Ese día teníamos pensado pasar la mañana perreando por las piscinas y playa del hotel.
Primero a desayunar al Kaleidoscope, que no me iba a quedar con las ganas de probarlo y lo teníamos incluido.
Nos gustó mucho, cuanta variedad y que rico todo, el buffet de chuches no estaba, pero otra vez será, jaja.
A mi sinceramente la playa del Atlantis me gustó mucho, es verdad que no tiene ninguna ola porque está entre dos porciones de tierra, pero vi el agua limpísima turquesita y para mi a una temperatura ideal, ya que me gusta que el agua este templadita. Pudimos ver pececitos nadar entre nuestras piernas y medusas que un chico del hotel cogía entre sus manos y las enseñaba a la gente, así que supongo que no picarían claro.
Nuestro peluche viajero Linci
Estuvimos un ratito en cada una de las dos piscinas que hay en el Resort. Te dan la toalla y hay hamacas libres de sobra. Las piscinas también están sin climatizar (porque allí las climatizan para enfriarlas), templadillas.
Estando en la piscina vimos a mucha gente con polines o flahs, esos polos largos de nuestra infancia, y nos dijimos ¿Por qué todo el mundo tiene un Polin?, yo también quiero un Polin. Vimos que un hombre del hotel los estaba repartiendo, así que allí que fui a por dos. Oh con que poco nos ilusionamos los niños grandes
Nos hubiéramos quedado por allí horas y horas pero esa tarde había que ir a ver al atardecer en la playa del BurjAlArab y el deber nos llamaba.
De nuevo, mismo proceso, monorraíl y taxi hasta el Citymax al Barsha. Hicimos el check-in y allí nos aguardaban nuestras maletas, que majos.
Mi maridin se fue a comprar la comida al Carrefour mientras yo me duchaba. Con lo lenta que soy para todo hicimos bien así.
Después de comer y llenar nuestra despensa-minibar para los siguientes días cogimos un taxi hacia la playa del BurjAlArab. Había bastante ambiente, llegamos a tiempo para ver la caída del sol y poder hacer unas fotos preciosas. Aunque tuvimos algunos problemas con la cámara réflex, ya que al sacarla muchas veces nos pasó que el objetivo estaba empañado, debido al frío del hotel y del taxi, al sacarla con todo el calor pues se empañaba por dentro y había que esperar mucho rato para que se recuperara.
Luego nuestra intención era ir andado al Zouk Medina Jumeirah pero como no sabíamos como hacerlo preferimos coger un taxi que nos cobró el minino, que si no recuerdo mal son 10 dirhams.
Esta vez en el Zouk si que había ambiente y las tiendas estaban abiertas, nos quitamos la espinilla del primer día porque la verdad es que es muy bonito, con tiendas de souvenirs preciosos pero algo carillos. Aunque si lo hubiera sabido hubiera comprado más cosas, porque luego los zocos de Deira me decepcionaron.
Volvimos a intentar cruzar el puente pero otra vez el guarda nos echo para atrás…
Tras dar varias vueltas por el Zouk cogimos otro taxi hasta Dubai Marina, que nos dejo en la zona de The Walk, un paseo bastante bonito con tiendas, restaurantes y cochazos. Desde ahí fuimos andando hasta el paseo donde se ven los rascacielos. Tras cruzar diversas obras con un calor insoportable para ser de noche, pensábamos que no llegaríamos. De camino nos paramos en un súper para comprar algo para comer, después del susto del Ihop nos habíamos vuelto un poco low cost con la comida, jaja, Además nos habíamos dicho que si al final del viaje nos sobraba pasta en base al presupuesto volaríamos en hidroavión.
Estuvimos fotografiando los rascacielos que son impresionantes!!
La Cayan tower al no estar iluminada me decepcionó en parte, aunque es preciosa, pero de noche y sin iluminar no luce nada.
Después de esto nos dirigimos al hotel Marriott Marquis con la esperanza de que nos dejaran subir al bar mirador que tienen en la última planta y se llama “The Observatory”.
Teniendo en cuenta que no íbamos nada arreglados para la ocasión no daba un duro por que nos dejaran entrar. Cuando llegamos arriba nos miraron de arriba abajo y como nos temíamos nos dijeron que no cumplíamos con el “dress code”. Yo iba con un vestidito playero y mi marido con bermudas y lo mejor nuestra súper mochila donde llevamos la réflex y abultaba un montón, esto sumado al echo de haber cruzado una obra a 40º, que había hecho que desmejorara aún más nuestro aspecto, fue decisivo.
Miramos a la empleada con cara de gato de Shrek y nos dijo que si queríamos podíamos pasar a una zona un poco apartada donde sí nos podrían servir, nosotros encantadísimos de la vida!!!
Resultó ser que esta zona apartada tenia hasta mejores vistas y estábamos solos en una sala, con una mesita con luz de velas, jaja, vaya castigo a los repudiados
Teníamos a tocar la Cayan Tower, que vistazas y los cócteles muy ricos y por 30 dirhams un cóctel sin alcohol para el sitio que es, es muy buen precio.
Al bajar un botones nos consiguió un taxi normal y para nuestro hotel. Tened muy en cuenta coger siempre los taxis con los techos de colores y el resto color crema, en vez de los blancos que siempre están esperando en la puerta de los hoteles. Al salir de un hotel siempre os preguntarán si queréis un taxi, y estos son de los blancos, con decir que esperáis a un taxi normal ya está, ellos ya están acostumbrados a que cada día los turistas estén más curtidos, jaja.