La ruta la realizamos el martes 14 de julio, y es que me fui con mi novia 3 días a Taramundi a disfrutar y conocer esta recóndita comarca que tanto nos gustó. Por ello nos lo tomamos con calma, ya que al acabar la ruta tendríamos nuestra habitación con hidromasaje (nos salió tirada de precio con una oferta por internet) para descansar y reponernos del esfuerzo. Nos tocó un día ideal, con nubes altas tapando el sol y una temperatura rondando los 20º, ideal para cualquier tipo de ejercicio físico.
COMO LLEGAR
La ruta empieza en Taramundi, capital del concejo homónimo. Para llegar debemos tomar la A-8 casi hasta Galicia, siguiendo las indicaciones a Vegadeo, una vez allí hay dos formas de llegar:
· Directamente, tomando la AS-21, debiendo ignorar la primera señal de Taramundi, es la que tomamos, se ahorra en kilómetros y la carretera está muy bien.
· Por el Alto de la Garganta, tomando la AS-11 en dirección a los Oscos, un poco antes del alto nos desviamos a Taramundi. Se rodea, pero la señal está en Vegadeo.
Para aparcar en el centro no hay problema en la misma general, no habiendo grandes aparcamientos pero sí multitud de sitios.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 15,8 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 600 metros
Cota máxima: Sela de Muller (420 metros)
Itinerario: Semicircular
Niños: Sí, aunque igual se les hace un poco larga, pero la dificultad es nula.
Señalización: Perfecta, carteles por todos lados.
LA RUTA
Nos lo tomamos con calma y empezamos a caminar en Taramundi hacia las 11 y cuarto, es lo bueno de no tener viaje de vuelta, todo es más relajado. Aparcamos justo en el centro de Taramundi y arrancamos hacia la parte baja del pueblo. Después de bajar esta calle tuvimos que dar la vuelta, los palos estaban muy guapos en el maletero.
Abajo tenemos el cartel de la ruta, con un mapa y el desnivel, además de fotos de los pueblos por donde pasaremos.
Pasamos por delante de Mazonovo y su museo de molinos, pero pasamos de largo, queremos llegar a Os Teixois a la visita de las 12:30, lo veremos a la vuelta.
La ruta alterna pista y caminos por el bosque con alguna carretera local sin nada de tráfico. Es bonito el recorrido, aparte de los museos y los preciosos pueblos que cruza. Además, iremos casi siempre por la vera del Río Turia.
Vamos por un bosque muy bonito, pero debemos bajar al río, que cruzaremos por un puente de madera. El camino va zigzagueando para que el desnivel no sea explosivo, pero la ruta no es llana y si nos aceleramos tendremos problemas, es fácil, pero no un paseo.
Debemos subir una importante cuesta hasta Esquíos, y nos lanzamos rapidamente a bajar a Os Teixois para llegar a y media, se nos echó un poco el tiempo encima pero llegamos sin problemas. El pueblo es precioso, y lo mejor es que tenía una serie de molinos comunitarios que aprovechaban la fuerza del agua y que se han reformado enteros, ofreciéndonos el Ayuntamiento una visita guiada de una media hora en la que una mujer del pueblo los pone a funcionar y nos va explicando como se hacían todas las tareas del día a día gracias a la fuerza del agua, ¡y los construyeron en el siglo XVIII! Increíble como pensaba la gente de este pueblo...
Se llega a él en coche y en nuestra visita también entró una familia madrileña. Vale 3 euros pero merece muchísimo la pena entrar, de verdad.
A través de una serie de canales conducían el agua a un pequeño embalse, desde el que salían diferentes canales y tuberías a las distintas ruedas de los molinos, que servían desde para moler grano como para tersar la tela, pasando por avivar el fuego de la fragua.
El molino más típico es el de trigo, en el que se introducen los granos por arriba y se van cayendo a un pequeño espacio entre dos grandes piedras, una de las cuales se mueve gracias a la fuerza del agua, dando como resultado harina. Normalmente era del rico del pueblo, quien cobraba un impuesto a los campesinos por utilizarlo (se quedaba con parte de la harina), sin embargo en Os Teixois vivían 9 familias que construyeron los molinos de forma comunada (es decir, era del pueblo y nadie debía pagar por usarlo)
El sistema de los molinos era complejo, y muchos tenían la rueda girando fuera, es increíble ver como hicieron esto sin ningún tipo de estudio en ingeniería ni apenas cálculos. Sencillamente a ensayo y error.
