Nos levantamos a las 06h. Hemos dormido genial en esta cama de 2 x 2. Bajamos a desayunar a la cocina donde coincidimos con dos parejas más y con los propietarios. Conocemos por fin a Edgar con el que nos estuvimos escribiendo para hacer la reserva. El trato es familiar y muy cordial y el pobre se disculpa por haberse ausentado ayer.
El desayuno es completísimo y nos sirven tostadas, mantequilla, mermeladas, leche, zumo, cereales y yogur. Apenas terminamos, nos avisan de que nos están esperando ya para llevarnos al puerto. Edgar nos dice que no nos preocupemos de nuestras mochilas. Ellos mismos se encargarán de trasladarlas a otra sala hasta que las recojamos por la noche para marcharnos en bus nocturno a Cuzco.
Subimos al minibús y en 5 minutos llegamos al puerto donde conocemos a nuestro peculiar guía. Sus explicaciones a lo largo de la excursión son extensas y muy interesantes pero tiene una forma tan peculiar de pronunciar el nombre del lago que aún nos arranca alguna carcajada.
Salimos del puerto a las 07.30h. Estamos a 3810m y hace mucho frío. Aún así, vamos con la mochila llena de protector solar. El agua está tranquila. Nos explican las islas de los Uros están en la zona de la Bahía de Puno y se encuentran protegidas del oleaje.
En 20 minutos llegamos a los Uros donde desembarcamos en Koyllana Marka (isla de curandero) habitada por 18 personas de 6 familias diferentes. En ella recibimos una explicación durante una hora.
Los Uros proceden de tierra firme de la que huyeron en el siglo XVI a causa de los pagos abusivos en oro y plata que reclamaban los colonizadores. Caídas en el olvido, fueron redescubiertas por National Geographic. A raíz de este hecho, el gobierno peruano se interesa por los habitantes de las mismas y a partir de los años 80 les ofrece sanidad y educación primaria gratuita. La explotación turística empieza en los años 90
El pueblo de los Uros está compuesto por dos comunidades: Uros Cholluni con 78 islas y 2.000 habitantes cuya economía se basa en el turismo y los Uros Titino 1.000 habitantes y otras tantas islas más escondidas a las que está vetado el acceso ya que prefieren manternerse alejados del turismo, conservar sus costumbres y percibir ingresos únicamente de fuentes privadas.
Nos explican cómo recogen la totora del lago, la transportan y cómo construyen las islas. Es una sensación extraña notar cómo los pies se hunden en la paja cuando andas. Allí mismo están construyendo una de las barcas en las que después suben los turistas para llegar la visita a otras islas.
Cuando acaba la explicación, llega el turno de visitar una de las casas en la que aprovechan para enseñar los objetos decorativos y los tejidos que ellos mismos fabrican.
Para la visita a la siguiente isla de totora, Indi Marka o tierra del sol, ofrecen un paseo en una de esas peculiares barcas previo pago de unos cuantos soles, pero nosotros preferimos ir en nuestro barco y subidos en el techo ahora que el agua está tranquila. La visita a esa isla es otra excusa más para las últimas compras.
Habíamos leído muchas críticas sobre este grupo de islas. Y sí, son una turistada, pero nos sorprendieron más de lo que pensábamos.
A las 9.30h comienza la navegación hacia Taquile donde llegamos a las 11,30h.
Durante el recorrido, el guía nos cuenta datos sobre la isla. Tiene 7km2 y 3.000 habitantes repartidos en 6 comunidades diferentes, todos ellos quechua parlantes por la influencia inca. De hecho, en lo alto de la isla hay construcciones incas dedicadas a la Pachamama. El guía nos explica detalles de la organización comunal y de la distribución del trabajo. Existen 16 líderes que cambian cada año y que se encargan de repartir el trabajo, las actividades y los ingresos de la isla. La principal actividad es la agricultura. En las terrazas de cultivo se pueden encontrar hasta 400 variedades diferentes de papas. La segunda actividad es la artesanía. Actualmente existe una tienda artesanal donde se exponen 10 trabajos de cada una de las 425 familias de la isla. La tercera actividad es el turismo y, como nuevo ejemplo de organización comunal, los 28 restaurantes tienen el mismo menú y el mismo precio fijado de antemano.
El guía también nos explica cosas sobre la vestimenta. Esta no es originaria del altiplano sino de tradición española ya que el propietario original de la isla, Pedro González de Taquile, era español. A través de los colores se puede conocer los distintos estatus sociales o estados civiles: los jóvenes llevan un gorro rojo y blanco, los casados uno rojo y el líder otro de color arco iris. Las mujeres solteras visten de vivos colores, las casadas, de colores oscuros.
