Día 8 Oporto, la esencia de Portugal ✏️ Diarios de Viajes de España

Amanece en la frontera con Portugal y las vistas son impresionantes. Salida del sol de colores anaranjadas, marea en proceso de bajada y en enfrente nuestro querido vecino Portugal.

Teníamos el norte de Portugal a la vuelta de la esquina solo traspasando el puente del río Miño que separa a los dos países. Podíamos hacer un tour por alguna provincia o región del norte, podíamos conocer la ciudad de Braga… pero al final decidimos ir a una de las ciudades grandes de Portugal donde se guarda parte de la esencia de este país, Oporto.

Cogimos el coche, traspasamos uno de los puentes del río Miño y en un trayecto de cerca de (hora de viaje) lleno de niebla y lluvia en varios tramos, llegamos a la ciudad de Oporto. Esta ciudad, como la mayoría de ciudades portuguesas destaca por sus azulejos en las fachadas de casi cualquier tipo de edificio.

Conseguimos aparcar casi apenas sin dificultades aunque en un parking de pago. Salimos al exterior y fuimos en busca de un punto de información o de una tienda que ofreciera mapas de la ciudad para localizar los lugares más turísticos y emblemáticos de esta.

Cuando encontramos un mapa de la ciudad donde nos situaba el centro histórico de la misma y las zonas donde poder realizar agradables paseos nos dimos cuenta de que nos dirigíamos directos a ella. Bajando por una calle algo cuesta abajo, llegamos al paseo marítimo de Oporto.

Este lugar está sobre todo lleno de restaurantes con las comidas más típicas de Portugal y de la región de Oporto. El lugar resulta muy agradable y bastante turístico. El río Douro, conocido en España como Duero acoge a una gran cantidad de barcos y pequeños cruceros en los que dar un paseo por este lugar.

(Si deseas ver los cruceros del río Douro y sus fantásticas vistas, te recomendamos ver el reportaje de viaje Día 8 Oporto)

A pesar de ser el lugar por excelencia más turísticos de todo Oporto, en las fachadas y los balcones de las casas encontramos ropa tendida algo muy característico en toda la ciudad de Oporto y probablemente en muchas ciudades de Portugal.

Desde este lugar se pueden apreciar los típicos techos anaranjados de Portugal e incluso se pueden ver las fachadas de diferentes colores que le dan un sentido bohemio y a la vez alegre a la ciudad.

También desde este lugar podemos ver otra de las estampas menos típicas del río Douro. Una zona más residencial y menos turística pero que también ofrece bonitas postales.

A continuación, descendemos de nuevo hacia el casco histórico de Oporto y en esta ocasión descubrimos una zona obrera y popular en la que la esencia de esta ciudad y de esta país se percibe en el ambiente. A pesar de ser la segunda ciudad más poblada de todo Portugal, Oporto todavía conserva la vida más sencilla y cuotidiana de sus habitantes. Cuando camino por estas calles y callejuelas sienta que está entrando en lo más privado e íntimo de sus habitantes.

Justo antes de dejar la ciudad, paseamos por una de las zonas más modernas de la ciudad. A pesar de que sus edificios tienen ya algunas décadas, el ambiente, las anchas avenidas y las amplias plazas dan la sensación de una gran ciudad.