06.10.13 Kanazawa - Takayama - Hida no Sato
Un nuevo día amanece en Japón y nosotros nos vamos al siguiente destino en nuestra ruta: Takayama! Desayunamos en la habitación, recogemos el equipaje y nos ponemos en marcha. Cogemos el tren directo a Toyama de las 7,10h para acortar el trayecto y a las 8h nos montamos en el Ltd Exprés Hida al que mi marido bautiza como el “Shin-borreguero” jajaja! es un tren diésel con velocidad punta de 80km/h y una velocidad media de 35km/h -medido con GPS- que en hora y media nos lleva a Takayama contaminando por un tubo pero mostrándonos paisajes de montaña muy chulos
Llegamos sobre las 9,30h a Takayama. Pedimos un mapa de la ciudad en la oficina de turismo que hay en la misma estación y para nuestra sorpresa nos lo dan en español! Para nuestra estancia de dos noches en la ciudad, escogimos el hostal J’Hoppers Hida Takayama por 12000¥ (los dos en habitación doble con baño privado). Así que nos dirigimos hacia allá para descargar, tardamos unos 5 minutos a pie desde la estación. Tengo que decir que las chicas que hay en la recepción son súper majas, una de ellas ha estado dos veces en Barcelona y nos dice que es su ciudad europea favorita Nos guardan las mochilas, chaquetas y paraguas sin problemas hasta el mediodía que podemos hacer el check-in y nos explica en qué consiste el matsuri que se celebra aquí en dos días, una pena porqué no hubo forma de cuadrar el itinerario para coger este tampoco y pinta muy chulo!
Takayama 高山: conocida por sus viejas tabernas, sus tiendas y sus destilerías de sake, Takayama es toda una rareza. Es una ciudad del S. XX (si bien pequeña) que ha sabido mantener el sabor tradicional. Su encanto reside en sus animados mercados matutinos, sus templos en la colina y sus afables habitantes.
La idea para hoy es visitar la ciudad por la mañana sin ningún agobio y por la tarde acercarnos a Hida no Sato. Para mañana tenemos contratada la excursión que organiza el J’hoppers para ir a Shirakawago y aún nos quedará otra noche. Cuando organizamos el viaje, preveíamos que este lugar nos gustaría, así que decidimos darle dos noches y aprovechar para aflojar un poco el ritmo que ya son 11 días de tute!
A otros 5 minutos a pie más o menos nos topamos con el puente Naka-bashi de madera lacada que cruza el río Miyagawa.
Justo al lado se organiza uno de los mercados matutinos, en los que venden básicamente fruta y verduras, encurtidos y conservas y alguna artesanía.
El mercado está enfrente de la casa gubernamental Takayama Jinya. Se trata del último edificio gubernamental del período del shogunato Tokugawa del período Edo.
El hermoso edificio de estilo tradicional japonés se construyó en 1615 como centro administrativo del clan Kanamori, pero los sogunes se lo arrebataron más tarde. La entrada principal estaba reservada a los altos cargos. El edificio actual data de 1816 y sirvió de sede del Gobierno local hasta 1969, hoy día está abierto al público como museo. La entrada cuesta 500¥ (x2) y hay visitas guiadas en inglés gratuitas, pero tenemos que esperar más de 1h para el siguiente grupo, por lo que decidimos verlo sin guía. Todas las salas cuentan con carteles informativos que explican a qué estaban destinadas y cuenta algo de la historia de la ciudad.
Además de las oficinas, hay un granero dónde almacenaban el arroz a la forma tradicional y que era usado como moneda de pago. Es considerado el más grande de Japón así como uno de los más antiguos, por lo que no dejan hacer fotos en el interior.
El edificio está rodeado de un bonito jardín zen. Además cuenta con una sala de tortura en la que se explican los procedimientos al detalle. No me parece demasiado dura después de haber visitado la del Palacio de los Reyes Católicos de Córdoba que era de la Santa Inquisición o la del Palacio Ducale de Venecia…
Además se muestran objetos y documentos oficiales de los señores feudales del pasado, mapas antiguos de la Región de Hida y planos de ciudades históricas. Nos parece una visita de lo más interesante y el edificio es chulísimo. A la salida, paramos en boxes y nos tomamos un café de las máquinas.
