manga. Algo ligero. Tampoco hay que ser alarmistas.
La mañana siguiente nos levantamos a las seis. Nos lo tomamos con calma. Faltaban quince minutos para las siete cuando aparcábamos junto a Harrie’s Pancakes. Estaba cerrado. Abrían a las ocho.
Teníamos un problema. Comer una crepe en Harrie’s Pancakes es casi una obligación, pero faltaba más de una hora para que abriesen. Demasiado tiempo. Mirando el mapa encontramos la solución. Antes de salir hacia el Kruger queríamos visitar el pueblo de Pilgrims Rest que está a unos 15 kilómetros de Graskop. Para ir al Kruger desde Pilgrim’s Rest teníamos que volver a pasar por Graskop. Así que problema solucionado. Primero visitábamos el pueblo y a la vuelta nos parábamos a desayunar.
La distancia no es muy grande, apenas 15 kilómetros. Pero la carretera es malilla. No es que esté en mal estado. El problema es que todo son curvas.
Entramos en el pueblo y aparcamos el coche en el primer sitio que vimos. Era pronto, y no había casi nadie, tan solo unos pocos lugareños y unas mujeres que por el traje que llevaban debían ser las limpiadoras del hotel que hay en el pueblo.

BLYDE RIVER CANYON - 15 DIAS DE NOVIEMBRE DE 2012 POR SUDAFRICA (13)

Recorrimos Pilgrim’s Rest de arriba abajo. Primero subimos y después bajamos. Llegamos a la salida del pueblo en ambos lados. Y es que tan solo se trata de una calle de aproximadamente un kilómetro, con casas de la época de la fiebre del oro. Está muy bien conservado, con letreros de la época, y casas rodeadas de jardines con árboles y plantas. A la vuelta vimos una iglesia a la derecha que quedaba escondida detrás de unos árboles. Nos acercamos para verla mejor. Seguimos por ese mismo camino que ascendía un poco más y conducía hasta el cementerio. A pesar de que es una atracción turística, decidimos no entrar. Dimos media vuelta y volvimos al pueblo para continuar con el paseo.
Al ir tan pronto pudimos disfrutar del pueblo sin gente. Lo tuvimos para nosotros solos. Pero esa ventaja también tuvo un inconveniente, todos los museos estaban cerrados y no los pudimos visitar.
La sensación que nos dejó fue la de un pueblo bonito y agradable. Y aunque le faltaba algo para ser excepcional, fue lo más interesante que vimos en esa zona. Toda visita al Blyde River Canyon debería incluir una visita a Pilgrim’s Rest.

BLYDE RIVER CANYON - 15 DIAS DE NOVIEMBRE DE 2012 POR SUDAFRICA (14)

Cuando volvimos al coche, nos encontramos con una sorpresa. Un sujeto nos lo había limpiado y estaba esperando su recompensa. ¡Y ahora que le digo yo a éste. Paso de empezar el día discutiendo, y encima en ayunas!. Fui a darle R5 para quitármelo de encima y va el tipo y me dice que no. ¿Cómoooooo?. La conversación entró en un punto muerto. Yo no entendía nada, y él no hacía más que repetir lo mismo. La situación se desbloqueó cuando él se giró y me señaló un letrero escrito a mano que había unos metros más arriba. Me estaba pidiendo ni más ni menos que R60. Me quedé pasmado. Vamos a ver, ¿quién te ha dicho que limpies el coche?. Además no ves que es un coche de alquiler. ¿Para qué quiero yo que me limpien un coche de alquiler?. No tiene sentido. A esas alturas ya tenía claro que me estaban timando. Pero solo hacía un día que estábamos allí, y todavía estaba descolocado. Saqué un billete de R50 y se lo dí. Nada más meterme el coche me arrepentí. Pero ya estaba hecho. El cabreo fue in crescendo, y a los pocos minutos ya me estaba cagando en todos sus muertos, y por asimilación en todos y cada uno de los miembros del honorable gremio de los lavacoches. Aprovecho este diario para pedirles disculpas públicamente por las palabras altisonantes que les dediqué ese día, ya que soy consciente de que no son responsables de la actitud de ese sujeto. Por suerte mi mujer me hizo ver que no eran más que 5 euros. Nos habían timado, sí, pero tampoco había sido tan grave. Nuestro presupuesto no se resentiría excesivamente por aquello.
Ahora lo pienso y me entra la risa. Si es que somos unos pardillos. No hay viaje en que no nos pillen en una de estas. Siempre nos acaban sacando unos eurillos con algún truco absurdo. Y no escarmentamos.

