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18 de marzo
Creo que ya me he adaptado al nuevo horario, y empieza la rutina de ducha y bajar a la zona común a por el desayuno (muy poco variado), en el pequeño comedor, atestado de gente de todas las edades y nacionalidades por lo que veo.
Salgo del hostel en dirección a la 8ª avenida, y subo por ella hasta llegar al cruce con la 40 o 41, en la que se encuentra la estación de autobuses de la ciudad, la PORT AUTORITHY BUS TERMINAL. Subo hasta la 42 y tuerzo al este para llegar a TIMES SQUARE, con sus cientos de anuncios de neón y de obras de teatro. En esta plaza confluyen la calle 42, la 7ª avenida y Broadway, que atraviesa en diagonal desde la calle 10 en sentido noroeste. Supongo que la llegada de noche a la plaza debe ser espectacular, con todas las luces en marcha, pero de día también impone lo suyo.
Las famosas escaleras de Times Square están casi vacías y aprovecho para sacar unas fotos y embobarme con el ambiente de la zona. Tiendas, taquillas de teatro y bares, en uno de los cuales están filmando algún tipo de noticias en directo, con todo el escaparate lleno de espontáneos curioseando y chupando cámara. Para quitarme un poco el frío de encima, entro en una tienda de souvenirs y milagrosamente no compro nada, pero le echo el ojo a un par de prendas que más tarde caerán...
Sigo al este por la 42 hasta llegar a GRAND CENTRAL TERMINAL, la estación de tren y metro en la que tantas y tan famosas escenas se han filmado en películas de Hollywood. New York es como un gran plató, cualquier rincón nos es familiar de alguna película o serie de TV. El centro de la estación, adornado con una gigantesca bandera de Estados Unidos y el reloj de la garita de información, bulle de actividad. Pasajeros que cambian de línea, que llegan, que se van, o simplemente turistas que no quieren perderse la oportunidad de poder decir que han estado allí. El techo, con las constelaciones pintadas es fantástico, y los grandes ventanales por los que entra la luz del sol proporcionan buena iluminación para las fotos. En los niveles inferiores, aparte de los andenes de tren y metro, innumerables tiendas y puestos de comida.
Salgo de la estación y en lugar de dirigirme a la base del Chrysler, subo hacia el norte, pasando por el Distrito de los Diamantes, lleno de joyerías y judíos con la típica pinta que todos conocemos, hasta llegar al ROCKEFELLER CENTER, pasando junto al RADIO CITY MUSIC HALL, al que no entro, porque sinceramente no tengo ni idea de qué es.
Una vez en el Rockefeller, observo un rato la pista de hielo y sus patinadores, y cuando el frío empieza a hacer mella en mi otra vez, entro en busca de la taquilla de venta de entradas para el mirador (TOP OF THE ROCK).
Una vez adquirido el abono llamado "Sun and Stars", que permite la entrada de día y al anochecer (35$??), me pongo en la cola y sigo hasta el control de seguridad. Muy chulo yo, creo que pasará como en el Empire State y me guardarán la navaja, pero me dicen que no guardan nada y por lo tanto no puedo subir sin perderla. Me comentan que me pueden cambiar la entrada para otra hora o día y así lo hago. Mañana vuelvo, y sin navaja! Ya fuera del edificio, la típica foto del Atlas con la bola del mundo, y a seguir la ruta.
Estoy en la 5ª avenida, hogar de algunas de las tiendas más elitistas del mundo, y de grandes contrastes, como la SAINT PATRICK CATHEDRAL, junto a modernos rascacielos. La Catedral está en obras, tanto de restauración de la fachada como del interior, y se ven más andamios que crucifijos, aunque la espectacular "Piedad" de Miguel Ángel se puede ver perfectamente. Más abajo, en la misma 5ª avenida, cerca del límite sur de Central Park, se encuentra la tienda de Tiffany's. Me paro media horita y aprovecho para comer en un "deli", así descanso los pies que me están matando (no he traído el calzado adecuado por lo visto...).
Después de comer, sigo andando en dirección sur por la 5ª avenida, llego otra vez al cruce con la 42, y justo delante mío tengo la NEW YORK PUBLIC LIBRARY, en la que entro por curiosidad, a ver si se pueden hacer fotos. Es enorme! Infinidad de pasillos de mármol y salas silenciosas, con gente trabajando, leyendo o disfrutando de las terminales de ordenador con conexión a internet gratuitas de la biblioteca. Una vez vistas unas cuantas salas de los centenares existentes, me doy por satisfecho y continúo andando, esta vez por la 42 hacia el este, hasta el pie del CHRYSLER BUILDING, espléndido, con su cúpula hecha de partes de automóvil y las gárgolas que sobresalen en diferentes pisos. Unas cuantas fotos más, y bajo dirección downtown por Lexington Avenue, entre la 3ª avenida y Park Avenue. De hecho la 4ª avenida no existe, sino que entre la 3ª y la 5ª, se sitúan Lexington, Park y Madison (de este a oeste).
Llego por Lexington hasta GRAMERCY PARK, entre la 20 y la 21, y empiezo a volver al oeste, bajando un poco más para entrar en UNION SQUARE, dónde veo una tienda de Barnes & Noble, la famosa cadena de librerías, y entro a echar un vistazo rápido. Vuelvo al hostel, subiendo por tramos de la 17, 18 y 20, siempre al oeste. Descanso un buen rato en mi cama, aprovecho para conectarme al wifi del hostel y ver un par de capítulos en la Tablet, antes de volver a salir. Esta vez cojo el metro, línea A (azul), en la 8ª con 23, y voy uptown hasta PENN STATION, dónde bajo y voy por la 34 al este hasta la 9ª para entrar en una de las mayores tiendas de artículos de fotografía del mundo: B & H. En la 34 está el parking para clientes, con los típicos aparcamientos en varios niveles verticales para aprovechar espacio de la ciudad.
Me quedo con la boca abierta de la cantidad, calidad y variedad de artículos y dependientes del lugar, pero me voy sin haber encontrado el gran angular que busco para mi Nikon. Un pelín decepcionado, cojo la 34 y voy hasta la 6ª, en que pillo el metro línea B (naranja), hasta el Rockefeller Center para ver anochecer. Mala suerte, en la entrada me informan que debido a la niebla, la visibilidad es nula y que me cambiarán (otra vez) la entrada para mañana. Menudo día... Deshago el camino en metro (línea B hasta 34 con 6ª) y camino hasta Penn Station, dónde cojo la línea 1 (roja), hasta la 14 con 7ª y subo andando hasta el hotel, parando a comprar la cena para comer en la habitación. Otro "deli", y en el corto tramo que tengo que andar hasta el hostel, empieza a nevar copiosamente. En pocos minutos se ha formado una capa de varios centímetros en el suelo, y el viento amenaza con tirarme a mí y a mi cena al suelo. Al llegar al hostel, ceno y me meto exhausto en la cama, con la impresión de que mañana veré New York blanco...
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