Día 27 de julio HELLISSANDUR- ISAFJORDUR
Este día cogíamos el Ferry a las 9 de la mañana hacia Isafjordur, de repente leemos que el check-in era media hora antes de la salida y nosotros habíamos calculado para llegar más o menos a las 9 así que salimos escopetados porque no llegábamos a esa hora, estábamos lejos, el ferry se cogía en Stykkishólmur llegamos por los pelos, cuando ya estaban todos embarcando, pero superamos esta prueba y empezamos a pasar frío, era un barco grande, pero nosotros queríamos estar en la cubierta para sacar todas las fotos posibles.
Conseguimos algunas fotos de puffins, unos pájaros muy simpáticos que luego veríamos más de cerca.
Conseguimos algunas fotos de puffins, unos pájaros muy simpáticos que luego veríamos más de cerca.
El ferry llega a Brjánslækur, cogimos el coche que habíamos embarcado con nosotros y empezamos el camino hacia Látrabjarg, un acantilado de 500m de caída donde anidan diferentes aves marinas, entre las que se encuentran las más buscadas, los frailecillos. Antes de llegar a Látrabjarg te encuentras un barco abandonado en la base de un fiordo cercano.
Antes de llegar allí pasamos por Tungurif donde hay una gigantesca playa de arena dorada.
Latrabjarg es una zona impresionante un acantilado de gran altura y además hacia un viento hipohuracanado. Daban ganas de echar a volar. Los puffins o frailecillos campaban a sus anchas por la zona superior de los acantilados, dejas el coche en un parking y subes andando hasta lo más alto del acantilado. Hicimos miles de fotos.
Nos vamos hacia Dynjandifoss, para llegar tenemos que dejar la “carretera” y tomar durante bastantes kilómetros una pista de tierra, para llegar a una gran cascada que estaba dividida como en tres partes, la superior era una catarata.
Llegamos a dormir al hotel Edda en Isafjordur, allí pasaríamos 2 noches. Una residencia de estudiantes muy limpia, ordenada, y aunque los baños son compartidos, no encontramos mucha gente para compartir. Los desayunos tipo buffet, donde podías hacerte los gofres en un aparato muy majo que nos costó aprender como se hacían pero que sería lo más requerido en los siguientes desayunos.