BLYDE RIVER CANYON - 15 DIAS DE NOVIEMBRE DE 2012 POR SUDAFRICA (15)

Volvimos a Graskop. A mí a cabezón no me gana nadie. Yo no me iba de allí sin probar una crepe. Esta vez fue la definitiva, Harrie’s Pancakes estaba abierto por fin. La carta es inmensa. Hay muchísimas crepes para elegir. Y eso es horroroso. Empiezas a leer y piensas; éste me apetece. Y éste. Y éste. Y éste otro. Pero no puede ser. Sólo puedes pedir uno o dos. ¡Nooooooo, los quiero todos!. Por desgracia nos tuvimos que conformar con uno para cada uno. Mi mujer pidió uno de espinacas y queso, y yo uno de chocolate con helado. Los acompañamos con dos aguas. Nos cobraron R129.
Habíamos oído que eran grandes por eso inicialmente sólo pedimos dos. La idea era pedir uno o dos más según el hambre con la que nos quedásemos. Pues bien, a los que dicen que los crepes son grandes sólo puedo decirles que son unos mentirosos; que dejen de engañar a la gente. Esas crepes no son grandes. Son enormes. No tienen nada que ver con las típicas crepes que se sirven por aquí. Si, esas que son más finas que el papel y que en teoría saben a chocolate, pero que en realidad sólo saben a pasta. Las crepes de Harrie’s Pancakes tienen contenido. Por lo menos de un par de dedos de grosor. Comerse eso a primera hora de la mañana es un bombazo. Pero lo mejor es que están buenísimas. Por fin una crepe que sabía a algo. Ésta opinión es sólo mía. Mi mujer difiere. El de espinacas casi ni lo tocó. Se lo tuve que cambiar por el mío. Pero por suerte para mí, tampoco le entusiasmó, y tras comer un cacho, me lo cedió gentilmente. Al final acabé comiéndome las dos crepes casi enteras. Un trabajo duro pero gratificante. Ya recuperaré la línea cuando vuelva a casa. Acabé tan lleno que tuve salir del restaurante rodando.
A las 10 salíamos de Graskop en dirección al Kruger. Atravesamos una carretera agradable que tras 55 kilómetros nos condujo a Hazyview. Como somos unos chicos muy obedientes, paramos en Hazyview para hacer lo que todo el mundo dice que hay que hacer. Llenar el depósito de gasolina, cambiar dinero y comprar agua y algo de comida. Lo de la gasolina resultó sencillo. Simplemente tuvimos que parar en la primera gasolinera que vimos. El precio de la gasolina sin plomo era de R1,21 el litro, más barata que por aquí. Llenamos el depósito por R570. Cuando el bloqueo de la manguera saltó, el gasolinera o como se llamen los que trabajan en una gasolinera, nos acabó de llenar el depósito. Pero no se limitó a echar un poco más de gasolina para redondear el precio. Siguió echando gasolina a pulso, con la manguera fuera, directamente sobre la boca de entrada, hasta que la gasolina asomó por el agujero. Cada vez que llenamos el depósito hicieron lo mismo. Pero nunca vertieron ni una gota. Tienen un pulso muy preciso.
Enfrente de la gasolinera vimos un centro comercial. Fuimos allí a comprar provisiones para llevarlas con nosotros al Kruger. Entramos en un Spar y compramos agua, queso y patatilla. No tomé nota de los precios, pero recuerdo que por regla general eran algo más bajos que en España. La salvedad son las bebidas, que son un poco más caras. Pero nada excesivo.
Y ya que estábamos decidimos cambiar algo de dinero. Entramos en un chiringuito que parecía una oficina de cambio. Pero resultó que no le era. Vaya chasco. Por lo menos nos indicaron donde había un banco. Una oficina muy pequeña llena de gente que parecía cualquier cosa menos un banco. Nadie nos hizo ni caso. Pasamos de las colas y le preguntamos a un empleado que andaba despistado si cambiaban dinero. Si, pero no. ¿Cómorrrrr? Nos soltó una parrafada de la que no entendimos nada. El tipo se dio cuenta del marrón que se le venía encima y con una finta magistral le pasó el marrón a una compañera suya. Ésta nos hizo un interrogatorio absurdo,
- ¿Qué queréis cambiar?
- Dólares
- ¿ En qué los queréis cambiar?
- En rands.
- ¿Por qué?
- Ehhhhhhhh. (¿A alguien le han preguntado esto alguna vez?). En vez de responder nos encogimos de hombros y la miramos con cara de no saber que contestar.
- ¿De dónde habéis sacado los dólares?.
- De nuestro país. De un banco.
No la debimos convencer, porque nos puso cara de “paso de perder el tiempo con vosotros”. Nos soltó una explicación de la que sólo entendimos que algo estaba off line y que por eso no nos podían cambiar. Se dio media vuelta y se puso a hablar con un par de personas que había allí. Una escena surrealista. La ves en una película y no te la crees.
Salimos de allí con cara de tontos. No entendíamos nada. Lo único que teníamos claro es que habían pasado de nosotros.
Antes de entrar en el coche, vimos otro banco. Decidimos probar suerte. Peor que en el otro no nos podía ir. Por suerte esta oficina era más normalita. Con sus ventanillas, sus colas de gente, sus cristales blindados. Incluso tenían una ventanilla específica para el cambio de moneda. Y a diferencia de las otras ventanillas no había cola. Cambiamos. 400 USD (unos 300 euros) por los que nos dieron R3.251 netos. Nos cobraron una comisión de R115 (era el mínimo).