La parte más espectacular es la de la fragua, Os Teixois era un pueblo que vivía fundamentalmente de la fundición, y para calentar el hierro (la mujer nos estira un hierro para que veamos como se realizaba) debían avivar el fuego, y esto lo hacían con agua (aunque parezca contradictorio) y un efecto físico cuyo nombre no recuerdo pero que implica lograr aire a presión con la entrada de agua a un depósito. Es espectacular ver como solo con tirar de una palanca y abrir un canalillo el fuego se aviva espectacularmente.
También pasamos por un molino con el que tersaban la ropa, pero las fotos no muestran para nada como los mazos iban golpeándola para dejar perfectas las prendas. Toda una oda a la imaginación humana y a la cultura rural.
Salimos, tomamos un refresco en el bar para tomar fuerzas y nos pusimos en camino, dejando a nuestra derecha una pequeña capilla y una serie de panales de abejas donde se hace la miel de brezo de Os Teixois (la venden en Taramundi, compramos medio kilo y madre mía que buena está...)
El tramo entre Os Teixois y As Veigas es lo que más nos gustó, va por la ladera del Pico do Cortín, bastantes metros por encima del Valle del Turia y es llano y precioso.
Todas las laderas están pobladas de árboles y es una zona muy verde y llamativa para la vista, los 3 kilómetros que separan ambas aldeas se nos pasaron volados.
As Veigas es otra aldea de Taramundi, en este caso restaurada como centro de turismo rural. Cuenta con hotel, restaurante y bar; y tiene un merendero muy cuidado donde a cambio de consumir las bebidas nos dejan comernos los bocadillos traídos de casa. Toda de piedra la estampa es de postal, precioso este rincón en nuestra última frontera, a escasos 3 kilómetros de Galicia.
El Turia pasa a su lado, con muy poco caudal en pleno verano.
Y con estas vistas nos metemos unos señores bocatas de jamón y queso regados con un Sprite bien fresco, como se agradece. Las rutas que pasan por pueblos no son tan salvajes como las de montaña, y tampoco tan gratificantes al no coronar ningún pico o collado complicado, pero tienen un algo que me encanta.
Y detallazo del bar, enfriando la sidra en el río, vieja escuela total.
Debemos rodear el pueblo para pasarlo por arriba y seguir ruta, ya superamos el ecuador pero sale el sol detrás de las nubes y empieza a apretar. Pasamos por al lado de la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves, al lado de As Veigas
Y nos metemos en un camino como el de Os Teixois a As Veigas, justo enfrente, en el otro lado del valle, es más frondoso y se agradece la sombra con todo el solazo encima nuestro.
Las vistas siguen siendo buenas, que preciosidad de ruta, y es bastante desconocida, lo malo de estar tan fuera de mano; lo bueno que la teníamos practicamente para nosotros solos.
Y cerramos el círculo al volver a pasar por Esquíos, donde hay un pequeño museo de la cuchillería al que decidimos no entrar. Empezaba a haber ganas de llegar al hotel.
Iniciamos la bajada y ya teníamos enfrente Taramundi, bastante grande desde la lejanía con una parte antigua de piedra y varios edificios nuevos a la izquierda.
Ya cerca de nuestro destino sale un desvío que nos llevará a la Cascada da Salgueira, y como no, lo tomamos.
Es una fácil subida por un bosque con un arroyo por nuestro lado, no lo pensamos, pero baja apenas sin agua, señal inequívoca de que la cascada estará casi seca, para matarnos...
Y así es, lo que en las fotos es una bonita cascada, en nuestra llegada se convierte en un estrecho hilo de agua bajando entre las rocas. Una auténtica pena...
Bajamos y llegamos de nuevo a Mazonovo, y ahora sí, entramos al museo de los molinos, el mayor de España.
Está bien, tiene muchos tipos de molinos y es interactivo, pero después de visitar Os Teixois nos parece muy frío y artificial, quizá influyera el cansancio, no lo sé, pero no llegó al nivel de las expectativas. Si vais en coche y con poco tiempo id sin duda a Os Teixois, os dejará boquiabiertos.
Y tras subir el repecho final llegamos a Taramundi, donde ponemos punto y final a la ruta de hoy, una ruta que nos encantó y nos sorprendió a partes iguales.
