El martes amanece nublado y de nuevo con viento, que al parecer los Alisios no quisieron perderse nuestra semana en Lanzarote, así que cambiamos un poco los planes y pusimos rumbo al norte para ir a los puntos turísticos por excelencia de la isla.
Comenzamos por el Jardín de Cactus, que fue el último trabajo realizado por César Manrique en Lanzarote y está situado en una antigua cantera de arena volcánica cerca del pueblo de Guatiza. No es muy grande pero puede resultar interesante por la variedad de formas, colores y tamaños de los ejemplares que pueden verse.
Entre los más de siete mil cactus que componen la colección, algunos son autóctonos de Canarias pero también los hay de diferentes zonas desérticas del mundo.
En el recinto también hay un restaurante, una pequeña tienda y un molino que puede verse por dentro. Y si os entran ganas de ir al baño este es el mejor lugar porque no encontraréis el típico cartel en la puerta.
Comenzamos por el Jardín de Cactus, que fue el último trabajo realizado por César Manrique en Lanzarote y está situado en una antigua cantera de arena volcánica cerca del pueblo de Guatiza. No es muy grande pero puede resultar interesante por la variedad de formas, colores y tamaños de los ejemplares que pueden verse.
Entre los más de siete mil cactus que componen la colección, algunos son autóctonos de Canarias pero también los hay de diferentes zonas desérticas del mundo.
En el recinto también hay un restaurante, una pequeña tienda y un molino que puede verse por dentro. Y si os entran ganas de ir al baño este es el mejor lugar porque no encontraréis el típico cartel en la puerta.
Entre Guatiza y Mala se extiende la zona por excelencia de cultivo de tuneras o chumberas, así que nos detenemos a hacer unas cuantas fotos del paisaje.
Resulta que en las chumberas se crían unas cochinillas de las que luego se extrae un colorante natural llamado ácido carmínico, que se usa mucho en la industria agroalimentaria (en conservas y zumos de tomate, como colorante de embutidos, para helados...), como tintes para la ropa e incluso en cosmética.
Aunque en el siglo XIX las Islas Canarias eran un gran exportador de este producto, su cultivo se fue abandonando paulatinamente hasta quedar reducido a esta parte de la isla.
Resulta que en las chumberas se crían unas cochinillas de las que luego se extrae un colorante natural llamado ácido carmínico, que se usa mucho en la industria agroalimentaria (en conservas y zumos de tomate, como colorante de embutidos, para helados...), como tintes para la ropa e incluso en cosmética.
Aunque en el siglo XIX las Islas Canarias eran un gran exportador de este producto, su cultivo se fue abandonando paulatinamente hasta quedar reducido a esta parte de la isla.
Se nos hicieron las doce sin enterarnos, así que tiramos hasta Arrieta para comer allí.
Y cuando salimos del restaurante, ¿a quién nos encontramos? Pues a las chicas francesas que habían hecho la ruta Termesana con nosotros.
Nos contamos un poco lo que íbamos a hacer durante el día, que era básicamente lo mismo pero en el orden inverso, y nos despedimos recomendándoles el sitio donde acabábamos de comer.
Y cuando salimos del restaurante, ¿a quién nos encontramos? Pues a las chicas francesas que habían hecho la ruta Termesana con nosotros.
Nos contamos un poco lo que íbamos a hacer durante el día, que era básicamente lo mismo pero en el orden inverso, y nos despedimos recomendándoles el sitio donde acabábamos de comer.
Llegamos a los Jameos del Agua, que se localizan en un tubo volcánico al pie del volcán de la Corona. Un jameo viene a ser un agujero que se forma al precipitarse el techo de un túnel y como estos tienen agua, pues no pensaron más para elegir el nombre.
Los Jameos del Agua fueron la primera atracción turística arquitectónica diseñada por Manrique allá por 1968, que delegó parte del proyecto en su colaborador y también artista Jesús Soto.
El lago que hay dentro se debe a la filtración de agua, ya que está por debajo del nivel del mar, y aquí es donde viven los famosos cangrejitos albinos.
El lago que hay dentro se debe a la filtración de agua, ya que está por debajo del nivel del mar, y aquí es donde viven los famosos cangrejitos albinos.
Después entramos a la Cueva de los Verdes, llamada así porque dentro vivieron unos marcianos de color verde que fueron devorados por los cangrejos.
¿No os lo creéis?
Pues hacéis muy bien, pero es que mientras preparaba el viaje estuve dándole vueltas al motivo de que se llamara así y no he podido resistirme a compartir la teoría que más me gustaba.
Pero lo cierto es que una vez más apelaron a la originalidad y pensaron: ¿De quién era la cueva? De una familia que se apellidaba Verdes. Pues ya está, la Cueva de los Verdes.
¿No os lo creéis?
Pues hacéis muy bien, pero es que mientras preparaba el viaje estuve dándole vueltas al motivo de que se llamara así y no he podido resistirme a compartir la teoría que más me gustaba.
Pero lo cierto es que una vez más apelaron a la originalidad y pensaron: ¿De quién era la cueva? De una familia que se apellidaba Verdes. Pues ya está, la Cueva de los Verdes.
En esta ocasión fue el lanzaroteño Jesús Soto quien se encargó de la iluminación y de diseñar el recorrido a seguir durante la visita.
Está permitido hacer fotos y te van explicando cosas sobre cómo y cuándo se formó, ya que es parte del mismo tubo volcánico donde están los Jameos y que también tiene un tramo sumergido bajo el mar al que llaman el Túnel de la Atlántida (este nombre ya me gustó más ).
Al igual que en los Jameos también hay un auditorio en su interior donde hacen conciertos de vez en cuando y hasta aquí puedo contar.
Quien quiera saber el secreto de la Cueva de los Verdes , que vaya a Lanzarote.
Está permitido hacer fotos y te van explicando cosas sobre cómo y cuándo se formó, ya que es parte del mismo tubo volcánico donde están los Jameos y que también tiene un tramo sumergido bajo el mar al que llaman el Túnel de la Atlántida (este nombre ya me gustó más ).
Al igual que en los Jameos también hay un auditorio en su interior donde hacen conciertos de vez en cuando y hasta aquí puedo contar.
Quien quiera saber el secreto de la Cueva de los Verdes , que vaya a Lanzarote.
El día no mejoraba y conforme íbamos hacia el Mirador del Río sabíamos lo que nos esperaba ya que las nubes estaban a la altura de la carretera, así que no entramos. Fue una pena que estuviera tan nublado los dos días que subimos hacia el norte porque me habían gustado mucho las fotos de La Graciosa que había visto en otros diarios, pero otra vez será.
De todas las maneras os dejo la prueba de que estuvimos allí.
De todas las maneras os dejo la prueba de que estuvimos allí.
Todavía entre nubes, bajamos por Haría hasta Teguise. Conscientemente elegimos un día sin mercadillo (que se celebra los domingos) para poder visitarlo con calma y sin agobios de gente y la verdad es que me gustó. Además había bastantes tiendas con cosas típicas para regalar y aprovechamos para comprar algunas cosillas.
Junto a Teguise está el Castillo de Santa Bárbara, donde hay un museo de la piratería, pero el viento venía bastante frío y húmedo, así que ya tiramos hacia Puerto del Carmen.