Una semana en Munich visitando, además, Fussen, el palacio de Neuschwastein, Salzburgo, Regensburg y Nuremberg Autor:MogutuFecha creación:⭐ Puntos: 4.9 (59 Votos)
No, no mires para atrás. Te digo a tí que estás comenzando a leer este diario ¿te animas a acompañarnos en nuestro viaje por Munich y algunas ciudades de su entorno?
Te cuento brevemente: nuestra idea es dormir todos los días de nuestra estancia en la capital bávara donde estaremos de lunes a domingo. Aparte de disfrutar de lo que nos ofrece Munich, desde allí en transporte público nos trasladaremos a visitar Fussen, Nuremberg, Salzburgo, Regensburg…..
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Si te animas, no te pondremos muchas condiciones : calzado cómodo, ganas de conocer y de aprender, elasticidad a la hora de manejar el planning, hasta tal punto de poderlo cambiar a la vista de una tentadora cervecera muniquesa, una placita atractiva o cuando se nos cruce cualquier aliciente inesperado en el camino.
Colores del atardecer sobre el Althes Rathaus
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Ven con nosotros! El ritmo del viaje será tranquilo, sin prisa pero sin pausa, combinando visitas culturales muy enriquecedoras con los siempre importantes ratos de asueto en parques, paseos, tiendas o, por supuestísimo, en los templos de la cerveza bávara .
Mariensaule y Neues Rathaus
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Te advierto, por si te animas, que lo cierto es que nos llevamos un buen susto a la hora de coger los vuelos. Empezamos a curiosear a principios de octubre los vuelos para abril de 2014 y estaban carísimos ya (casi 800 euros entre los dos ). A través del buscador Kayak dimos con al web Airline Direct, al parecer de origen alemán, a través de la cual conseguimos bastante más baratos los billetes.
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Después vino la hora de seleccionar hotel y nos inclinamos por el Hotel Luitpold ubicado en la zona de la estación del tren, como muchísimos de los hoteles de Munich y la mayoría de los recomendados por el foro. Ya hablaremos más adelante del hotel, ahora no tenemos mucho tiempo que va a despegar el avión!
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Pero espera… Una última cosa antes de subir a la aeronave. Es obligado agradecer su ayuda, sus sugerencias y consejos en la preparación del viaje a través de sus posts, mp-s y diarios a los foreros Rodei, Antoni54, Proser, Luchino, Chamiceru, Alidani, Remo, 3estrellas, Viruss, Elenare, Gabrigomez, Angel65, Aguchan y algún forero más que seguro me olvido (a ellos perdón, mil veces perdón). Sin ellos y sus útiles e inspiradores consejos, estaríamos hablando ahora de otro viaje muy distinto. Gracias a todos, compañeros!!!
Tras un vuelo Bilbao – Munich de unas dos horas y sin incidencias, tomamos tierra en la capital bávara. Recogimos las maletas y seguimos el camino que nos marcaban las eses enmarcadas en un círculo verde que nos encaminaban hasta la estación de tren subterránea ubicada bajo el propio aeropuerto (S Bahn es el tren).
Desde el punto donde recogimos las maletas hasta la estación de tren apenas 300 metros, comodísimo (digo yo que aparte de leer podrías ayudarnos a bajar las maletas hasta el andén, pero es igual, tu a lo tuyo ).
Banderas con los colores de Baviera en la puerta de una cervecera
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En el mismo andén hay máquinas expedendoras de billetes, en varios idiomas (también en castellano). Sencillísimas de utilizar. Como este primer día no teníamos intención de tomar más trenes o metros, optamos por comprar el billete sencillo (10,40 € por cabeza) hasta la Hauptbahnhof, estación central de Munich a la que llegamos en aproximadamente 40 minutos.
Paso subterráneo y acceso al metro en Karlsplatz
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Tras unos momentos de desorientación y un par de vueltas a lo tonto , llegamos al hotel Luitpold que, en realidad, está a unos 100 metros en línea recta de la estación central (el hecho de salir por otro edificio distinto a la estación nos desorientó completamente ).
Rápido check-in, maletas a la habitación y salimos pitando a conocer Munich. Luego hablaremos con más detalle del hotel, lo primero es lo primero y oigo cómo me llaman a lo lejos las cerveceras muniquesas.
Karlsplatz y al fondo, Karlstor
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El vuelo había sido muy madrugador (8:00) lo que conllevó que sin ser aún las 12:00 ya estábamos en disposición de empezar a patear. Enfilamos directos desde nuestro hotel hasta Karlsplatz que queda a tan sólo unos 300 metros. Es una plaza que data del siglo XVIII y que se construyó tras el derribo de la murralla medieval de la ciudad. De aquella muralla se respetó la Karlstor (puerta de Karl) que para nosotros vino a ser diariamente el imponente acceso al Altstadt (o centro histórico de Munich). En seguida te das cuenta que es un punto de encuentro ya que a todas horas ves a gente allí plantada con pinta de estar esperando a alguien.
