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Viaje por Sajonia y Turingia

Viaje por Sajonia y Turingia ✏️ Blogs de Alemania Alemania

Un viaje realizado en julio de 2007 por Magdemburgo, Dessau, Leipzig, Erfurt, Weima, Chemnitz y Dresde
Autor: Antoni54  Fecha creación:  Puntos: 4.8 (21 Votos)
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Primera etapa: Magdenburgo y Dessau

Primera etapa: Magdenburgo y Dessau


Localización: Alemania Alemania Fecha creación: 01/06/2008 18:17 Puntos: 5 (1 Votos)

Después de permanecer unos días en Berlín la primera etapa de este viaje por la antigua Alemania Oriental es Magdeburgo, capital de Sajonia-Anhalt. Este trayecto como todos los posteriores lo realicé a bordo de los rápidos, puntuales y eficientes trenes de la Deutsche Bahn (DB). Antes de iniciarlo había hecho, a través de las máquinas automáticas que hay en las estaciones y en internet, el simulacro del recorrido, con los horarios y precios. Hice cuentas y miré que lo mejor era utilizar los denominados regionales, de color rojo, que llevan impreso en su itinerario RB o RE. Igualmente a través de un folleto de la Oficina de la DB tuve conocimiento de un billete válido para recorrer durante un día cada uno de los estados federales, o varios, como luego contaré. Pero para este primer trayecto que atravesaba tres estados (Berlin, Brandemburgo y Magdegurgo) no me convenía este tipo de billete.

El tren partió de la Estación Berlín-Zoo a su hora y llegó a la capital sajona con un minuto de adelanto tras menos de hora y media de viaje. Algo curioso que se puede observar en los horarios de trenes de algunos países centroeuropeos es la uniformidad a la hora de localizar la salida o llegada de los mismos. Es decir, que si el tren sale con un destino determinado a las 09:17, el de las 10:17, 11:17, 12:17,... tienen el mismo destino. Hacia Magdeburgo había trenes cada media hora .

La estación de Magdeburgo es de grandes dimensiones, muy similar a otras alemanas con gran cantidad de tiendas de todo tipo en el vestíbulo y en el pasillo subterráneo que comunica con la salida a la ciudad y la estación de autobuses en el lado opuesto. Hay también dos supermercados que cierran a las 21:00 p.m., los habituales puestos de comida rápida y no tan rápida, y un curioso autoservicio (regentado por una organización religiosa) en el edificio que queda en medio del campo de vías. Fuera de la estación, como era de esperar una parada del transporte urbano (tranvía) con un mapa explicativo, el sistema la máquina de billetes automática y a un lado, el hotel.

En todo el itinerario había reservado hotel lo más cerca posible de la estación de ferrocarril. Para esta ciudad era el Inter City que formaba parte del mismo edificio. Por la hora temprana en la que llego dejo en recepción la maleta y me encuentro con la primera sorpresa agradable. Esta cadena de hoteles, situadas junto a las estaciones de ferrocarril, incluye en el precio de la habitación la Tagelkarte o billete del trasporte público para el tiempo que dure la estancia. Me entregan la tarjeta-billete (nominativa) lo que me permite “patear” la ciudad sin apenas cansarme desde el primer momento. Sólo había que hacerse con un plano de la ciudad y del sistema de transporte. Por eso, mi primer paso es hacia la oficina de turismo.

La ciudad de Magdeburgo fue casi totalmente destruida en la 2ª Guerra Mundial. Para su reconstrucción se echó mano de modelos soviéticos, de moda en aquella época, con grandes y anchas avenidas y un centro administrativo con edificios de buena calidad. Tan sólo a orillas del rio Elba quedaron dos zonas que fueron menos destruidas, las áreas donde se localizan los principales edificios religiosos y la zona de Hasselbach al sur.

La Oficina de turismo está en los bajos del Ayuntamiento (Rathaus) en la Ernst Reuter Allee. Me suministran un plano sencillo pero muy útil al aparecer en él las líneas de tranvía y bus que voy a utilizar.