PARA DORMIR
Nosotros nos alojamos en el Hotel Rural Casa Paulino, de solo 2 estrellas pero con prestaciones de por lo menos una estrella más. En pleno centro tiene habitaciones amplias y baños muy completos, lo malo que le falta ascensor. Pero muy recomendable, con una excelente relación calidad-precio
PARA COMER
Las dos noches fuimos a cenar a la Sidrería Solleiro, donde tienen una gran variedad de tapas y tortillas muy ricas y baratas. Otro acierto. Ah, y sidra casera que da gusto probar. Un consejo, pedid los quesos de Taramundi y el chorizo a la sidra, están de muerte.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
Track de la ruta: es.wikiloc.com/ ...d=10227886
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33243
COMO LLEGAR
La ruta empieza en Taramundi, capital del concejo homónimo. Para llegar debemos tomar la A-8 casi hasta Galicia, siguiendo las indicaciones a Vegadeo, una vez allí hay dos formas de llegar:
· Directamente, tomando la AS-21, debiendo ignorar la primera señal de Taramundi, es la que tomamos, se ahorra en kilómetros y la carretera está muy bien.
· Por el Alto de la Garganta, tomando la AS-11 en dirección a los Oscos, un poco antes del alto nos desviamos a Taramundi. Se rodea, pero la señal está en Vegadeo.
Para aparcar en el centro no hay problema en la misma general, no habiendo grandes aparcamientos pero sí multitud de sitios.
DATOS TÉCNICOS
Distancia: 15,8 kms
Dificultad: Moderada
Desnivel positivo: 600 metros
Cota máxima: Sela de Muller (420 metros)
Itinerario: Semicircular
Niños: Sí, aunque igual se les hace un poco larga, pero la dificultad es nula.
Señalización: Perfecta, carteles por todos lados.
LA RUTA
Nos lo tomamos con calma y empezamos a caminar en Taramundi hacia las 11 y cuarto, es lo bueno de no tener viaje de vuelta, todo es más relajado. Aparcamos justo en el centro de Taramundi y arrancamos hacia la parte baja del pueblo. Después de bajar esta calle tuvimos que dar la vuelta, los palos estaban muy guapos en el maletero.
Abajo tenemos el cartel de la ruta, con un mapa y el desnivel, además de fotos de los pueblos por donde pasaremos.
Pasamos por delante de Mazonovo y su museo de molinos, pero pasamos de largo, queremos llegar a Os Teixois a la visita de las 12:30, lo veremos a la vuelta.
La ruta alterna pista y caminos por el bosque con alguna carretera local sin nada de tráfico. Es bonito el recorrido, aparte de los museos y los preciosos pueblos que cruza. Además, iremos casi siempre por la vera del Río Turia.
Vamos por un bosque muy bonito, pero debemos bajar al río, que cruzaremos por un puente de madera. El camino va zigzagueando para que el desnivel no sea explosivo, pero la ruta no es llana y si nos aceleramos tendremos problemas, es fácil, pero no un paseo.
Debemos subir una importante cuesta hasta Esquíos, y nos lanzamos rapidamente a bajar a Os Teixois para llegar a y media, se nos echó un poco el tiempo encima pero llegamos sin problemas. El pueblo es precioso, y lo mejor es que tenía una serie de molinos comunitarios que aprovechaban la fuerza del agua y que se han reformado enteros, ofreciéndonos el Ayuntamiento una visita guiada de una media hora en la que una mujer del pueblo los pone a funcionar y nos va explicando como se hacían todas las tareas del día a día gracias a la fuerza del agua, ¡y los construyeron en el siglo XVIII! Increíble como pensaba la gente de este pueblo...
Se llega a él en coche y en nuestra visita también entró una familia madrileña. Vale 3 euros pero merece muchísimo la pena entrar, de verdad.
A través de una serie de canales conducían el agua a un pequeño embalse, desde el que salían diferentes canales y tuberías a las distintas ruedas de los molinos, que servían desde para moler grano como para tersar la tela, pasando por avivar el fuego de la fragua.
El molino más típico es el de trigo, en el que se introducen los granos por arriba y se van cayendo a un pequeño espacio entre dos grandes piedras, una de las cuales se mueve gracias a la fuerza del agua, dando como resultado harina. Normalmente era del rico del pueblo, quien cobraba un impuesto a los campesinos por utilizarlo (se quedaba con parte de la harina), sin embargo en Os Teixois vivían 9 familias que construyeron los molinos de forma comunada (es decir, era del pueblo y nadie debía pagar por usarlo)
El sistema de los molinos era complejo, y muchos tenían la rueda girando fuera, es increíble ver como hicieron esto sin ningún tipo de estudio en ingeniería ni apenas cálculos. Sencillamente a ensayo y error.
La parte más espectacular es la de la fragua, Os Teixois era un pueblo que vivía fundamentalmente de la fundición, y para calentar el hierro (la mujer nos estira un hierro para que veamos como se realizaba) debían avivar el fuego, y esto lo hacían con agua (aunque parezca contradictorio) y un efecto físico cuyo nombre no recuerdo pero que implica lograr aire a presión con la entrada de agua a un depósito. Es espectacular ver como solo con tirar de una palanca y abrir un canalillo el fuego se aviva espectacularmente.