Fuente junto a Karlstor
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Atravesamos la Karlsplatz y Munich nos ofreció la primera sorpresa que nos tenía reservada: la cantidad de gente que hay siempre por el centro. Oleadas de turistas y muniqueses por las calles Neuhaserstrase y Kaufingerstrase, dos calles muy comerciales y alineadas (en realidad parecen una única calle). Cuando digo oleadas, quiero decir literalmente oleadas. Gente a mansalva un lunes a mediodía.
Marea humana en Neuhaserstrase
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Las tiendas, muchas de ellas enormes y de varios pisos, tenían una pinta espectacular. A mi mujer se le empezaron a poner los dientes largos y empezó a ralentizar el paso (es un raro síntoma que sufre ante estas situaciones, aún no tiene diagnosticada la patología). A duras penas conseguí hacerla entender que teníamos un planning que cumplir. Pasamos junto a la iglesia St Michel y junto a otro importantísimo templo muniqués, la cervecera Augustiner Grobgaststatten. Maldición, mi mujer me había contagiado!! Ahora era cuando se me ponían a mi los dientes largos y remoloneaba al caminar al olor del lúpulo cervecero…..
St Michel y al fondo las cúpulas de la catedral, Frauenkirche[/align[align=center]]*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aún así, y salvando tentaciones, seguimos adelante. Tomamos una pequeña callejuela a la izquierda y nos acercamos a visitar Frauenkirche, catedral de Munich. Afectada en gran parte durante la 2ª Guerra Mundial y reconstruida posteriormente como muchísimos de los monumentos visitados en este viaje. La Catedral presentaba una de sus torres completamente cubierta por toldos y andamios.
La catedral vista desde St Peterskirche
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Pasamos al interior del templo y lo cierto es que su austeridad no nos retuvo demasiado y lo que posiblemente nos llamó más la atención fue el mausoleo del emperador Luis IV de Baviera. Volvimos a la calle comercial y nos encaminamos hacia Marienplatz, presidida por el espectacular Neues Rathaus (Ayuntamiento Nuevo). Un edificio de dimensiones colosales, con una fachada que ronda los 100 metros y una torre que llega a los 85 de altura.
Neues Rathaus
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De estilo neogótico, con decenas de gárgolas, estatuas y filigranas y construido entre finales del XIX y principios del XX. Sin duda, la estrella de la fachada es el Glockesnspiel o carillón, cuyas figuras pudimos ver bailar cierto día a las 11:00 de la mañana, más adelante te lo cuento. Al parecer a las 21:00 tambíen hay otro pequeño desfile de las figuras.
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En los bajos del Neues Rathaus visitaríamos días posteriores la preciosa cervecera Ratskeller. En uno de los patios del ayuntamiento vimos unas mesas de esta cervecera (no creo que nadie pase sed en Munich ). La fachada ennegrecida por el tiempo del Neues Rathaus podría llevar a pensar a más de uno que se trata del Altes Rathaus (Ayuntamiento Viejo) que también se encuentra en Marienplatz y que data del siglo XIV, aunque en realidad, nos encontramos ante el tercer edificio (el primero fue pasto de las llamas generadas por un rayo y el segundo bombardeado en la 2ª Guerra Mundial). En su interior se encuentra el museo del juguete.
Altes Rathaus y Mariensaule (de espaldas)
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Y no podemos salir aún de Marienplatz sin que eches un vistazo a Mariensaule (columna de María), que se levantó en 1638 tras lo ocupación sueca. Una imagen de bronce de la Virgen sobre una columna de unos 12 metros.
Viktualienmarkarkt
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Seguía el torrente de gente por todos los lados y nos fuimos acercando hasta Viktualienmarkt, mercado basicamente de alimentos, en el centro de la ciudad de Munich. Decenas de puestos de frutas, quesos, charcuterías, zumos, pasteles, panaderías, vinos y que alberga también una cervecera al aire libre. Era buena hora para comer algo, así que, siguiendo la costumbre local, optamos por comprar algo en uno de los incontables puestos del Viktualienmarkt (2 bocadillos de salchicha), sacamos unas cervezas y nos sentamos en una de las mesas de la cervecera.
Dulces típicos y huevos de pascua en el Viktualienmarkarkt
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No había mucha gente y encontramos sitio sin problemas. La cerveza era Lowenbrau, helles, no estaba muy allá. No fué la mejor manera de contactar con las cervezas muniquesas (tranqui, luego te hablo, por si no los conoces, de los términos helles, weizenbier y dunkel).
Entorno del Viktualienmarkarkt
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Con la panza llena y una cervecita de medio litro dentro la vida se ve de otro color . Nos dirigimos animosos a afrontar los 306 peldaños que tiene la torre de St Peterskirche y desde las que esperábamos disfrutar de buenas vistas de la Marienplatz y el resto de Munich, como así fue. Eso sí, la escalera es exigente, resoplamos por la escalera igual que veíamos resoplar a otros viajeros. Siempre se tienen despistes en un viaje de estos y en esta ocasión, se nos pasó visitar la iglesia por dentro, subimos a la torre y nos fuimos sin visitarla (qué fallo!!).