Tras la visita al Takayama-Jinya, nos adentramos en la San-machi-suji o casco antiguo de la ciudad que está cruzando el rio. El distrito cuenta con tres calles principales (Ichi, Nino y San-no-machi) y está lleno de restaurantes, tiendas tradicionales, museos, destilerías de sake… éstas últimas se distinguen porque sobre sus entradas cuelgan bolas de cedro.
Muchos de los edificios de esta zona datan del periodo Edo (1600-1868) y es genial poder pasear por esas calles tan tradicionales.
Ya comenté en el diario del primer viaje, que el día que nos íbamos en el aeropuerto de Narita vimos en una tienda unos barriletes de sake como los que ofrecen en los santuarios y nos pesó mucho no poder llevarnos uno (sobrepasaban los 100ml que marca la normativa como equipaje de mano), así que teníamos muy claro -y más sabiendo que Takayama es conocida por ser una de las principales productoras de sake del país- que en este viaje caía uno fijo! así que mientras paseamos por las calles y vemos las Old Private Houses, vamos entrando en las destilerías que vemos hasta dar con el barrilete!!! mi marido ni se lo piensa, compramos uno de 2,5l de sake, otro más pequeño de 1l para unos amigos y un jarrón de cerámica que también va relleno de 0,5l. Además nos compramos una botella de sake sin filtrar, algo muy raro de encontrar. Vemos que junto a la caja tienen la etiqueta de Yamato Transport, y se nos ilumina la bombilla! le preguntamos al dueño si es posible enviar los sake que hemos comprado al hotel de Tokyo (y así evitar ir cargados hacia Matsumoto y luego hacia Tokyo) y nos dice que sin problema. Le damos la dirección del hotel y la fecha de llegada a allí y nos calcula el precio en base al peso como “frágil y refrigerado”, 8000¥ que pagamos gustosos con tal de no ir cargados como mulas me encanta la practicidad de este país!!!!
Más contentos que unos niños con zapatos nuevos, decidimos irnos hacia la zona de la estación JR a comer, así ya estamos allí para coger el bus hacia Hida No Sato después. Habíamos visto un par de tabernas cuando llegamos que nos llamaron la atención, así que nos fuimos derechos. Una de ellas solo abren por la tarde, así que entramos en otra dónde los carteles muestran unos ramen tremendos con carne de Hida asada. Por unos 1200¥ los dos, nos ponemos hasta arriba de los mejores ramen que hemos probado nunca!
Tras la comida, cruzamos la calle hacia la estación de buses para comprar el pase combinado de bus i/v + entrada para Hida No Sato (900¥), lo compramos en las máquinas que hay fuera puesto que dentro hay mucha cola. Tenemos que esperar una media hora larga puesto que el bus acababa de pasar, pero aprovechamos el wifi de la estación para ponernos al día. Al fin llega el Sarubobo Bus… vaya retrobus de categoría!!
Nos subimos al piso de arriba y en unos 10 minutos estamos en Hida No Sato. Casi llegando a allí nos llama la atención un edificio dorado enorme. Tiene pinta de secta! xDD Cuando llegamos a la noche al hostal, miramos por internet y vimos que se trata de la sede principal de una nueva religión nacida en Takayama, “La luz de la verdad”, basada en la creencia de que Cristo estuvo en Japón y no murió crucificado como dice el catolicismo si no de anciano en Japón… sin comentarios. Os dejo enlace a su web sukyomahikarieurope.org/en/ y de Wikipedia es.wikipedia.org/ ...D_Mahikari
Hida Folk Village o Hida no Sato, es un museo al aire libre que exhibe más de 30 granjas y casas tradicionales de la región de Hida, distrito montañoso de la Prefectura de Gifu. Las casas fueron construidas durante el Período Edo (1603-1867) y fueron trasladadas desde sus lugares de origen hasta aquí para crear el museo en 1971. Mantiene la atmósfera de un pueblo de montaña.
El museo cuenta con edificios como la casa del ex jefe de la aldea, del tala cabañas, almacenes y una serie de caseríos gassho-zukuri. Estas granjas llevan el nombre de sus techos de paja escarpadas que se asemejan a un par de manos unidas en oración ("gassho"). Algunas fueron trasladadas aquí desde la cercana Shirakawago, donde las casas gassho-zukuri son reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. Todos los edificios exhibidos en el Hida Folk Village están cuidadosamente preservados y y abiertos al público.