Mi visita a la ciudad comienza a pocos pasos de allí, detrás de la misma oficina de turismo, en el Alter Mark. Aunque está totalmente reconstruida, esta es la plaza del Viejo ayuntamiento y destaca delante del edificio uno de los símbolos de la ciudad, el caballero a caballo junto a dos damas dentro de un púlpito con columnas elevado. Parece que representa al fundador de la ciudad Otón I, que está enterrado en la catedral. En uno de los lados de la plaza está la estatua de Otto von Guericke que allá por el s. XVII realizó un experimento con dos semiesferas unidas en las que se había hecho el vacío. Dos caballos no pudieron separarlas. Este es otro de los iconos de la ciudad, abundando gran cantidad de semiesferas de diferentes colores repartidas por todo Magdeburgo, aparte de unas esculturas referidas a este experimento físico. Detrás de la escultura está el Museo de la Ciudad y hacia el río una recientemente restaurada iglesia la de San Juan (Jonanniskirche) con la estatua de Lutero junto a la entrada. Hoy es un centro cultural

Por la hora busco un lugar para comer. Me dirijo a la calle principal Breiteg weg que atraviesa el centro de la ciudad de norte a Sur (tranvías 2, 9, 10) para llegar a la zona de Hasselbach. En el camino un edificio llama poderosamente la atención, el llamado “Ciudadela verde” del que hablaré más tarde.

La zona de Hasselbach quedó en parte en pié en la última guerra mundial. Esta formado en torno a la plaza de ese nombre por inmuebles tipo ensanche de comienzos del s. XX. Una mano de pintura y la rehabilitación de algunos inmuebles hablan del cambio que se está experimentando en esta zona. Es también la zona donde se concentran la mayor parte de los restaurantes recomendados en la guías de turismo, de las discotecas y de las cafetería. Hay también algunas tiendas de anticuarios. Como en otras ciudades los nombres que aparecen en las guías en parte han desaparecido. Por eso me guío por mi instinto y miro, observo los platos de los comensales y en la Einsteintrs. decido comer.

Tras la comida, vuelta al tranvía a seguir el itinerario por la ciudad. Mi siguiente etapa es conocer los dos edificios mas impactantes que se han construido en los últimos años en Magdeburgo.

El primero está en las afueras, hacia el norte, en el Elbauenpark (tranvías 5, 6) Tomo el tranvía 2 hasta la altura del Antiguo Ayuntamiento y allí el tranvía 5. Este parque ha surgido de una antigua base militar rusa y está formado por recintos deportivos, bosques, un jardín botánico; pero lo que llama la atención es la extraña torre situada junto a un lago y el río Elba, es la llama “Torre del Milenio” (Jahrtausendturm). Con 60 mts. de altura, está realizada toda ella en madera. Su forma de cono algo inclinado alberga en su interior un museo de la ciencia en la que se realizan experimentos de todas las épocas. Destaca igualmente una rampa helicoidal que la recorre hasta la cúspide, también en madera. Pasear por él es toda una experiencia que te hace recordar los viejos problemas de física y matemáticas.

El otro edificio está en el centro de la ciudad y ya lo he mencionado antes. El tranvía deja a su altura (enfrente está el edificio de Correos). Se trata de la Grüne-Zitadelle o Ciudadela Verde de Magdeburgo una de las últimas obras del pintor y arquitecto austriaco F. Hundertwasser. Ya su visión no te deja indiferente. El color (rosa, amarillo, marrón, los dorados), la ausencia de líneas rectas, el uso de la cerámica y las formas sacadas de la naturaleza, en fin, todo el edificio te invita a que lo visites. Tiene en su interior dos patios con tiendas y cafeterías. Arriba quedan las viviendas, todas ellas diferentes y jardines en lo que parecen azoteas. Hay varios edificios de este autor en Alemania. Así, para la ciudad de Lutherstadt Wittenberg, diseñó un centro de enseñanza. La visión de este edificio me parece una mezcla de las obras de A. Gaudí, en el edificio, y del pintor G. Klim, en los colores.

Después de esta visita, las edificaciones mas abundantes de Magdeburgo realizadas con materiales prefabricados en el periodo comunista, sin apenas variedad, parecen verdaderas chapuzas y de verdadero mal gusto en algunos casos, pro ejemplo los bloques de apartamentos cerca de la catedral.