El Neues Rathaus visto desde St Peterskirche
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A continuación, dimos un paseito hasta Isartor, una de las puertas de las antiguas murallas medievales de Munich y llamada así por su cercanía con el rio Isar. Es la única de las puertas de la ciudad que aún conserva su torre medieval original. Llamativos frescos engalanan su fachada.
Isartor
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Desde allí nos desviamos hasta Gartnerplatz, ya que habíamos leido que era una plaza muy animada con cafeterías y muy buen ambiente. Ni vimos cafeterías, ni nos pareció bonita la plaza, ni vimos buen ambiente. Así que la visita fue fulgurante y seguimos rumbo a la puerta medieval que nos faltaba, Sendlinger Tor y la más antigua de las tres. La que más nos gustó y la que más se asemeja a la idea que tenemos nosotros de “medieval”.
Sendlinger Tor
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Atravesamos por uno de sus 3 arcos y enfilamos por Sendlinger Strasse, otra de las principales arterias comerciales de la ciudad. En esa calle está una de las joyitas menos conocidas de Munich, la Asamkirche, una iglesia rococó de pequeñas dimensiones pero sencillamente espectacular, obra de los hermanos Asam y que originariamente fue concebida como capilla privada.
Asamkirche
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Al pasar por la calle, uno apenas se fija en el modesto exterior que encierra una sorpresa increible. Construida en 1733, destaca en ella el fresco del techo pero todo el abigarramiento de la obra hace que uno deje pasar el tiempo sin darse cuenta contemplándola. Da la impresión de que no queda un rincón de la diminuta iglesia sin decorar.
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Salimos de Asamkirche impactados por la visión del templo y seguimos caminando por Sendlinger Strasse y deteniéndonos de vez en cuando para visitar alguna de las incontables tiendas de la calle. La calle desemboca en Marienplatz y continuamos camino por Wein Strasse. Por allí encontramos el centro comercial Funf Hofe recomendado en varios blogs pero que no nos pareció nada del otro mundo y salimos de allí sin perder demasiado tiempo para dirigirnos hacia Maximilianstrasse, la calle del lujo muniqués.
Max Joseph Platz
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Camino a dicha calle pasamos frente a la Max Joseph Platz donde se ubican la Residenz, la estatua de Maximiliano I y el edificio clásico del National Theater.
No nos entruvimos demasiado y seguimos hacia Maximilianstrasse. En sus aceras se agolpan tiendas de Prada, Vuitton, Yves Saint Laurent, Hermés, Belstaff, Tiffany´s….. Mi mujer se sentía como un crío en Disneylandia mientras que yo me aburría en la acera durante sus continuas visitas a algunas de las boutiques . Aunque, de vez en cuando, un Lamborghini o un Audi RS8 rugiendo por la lujosa avenida me sacaban del tedio. Mucho nivel en esta avenida.
Pintoresco vehículo en la calle del lujo muniqués
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Por fin abandonamos la maldita calle y vimos en Residenzstraße, frente a la tienda de Vuitton una cervecera de Lowerbrau que parecía llamarnos con sus banderas azules y blancas (los colores de Baviera). Entramos para refrescar el gaznate y recuperar fuerzas. Tomamos 2 Franciscaner (a pesar de no ser la cerveza de la casa). El ambiente tranquilo del local y la edad de los clientes (familias o gente de edad avanzada) no se asemejaba a lo que yo suponía que es una cervecera muniquesa.
Lámpara con las figuras del baile de los toneleros en Augustiner Grobgaststatten
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Cayó alguna tiendita más hasta que dieron las 20:00, hora a la que, afortunadamente, cierran las incontables tiendas de Munich. Tomamos otro par de cervecitas en la conocidísima Augustiner Grobgaststatten (en Neuhaser St). Ahora sí! El barullo tremendo en el gigantesco local se ajustaba mucho a nuestra idea de cervecera. Un continuo trajín de jarras, platos, ir y venir de camareros y mucho ruido por parte de la concurrencia. La camarera nos condujo a una mesa ocupada por otra gente, pero es que allí es habitual compartir mesa con otras personas.
Augustiner Grobgaststatten
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Entre una cosa y otra era ya casi la hora de cenar, así que nos fuimos hasta la posiblemente cervecera más popular de toda la ciudad: Hofbräuhaus, un local histórico que data de 1.897 aunque los orígenes de la casa se remontan a 1.589 (el local actual está reconstruido tras la gran guerra). En su longeva historia ha contado con clientes tan distinguidos como Lenin (al parecer un asiduo a la casa durante su estancia en Munich) y ha sido escenario de actos como el establecimiento en 1.920 de los 25 puntos que serían las base del Partido Nazi.