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Total comentarios: 21  Visualizar todos los comentarios
Globaltrote  globaltrote  17/09/2015 09:08   📚 Diarios de globaltrote
Gracias por recoger tanta información en tu diario.
Me ha servido de gran ayuda para planificar mi viaje por la zona.

Saludos.
Abdelkrim  Abdelkrim  12/10/2015 20:23   📚 Diarios de Abdelkrim
Comentario sobre la etapa: KRUGER - ANIMALES
Ese gran lagarto que viste era un varano; existen variedades de ellos en muchas regiones tropicales y son unos bichos muy interesantes, el famoso dragón de Komodo es el más grande de toda la familia.
Felicidades por el reportaje, tus fotos son magníficas.
Amazona79  Amazona79  29/01/2019 18:41
Que bueno tu diario! Lo que me he reído! Gracias! Tomo nota!
Anades  Anades  20/10/2019 09:19
Comentario sobre la etapa: GARDEN ROUTE
Me ha encantado tu diario. Muchas gracias por compartir tu experiencia de una manera tan divertida. Estoy preparando mi próximo viaje, en enero, a Sudáfrica y me está siendo de gran ayuda.
Lo dicho, muchas gracias.
Lanchone  lanchone  05/01/2020 15:51
Comentario sobre la etapa: JOHANNESBURG Y PRETORIA
Me veo totalmente identificado con tu diario. Hay que ser objetivo y sincero para decir que algo que has visto es feo y que no vale la pena el esfuerzo; cuesta reconocer que te has equivocado.

