La ruta la realizamos el viernes 22 de agosto, un día para el que daban nubes y que acabó siendo un mal día para ir de monte por la zona de Aller, con la niebla enganchada en los picos (si bien no era muy densa y un compañero conocía muy bien la ruta -que no tiene ninguna pérdida- recordad, la seguridad siempre lo primero).
El objetivo de hoy era Peña Mea (1.558 metros), entre el concejo de Laviana y el de Aller, techo del primero, y muy conocido en la montaña asturiana, no por su altura, sino por su famoso Ojo de Buey. Un amigo llevaba meses diciéndome por activa y por pasiva que teníamos que ir a Peña Mea, que me iba a encantar. Así que allí que nos fuimos, y teniamos razón, y eso que desde la cima no se veía nada, que las vistas son muy buenas en los días despejados. La ruta en sí es muy física (se suben 900 metros en menos de 6 kms.) pero sin apenas peligros.
COMO LLEGAR
Es fácil llegar, debemos tirar como si fuéramos a San Isidro (coger la A-66 y salirnos en la desviación Ujo-Moreda), debiendo seguir siempre la cartelería hacia Moreda por la AS-112. Seguimos esta carretera y pasamos Moreda y Cabañaquinta. Poco despues de Cabañaquinta entramos en Levinco. A la entrada del pueblo ya se indica que hay que girar a la izquierda para Pelúgano, estamos atentos y tomamos el cruce. Tras un par de kilómetros llegamos a Pelúgano, pero debemos seguir hacia arriba (Barrio Alto) y aparcar junto a la iglesia.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 12 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 950 metros
Cota máxima: Peña Mea (1.558 metros)
Itinerario: Lineal (ida y vuelta)
Niños: Quiza sea demasiado física para ellos, aunque no tiene riesgos de caídas.
Señalización: Perfecta (principalmente rayas y cruces pintadas)
LA RUTA
Por error empezamos la ruta en la parte de abajo del pueblo muy pronto, a esto de las nueve y media; lo que nos sumó alguna docena de metros al ya abultado desnivel acumulado. Tras subir al barrio de arriba tenemos un mirador con una mesa (aquí comeríamos al bajar), y tras nosotros la iglesia donde deberíamos haber aparcado el coche.
Subimos entonces por una pista muy bien señalizada que sigue la Etapa 10 de la GR 109 (la Asturias Interior) entre Beyo y Entrialgo. Al llegar a lo alto de la pista, un desvío nos lleva a nuestro destino, está bien indicado con un cartelín. Estábamos por dentro de la niebla e incluso empezamos a superarla, habíamos ganado ya bastantes metros y veíamos casas de pastores en el valle.
Este tranquilo camino nos lleva a la dura canal, lo más exigente de la ruta, que nos hace ganar mucha altitud en pocos metros, rompe mucho las piernas y la verdad, me costó llegar arriba, acabé exhausto. Lo bueno es que tiene un camino perfectamente marcado en zigzag que nos deja descansar un poco.
En la canal se abren varias cuevas donde se refugia el ganado cuando hay mal tiempo, como esta.
Y casi cuando estamos arriba nos encontramos con el imponente Ojo de Buey, me sorprendieron muchísimo sus dimensiones pues me lo imaginaba más pequeño, mido en torno a 1,80, ¡y no llegaba ni a la mitad de la pared que hay debajo de la apertura! Es enorme, espectacular. Toda la ruta merece la pena sólo por ver este prodigio de la naturaleza.
En la parte de arriba estaban pastando unas cabras que huyeron al vernos, ¡parecen el ejército de la niebla en la foto que les hice!
Cresteamos un poco y nos tuvimos que enfrentar a otra canal, que me desmoralizó muchísimo, iba muy cansado y me costó superarla. Pero al llegar arriba vi emerger entre la niebla el vértice geodésico, estaba alto pero practicamente corrí hacia el y al llegar a la cima me abracé exhausto y todo. Eran algo menos de las 12 (nos llevó dos horas y media largas subir al pico) y picamos algo y nos rehidratamos.
Las vistas eran nulas, viendo solo las peñas de alrededor, una verdadera pena. Quedamos en volver un día que dieran despejado y subir desde Fresnedo (Laviana), para cambiar un poco y para ver toda la Montaña Central, visible desde esta atalaya a caballo entre Aller y Laviana
Empezamos a bajar y cuando llegamos a la parte de arriba de la primera canal empezó a abrir el día, dejándonos ver los valles de Laviana y el de Pelúgano, además de dejarnos ver algunos riscos practicamente verticales de enfrente.
Empezamos a arrepentirnos de haber madrugado tanto, pero fue solo un espejismo, la niebla de abajo simplemente subió hacia la cima, como veríamos tras bajar la canal (es exigente para las rodillas bajar tanta pendiente) y enlazar con la pista, al mirar hacia la cumbre que acabábamos de hacer.