Hofbräuhaus
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El local estaba a reventar, hasta la bandera, pero tuvimos suerte y conseguimos sitio en una mesa del salón abovedado, el más chulo, ocupada tan sólo por dos chicos y muy próxima a los músicos que de vez en cuando “atacaban” piezas de música bávara (que a mí me suena a marchas militares) y que eran jaleadas y aplaudidas por la concurrencia. Un alboroto tremendo, con brindis que salían de una mesa y eran contestados tres mesas más allá a golpe de jarra y gritos divertidos. Me dí una vueltilla para curiosear y comprobé que la cervecera es enorme, con un biergarten interior y varios salones (más tarde, al salir, vimos que también había gente en los pisos de arriba).
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Entre todo el barullo y el gentío pensaba yo que los camareros nos iban a ignorar, pero no tardaron mucho en atendernos. Pedimos codillo para ella y unos filetes de cerdo en salsa para mí. No me pidais más detalles, no nos facilitaron carta en castellano y entendimos lo que pudimos. La comida estuvo bien, pero sin exagerar. Cenamos mejor en otros locales en días posteriores.
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Los chicos que compartían mesa con nosotros tenían ganas de charla y empezaron a preguntarnos de donde veníamos. Al contestarles que de cerca de Bilbao en su cara se reflejó que no tenían ni idea de la ubicación de nuestra procedencia. Así que decidí activar el gps futbolístico , que casi nunca me falla. Les comenté que el jugador del Bayern de Munich, Javi Martínez, proviene de nuestro equipo, el Athletic de Bilbao. Acabáramos!!!! Ahora estaba todo claro!!!
Por cierto, pensando que la mayoría de las cartas de las cerveceras iban a estar en inglés o alemán, nos llevamos desde casa las cartas traducidas al castellano de las cerveceras que más nos interesaban . Y luego resulta que en practicamente todas tenían carta en dicho idioma .
Exterior de la Hobräuhaus atestado de gente
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Nos enfrascamos en una conversación futbolística, ellos con su fluido inglés y yo con el mío, digamos que encasquillado (por no decir patatero ). Brindamos, coincidimos en que Javi es un gran futbolista, volvimos a brindar y nos sacamos unas fotos mientras mi mujer empezaba a aburrirse de tanto futbol y tanta euforia. A todo esto, la orquesta seguía montando barullo y los brindis de los vecinos pasaban literalmente a ser alaridos.
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Así que optamos por salir a airearnos un poquito y emprender camino al hotel. En la calle había mucha gente, la mayoría muy joven, muchos grupos tenían pinta de ser viajes de estudios. El alboroto de dentro se prolongaba fuera (y eso que era lunes!!). En 20 minutillos paseando sin prisa nos plantamos en nuestro hotel.
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Llegamos cansados, pero contentos con lo vivido en la primera jornada. Nosotros nos vamos a dormir , si tu quieres seguir leyendo, puedes hacerlo, allá tu. Buenas noches (eso sí… no hagas ruido!!)[/align][/size]
¿Qué? ¿estás aún durmiendo o sigues leyendo? Venga, arriba que hoy toca una de las perlas del planning: visitar el castillo de Neuschwanstein.
Desayunamos prontito y en un periquete nos plantamos en la estación central (ya te he comentado que tan sólo dista unos 150 metros de nuestro hotel).
Calles de Munich
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Lo primero era comprar la Bayern Ticket en las máquinas expendedoras. Este ticket es un billete para grupos (de hasta 5 personas) que permite ahorrar mucho dinero y utilizar metro, buses y trenes de Baviera (siempre han de servicios de cercanías). Bueno…. aunque lo de cercanías no lo acabo de entender ya que con la Bayern Ticket fuimos, por ejemplo, hasta Salzburgo (…. tu me dirás que tiene de “cercanías” dos horas de tren y, además, hasta otro pais….).
El Bayern Ticket nos ha costado en abril de 2.014 23 € por la primera persona y 4 € más por cada persona más. Así que por los dos pagamos 27 euritos (el billete ordinario de ida y vuelta hasta Fussen, nuestro destino de este día, costaba alrededor de 52 euros por persona así que el ahorro resulta mucho más que considerable).
Alrededores del ticket center (Neuschwastein – Fussen)
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Eso sí, la Bayern Ticket de lunes a viernes tan sólo se puede utilizar a partir de las 9:00. Nuestro tren a Fussen salía a las 8:53 así que, tras sacar la Bayern Ticket fuimos a la taquilla y con mi entrecortado inglés expliqué a la operaria que necesitábamos un billete que cubriese nuestro trayecto hasta la entrada en vigor de la Bayern Ticket (las 9:00). La chica, muy amable, nos facilitó dos billetes de zona blanca por 2,60 euros cada uno. Además, nos facilitó una hoja con el horario de los trenes, el andén desde el que debíamos tomarlo y especificaciones sobre el transbordo a realizar en Buchloe.