Saludos
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Fecha: Dom Feb 11, 2024 11:30 pm    Título: Re: Viajar a Sudáfrica

Yo probé las ostras por primera vez allí, xk me daban asco.
En los viñedos estuve en 2 zonas. Franschoek y stellenbosch. Xk a mi también me gustan. Hice una ruta diferente, pero súper similar.
mariamacu
Mariamacu
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Fecha: Dom Feb 11, 2024 11:31 pm    Título: Re: Viajar a Sudáfrica

Tomo nota de tus consejos. Ciertamente sé que CPT daría para un día más, pero lo de los viñedos es un must para nosotros, incluso ya me da pena no darles dos días y no quisiera alargar más días en la zona. El vuelo sí o sí lo voy a coger que llegue por la mañana. Desgraciadamente para mí, soy alérgica a las ostras, me sientan fatal desde que en un boda me puse malísima, pero tomo nota de Leisure Island. Quizá los días 7 y 8 pueda hacer un mix, le daré una vuelta. Lo de los pájaros ciertamente me llama poco, quizá a mi marido sí le haga más gracia. Mil gracias de nuevo por los...  Leer más ...
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16-11-2007
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Fecha: Lun Feb 12, 2024 08:42 am    Título: Re: Viajar a Sudáfrica

Un matiz... Desde JHN hasta Kruger, por que no entras por Malelana, y duertes en Berg en Dal. Vas a llevar el viaje más tranquilo, y además, el campamento es digamos bastante más atractivo que el de Crocodile, con bastantes más servicios.
mariamacu
Mariamacu
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18-10-2012
Mensajes: 492

Fecha: Lun Feb 12, 2024 09:46 am    Título: Re: Viajar a Sudáfrica

"santi1966" Escribió:
Un matiz... Desde JHN hasta Kruger, por que no entras por Malelana, y duertes en Berg en Dal. Vas a llevar el viaje más tranquilo, y además, el campamento es digamos bastante más atractivo que el de Crocodile, con bastantes más servicios.

Pues buena idea, creo lo haré así.

Muchas gracias por el consejo
fuentedeviajes
Fuentedeviajes
Experto
Experto
24-04-2023
Mensajes: 145

Fecha: Lun Feb 12, 2024 01:40 pm    Título: Re: Viajar a Sudáfrica

Muy buenas!
Tras leerme prácticamente todos los hilos que hay en el foro sobre Sudáfrica (gracias @Flotas, @Isla74 y todos los demás), por fin he podido crear dos itinerarios con los que me siento cómodo, pero entre los que aún tengo dudas sobre cuál elegir.
Por poner contexto, viajaremos en Septiembre de este año, y tenemos 15 días para el viaje. Somos una pareja muy joven y estamos acostumbrados a darnos buenos tutes en los viajes (el último fue la Costa Oeste de USA en 15 días, y lo abarcamos prácticamente todo, fue un exitazo el viaje, con muchos madrugones y muchos kilómetros entre medias (+4300 Km)).
Este año, queremos conocer Sudáfrica, pero remarcamos que nuestra máxima prioridad son los animales, pese a no querer tampoco dejar de lado todo lo demás. Remarcar también que pese a ser algo que nos apetece conocer, la parte que menos nos atrae es la ruta jardín (al menos la zona que empieza más allá de Hermanus), ya que es quizá lo menos "exótico" respecto a lo que ya conocemos.