Y tras esto volvíamos al coche con la satisfacción de haber coronado un pico exigente y con las ganas de volver para disfrutar de las vistas que se tienen desde esta cumbre
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33243
El objetivo de hoy era Peña Mea (1.558 metros), entre el concejo de Laviana y el de Aller, techo del primero, y muy conocido en la montaña asturiana, no por su altura, sino por su famoso Ojo de Buey. Un amigo llevaba meses diciéndome por activa y por pasiva que teníamos que ir a Peña Mea, que me iba a encantar. Así que allí que nos fuimos, y teniamos razón, y eso que desde la cima no se veía nada, que las vistas son muy buenas en los días despejados. La ruta en sí es muy física (se suben 900 metros en menos de 6 kms.) pero sin apenas peligros.
COMO LLEGAR
Es fácil llegar, debemos tirar como si fuéramos a San Isidro (coger la A-66 y salirnos en la desviación Ujo-Moreda), debiendo seguir siempre la cartelería hacia Moreda por la AS-112. Seguimos esta carretera y pasamos Moreda y Cabañaquinta. Poco despues de Cabañaquinta entramos en Levinco. A la entrada del pueblo ya se indica que hay que girar a la izquierda para Pelúgano, estamos atentos y tomamos el cruce. Tras un par de kilómetros llegamos a Pelúgano, pero debemos seguir hacia arriba (Barrio Alto) y aparcar junto a la iglesia.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 12 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 950 metros
Cota máxima: Peña Mea (1.558 metros)
Itinerario: Lineal (ida y vuelta)
Niños: Quiza sea demasiado física para ellos, aunque no tiene riesgos de caídas.
Señalización: Perfecta (principalmente rayas y cruces pintadas)
LA RUTA
Por error empezamos la ruta en la parte de abajo del pueblo muy pronto, a esto de las nueve y media; lo que nos sumó alguna docena de metros al ya abultado desnivel acumulado. Tras subir al barrio de arriba tenemos un mirador con una mesa (aquí comeríamos al bajar), y tras nosotros la iglesia donde deberíamos haber aparcado el coche.
Subimos entonces por una pista muy bien señalizada que sigue la Etapa 10 de la GR 109 (la Asturias Interior) entre Beyo y Entrialgo. Al llegar a lo alto de la pista, un desvío nos lleva a nuestro destino, está bien indicado con un cartelín. Estábamos por dentro de la niebla e incluso empezamos a superarla, habíamos ganado ya bastantes metros y veíamos casas de pastores en el valle.
Este tranquilo camino nos lleva a la dura canal, lo más exigente de la ruta, que nos hace ganar mucha altitud en pocos metros, rompe mucho las piernas y la verdad, me costó llegar arriba, acabé exhausto. Lo bueno es que tiene un camino perfectamente marcado en zigzag que nos deja descansar un poco.
En la canal se abren varias cuevas donde se refugia el ganado cuando hay mal tiempo, como esta.
Y casi cuando estamos arriba nos encontramos con el imponente Ojo de Buey, me sorprendieron muchísimo sus dimensiones pues me lo imaginaba más pequeño, mido en torno a 1,80, ¡y no llegaba ni a la mitad de la pared que hay debajo de la apertura! Es enorme, espectacular. Toda la ruta merece la pena sólo por ver este prodigio de la naturaleza.
En la parte de arriba estaban pastando unas cabras que huyeron al vernos, ¡parecen el ejército de la niebla en la foto que les hice!
Cresteamos un poco y nos tuvimos que enfrentar a otra canal, que me desmoralizó muchísimo, iba muy cansado y me costó superarla. Pero al llegar arriba vi emerger entre la niebla el vértice geodésico, estaba alto pero practicamente corrí hacia el y al llegar a la cima me abracé exhausto y todo. Eran algo menos de las 12 (nos llevó dos horas y media largas subir al pico) y picamos algo y nos rehidratamos.
Las vistas eran nulas, viendo solo las peñas de alrededor, una verdadera pena. Quedamos en volver un día que dieran despejado y subir desde Fresnedo (Laviana), para cambiar un poco y para ver toda la Montaña Central, visible desde esta atalaya a caballo entre Aller y Laviana
Empezamos a bajar y cuando llegamos a la parte de arriba de la primera canal empezó a abrir el día, dejándonos ver los valles de Laviana y el de Pelúgano, además de dejarnos ver algunos riscos practicamente verticales de enfrente.
Empezamos a arrepentirnos de haber madrugado tanto, pero fue solo un espejismo, la niebla de abajo simplemente subió hacia la cima, como veríamos tras bajar la canal (es exigente para las rodillas bajar tanta pendiente) y enlazar con la pista, al mirar hacia la cumbre que acabábamos de hacer.
Y tras esto volvíamos al coche con la satisfacción de haber coronado un pico exigente y con las ganas de volver para disfrutar de las vistas que se tienen desde esta cumbre
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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