Alrededores del ticket center (Neuschwastein – Fussen)
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Aunque, a decir verdad, todos esos detalles ya los habíamos obtenido previamente de la web de los ferrocarriles alemanes reiseauskunft.bahn.de/ ...ery.exe/hn en castellano y muy práctica. Eso sí, si vais a utilizar la Bayern Ticket a la hora de buscar horarios de trenes en la web no olvideis marcar el check “sólo transporte de cercanías” que son los trenes que entran en el citado bono.
Una de las maneras de subir a Neuschwastein: coche de caballos
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En la estación de Munich subimos al tren, que no iba muy lleno, al contrario de lo que esperábamos para un destino tan demandado y poco después apareció el interventor. Le mostramos los billetes de zona blanca y la Bayern Ticket y les dio el visto bueno. Tan sólo nos indicó la necesidad de poner el nombre de un titular y del acompañante en el ticket.
Inolvidable vista de Neuschwastein desde Marienbrucke
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Tras dos horas de viaje (incluido transbordo) llegamos a Fussen. Al salir de la estación de tren había dos autobuses esperando ya y que nos llevarían hasta el Ticket Center. Este bus también entra dentro de la Bayern Ticket, así que continuamos ahorrando. Hacía fresco y muchos árboles presentaban nieve en sus ramas, los montes aparecían completamente nevados y ello, con las casas de madera de aspecto tiroles componían una muy bonita estampa. Incluso, de vez en cuando, caían finos copos de nieve.
Marienbrucke
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El autobús nos dejó a unos 50 metros del Ticket Center. Subimos la leve cuesta arriba y vimos la enorme cola que esperaba para comprar las entradas. Afortunadamente, los miembros de este foro solemos estar muy bien informados y nosotros llevábamos las entradas reservadas por internet. Los accesos al Ticket Center para quien tiene la entrada reservada y quien no la tiene están bien diferenciados y anunciados en carteles.
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Frente a la más que respetable cola que hacían nuestros compañeros de tren, nosotros tan sólo tuvimos a una pareja antes que nosotros. Teníamos como hora tope de recogida de las entradas las 11:45 y lo cierto es que llegamos con tiempo más que de sobra (sobre las 11:15).
Ésta es la página a través de la cual hicimos la reserva de las entradas para el Castillo de Neuschwastain www.hohenschwangau.de/545.0.html Cada entrada nos costó 12 € y se pagan al recogerlas.
Marienbrucke visto desde el castillo
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Hasta el castillo de Neuschwastein se puede subir andando (40 min. pone en las señales), en coche de caballos o en bus. Desde casa fuimos con la idea de subir al castillo en coche de caballos. Nos parecía la mejor opción: subir por la carretera de montaña en un carro tirado por caballos y contemplando los parajes alpinos nos tentaba muchísimo. Pero la realidad era bastante menos idílica .
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Hacía fresco y como consecuencia, los carros llevaban unos feos toldos verdes para proteger de la temperatura y la eventual nieve. Así que optamos por el menos bucólico pero más rápido bus. Cogimos billete de ida y vuelta, nos pusimos a la cola y tomamos el bus tras unos 15 minutos de espera. Llegamos arriba con tiempo de sobra. Eran en torno a las 11:40 y la visita al castillo la teníamos concertada para las 12:45.
Así que decidimos ir hasta Marienbrucke (el puente desde el que se obtienen unas vistas espectaculares del Castillo). En el mismo punto donde nos dejó el bus vimos un cartel que mostraba el camino hacia Marienbrucke. No hay pérdida, en el cartel indica 10 minutos, pero en 5 minutos ya estábamos en el puente.
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El puente tiene una ubicación espectacular, a muchos metros sobre el desfiladero del Pollät y la cascada. Parece que el puente fue un regalo de cumpleaños de Maximiliano II a su esposa, muy aficionada a los paseos montañeros.
Bueno, llegó el momento de contemplar la famosa vista del castillo. Si te soy sincero, yo tenía la leve sospecha de que me iba a defraudar. Había visto yo tantas veces el castillo en infinidad de fotos…el castillo nevado, el castillo con los bosques rojos en otoño, el castillo soleado…. Además casi todas las fotos más conocidas de Neuschwastein son de frente, desde una perspectiva distinta a la que se ve desde Marienbrucke. Así que allí me planté yo, en el puente helado dispuesto a llevarme un pequeño chasco….. y me quedé pasmado un buen rato ante el espectáculo . No hay palabras.
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El viento soplaba con fuerza en el desfiladero y la sensación de frio aumentaba. Pero yo seguía clavado en el puente, sacando fotos y disfrutando de la vista. El piso del puente estaba helado (nieve prensada) y me extrañó no ver ningún patinazo en el rato que estuvimos. Mi mujer salió del puente para buscar refugio del maldito viento, pero yo no me quería marchar de allí. Finalmente, busqué parapeto, froté bien las manos para que recuperasen algo de calor y volví otro buen rato al puente (no te rias, que leyendo en casita no pasarás frio, no….). Marienbrucke es uno de esos sitios de los que cuesta un monton marcharse.