Ambos itinerarios tienen una estructura prácticamente idéntica en cuanto al tiempo que dedicamos a Kruger, a Hlane (Esuatini), a la zona de Santa Lucía y a Ciudad del Cabo.
Las noches dentro de Kruger podríamos hacerlas en distintos campamentos a los seleccionados
(es orientativo, aunque no nos parece mala distribución)

En cuanto a las diferencias:
-En el Itinerario 1 abarcaríamos todo lo que nos parece más relevante de Sudáfrica (para una primera visita), y renunciamos a la ruta panorama y a tener la opción de pasar un día extra en Kruger o en alguna reserva o parque entre medias (es un itinerario mucho menos flexible, y pese a darnos tiempo a todo, vamos un poco más cronometrados, lo que no nos supone un problema)
-En el Itinerario 2 dejaríamos de visitar la Garden Route entre Hermanus y Port Elizabeth, pero a cambio visitaríamos la ruta panorama y tendríamos 1 día extra para añadir a Kruger o para visitar otro parque entre medias (como Hluhluwe-Imfolozi o alguna reserva privada). También podríamos añadir el día de la ruta panorama a Kruger, por lo que podríamos maximizar aún más el tiempo en este parque (este itinerario es más flexible, y tendríamos algo más de tiempo en los parques, pero al ya tener una buena cantidad de tiempo de base en ellos en cada itinerario, no se si es necesario hacer aún más énfasis sacrificando otras cosas)

Los itinerarios serían los siguientes:

Itinerario 1

Día 1 07/09/2024 Sábado: Vuelo de Ida a Ciudad del Cabo (visitamos Estambul en la escala que tenemos allí)

Día 2 08/09/2024 Domingo: Llegada a las 11:50 y recogida coche / Viñedos Constantia y Kirstenbosch National Botanical Garden (la prioridad es el Jardín Botánico, Constantia solo si da tiempo, aunque sea de forma superficial)

Día 3 09/09/2024 Lunes: Table Mountain / Centro de Ciudad del Cabo / Waterfront / Signal Hill

Día 4 10/09/2024 Martes: Camps Bay / Península del Cabo / Muizenberg / Dormir lo más cerca posible de Bettysbaai (no importa si hay que dormir cerca de Ciudad del Cabo)

Día 5 11/09/2024 Miércoles: Bettysbaai (Stony Point 1h) y alrededores hasta Hermanus / Excursión Ballenas Hermanus (12:00) / Rumbo a De Hoop (Koppie Allen) / Hacer parte de la ruta Koppie Allen / Dormir allí dentro

Día 6 12/09/2024 Jueves: Finalizar De Hoop / Wilderness - Knysna (The Heads) - Plettenberg Bay (estos puntos no nos interesan mucho, por lo que simplemente pasaremos por ellos con el coche, haciendo paradas muy rápidas para ver los paisajes y poco más) / Robberg Nature Reserve (si da tiempo) o algún otro punto por esta zona final / Dormir entre Plettenberg Bay y Tsitsikamma

Día 7 13/09/2024 Viernes: Tsitsikamma: Nature´s Valley (playa) , Mouth Trail o Waterfall Trail y alrededores / Vuelo a las 18:25 en Port Elizabeth / Recogida Coche Aeropuerto Durban / Dormir por la zona

Día 8 14/09/2024 Sábado: Rumbo a Santa Lucía temprano / Isimangaliso y Cape Vidal / Barca para ver hipopótamos y cocodrilos en el lago (si no diera tiempo a coger la barca por la tarde, podríamos hacerlo al día siguiente a primera hora de la mañana) / Dormir allí

Día 9 15/09/2024 Domingo: Salir pronto de St. Lucía rumbo a Esuatini / Llegar a Hlane / Hacer Safari con ellos (Rhinowalk o Sunset drive) o por nuestra cuenta / Dormir allí

Día 10 16/09/2024 Lunes: Hacer Sunrise Drive / Poner rumbo a Kruger y acceder por Crocodile Bridge / Dormir en Lower Sabie

Día 11 17/09/2024 Martes: Recorrer Kruger ( quizá haciendo también algún Game Drive) / Dormir en Lower Sabie

Día 12 18/09/2024 Miércoles: Recorrer Kruger (quizá haciendo también algún Game Drive) / Dormir en Satara

