Ese día madrugamos para ir a visitar Meknes. Meknes es un pueblo muy pequeño que está muy cerca de Fez y que se visita en una mañana perfectamente. Para mi gusto merece la pena pero eso si, no tiene nada que no tenga Fez o Marrakech. Lo más destacable es el mercado de donde son famosas las olivas y que se encuentra al lado de una plaza parecida a la de Marrakech, con su encanto también pero sin la ambientación de la de Marrakech. Luego la medina en sí se encuentra fortificada y lo más bonito que se puede visitar es Mausoleo de Mulay Ismaíl que es pequeño pero espectacular y donde hay que descalzarse para visitarlo. Visitamos la madraza bou inania muy bonita y parecida a la de Fez y dimos una vuelta por la plaza de armas para tomar rumbo de vuelta a Fez donde llegamos para comer.
Como conclusión Meknes merece la pena pero porque se encuentra muy cerca de Fez y lo visitable es poco pero muy bonito.
En Fez visitamos las tres madrazas famosas que hay: Attarine, Bou inania (Como la de Meknes) y Cherratine. A mí la que me dejo sin palabras fue la de Attarine, aunque la de Bou Inania tampoco tiene desperdicio. En la de Attarine lo curioso es que se puede observar a estudiantes actuales que se encuentran en la madraza, eso sí desde lejos ya que la zona que ellos transitan no es accesible para turista. Vagando por Fez vimos desde fuera algunas de sus mezquitas. En todos los barrios de la medina era obligatorio construirlos con una mezquita, una fuente y una panadería así que os podéis imaginar que hay miles de las tres. La mezquita que más se puede ver (desde fuera) es la Karaouine, nosotros nos quedamos un rato observando desde la puerta con los dientes largos porque si ya de por si lo que se veía desde afuera era bonito no me la quiero imaginar en su integridad. Lo mismo pasa con el mausoleo Mulay Idris, a diferencia que el de Meknes que si se puede visitar, este solo permite echar una ojeada desde la puerta y la verdad que dan ganas de hacerse pasar por musulmán solo para poder verlo por dentro.
Seguimos dando vueltas completamente perdidos alrededor de la plaza seffarine y decidimos ver el atardecer, aunque ya era tarde, desde lo alto. Hay un hotel al que te permiten acceder a la terraza desde donde se ve todo Fez, como saber llegar allí es imposible allí a los niños por un par de monedas les dices donde quieren que te lleven y te guían, eso sí, a una distancia de 5 metros para que no les multen. Cuando estéis en Fez os daréis cuente de que, aunque el hecho de hacer un uso así de los niños es poco ético, uno está tan perdido y se ve tan frustrado de no encontrar lo que quieres y andar solo en círculos que los niños al verte en tal situación están constantemente proponiéndote que te guían a donde quieras. Bueno, pues con nuestro guía llegamos al hotel “Palais Jamais” quien se pueda hospedar allí genial, pero nosotros en plan mochileros nos conformamos con subir a su terraza y contemplar unas vistas de Fez al atardecer de escándalo. Merece mucho la pena aunque sea tomarse allí un te tranquilamente alejado del caos de la medina y viéndola desde lo alto. Si uno sube un poco más alto, al salir del hotel, atravesará unas murallas encontrándose con unas vistas aún más espectaculares, aunque hay que decir que ya era casi de noche y el ambiente, al menos a mí, no me inspiraba mucha seguridad, así que echamos un par de fotos y de nuevo al caos de la medina.
Vista desde el Palai Jamais
Vagamos por las callejuelas y conseguimos comprar una botella de vino, para comprar alcohol allí en Fez había que irse a lo que es la "ciudad moderna" que esta anexa a la medina. Allí encontramos una tienda que vendía alcohol pero eso si, carisimo. De vuelta a la medina nos tomamos el vio en nuestra pensión (Volvimos a la misma pensión que el primer día porque la verdad nos gustó mucho) mientras hablábamos con una pareja de chilenos con la que coincidimos en la pensión.
Como conclusión Meknes merece la pena pero porque se encuentra muy cerca de Fez y lo visitable es poco pero muy bonito.
En Fez visitamos las tres madrazas famosas que hay: Attarine, Bou inania (Como la de Meknes) y Cherratine. A mí la que me dejo sin palabras fue la de Attarine, aunque la de Bou Inania tampoco tiene desperdicio. En la de Attarine lo curioso es que se puede observar a estudiantes actuales que se encuentran en la madraza, eso sí desde lejos ya que la zona que ellos transitan no es accesible para turista. Vagando por Fez vimos desde fuera algunas de sus mezquitas. En todos los barrios de la medina era obligatorio construirlos con una mezquita, una fuente y una panadería así que os podéis imaginar que hay miles de las tres. La mezquita que más se puede ver (desde fuera) es la Karaouine, nosotros nos quedamos un rato observando desde la puerta con los dientes largos porque si ya de por si lo que se veía desde afuera era bonito no me la quiero imaginar en su integridad. Lo mismo pasa con el mausoleo Mulay Idris, a diferencia que el de Meknes que si se puede visitar, este solo permite echar una ojeada desde la puerta y la verdad que dan ganas de hacerse pasar por musulmán solo para poder verlo por dentro.
Seguimos dando vueltas completamente perdidos alrededor de la plaza seffarine y decidimos ver el atardecer, aunque ya era tarde, desde lo alto. Hay un hotel al que te permiten acceder a la terraza desde donde se ve todo Fez, como saber llegar allí es imposible allí a los niños por un par de monedas les dices donde quieren que te lleven y te guían, eso sí, a una distancia de 5 metros para que no les multen. Cuando estéis en Fez os daréis cuente de que, aunque el hecho de hacer un uso así de los niños es poco ético, uno está tan perdido y se ve tan frustrado de no encontrar lo que quieres y andar solo en círculos que los niños al verte en tal situación están constantemente proponiéndote que te guían a donde quieras. Bueno, pues con nuestro guía llegamos al hotel “Palais Jamais” quien se pueda hospedar allí genial, pero nosotros en plan mochileros nos conformamos con subir a su terraza y contemplar unas vistas de Fez al atardecer de escándalo. Merece mucho la pena aunque sea tomarse allí un te tranquilamente alejado del caos de la medina y viéndola desde lo alto. Si uno sube un poco más alto, al salir del hotel, atravesará unas murallas encontrándose con unas vistas aún más espectaculares, aunque hay que decir que ya era casi de noche y el ambiente, al menos a mí, no me inspiraba mucha seguridad, así que echamos un par de fotos y de nuevo al caos de la medina.
Vista desde el Palai Jamais
Vagamos por las callejuelas y conseguimos comprar una botella de vino, para comprar alcohol allí en Fez había que irse a lo que es la "ciudad moderna" que esta anexa a la medina. Allí encontramos una tienda que vendía alcohol pero eso si, carisimo. De vuelta a la medina nos tomamos el vio en nuestra pensión (Volvimos a la misma pensión que el primer día porque la verdad nos gustó mucho) mientras hablábamos con una pareja de chilenos con la que coincidimos en la pensión.