Caminando hacia Neuschwastein
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Finalmente fue el reloj el que nos echó de allí en vez de el frío. Las agujas avanzaban y se acercaba la hora de nuestro turno para visitar el castillo. Descendimos hacia el punto donde nos había dejado el bus y desde allí hacia Neuschwastein. Junto a la parada del bus parte el camino para quien quiera bajar andando hasta el Ticket Center. Anteriormente, al subir en bus vimos a algunos insensatos que bajaban andando por la carretera de los buses (nada recomendable!!).
Hohenschwangau
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Camino a Neuschwastein encontramos en un recodo del camino unas vistas increibles del castillo Hohenschwangau, castillo neogótico que mandó construir Maximiliano II (padre de Luis II, el Loco). El castillo se presentaba ante nosotros con un telón de fondo de montañas nevadas y un lago a cada lado del edificio. Otra postal a añadir a nuestra memoria.
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Y pasito a paso y foto a foto, llegamos a Neuschwastein. El camino es francamente precioso e ir viendo aparecer el castillo entre los árboles proporciona estampas de cuento. Cada billete lleva la hora especificada de la visita así como el número del turno correspondiente. Junto a los tornos de entrada hay un par de grandes pantallas que indican el número de cada turno puntualmente. Cada grupo estará formado por unas 30 personas (calculado a ojo y días después). Cada visitante lleva una audioguía en el idioma solicitado al hacer la reserva y el guía acompañante se limita a activar la audiogúia en los puntos concretos.
No es un cuento, es Neuschwastein
Por fin entramos en el castillo, para muchos producto de un delirio, para otros, de una ensoñación . Me quiero quedar con la segunda versión. Neuschwastein fue mandado construir por Luis II de Baviera (conocido como “el loco”). Según nos contó la audioguía, el joven rey Luis, de introvertida personalidad, fue desde joven un apasionado de la música y también de las leyendas sobre caballeros medievales y, al parecer, buscó en este castillo de cuento un refugio para aislarse de una realidad que no le satisfacía (¡ventajas de ser rey!). Su construcción empezó en 1869.
Desde el mirador
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Durante la visita no está permitido hacer fotos y es por ello que no hay imágenes del interior en el diario. Al contrario de algunas opiniones leidas en el foro y en otras webs, a mí sí me resultó interesante la visita. Hay estancias como la Sala del Trono o la cámara dedicada a la leyenda de Lohengrin en las que parece que uno puede llegar a percibir parte de la locura de aquel rey que sólo habitó 172 días en este castillo, hasta ser derrocado y encontrado muerto tan sólo dos días despues en circustancias aún no aclaradas. Acabada la visita hay un balcón del castillo desde el que hacer fotos espectaculares del castillo de Hohenschwangau y sus alrededores o del Marienbrucke.
Salimos de Neuschwastein y frente a la entrada principal vimos un mirador en el que la gente obtenía buena perspectiva de la frontal del castillo y para allá nos fuimos.
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Además de para admirar las vistas y los paisajes, este día me sirvió para admirar la dureza del pueblo nipón. Hacía un frio considerable y a nuestro lado pasaban japoneses en sudadera, japonesitas con short y finas medias e incluso te juro que ví a un chico con tan sólo una fina americana sobre una camiseta, unos vaqueros y ¡¡mocasines sin calcetines!! Enorme la capacidad de sufrimiento del pueblo nipón o simplemente, cuestiones de la filosofía zen .
Hohenschwangau
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Era hora de emprender el descenso y tomamos el bus hasta el ticket center. Llegamos y nos dimos cuenta que desde las inmediaciones del ticket center también se ve Neuschwastein (a la subida, como quedaba a nuestra espalda y con la emoción, ni nos enteramos). Decidimos subir hasta el castillo de Hohenschwangau que está allí mismo, sólo hay que subir unos tramitos de escaleras. No teníamos intención de entrar, tan sólo de curiosear. Pasamos el torno de acceso a los jardines y estuvimos un ratito. Al ir a salir de nuevo por el torno, éste nos impedía el paso y tuvimos que salir (como el resto de visitantes) por la salida que te desvía hasta el lago y te hace dar una vuelta considerable. Es un dato que conviene que tengais presente si vais con el tiempo justo para coger el bus.
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Desde allí muy ufanos hasta la parada del bus que nos llevaría hasta Fussen y una vez allí coger el tren camino a Munich…. Pero resulta que el bus acababa de pasar y el siguiente no pasaba hasta 40 minutos después. Un fallo por nuestra parte (o culpa del maldito torno de Hohenschwangau y la vuelta que nos hizo dar!!). Tenedlo en cuenta. Cuando llegueis desde Fussen, mirad los horarios de los buses de regreso para no perder tiempo a lo tonto. Aprovechamos la espera para comernos los bocatas que llevamos preparados. Llegó el bus y nos dejó en Fussen.