Cuando llegamos al puerto, tenemos una ascensión de media hora, bastante dura a causa de la altura, hasta llegar a la plaza principal. Allí nos dejan tiempo libre para visitar la tienda de artesanía donde comprar todo tipo de gorros tejidos a mano, cinturones, bolsos…
Después todos juntos vamos a comer (incluido en el precio de la excursión) una riquísima sopa de quinua y trucha del lago tras lo cual los mismos camareros nos explican cómo tejen desde pequeños y cómo blanquean la lana que utilizan de manera natural.
Acabado esto, vamos caminando a un nuevo puerto para regresar a Puno. Al parecer las aguas del lago se vuelven algo turbulentas al atardecer.
A las 18h, tras un largo viaje, llegamos al puerto de Puno donde nos recoge el minibús que nos dejará en el hostal. De allí vamos caminando de nuevo a la plaza de Armas, callejeamos en los alrededores de la Jirón Lima y acabamos cenando de nuevo en el Mojsa (ensalada, pizza, zumo, cerveza y tarta por 59 soles).
Regresamos al Casa Panq’arani. Muy amablemente nos ceden el despacho y nos permiten utilizar su ordenador por si queremos conectarnos a internet. Allí hacemos tiempo ya que nuestro bus de Cruz del Sur con destino a Cuzco no sale hasta las 22h. El billete lo compramos meses antes en la web de la compañía y pagamos 80 soles en clase Vip de bus Cruzero.
A las 21h, Edgar nos ayuda a coger un taxi. Negocia el precio con el conductor y pagamos 5 soles por el recorrido hasta la estación de autobuses. Hay mucha cola para facturar las mochilas y bastante descontrol, pero en 15 minutos estamos listos. Sólo nos queda pagar 1 sol por persona en concepto de tasa de embarque y subir al autobús.
Vuelvo a tener mala suerte. Detrás de mí se sienta una alemana enorme que se niega a bajar su reposapiés por lo que yo no puedo reclinar mi asiento. Tengo que avisar a la azafata y tras una larga negociación, la teutona de mala gana hace lo que se le dice y yo consigo bajar mi respaldo. Así que vuelvo a recomendar comprar los asientos de la última fila para no tener problemas con ningún borde.
Nos esperan 6 horas y media hasta llegar a Cuzco. Duerme como puedas…
El desayuno es completísimo y nos sirven tostadas, mantequilla, mermeladas, leche, zumo, cereales y yogur. Apenas terminamos, nos avisan de que nos están esperando ya para llevarnos al puerto. Edgar nos dice que no nos preocupemos de nuestras mochilas. Ellos mismos se encargarán de trasladarlas a otra sala hasta que las recojamos por la noche para marcharnos en bus nocturno a Cuzco.
Subimos al minibús y en 5 minutos llegamos al puerto donde conocemos a nuestro peculiar guía. Sus explicaciones a lo largo de la excursión son extensas y muy interesantes pero tiene una forma tan peculiar de pronunciar el nombre del lago que aún nos arranca alguna carcajada.
Salimos del puerto a las 07.30h. Estamos a 3810m y hace mucho frío. Aún así, vamos con la mochila llena de protector solar. El agua está tranquila. Nos explican las islas de los Uros están en la zona de la Bahía de Puno y se encuentran protegidas del oleaje.
En 20 minutos llegamos a los Uros donde desembarcamos en Koyllana Marka (isla de curandero) habitada por 18 personas de 6 familias diferentes. En ella recibimos una explicación durante una hora.
Los Uros proceden de tierra firme de la que huyeron en el siglo XVI a causa de los pagos abusivos en oro y plata que reclamaban los colonizadores. Caídas en el olvido, fueron redescubiertas por National Geographic. A raíz de este hecho, el gobierno peruano se interesa por los habitantes de las mismas y a partir de los años 80 les ofrece sanidad y educación primaria gratuita. La explotación turística empieza en los años 90
El pueblo de los Uros está compuesto por dos comunidades: Uros Cholluni con 78 islas y 2.000 habitantes cuya economía se basa en el turismo y los Uros Titino 1.000 habitantes y otras tantas islas más escondidas a las que está vetado el acceso ya que prefieren manternerse alejados del turismo, conservar sus costumbres y percibir ingresos únicamente de fuentes privadas.
