“Recóndito: Muy escondido, reservado u oculto” Y así es Yernes, un pequeño pueblo de la Asturias profunda hogar de menos de 50 personas y que da nombre al concejo menos poblado de Asturias (Yernes y Tameza), y uno de los mayores desconocidos.
Pero ser recóndito y estar practicamente aislado no es sinónimo de no ser bonito, y Yernes lo es, y mucho. Con la esencia de la Asturias más rural y profunda, con las gallinas correteando por el medio del pueblo y el ganado suelto por el monte a su libre albedrío, pasar aquí un día es retroceder varias décadas atrás. Que bonito este valle perdido de la mano de Dios.
Después del Aramo había ganas de calzarse otra vez las botas y subir al monte, y un artículo leído en internet sobre el Aula Vital de Yernes y descubrir una ruta circular por el entorno del pueblo con múltiples desvíos para alargarla lo que permitiese el cuerpo hicieron que tuviésemos claro el destino.
Y el día elegido fue el lunes 10 de marzo, día de descanso en la facultad (no tengo horas de descanso pero a cambio mis semanas son de martes a viernes, así da gusto jeje) de mucho sol y calor (más de 20º) que nos permitieron ir en camiseta y de pantalones cortos, una gozada.
COMO LLEGAR
La ruta empieza en el pueblo de Yernes. Para llegar a él se hace desde Grado, donde se llega por autopista (A-63) que se toma a la altura de Oviedo. Una vez en Grado seguimos las indicaciones hacia La Espina y Ayuntamiento hasta que en una rotonda sale el desvío de Tameza (ojo que en las rotondas solo se puede ir por fuera si vas a tomar la primera salida) A los 2 kilómetros por la carretera de Tameza sale un desvío a mano izquierda hacia Yernes (ojo, no está señalizado con un cartel grande sino con uno pequeño, así que hay que estar atento) Una vez tomada esta carretera solo hay que seguirla hasta el pueblo, y para aparcar pues buscar cualquier sitio donde no molesteis la salida de una casa.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 18 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 748 metros
Cota máxima: Pico La Loral (1.247 metros)
Itinerario: Circular
Niños: Si están de andar (el peligro es nulo), si no lo pueden hacer sin desviarse a los picos o solo uno (el único problema sería el cansancio)
Señalización: Perfecta
LA RUTA
La carretera pasa por el medio del pueblo, y hay una señal que nos indica Cuevallagar y el Aula Vital, seguimos la dirección y subimos hasta toparnos con el cartel de la ruta, podemos tomar el camino principal (es una carretera mal asfaltada) o un camino de piedras hacia La Collada. Es circular, pero empezamos hacia la derecha (camino principal) por intuición y acertamos. Por ambos caminos se empieza subiendo, pero la subida de la izquierda (que luego bajaríamos) es bastante empinada y dura, eso nada más empezar te mata.
Empezamos a subir por una carretera 3 kilómetros deleitándonos con los paisajes, ganando poco a poco altura hasta llegar a la Braña Senra, un conjunto de cabañas de ganaderos muy arregladas, seguro que sigue viviendo gente aquí.
En la braña se acaba la carretera que deja paso a una pista ganadera, ascendemos hasta ganar el Collado Fancuaya, donde un cartel derribado por el viento, pero que sirve para guiarnos, nos indica que el Loral queda a la derecha, dejando la ruta a mano izquierda. Parece que el pico está al lado, pero es una ilusión óptica.
Y no hace gracia creer que es poco cuando al llegar a la "cima" te queda más de lo que has recorrido, es un prado algo empinado pero sin mayor dificultad, eso sí, con el sol y sin una sola sombra se agradece al llegar a la cumbre de hoy, el Pico Loral (1.247 metros)
Las vistas desde esta cima son privilegiadas, mirando hacia el sur nos topamos con la Cordillera Cantábrica
Tras el valle de Proaza, y mirando algo hacia la derecha vemos Somiedo y sus cumbres nevadas, que ganas de hacerles alguna visitilla en primavera cuando el deshielo lo permita.
Y bajo nosotros brañas y aldeas de este rincón escondido de este Paraíso llamado Asturias.
Y aquí va una panorámica, las vistas son muy buenas, es la cima del macizo y se nota en un día claro y soleado como hoy.
Desde el pico y sobre el mapa es facilísimo llegar a Cuevallagar, pero una vez allí la cosa cambia y no sé porque me dio por pensar que había que girar a la izquierda (siguiendo el rumbo de la subida) y eso hicimos, bajando ladera abajo donde nos topamos con unos preciosos caballos pastando en libertad (había muchos en la ruta, pero estos eran especialmente guapos)
Y bueno, pues gracias a mi enorme orientación (toda una leyenda de este foro como es Kotis por mucho que se autocritique es el Doctor Livingstone a mi lado) pues acabé siguiendo el sendero PR AS-235, es decir, el circular sin rastro de esta preciosa pradera. Sigo sin explicármelo.