Fussen (Reichenstrase)
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La mayoría de la gente marchó derechita a la estación donde el tren ya estaba a punto de salir. Nosotros optamos por ir a dar una vuelta por Fussen para conocer el pueblo. Desde el bus habíamos visto el emplazamiento de la oficina de turismo y para allá nos fuimos. Nos dieron un folleto en castellano que nos sirvió de guía para dar una vuelta rápida por la pequeña localidad. Enfilamos por la calle que partía justo frente a la oficina de turismo, Reichenstrase y que coincide con la antigua ruta romana Vía Claudia Augusta. Calle tranquila a esa hora de la tarde (en torno a las 16:00), con edificios elegantes y bastantes comercios y cafeterías. Al fondo la calle se anchaba en una plaza donde destacaba la fuente Stadbrunnen.
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Sobre los edificios de la plaza se erguía orgulloso el edificio del Hohse Scholoss, antigua residencia de los príncipes de Ausburgo. Nos acercamos hasta este castillo pero no hicimos ni intento de entrar (ya habíamos hecho el cupo de castillos ese día). Al lado del castillo vimos el monasterio de St Mang. Al doblar una esquina apareció una curiosa fuente ante nosotros y con una aún más curiosa decoración. Reprentaba a un hombre con un laud. Es la fuente de los artesanos de los laúdes, y es que al parecer en el siglo XV tuvo mucha importancia en la economía de esta ciudad el hecho de que se establecieran en ella muchos luthieres de laúdes y violines.
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Como puedes ver, toda la fuente estaba decorada con huevos de pascua (de plástico, eso sí). Nos entretuvimos en alguna tienda y desembocamos en la Schrannenplatz, que fuera en su día el mercado de cereal de la ciudad.
Schrannenplatz
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Se acercaban las 17:05 (hora del próximo tren) y marchamos hasta la estación. El viaje de regreso tuvo un leve contratiempo: teníamos que hacer transbordo en Buchloe para seguir hasta Munich pero algó pasó en la vía y no era factible ese viaje. Nos dijeron que quienes fuésemos para Munich debíamos tomar un tren hasta Ausburgo y desde allí hasta Munich. Así que llegamos a las 20:00 h, 45 minutos más tarde del horario previsto.
Fussen
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Nada mejor para pasar el mal trago del retraso que un buen trago de cerveza muniquesa , así que nos metimos en la primera que se cruzó en nuestro camino, la Augustiner Klostewirt, justo frente a la catedral. Una peculiaridad que nos encantó de este local es que se dividía en bar y cervecera propiamente dicha. No te impacientes, ahora te explico…..
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Las cerveceras son lugares donde los muniqueses van a beber pero también a comer, y en ocasiones y dependiendo de la hora a la que llegues, parece como que no es de recibo ocupar una mesa para tomar un par de cervezas, cuando hay gente esperando para cenar. Nunca nos dijo nada ningún camarero pero son cosas nuestras….. En el bar podíamos tomar a gusto las cervezas que quisiésemos sin pensar en nada más. Pedimos un par de cervezas dunkel y estaban muy, pero que muy buenas.
Detalle de un posavasos y comedor del piso inferior
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Lo prometido es deuda. Vamos brevemente con las helles, weitzenbier y dunkel que te he comentado antes. Diría yo que son los tres tipos de cerveza más consumidos en Munich (aunque hay otros). La helles es la cerveza más clara, la más semejante a la que habitualmente consumimos por aquí, la weitzenbier es algo más oscura y se carácteriza por elaborarse con trigo además de con cebada. La dunkel es muy oscura y según percibimos, menos consumida que las otras dos por los muniqueses, aunque a nosotros nos gustó y mucho. Ah y por cierto… si no especificas lo contrario, lo habitual es que te sirvan cervezas de 0,5 litros.