Nos explican cómo recogen la totora del lago, la transportan y cómo construyen las islas. Es una sensación extraña notar cómo los pies se hunden en la paja cuando andas. Allí mismo están construyendo una de las barcas en las que después suben los turistas para llegar la visita a otras islas.
Cuando acaba la explicación, llega el turno de visitar una de las casas en la que aprovechan para enseñar los objetos decorativos y los tejidos que ellos mismos fabrican.
Para la visita a la siguiente isla de totora, Indi Marka o tierra del sol, ofrecen un paseo en una de esas peculiares barcas previo pago de unos cuantos soles, pero nosotros preferimos ir en nuestro barco y subidos en el techo ahora que el agua está tranquila. La visita a esa isla es otra excusa más para las últimas compras.
Habíamos leído muchas críticas sobre este grupo de islas. Y sí, son una turistada, pero nos sorprendieron más de lo que pensábamos.
A las 9.30h comienza la navegación hacia Taquile donde llegamos a las 11,30h.
Durante el recorrido, el guía nos cuenta datos sobre la isla. Tiene 7km2 y 3.000 habitantes repartidos en 6 comunidades diferentes, todos ellos quechua parlantes por la influencia inca. De hecho, en lo alto de la isla hay construcciones incas dedicadas a la Pachamama. El guía nos explica detalles de la organización comunal y de la distribución del trabajo. Existen 16 líderes que cambian cada año y que se encargan de repartir el trabajo, las actividades y los ingresos de la isla. La principal actividad es la agricultura. En las terrazas de cultivo se pueden encontrar hasta 400 variedades diferentes de papas. La segunda actividad es la artesanía. Actualmente existe una tienda artesanal donde se exponen 10 trabajos de cada una de las 425 familias de la isla. La tercera actividad es el turismo y, como nuevo ejemplo de organización comunal, los 28 restaurantes tienen el mismo menú y el mismo precio fijado de antemano.
El guía también nos explica cosas sobre la vestimenta. Esta no es originaria del altiplano sino de tradición española ya que el propietario original de la isla, Pedro González de Taquile, era español. A través de los colores se puede conocer los distintos estatus sociales o estados civiles: los jóvenes llevan un gorro rojo y blanco, los casados uno rojo y el líder otro de color arco iris. Las mujeres solteras visten de vivos colores, las casadas, de colores oscuros.
Cuando llegamos al puerto, tenemos una ascensión de media hora, bastante dura a causa de la altura, hasta llegar a la plaza principal. Allí nos dejan tiempo libre para visitar la tienda de artesanía donde comprar todo tipo de gorros tejidos a mano, cinturones, bolsos…
Después todos juntos vamos a comer (incluido en el precio de la excursión) una riquísima sopa de quinua y trucha del lago tras lo cual los mismos camareros nos explican cómo tejen desde pequeños y cómo blanquean la lana que utilizan de manera natural.
Acabado esto, vamos caminando a un nuevo puerto para regresar a Puno. Al parecer las aguas del lago se vuelven algo turbulentas al atardecer.
A las 18h, tras un largo viaje, llegamos al puerto de Puno donde nos recoge el minibús que nos dejará en el hostal. De allí vamos caminando de nuevo a la plaza de Armas, callejeamos en los alrededores de la Jirón Lima y acabamos cenando de nuevo en el Mojsa (ensalada, pizza, zumo, cerveza y tarta por 59 soles).
Regresamos al Casa Panq’arani. Muy amablemente nos ceden el despacho y nos permiten utilizar su ordenador por si queremos conectarnos a internet. Allí hacemos tiempo ya que nuestro bus de Cruz del Sur con destino a Cuzco no sale hasta las 22h. El billete lo compramos meses antes en la web de la compañía y pagamos 80 soles en clase Vip de bus Cruzero.
A las 21h, Edgar nos ayuda a coger un taxi. Negocia el precio con el conductor y pagamos 5 soles por el recorrido hasta la estación de autobuses. Hay mucha cola para facturar las mochilas y bastante descontrol, pero en 15 minutos estamos listos. Sólo nos queda pagar 1 sol por persona en concepto de tasa de embarque y subir al autobús.
Vuelvo a tener mala suerte. Detrás de mí se sienta una alemana enorme que se niega a bajar su reposapiés por lo que yo no puedo reclinar mi asiento. Tengo que avisar a la azafata y tras una larga negociación, la teutona de mala gana hace lo que se le dice y yo consigo bajar mi respaldo. Así que vuelvo a recomendar comprar los asientos de la última fila para no tener problemas con ningún borde.
Nos esperan 6 horas y media hasta llegar a Cuzco. Duerme como puedas…