Lo que más nos gusta de Hida, además de poder ver las casas tradicionales de la zona es el poder entrar en todas ellas, conocer cómo vivían y cómo se organizaban en estas aldeas.
Todas las casas cuentan con carteles dónde explican la historia de la casa original, costumbres, cómo se construyó, etc. Además muestran herramientas y utensilios usados en la vida cotidiana de la época y tienen una arquitectura de madera única. En algunas casas imparten talleres.
Aprendemos cómo construían esos tejados capaces de aguantar varios metros de nieve sobre ellos.
Y por ejemplo, que usaban este hogar para calentar la casa, cocinar y secar la ropa. Sobre ellos, colocaban unas plataformas de hierro colgadas que en caso de subir demasiado las llamas lo hacían caer sobre el fuego y lo apagaban, evitando así incendios.
En el recinto hay una gran campana traída desde un templo de la región, dicen que si la haces sonar y pides un deseo mientras dura el eco se cumple, así que allá va Carol-San & Co
También hay en lo alto de una colina un pequeño templo que normalmente está cerrado al público pero que tenemos la suerte de encontrar abierto por las fiestas del matsuri, así que podemos deleitarnos con las pinturas de sus techos.
Vemos estas dos piedras, que según dice el cartel explicativo, cada una de ellas pesan unos 70kg. Las usaban para medir la fuerza y concentración de los hombres de la aldea.
Mientras recorremos el lugar, escuchamos a pocos pasos de nosotros un grito de una mujer. Nos acercamos al grupo y vemos a una mujer que corre de un lado a otro gritando súper asustada. Uno de los hombres del grupo nos dice que hay una serpiente y por eso la mujer grita así. Nos acercamos y se trata de una pequeña serpiente de unos 30cm de largo que corre más asustada que la mujer a esconderse. Menudas risas!!
Junto al lago, tienen también unas casetas con juegos tradicionales japoneses, Nos pasamos un buen rato allí Antes de irnos, hacemos parada en boxes y nos tomamos unos batidos de las máquinas. Riquísimo! Este lugar nos ha gustado mucho y lo recomendamos al 100%! Cumple con las 3 B (bueno, bonito y barato)
Sobre las 16,30h estamos de vuelta en Takayama, estamos cansados por el madrugón y la caminata que llevamos ya, así que decidimos volver al hostal, hacer el check-in y echarnos un rato la siesta.
A las 18,30h nos ponemos en marcha de nuevo, salimos a ver Takayama de noche. Nos paseamos por las calles comerciales cercanas al hostal y aunque teníamos pensado cenar en alguno de los restaurantes recomendados en el foro, la taberna que hay frente a la estación nos llama mucho la atención. Así que vamos hacia allá.
Entramos, y la mujer que hay en la recepción nos hace quitar los zapatos y dejarlos en unas taquillas que hay junto a la entrada. Una vez descalzos, nos lleva por un largo pasillo con cubículos privados a lado y lado hasta el nuestro.
Al principio nos rayamos un poco porqué pensamos que tendremos que estar arrodillados durante toda la cena frente a esas mesas bajitas que tan poco me gustan… pero disimuladamente miro cómo están los de los cubículos aledaños y veo que están sentados con las piernas en un hoyo que hay bajo la mesa, uff!!! ahora si, relajados, nos miramos la carta. Puedes escoger menús que llevan varias tapas, o bien tapas sueltas o bien, algún plato principal. Nos decantamos por unas tapas y probar un poco de todo. Después de tantas cenas del Family nos apetece algo con un poco de categoría éstos son algunas de las que pedimos.
Repetimos el plato de ternera de Hida que estaba de rechupete!! y nos pedimos un variado de dulces japoneses como postre, nos invitan a un chupito de shochu riquísimo. Comemos y bebemos fenomenal por 3800¥ los dos. Es algo caro, pero de verdad que solo por probar esa ternera que se deshace en la boca ya lo vale!
Compramos en un Family Mart que hay cerca algo de desayuno para mañana (600¥) y nos vamos a dar un paseo por las calles principales para bajar un poco la cena.
Tras el paseo volvemos al hostal. Hoy ha sido un día guay y mañana toca madrugar de nuevo!