Weisses Bräuhaus
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pero dejemos de lado las cervezas y sigamos con las cerveceras…. Fuimos a cenar a Weisses Bräuhaus, en la calle Tal, cerca de Marienplatz. Esa noche aprendimos definitivamente la lección que habíamos empezado a comprender en Hofbräuhaus: si hay mucho ajetreo en el comedor no hay que esperar a que el camarero te indique mesa. Es mejor buscar un par de huecos en cualquiera de las mesas corridas y esperar a que te atiendan y así lo hicimos, nos sentamos junto a una señora y su hijo veinteñero. En Weisses Bräuhaus tienen carta en castellano y de ella inmediatamente me llamó la atención la manera casi poética en la que describían cada una de las cervezas que ofertan.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Ya verás, ya…. Yo me pedí una Scheneider Weisse Tap6 Unser Aventinus (que la carta describía como “profunda y muy fuerte, para los grandes momentos junto a la chimenea”) y mi mujer una Scheneider Weisse Tap1 Meine Blonde Weisse (descrita en la carta como “vivificante como un baile de viento en verano”…. serán horteras estos alemanes….. ). Para comer pedimos un asado de cerdo de la paletilla al estilo muniqués y un asado a la cerveza schneider aventinus. De postre, un rollo de hojaldre relleno de manzana con salsa de vainilla.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Si te quieres pedir tu algo mientras estás leyendo el diario, avisa, que te invitamos. Por cierto, estaba todo riquísimo y las cervezas, excelentes. Y la segunda que me tomé, también . Muy recomendable local. Según nos dijeron en esta cervecera sirven cenas hasta las 23:00 y la última ronda hasta las 00:00. Y el día no dió para más. A dormir, que ya es hora. Hasta mañana![/align][/size]
Eres tú quien se viene conmigo de nuevo a Munich y alrrededores en forma de páginas impresas (y subrayadas) , Pistols. Es la magia de ciertos diarios que tienen una vocación muuuy viajera y se cuelan de nuevo en otra maleta a la menor ocasión
Un diario rico en detalles y muy simpático, como siempre los tuyos. Me encanta vuestro ritmo: Sin prisa pero sin pausa; a menos que se cruce una calle con....¿Aun no haces terapia para afrontar lo de las compras ? Esta amante de los templos cerveceros y de la historia contemporánea presiente que va a disfrutar mucho del muniqueo.
En la duda, una Helles, una Weizenbier y una Dunkel a tu salud
Qué bien lo vas a pasar, Lec!! Munich es una ciudad rebosante de vida, efervescente de día y de noche. Con mucho para ver y muy comodamente y, por si todo fuera poco, con unas visitas y ciudades de lo más interesantes a poca distancia.
Me alegra un montón saber que mi diario te va a servir de inspiración y casi más que te haya entretenido y gustado, mil gracias!!
Ah, y por cierto... lo de las compras es una guerra que dí por perdida hace muuucho tiempo!
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Yo le dediqué día y medio, me quedaron cosas por ver y no entramos en museos ni en la Residenz. En mi opinión la ciudad sí merece un día o dos, no es como para estar una semana... pero de ahí a que no merezca la pena...
Si solo puedes dedicarle un día, selecciona lo más interesante y listo. El centro histórico es muy fácil de visitar. A nosotros nos gustó mucho.
Brigantina Moderador de Zona 09-05-2009 Mensajes: 33246
Disculpa, solo he nombrado otros sitios para que la gente sepa el contexto de lo que ya vamos a ver otros días y me aconsejen sobre la duración en Munich.
Nathanian83 Moderador Asia 21-05-2015 Mensajes: 15814
Erika creo que Alrojo te está aconsejando muy bien. Nosotros estuvimos el pasado puente de diciembre y dedicamos día y medio sin entrar en museos.
Fuimos en época de adviento y la ciudad estaba preciosa con los mercadillos. Creo que tiene suficientes atractivos que justifican su visita y también creo que en 2 días no te aburrirás.
Saludos.
erika2525 Dr. Livingstone 15-01-2014 Mensajes: 5115
Muchas gracias alrojo y nathanian 83! Dedicaré entonces día y medio. Saldremos de allí el segundo día para llegar a la zona de Neuschwanstein para dormir.
Últimos comentarios al diario ¿Te vienes conmigo a Munich y alrededores?
traveling 11/01/2016 21:35
Lecrín 24/06/2017 08:22
📚 Diarios de Lecrín
? Esta amante de los templos cerveceros y de la historia contemporánea presiente que va a disfrutar mucho del muniqueo.
Mogutu 24/06/2017 10:05
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¿te animas a acompañarnos en nuestro viaje por Munich y algunas ciudades de su entorno?
: calzado cómodo, ganas de conocer y de aprender, elasticidad a la hora de manejar el planning, hasta tal punto de poderlo cambiar a la vista de una tentadora cervecera muniquesa, una placita atractiva o cuando se nos cruce cualquier aliciente inesperado en el camino.
). A través del buscador Kayak dimos con al web Airline Direct, al parecer de origen alemán, a través de la cual conseguimos bastante más baratos los billetes.
, llegamos al hotel Luitpold que, en realidad, está a unos 100 metros en línea recta de la estación central (el hecho de salir por otro edificio distinto a la estación nos desorientó completamente 
).
y empezó a ralentizar el paso (es un raro síntoma que sufre ante estas situaciones, aún no tiene diagnosticada la patología). A duras penas conseguí hacerla entender que teníamos un planning que cumplir. Pasamos junto a la iglesia St Michel y junto a otro importantísimo templo muniqués, la cervecera Augustiner Grobgaststatten. Maldición, mi mujer me había contagiado!! 
Ahora era cuando se me ponían a mi los dientes largos y remoloneaba al caminar al olor del lúpulo cervecero….. 
. Y luego resulta que en practicamente todas tenían carta en dicho idioma 
, si tu quieres seguir leyendo, puedes hacerlo, allá tu. Buenas noches (eso sí… no hagas ruido!!)
. No hay palabras. 