También pasamos por un molino con el que tersaban la ropa, pero las fotos no muestran para nada como los mazos iban golpeándola para dejar perfectas las prendas. Toda una oda a la imaginación humana y a la cultura rural.
Salimos, tomamos un refresco en el bar para tomar fuerzas y nos pusimos en camino, dejando a nuestra derecha una pequeña capilla y una serie de panales de abejas donde se hace la miel de brezo de Os Teixois (la venden en Taramundi, compramos medio kilo y madre mía que buena está...)
El tramo entre Os Teixois y As Veigas es lo que más nos gustó, va por la ladera del Pico do Cortín, bastantes metros por encima del Valle del Turia y es llano y precioso.
Todas las laderas están pobladas de árboles y es una zona muy verde y llamativa para la vista, los 3 kilómetros que separan ambas aldeas se nos pasaron volados.
As Veigas es otra aldea de Taramundi, en este caso restaurada como centro de turismo rural. Cuenta con hotel, restaurante y bar; y tiene un merendero muy cuidado donde a cambio de consumir las bebidas nos dejan comernos los bocadillos traídos de casa. Toda de piedra la estampa es de postal, precioso este rincón en nuestra última frontera, a escasos 3 kilómetros de Galicia.
El Turia pasa a su lado, con muy poco caudal en pleno verano.
Y con estas vistas nos metemos unos señores bocatas de jamón y queso regados con un Sprite bien fresco, como se agradece. Las rutas que pasan por pueblos no son tan salvajes como las de montaña, y tampoco tan gratificantes al no coronar ningún pico o collado complicado, pero tienen un algo que me encanta.
Y detallazo del bar, enfriando la sidra en el río, vieja escuela total.
Debemos rodear el pueblo para pasarlo por arriba y seguir ruta, ya superamos el ecuador pero sale el sol detrás de las nubes y empieza a apretar. Pasamos por al lado de la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves, al lado de As Veigas
Y nos metemos en un camino como el de Os Teixois a As Veigas, justo enfrente, en el otro lado del valle, es más frondoso y se agradece la sombra con todo el solazo encima nuestro.
Las vistas siguen siendo buenas, que preciosidad de ruta, y es bastante desconocida, lo malo de estar tan fuera de mano; lo bueno que la teníamos practicamente para nosotros solos.
Y cerramos el círculo al volver a pasar por Esquíos, donde hay un pequeño museo de la cuchillería al que decidimos no entrar. Empezaba a haber ganas de llegar al hotel.
Iniciamos la bajada y ya teníamos enfrente Taramundi, bastante grande desde la lejanía con una parte antigua de piedra y varios edificios nuevos a la izquierda.
Ya cerca de nuestro destino sale un desvío que nos llevará a la Cascada da Salgueira, y como no, lo tomamos.
Es una fácil subida por un bosque con un arroyo por nuestro lado, no lo pensamos, pero baja apenas sin agua, señal inequívoca de que la cascada estará casi seca, para matarnos...
Y así es, lo que en las fotos es una bonita cascada, en nuestra llegada se convierte en un estrecho hilo de agua bajando entre las rocas. Una auténtica pena...
Bajamos y llegamos de nuevo a Mazonovo, y ahora sí, entramos al museo de los molinos, el mayor de España.
Está bien, tiene muchos tipos de molinos y es interactivo, pero después de visitar Os Teixois nos parece muy frío y artificial, quizá influyera el cansancio, no lo sé, pero no llegó al nivel de las expectativas. Si vais en coche y con poco tiempo id sin duda a Os Teixois, os dejará boquiabiertos.
Y tras subir el repecho final llegamos a Taramundi, donde ponemos punto y final a la ruta de hoy, una ruta que nos encantó y nos sorprendió a partes iguales.
PARA DORMIR
Nosotros nos alojamos en el Hotel Rural Casa Paulino, de solo 2 estrellas pero con prestaciones de por lo menos una estrella más. En pleno centro tiene habitaciones amplias y baños muy completos, lo malo que le falta ascensor. Pero muy recomendable, con una excelente relación calidad-precio
PARA COMER
Las dos noches fuimos a cenar a la Sidrería Solleiro, donde tienen una gran variedad de tapas y tortillas muy ricas y baratas. Otro acierto. Ah, y sidra casera que da gusto probar. Un consejo, pedid los quesos de Taramundi y el chorizo a la sidra, están de muerte.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Un saludo viajeros!
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