Bueno, pues seguimos caminando y llegamos a Brañas Negras, la braña que se veía desde el pico, bastante maja ella, y muy bien remodelada; y a los pocos metros el Aula Vital, un albergue-taller para acercar a los críos a la naturaleza, y que mejor lugar que aquí. Pues bien, está genial montado, pero tiene pinta de que se dejó de usar, una pena. Está cercado, pero bueno, la valla se abría facilmente (parecía hecha para disuadir el ganado más que a las personas) y entramos a comer en las mesas que hay, que se agradece.
Al lado del Aula hay una especie de jardin botánico, con 3 sectores, uno con plantas de otras partes del mundo, otro con plantas de otras partes de España y la última y más grande con plantas autoctónas; hay muchos carteles, pero está superabandonado.
Sabía de la existencia de un pico en las cercanías, el Buey Muerto, y tras acabar de comer y de un rato echados eran las 2 y poco, y nos quedaban solo 3 kilómetros hasta el coche (o eso pensábamos, que luego se alargó la cosa, siguiendo carteles nos volvimos a perder), así que empezamos a subirlo. Decir que ambos picos son muy fáciles, no tienen pendientes fuertes ni peligros ni nada, es caminar por un prado cuesta arriba.
A medio camino está el Gatu, que con sus 1.021 metros se queda a tan solo uno del Buey Muerto, la verdad es que las vistas desde esta primera cima son bastante buenas, se ven todos los valles de Grado (perdón por la calidad de la foto, es más guapo de lo que aparenta ser)
De camino hacia el Buey Muerto, abre el día hacia Oriente y se aprecian muy al fondo y con una neblina casi mística los Picos, dueños y señores de la geografía asturiana, vayas donde vayas se ven si el día es claro, aunque sea muy al fondo.
Y también se tienen buenas vistas de nuestra última cima, el Gamonal y el Moncuevu, en la Sierra del Aramo, es la sierra de al lado (con el Valle del Oso de por medio)
Mirando hacia el Norte tenemos unas vistas preciosas de los valles y el verde, viendo también a Oviedo protegido por las montañas que lo rodean. Si en el Loral se tenían vistas preciosas de la montaña, en el Buey Muerto se tienen de los valles, si podeis subir a los dos porque las vistas son chulísimas.
Y ya bajando del pico, nos damos la vuelta y nos topamos con la luna, en pleno día, para redondear el día.
De ahí al coche parecía un paseo en bajada, pero nada de eso, una bajada estrecha, por un camino empedrado y que, aunque no suponía un riesgo de caídas grave, machacaba las rodillas, seguimos los carteles hacia Yernes y el sendero te deja en la carretera a 800 metros o así, pero de subida y a pleno sol, para acabar el día reventados y desplomados al sentarnos en el coche.
Un muy buen día de monte conociendo esta zona tan recóndita y perdida de Asturias, pero que nos prestó por la vida.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33243
Pero ser recóndito y estar practicamente aislado no es sinónimo de no ser bonito, y Yernes lo es, y mucho. Con la esencia de la Asturias más rural y profunda, con las gallinas correteando por el medio del pueblo y el ganado suelto por el monte a su libre albedrío, pasar aquí un día es retroceder varias décadas atrás. Que bonito este valle perdido de la mano de Dios.
Después del Aramo había ganas de calzarse otra vez las botas y subir al monte, y un artículo leído en internet sobre el Aula Vital de Yernes y descubrir una ruta circular por el entorno del pueblo con múltiples desvíos para alargarla lo que permitiese el cuerpo hicieron que tuviésemos claro el destino.
Y el día elegido fue el lunes 10 de marzo, día de descanso en la facultad (no tengo horas de descanso pero a cambio mis semanas son de martes a viernes, así da gusto jeje) de mucho sol y calor (más de 20º) que nos permitieron ir en camiseta y de pantalones cortos, una gozada.
COMO LLEGAR
La ruta empieza en el pueblo de Yernes. Para llegar a él se hace desde Grado, donde se llega por autopista (A-63) que se toma a la altura de Oviedo. Una vez en Grado seguimos las indicaciones hacia La Espina y Ayuntamiento hasta que en una rotonda sale el desvío de Tameza (ojo que en las rotondas solo se puede ir por fuera si vas a tomar la primera salida) A los 2 kilómetros por la carretera de Tameza sale un desvío a mano izquierda hacia Yernes (ojo, no está señalizado con un cartel grande sino con uno pequeño, así que hay que estar atento) Una vez tomada esta carretera solo hay que seguirla hasta el pueblo, y para aparcar pues buscar cualquier sitio donde no molesteis la salida de una casa.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 18 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 748 metros
Cota máxima: Pico La Loral (1.247 metros)
Itinerario: Circular
Niños: Si están de andar (el peligro es nulo), si no lo pueden hacer sin desviarse a los picos o solo uno (el único problema sería el cansancio)
Señalización: Perfecta
LA RUTA
La carretera pasa por el medio del pueblo, y hay una señal que nos indica Cuevallagar y el Aula Vital, seguimos la dirección y subimos hasta toparnos con el cartel de la ruta, podemos tomar el camino principal (es una carretera mal asfaltada) o un camino de piedras hacia La Collada. Es circular, pero empezamos hacia la derecha (camino principal) por intuición y acertamos. Por ambos caminos se empieza subiendo, pero la subida de la izquierda (que luego bajaríamos) es bastante empinada y dura, eso nada más empezar te mata.
