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Este día ya nos vamos a Viñales, pero hacia el medio día eh!!! Aun nos queda Habana por ver. Aunque no mucha porque antes de salir queremos dejar las maletas preparadas.
Lo primero que hacemos es ir a cambiar dinero al banco, nos chupamos la cola. Damos una vuelta por la Habana Vieja y luego nos dirigimos de nuevo hasta la Plaza de la Catedral porque hemos quedado con una amiga de nuestra vecina de Santander para darle un paquete. Tomamos algo con ella en la terracita y se no hace tarde porque debemos volver al hotel para hacer el check out y recoger el coche de alquiler. La amiga de nuestra vecina se ofrece a llevarnos al Hotel en su coche, bueno más que ella, su chofer. Lo llamó y nos vino a recoger con un Mercedes impecable. En ese momento mi mujer y yo no dijimos nada, pero pensamos lo mismo. ¿Y de donde ha salido esta? Vaya amigas tiene nuestra vecinas!!! Total que nos dejó en la puerta del hotel un flamante Mercedes, mientras los botones nos miraban atónitos ya que nos conocían de estos días. Mientras yo estoy con el tema del coche mi mujer se encarga de acabar con las maletas.
Nos dan un KIA Picanto con tan solo 200 km. Nuevo nuevo. Tenía hasta los plásticos puestos por dentro. Pero lo que me sorprende es que para tener solo 200 km ya tiene un golpe por la zona del maletero.
Metemos las maletas y antes de emprender la marcha hacia viñales compro un para de botellas de Ron para dejarlas en el maletero por si debo necesitarlas frente a la policía como ofrenda, jejeje!!! Algo que no sucederá. Una botella la regalé y otra la tengo aún en casa.
No llevamos GPS lógicamente, peo si mapa de papel. Para salir de la Habana no tenemos problema. Vemos la Habana desde otro punto de vista y nos gusta.
Cogemos la “autopista” dirección Viñales y seguimos flipando. Porque la llaman autopista si circula quien quiera? Gente a pie, a caballo, en bici, animales cruzando, tractores, de todo…
Realmente es muy diferente a lo que estamos acostumbrados.
Antes de llegar a Viñales paramos en Soroa para ver el orquidiario (3 cuc por persona), el cual no recomiendo, pero si darse el paseo que te lleva a la cascada (3 cuc por persona). En el chiringuito nos tomamos una sándwich y una “Tu Kola”. 2 sandwich, un zumo y la cola fueron 5,5 cuc.
Al parecer hay un mirador en la zona subiendo la montaña, dicen que son unos 2 kms. Lo puedes hacer a pie o a caballo. Nosotros no subimos, así que no podemos opinar.
Seguimos dirección Viñales y nos acercamos a una tormenta, cae lo que no está escrito. Lo bueno, es que cuando llegamos a Viñales ha parado de llover pero no hay gente en la calle por lo que no nos incordia nadie ofreciéndonos su casa. De esta manera podemos dirigirnos a Casa Nilda con quien ya habías concertado la habitación para las próximas 2 noches desde España.
La encontramos a la segunda y ahí estaba toda la familia esperándonos. Nilda, su marido Jorge y sus hijos Jorge y Javier.
Como bienvenida Jorge padre nos prepara un Mojito que esta de P*** Madre. Ciertamente fue el mejor que probamos en Cuba.
Cenamos en la casa. Era nuestra primera vez fuera de un restaurante y nuestros ojos no daban abasto con tal cantidad de comida que nos pusieron. No supo muy mal que sobrase tanto. Eso si, de langosta no sobró ni pizca.
Después de la cena estuvimos hablando un rato en el porche y como al día siguiente queríamos montar a caballo para conocer los Mogotes, ellos mismo se encargaron de organizárnoslo. Su hijo Jorge era guía de a pie, y éste tenía un amigo (Adrián) que hacías las excursiones a caballo. Acordó con él que nos recogiera a las 8 de la mañana.
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