Tras despertarnos temprano nos fuimos a desayunar a la plaza. Los desayunos son de lo mejorcito que hay y la verdad que muy económicos. Después de desayunar dimos una vuelta por la plaza que a esas horas el ambiente era diferente. Donde la noche anterior había caos ahora la plaza estaba más tranquila y solo algún encantador de serpientes y algún hombre con monos la ambientaban. Nosotros nos echamos la foto con los monos porque a mí me hacía ilusión, pero tener cuidado porque allí en cuanto te descuidas te encasquetan el mono y luego te quieren cobrar. Son muy getas insisto.
Vimos detenidamente el zoco y poco a poco fuimos descubriendo las maravillas que se esconden. Marrakech, aunque es más ordenada que Fez, también tiene el don de hacer que te pierdas por lo que aunque es bueno tener una meta que visitar no pasa nada si uno se sale del trazado pues en lo que se descubre por casualidad esta lo bonito.
Vimos la mezquita de Koutobia, por fuera evidentemente, la madraza de Ben Youssef, que me pareció espectacular, el museo de Marrakech con un salón que tiene una de las lámparas más bonitas y grandes que se pueden ver, el museo Dar Si Said que tiene unos patios preciosos con tortugas por ahí sueltas y unos salones con fuentes muy bonitos. La verdad que lo de los museos la exposición es lo de menos porque lo verdaderamente bonito es la arquitectura y los patios que tienen.
Madraza Ben Joussef
Fuimos andando al cementerio judío, es un tanto austero pero tiene algunos panteones bastante bonitos y sobre todo es muy chulo ver el contraste de la llamada a la oración desde un cementerio judío. Visitamos el palacio Badi que sinceramente no merece mucho la pena más que por las vistas de Marakech que se ven desde las murallas y completamos la jornada merodeando nuevamente por el zoco y perdiéndonos por la plaza. Tomamos un café en una de las terrazas que hay en las casas que bordean la plaza y la verdad que aunque el precio sea de turista merece la pena ver atardecer mirando desde arriba el devenir de la plaza con el humo saliendo de los Pseudo bares, la silueta de la mezquita al fondo y la llamada a la oración inundando todo el ambiente. Aun se me ponen los pelos de punta al recordarlo
Vimos detenidamente el zoco y poco a poco fuimos descubriendo las maravillas que se esconden. Marrakech, aunque es más ordenada que Fez, también tiene el don de hacer que te pierdas por lo que aunque es bueno tener una meta que visitar no pasa nada si uno se sale del trazado pues en lo que se descubre por casualidad esta lo bonito.
Vimos la mezquita de Koutobia, por fuera evidentemente, la madraza de Ben Youssef, que me pareció espectacular, el museo de Marrakech con un salón que tiene una de las lámparas más bonitas y grandes que se pueden ver, el museo Dar Si Said que tiene unos patios preciosos con tortugas por ahí sueltas y unos salones con fuentes muy bonitos. La verdad que lo de los museos la exposición es lo de menos porque lo verdaderamente bonito es la arquitectura y los patios que tienen.
Madraza Ben Joussef
Fuimos andando al cementerio judío, es un tanto austero pero tiene algunos panteones bastante bonitos y sobre todo es muy chulo ver el contraste de la llamada a la oración desde un cementerio judío. Visitamos el palacio Badi que sinceramente no merece mucho la pena más que por las vistas de Marakech que se ven desde las murallas y completamos la jornada merodeando nuevamente por el zoco y perdiéndonos por la plaza. Tomamos un café en una de las terrazas que hay en las casas que bordean la plaza y la verdad que aunque el precio sea de turista merece la pena ver atardecer mirando desde arriba el devenir de la plaza con el humo saliendo de los Pseudo bares, la silueta de la mezquita al fondo y la llamada a la oración inundando todo el ambiente. Aun se me ponen los pelos de punta al recordarlo