Empezamos a subir por una carretera 3 kilómetros deleitándonos con los paisajes, ganando poco a poco altura hasta llegar a la Braña Senra, un conjunto de cabañas de ganaderos muy arregladas, seguro que sigue viviendo gente aquí.
En la braña se acaba la carretera que deja paso a una pista ganadera, ascendemos hasta ganar el Collado Fancuaya, donde un cartel derribado por el viento, pero que sirve para guiarnos, nos indica que el Loral queda a la derecha, dejando la ruta a mano izquierda. Parece que el pico está al lado, pero es una ilusión óptica.
Y no hace gracia creer que es poco cuando al llegar a la "cima" te queda más de lo que has recorrido, es un prado algo empinado pero sin mayor dificultad, eso sí, con el sol y sin una sola sombra se agradece al llegar a la cumbre de hoy, el Pico Loral (1.247 metros)
Las vistas desde esta cima son privilegiadas, mirando hacia el sur nos topamos con la Cordillera Cantábrica
Tras el valle de Proaza, y mirando algo hacia la derecha vemos Somiedo y sus cumbres nevadas, que ganas de hacerles alguna visitilla en primavera cuando el deshielo lo permita.
Y bajo nosotros brañas y aldeas de este rincón escondido de este Paraíso llamado Asturias.
Y aquí va una panorámica, las vistas son muy buenas, es la cima del macizo y se nota en un día claro y soleado como hoy.
Desde el pico y sobre el mapa es facilísimo llegar a Cuevallagar, pero una vez allí la cosa cambia y no sé porque me dio por pensar que había que girar a la izquierda (siguiendo el rumbo de la subida) y eso hicimos, bajando ladera abajo donde nos topamos con unos preciosos caballos pastando en libertad (había muchos en la ruta, pero estos eran especialmente guapos)
Y bueno, pues gracias a mi enorme orientación (toda una leyenda de este foro como es Kotis por mucho que se autocritique es el Doctor Livingstone a mi lado) pues acabé siguiendo el sendero PR AS-235, es decir, el circular sin rastro de esta preciosa pradera. Sigo sin explicármelo.
Bueno, pues seguimos caminando y llegamos a Brañas Negras, la braña que se veía desde el pico, bastante maja ella, y muy bien remodelada; y a los pocos metros el Aula Vital, un albergue-taller para acercar a los críos a la naturaleza, y que mejor lugar que aquí. Pues bien, está genial montado, pero tiene pinta de que se dejó de usar, una pena. Está cercado, pero bueno, la valla se abría facilmente (parecía hecha para disuadir el ganado más que a las personas) y entramos a comer en las mesas que hay, que se agradece.
Al lado del Aula hay una especie de jardin botánico, con 3 sectores, uno con plantas de otras partes del mundo, otro con plantas de otras partes de España y la última y más grande con plantas autoctónas; hay muchos carteles, pero está superabandonado.
Sabía de la existencia de un pico en las cercanías, el Buey Muerto, y tras acabar de comer y de un rato echados eran las 2 y poco, y nos quedaban solo 3 kilómetros hasta el coche (o eso pensábamos, que luego se alargó la cosa, siguiendo carteles nos volvimos a perder), así que empezamos a subirlo. Decir que ambos picos son muy fáciles, no tienen pendientes fuertes ni peligros ni nada, es caminar por un prado cuesta arriba.
A medio camino está el Gatu, que con sus 1.021 metros se queda a tan solo uno del Buey Muerto, la verdad es que las vistas desde esta primera cima son bastante buenas, se ven todos los valles de Grado (perdón por la calidad de la foto, es más guapo de lo que aparenta ser)
De camino hacia el Buey Muerto, abre el día hacia Oriente y se aprecian muy al fondo y con una neblina casi mística los Picos, dueños y señores de la geografía asturiana, vayas donde vayas se ven si el día es claro, aunque sea muy al fondo.
Y también se tienen buenas vistas de nuestra última cima, el Gamonal y el Moncuevu, en la Sierra del Aramo, es la sierra de al lado (con el Valle del Oso de por medio)
Mirando hacia el Norte tenemos unas vistas preciosas de los valles y el verde, viendo también a Oviedo protegido por las montañas que lo rodean. Si en el Loral se tenían vistas preciosas de la montaña, en el Buey Muerto se tienen de los valles, si podeis subir a los dos porque las vistas son chulísimas.
Y ya bajando del pico, nos damos la vuelta y nos topamos con la luna, en pleno día, para redondear el día.
De ahí al coche parecía un paseo en bajada, pero nada de eso, una bajada estrecha, por un camino empedrado y que, aunque no suponía un riesgo de caídas grave, machacaba las rodillas, seguimos los carteles hacia Yernes y el sendero te deja en la carretera a 800 metros o así, pero de subida y a pleno sol, para acabar el día reventados y desplomados al sentarnos en el coche.
Un muy buen día de monte conociendo esta zona tan recóndita y perdida de Asturias, pero que nos prestó por la vida.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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