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El día amanecía perfecto, todo despejado, buena temperatura, maravilloso desayuno...y nos encaminamos al famoso castillo.
llegamos en apenas 5 o 10 minutos de coche y aparcamos en el primer parking que encontramos y que tenía rápido acceso a la salida para más tarde. 5 euros por coche. y ya desde allí se divisa el impresionante castillo..y el frontal que podíamos ver...sin andamios!!(he de decir que iba convencida de que estaría repleto, puesto que así lo anunciaba la web del propio castillo). seguimos las indicaciones hasta la parada del autobús (una cosa, eran aproximadamente las diez de la mañana de un sábado 6 de julio y las taquillas para sacar la entrada del castillo estaban prácticamente vacías...) pronto entendí porqué...tooooda la gente estaba en la parada del autobús...bueno toda la gente no, mas bien miles de japoneses, taponaban la parada, era imposible coger un bus sin tener que esperar al menos 8 o diez autobuses, asíque piernas para qué os quiero?? subida a patita...y si pude subir yo sube cualquiera porque la subida es agradable, entre bosques, por carrtera asfaltada sin tráfico (solo pasan los carruajes de caballos), lo duro era subir empujando sillita de bebe con bebé de 12 kilos pero de eso se encaragaba mi consorte asiq...en menos de media hora estábamos arriba, además por el camino vas viendo poco a poco partes del castillo, lo que emociona más aún. una vez arriba seguimos las indicaciones para ir al marienbrucke...esto sí tengo q decir que fue un poco más duro, son cuestas y más cuestas, pero vamos que se llega sin problemas en otros quince minutos y sin problema por llevar silla de bebé todo el camino es asfaltado y cero escalones.
y tachán tachán....ahí está...y sin andamios!!!
enseguida el puente empezó a llenarse de japoneses (los que iban subiendo en el autobús) y empezaban a taponar el puente, así que tras hacer miles de fotos desde todos los extremos del puente, y con todas las opciones posibles de la cámara nos dirigimos a la entrada del castillo para ver la cara norte del castillo.
la visita interior no la realizamos, primero porque no dejan entrar con sillas de bebé ni mochilas de montaña con silla para niños, y segundo porque Hugo la hubiera liado parda ahí dentro pasando de habitación en habitación y subiendo escaleras...
antes de llegar allí, mi marido bajó hasta la garganta de pöllat, al salir del puente hay unas escaleras que te llevan a la misma, pero por supuesto imposible con un bebé. asiq hugo y yo nos quedamos jugando con piedrecitas y palitos mientras papá bajaba e inmortalizaba el momento.
deshicimos el camino recorrido y entramos por la puerta principal del castillo, pedazo cola para el baño...y una visión diferente del marienbrucke...
te dejan subir el primer tramo de escaleras y ver el patio principal.
(he intentado poner la foto pero me da problemas...)
tras esto iniciamos la bajada...muy agradable, hacía fresquito y fuimos parando y fotografiando todo aquello que se nos antojaba. desde la bajada divisamos el otro castillo, el de Hohenschwangau:
al llegar a la altura de las taquillas...
...era impresionante la cola que había...así que cogimos el coche y fuimos a dar un paseo por los alrededores del lago que veíamos desde el castillo y que estaba allí cerquita...precioso una vez mas, una senda muy bonita para pasear en bici, embarcadero,...dejamos atrás Füssen hasta la tarde y nos dirigimos, con bastantes dificultades para que los gps que llevábamos lo localizaran, a la Iglesia de Wies...su importancia data del siglo XVIII, cuando la campesina Maria Lory vio, lo que ella pensó eran lágrimas, salir de una estatua de madera de Cristo flagelado. Este milagro generó una avalancha de peregrinos que querían ver la estatua por lo que se construyó la iglesia que hoy visitamos y cuyo interior está decorado al más puro estilo rococó, está designada como Patrimonio de la Humanidad.
está a 25 km de Fússen en medio de prados y dispone del parking más caro en el que he estado en mi vida...creo recordar que por tres cuartos de hora pagamos cerca de 3 euros, un abuso vamos.
en los prados de rodean la iglesia hay vacas, burros,...un entretenimiento en toda regla y de lo más natural cuando se viaja con pequeños.
una foto del interior de la iglesia:
Allí a parte de la iglesia no hay nada más que visitar así que continuamos el recorrido hasta Oberammergau, ya estábamos a medio camino y la carretera era la misma así que otra media hora más de coche aproximadamente y una paradita en un lidl que encontramos en el camino para reponer fuerzas y llegamos al pueblo de las casas pintadas. Tenía gran curiosidad por conocerlo e incluso llevaba apuntado cuáles eran las casas más pintorescas para ver sus fachadas.
Aparcar fue sencillo a pesar de lo que se comentaba por estos foros, nosotros lo hicimos muy cerca de la oficina de turismo y de forma gratuita. Nos dirigimos a la misma para conseguir un mapa del lugar y ubicarnos un poco y primer contratiempo: oficina cerrada…eran solo las 4 de la tarde…qué raro…además no solo cerrada, también cercada con cinta de no pasar tipo policial…vimos que la gente iba toda en la misma dirección así que allí fuimos nosotros y… sorpresa…tooooodo el centro del pueblo estaba igual, cercado, se celebraba el día de la bici y había durante todo el día recorridos por el pueblo para niños con bicis, patinetes,…así que fue imposible ver nada…solo vimos la fachada del hotel Alte Post y las que había alrededor, puesto que el resto estaba todo cortado el paso….GRAN DECEPCIÓN Oberammergau….
Regresamos a Füssen y como era prontito pudimos visitar el monasterio de Sant Mang, la iglesia, y los alrededores, todo muy medieval y muy bonito sobre todo al caer la tarde.
Se acercaba la hora de cenar y buscando restaurantes escuchamos música que venía de una plaza cercana a nuestro hotel y como buenos españoles….vamos a ver que pasa ahí…y un biergarten que habían preparado los alemanes, pero espontáneo eh, en medio de una plaza, unos cuantos bancos corridos, dos puestos de salchichas y cerveza y una banda de música ataviada con trajes regionales amenizaba la tarde…fabuloso…sacamos primero las fichas luego las canjeamos por snitzel y salchichas, hicimos lo propio con las cervezas (ojo, había que dejar depósito por la jarra) y allí que cenamos divinamente y de lo más animado y por el módico precio de 20 euros.
Era nuestra última noche en Füssen así que paseamos de noche también por sus callejuelas y nos arrepentimos de no haber reservado una noche más allí y poder disfrutar al día siguiente del lago Forggensee que tanto nos había gustado por la mañana….en fin…otra vez será…
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Austria en familia, montañas y lagos (Salzburgerland y Dachstein)