Un nuevo día amanece en Japón y nosotros nos vamos al siguiente destino en nuestra ruta: Takayama! Desayunamos en la habitación, recogemos el equipaje y nos ponemos en marcha. Cogemos el tren directo a Toyama de las 7,10h para acortar el trayecto y a las 8h nos montamos en el Ltd Exprés Hida al que mi marido bautiza como el “Shin-borreguero” jajaja! es un tren diésel con velocidad punta de 80km/h y una velocidad media de 35km/h -medido con GPS- que en hora y media nos lleva a Takayama contaminando por un tubo pero mostrándonos paisajes de montaña muy chulos
Llegamos sobre las 9,30h a Takayama. Pedimos un mapa de la ciudad en la oficina de turismo que hay en la misma estación y para nuestra sorpresa nos lo dan en español! Para nuestra estancia de dos noches en la ciudad, escogimos el hostal J’Hoppers Hida Takayama por 12000¥ (los dos en habitación doble con baño privado). Así que nos dirigimos hacia allá para descargar, tardamos unos 5 minutos a pie desde la estación. Tengo que decir que las chicas que hay en la recepción son súper majas, una de ellas ha estado dos veces en Barcelona y nos dice que es su ciudad europea favorita Nos guardan las mochilas, chaquetas y paraguas sin problemas hasta el mediodía que podemos hacer el check-in y nos explica en qué consiste el matsuri que se celebra aquí en dos días, una pena porqué no hubo forma de cuadrar el itinerario para coger este tampoco y pinta muy chulo!
Takayama 高山: conocida por sus viejas tabernas, sus tiendas y sus destilerías de sake, Takayama es toda una rareza. Es una ciudad del S. XX (si bien pequeña) que ha sabido mantener el sabor tradicional. Su encanto reside en sus animados mercados matutinos, sus templos en la colina y sus afables habitantes.
La idea para hoy es visitar la ciudad por la mañana sin ningún agobio y por la tarde acercarnos a Hida no Sato. Para mañana tenemos contratada la excursión que organiza el J’hoppers para ir a Shirakawago y aún nos quedará otra noche. Cuando organizamos el viaje, preveíamos que este lugar nos gustaría, así que decidimos darle dos noches y aprovechar para aflojar un poco el ritmo que ya son 11 días de tute!
A otros 5 minutos a pie más o menos nos topamos con el puente Naka-bashi de madera lacada que cruza el río Miyagawa.
Justo al lado se organiza uno de los mercados matutinos, en los que venden básicamente fruta y verduras, encurtidos y conservas y alguna artesanía.
El mercado está enfrente de la casa gubernamental Takayama Jinya. Se trata del último edificio gubernamental del período del shogunato Tokugawa del período Edo.
El hermoso edificio de estilo tradicional japonés se construyó en 1615 como centro administrativo del clan Kanamori, pero los sogunes se lo arrebataron más tarde. La entrada principal estaba reservada a los altos cargos. El edificio actual data de 1816 y sirvió de sede del Gobierno local hasta 1969, hoy día está abierto al público como museo. La entrada cuesta 500¥ (x2) y hay visitas guiadas en inglés gratuitas, pero tenemos que esperar más de 1h para el siguiente grupo, por lo que decidimos verlo sin guía. Todas las salas cuentan con carteles informativos que explican a qué estaban destinadas y cuenta algo de la historia de la ciudad.
Además de las oficinas, hay un granero dónde almacenaban el arroz a la forma tradicional y que era usado como moneda de pago. Es considerado el más grande de Japón así como uno de los más antiguos, por lo que no dejan hacer fotos en el interior.
El edificio está rodeado de un bonito jardín zen. Además cuenta con una sala de tortura en la que se explican los procedimientos al detalle. No me parece demasiado dura después de haber visitado la del Palacio de los Reyes Católicos de Córdoba que era de la Santa Inquisición o la del Palacio Ducale de Venecia…
Además se muestran objetos y documentos oficiales de los señores feudales del pasado, mapas antiguos de la Región de Hida y planos de ciudades históricas. Nos parece una visita de lo más interesante y el edificio es chulísimo. A la salida, paramos en boxes y nos tomamos un café de las máquinas.