Día 13 19/09/2024 Jueves: Recorrer Kruger (quizá haciendo también algún Game Drive) Dormir en Satara
/
Día 14 20/09/2024 Viernes: Recorrer Kruger (quizá haciendo también algún Game Drive) / Dormir en Skukuza

Día 15 21/09/2024 Sábado: Primeras horas del día haciendo un último safari por nuestra cuenta / Rumbo al aeropuerto de Johannesburgo / Vuelo de vuelta a las 18:05

Día 16 22/09/2024 Domingo: Llegada a España


Itinerario 2

Día 1 07/09/2024 Sábado: Vuelo de Ida a Ciudad del Cabo (visitamos Estambul en la escala que tenemos allí)

Día 2 08/09/2024 Domingo: Llegada a las 11:50 y recogida coche / Viñedos Constantia y Kirstenbosch National Botanical Garden (la prioridad es el Jardín Botánico, Constantia solo si da tiempo, aunque sea de forma superficial)

Día 3 09/09/2024 Lunes: Table Mountain / Centro de Ciudad del Cabo / Waterfront / Signal Hill

Día 4 10/09/2024 Martes: Camps Bay / Península del Cabo / Muizenberg / Podemos ir a alguna zona a ver la puesta de sol o simplemente ir con más calma en la península / Dormir en Cape Town

Día 5 11/09/2024 Miércoles: Rumbo Hermanus (Podemos ver algo de Cape Town temprano o de camino) / Bettysbaai (Stony Point) / Hermanus y alrededores / Excursión Ballenas Hermanus (12:00 o 15:00) / Si sobra tiempo podemos acercarnos al Cabo Aguja / Vuelta a Cape Town ( por la R44 es bonito) / Dormir cerca aeropuerto

Día 6 12/09/2024 Jueves: Vuelo a Durban (06:00 o 07:00) / Llegada a DUR, recogida coche y rumbo Santa Lucía / Cape Vidal e Isimangaliso / Barca Hipopótamos y cocodrilos al atardecer en el lago (si no diera tiempo, lo hacemos al amanecer el día siguiente)

Día 7 13/09/2024 Viernes: Rumbo a Hluhluwe-Imfolozi temprano / Visita del parque/ reserva Hluhluwe-Imfolozi (podemos hacer un game drive) / Noche aquí
(Este día podríamos saltárnoslo y añadirlo como día extra en Kruger o en cualquier otra reserva)

Día 8 14/09/2024 Sábado: Visita en el parque las primeras horas / Rumbo a Hlane / Llegar a Hlane / Hacer Safari con ellos (Rhinowalk o Sunset drive) o por nuestra cuenta / Dormir allí

Día 9 15/09/2024 Domingo: Hacer Sunrise Drive / Poner rumbo a Kruger y acceder por Crocodile Bridge / Dormir en Lower Sabie

Día 10 16/09/2024 Lunes: Recorrer Kruger (quizá haciendo también algún Game Drive) / Dormir en Lower Sabie

Día 11 17/09/2024 Martes: Recorrer Kruger (quizá haciendo también algún Game Drive) / Dormir en Satara

Día 12 18/09/2024 Miércoles: Recorrer Kruger (quizá haciendo también algún Game Drive) / Dormir en Satara

Día 13 19/09/2024 Jueves: Recorrer Kruger (quizá haciendo también algún Game Drive) / Dormir en Skukuza

Día 14 20/09/2024 Viernes: Safari en Kruger por la mañana temprano / Ruta Panorama / Dormir final Zona Panorama
(Al igual que con el día 7, este día podríamos saltárnoslo y añadirlo como día extra en Kruger o en cualquier otra reserva)

Día 15 21/09/2024 Sábado: Visita temprano zona (si no hemos hecho la Panorama y seguimos en Kruger, tenemos las primeras horas para un pequeño safari) / Rumbo al aeropuerto de Johannesburgo / Vuelo de vuelta a las 18:05

Día 16 22/09/2024 Domingo: Llegada a España


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