Tras la visita al Takayama-Jinya, nos adentramos en la San-machi-suji o casco antiguo de la ciudad que está cruzando el rio. El distrito cuenta con tres calles principales (Ichi, Nino y San-no-machi) y está lleno de restaurantes, tiendas tradicionales, museos, destilerías de sake… éstas últimas se distinguen porque sobre sus entradas cuelgan bolas de cedro.
Muchos de los edificios de esta zona datan del periodo Edo (1600-1868) y es genial poder pasear por esas calles tan tradicionales.
Ya comenté en el diario del primer viaje, que el día que nos íbamos en el aeropuerto de Narita vimos en una tienda unos barriletes de sake como los que ofrecen en los santuarios y nos pesó mucho no poder llevarnos uno (sobrepasaban los 100ml que marca la normativa como equipaje de mano), así que teníamos muy claro -y más sabiendo que Takayama es conocida por ser una de las principales productoras de sake del país- que en este viaje caía uno fijo! así que mientras paseamos por las calles y vemos las Old Private Houses, vamos entrando en las destilerías que vemos hasta dar con el barrilete!!! mi marido ni se lo piensa, compramos uno de 2,5l de sake, otro más pequeño de 1l para unos amigos y un jarrón de cerámica que también va relleno de 0,5l. Además nos compramos una botella de sake sin filtrar, algo muy raro de encontrar. Vemos que junto a la caja tienen la etiqueta de Yamato Transport, y se nos ilumina la bombilla! le preguntamos al dueño si es posible enviar los sake que hemos comprado al hotel de Tokyo (y así evitar ir cargados hacia Matsumoto y luego hacia Tokyo) y nos dice que sin problema. Le damos la dirección del hotel y la fecha de llegada a allí y nos calcula el precio en base al peso como “frágil y refrigerado”, 8000¥ que pagamos gustosos con tal de no ir cargados como mulas me encanta la practicidad de este país!!!!
Más contentos que unos niños con zapatos nuevos, decidimos irnos hacia la zona de la estación JR a comer, así ya estamos allí para coger el bus hacia Hida No Sato después. Habíamos visto un par de tabernas cuando llegamos que nos llamaron la atención, así que nos fuimos derechos. Una de ellas solo abren por la tarde, así que entramos en otra dónde los carteles muestran unos ramen tremendos con carne de Hida asada. Por unos 1200¥ los dos, nos ponemos hasta arriba de los mejores ramen que hemos probado nunca!
Tras la comida, cruzamos la calle hacia la estación de buses para comprar el pase combinado de bus i/v + entrada para Hida No Sato (900¥), lo compramos en las máquinas que hay fuera puesto que dentro hay mucha cola. Tenemos que esperar una media hora larga puesto que el bus acababa de pasar, pero aprovechamos el wifi de la estación para ponernos al día. Al fin llega el Sarubobo Bus… vaya retrobus de categoría!!
Nos subimos al piso de arriba y en unos 10 minutos estamos en Hida No Sato. Casi llegando a allí nos llama la atención un edificio dorado enorme. Tiene pinta de secta! xDD Cuando llegamos a la noche al hostal, miramos por internet y vimos que se trata de la sede principal de una nueva religión nacida en Takayama, “La luz de la verdad”, basada en la creencia de que Cristo estuvo en Japón y no murió crucificado como dice el catolicismo si no de anciano en Japón… sin comentarios. Os dejo enlace a su web sukyomahikarieurope.org/en/ y de Wikipedia es.wikipedia.org/ ...D_Mahikari
Hida Folk Village o Hida no Sato, es un museo al aire libre que exhibe más de 30 granjas y casas tradicionales de la región de Hida, distrito montañoso de la Prefectura de Gifu. Las casas fueron construidas durante el Período Edo (1603-1867) y fueron trasladadas desde sus lugares de origen hasta aquí para crear el museo en 1971. Mantiene la atmósfera de un pueblo de montaña.
El museo cuenta con edificios como la casa del ex jefe de la aldea, del tala cabañas, almacenes y una serie de caseríos gassho-zukuri. Estas granjas llevan el nombre de sus techos de paja escarpadas que se asemejan a un par de manos unidas en oración ("gassho"). Algunas fueron trasladadas aquí desde la cercana Shirakawago, donde las casas gassho-zukuri son reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. Todos los edificios exhibidos en el Hida Folk Village están cuidadosamente preservados y y abiertos al público.
Lo que más nos gusta de Hida, además de poder ver las casas tradicionales de la zona es el poder entrar en todas ellas, conocer cómo vivían y cómo se organizaban en estas aldeas.
Todas las casas cuentan con carteles dónde explican la historia de la casa original, costumbres, cómo se construyó, etc. Además muestran herramientas y utensilios usados en la vida cotidiana de la época y tienen una arquitectura de madera única. En algunas casas imparten talleres.
Aprendemos cómo construían esos tejados capaces de aguantar varios metros de nieve sobre ellos.
Y por ejemplo, que usaban este hogar para calentar la casa, cocinar y secar la ropa. Sobre ellos, colocaban unas plataformas de hierro colgadas que en caso de subir demasiado las llamas lo hacían caer sobre el fuego y lo apagaban, evitando así incendios.
En el recinto hay una gran campana traída desde un templo de la región, dicen que si la haces sonar y pides un deseo mientras dura el eco se cumple, así que allá va Carol-San & Co
También hay en lo alto de una colina un pequeño templo que normalmente está cerrado al público pero que tenemos la suerte de encontrar abierto por las fiestas del matsuri, así que podemos deleitarnos con las pinturas de sus techos.
Vemos estas dos piedras, que según dice el cartel explicativo, cada una de ellas pesan unos 70kg. Las usaban para medir la fuerza y concentración de los hombres de la aldea.
Mientras recorremos el lugar, escuchamos a pocos pasos de nosotros un grito de una mujer. Nos acercamos al grupo y vemos a una mujer que corre de un lado a otro gritando súper asustada. Uno de los hombres del grupo nos dice que hay una serpiente y por eso la mujer grita así. Nos acercamos y se trata de una pequeña serpiente de unos 30cm de largo que corre más asustada que la mujer a esconderse. Menudas risas!!
Junto al lago, tienen también unas casetas con juegos tradicionales japoneses, Nos pasamos un buen rato allí Antes de irnos, hacemos parada en boxes y nos tomamos unos batidos de las máquinas. Riquísimo! Este lugar nos ha gustado mucho y lo recomendamos al 100%! Cumple con las 3 B (bueno, bonito y barato)
Sobre las 16,30h estamos de vuelta en Takayama, estamos cansados por el madrugón y la caminata que llevamos ya, así que decidimos volver al hostal, hacer el check-in y echarnos un rato la siesta.
A las 18,30h nos ponemos en marcha de nuevo, salimos a ver Takayama de noche. Nos paseamos por las calles comerciales cercanas al hostal y aunque teníamos pensado cenar en alguno de los restaurantes recomendados en el foro, la taberna que hay frente a la estación nos llama mucho la atención. Así que vamos hacia allá.
Entramos, y la mujer que hay en la recepción nos hace quitar los zapatos y dejarlos en unas taquillas que hay junto a la entrada. Una vez descalzos, nos lleva por un largo pasillo con cubículos privados a lado y lado hasta el nuestro.
Al principio nos rayamos un poco porqué pensamos que tendremos que estar arrodillados durante toda la cena frente a esas mesas bajitas que tan poco me gustan… pero disimuladamente miro cómo están los de los cubículos aledaños y veo que están sentados con las piernas en un hoyo que hay bajo la mesa, uff!!! ahora si, relajados, nos miramos la carta. Puedes escoger menús que llevan varias tapas, o bien tapas sueltas o bien, algún plato principal. Nos decantamos por unas tapas y probar un poco de todo. Después de tantas cenas del Family nos apetece algo con un poco de categoría éstos son algunas de las que pedimos.
Repetimos el plato de ternera de Hida que estaba de rechupete!! y nos pedimos un variado de dulces japoneses como postre, nos invitan a un chupito de shochu riquísimo. Comemos y bebemos fenomenal por 3800¥ los dos. Es algo caro, pero de verdad que solo por probar esa ternera que se deshace en la boca ya lo vale!
Compramos en un Family Mart que hay cerca algo de desayuno para mañana (600¥) y nos vamos a dar un paseo por las calles principales para bajar un poco la cena.
Tras el paseo volvemos al hostal. Hoy ha sido un día guay y mañana toca madrugar de nuevo!
**Encontrarás el diario completo y otros más en mi blog:http://creciendoconmisviajes.wordpress.com/