Hacia el Río se localizan los dos edificios más antiguos que posee la ciudad. El más cercano es el llamado Kloster (Monasterio de Unsen Lieben Frauen), hoy día museo con cafetería. Para acceder hay que manipular las dos cabezas que se encuentran en la puerta y hacen de manillas de la misma. El edificio es de estilo románico y destaca por la altura del mismo, el claustro muy primitivo, y las torres circulares junto a la nave principal. En torno al mismo se sitúan numerosas esculturas.

Algo más al sur está el edificio más importante, desde el punto de vista artístico, de la ciudad. Es el Dom (catedral). Llama la atención su altura y en su interior la sensación de verticalidad que se tiene paseando por el mismo. Contiene numerosas obras de arte. Me llamó la atención la sillería en madera con sus grabados, las esculturas de la Virgen, el Monumento a la Guerra Mundial (en el crucero), pero sobre todo, el claustro. Desde él la sensación de verticalidad de la catedral se acentúa. Uno de sus lados (el opuesto al edificio de la iglesia) es muy primitivo en su estilo. Una vista muy curiosa del mismo se tiene desde el exterior del edificio por una pequeña puerta que accede a este recinto.

En los alrededores de la catedral se han restaurado algunos edificios históricos que hoy están ocupados por oficinas del Gobierno de Sajonia. Hacia el río Elba se han restaurado algunas torres de vigilancia y los restos de las edificaciones civiles que rodeaban la catedral. Desde aquí también se tiene una buena visión de uno de los cauces del Elba, sus dimensiones y las obras de ingeniería que se han hecho (puentes, diques) para contener sus crecidas.

Tras una visita al hotel vuelvo a la zona de Hasselbach para cenar y tomar una copa. En el camino y a pesar que son las 7 de la tarde la ciudad parece deshabitada. Tan solo en torno a esta plaza hay cierta animación. La imagen que tengo de Magdeburgo es la de una típica capital de provincia alemana que ya a media tarde ha terminado su actividad. Quizás aquí la abundancia de edificios prefabricados le añade a la soledad en las calles, una frialdad en el ambiente. La información que me han dado en turismo me habla de una ciudad con una actividad comercial importante (tiene Feria Internacional, Congresos), una gran cantidad de parques a ambas orillas del río, y, algo que va a ser común por esta zona de Sajonia, gran cantidad de itinerarios para caminar, ir en bici o a caballo por la llanura. Aunque no lo visité a pocos kilómetros se situaba uno de las obras hidráulicas mas importantes de las últimas décadas, el canal que situado por encima del propio río Elba, une esta zona a la zona de canales navegables de Alemania.

Mi siguiente parada será mañana más al sur. Desde la habitación del hotel observo el trasiego continuo de trenes. A veces cuento hasta ocho, lo que me dice mucho del papel de nudo de comunicaciones. Ah! Nada de ruido. Las habitaciones están perfectamente insonorizadas.


DESDE MAGDEBURGO HASTA LEIPZIG CON PARADA EN DESSAU.

El viaje de hoy tiene una parada intermedia: mi interés por conocer la ciudad de Dessau. Está en la línea férrea hacia mi próximo destino, Leipzig. La frecuencia de trenes, uno cada hora. Su precio, menos de 10 €.

Mi interés por Dessau viene de atrás. Es una ciudad que la relaciono a una palabra, Bauhaus. Se trata de un movimiento artístico que surge en Weimar (sur de Alemania) en torno a 1920 y que pronto se traslada a Dessau donde realiza gran parte de las obras que les dieron fama. Después, con el auge del nazismo, se traslada a Berlín y la mayor parte de los artistas que trabajan en el mismo se exiliaran.

La Bauhaus se ha hecho famosa por la construcción de inmuebles de calidad, pero en serie. Son funcionales (tienen los elementos indispensables para una vida agradable dentro de la vivienda), son asequibles (usan los prefabricados o la fabricación en serie) e integrales (se diseña la vivienda y todos los elementos que ella contiene). Por eso hoy día, sin darnos cuenta, estamos rodeados de ellos. Por ejemplo cualquier silla o asiento que tenga estructura tubular (tubos metálicos en algunas de sus partes) es un diseño de la Bauhaus. Y no digamos nada de las oficinas. Vamos, que las grandes superficies de mueble (pensemos y no digamos marca) son el paraíso de la Bauhaus.

Con esta idea me planté en la estación de Dessau tras unos 50´ de trayecto en tren regional desde Magdeburgo. En el camino, un paisaje casi idéntico al del trayecto desde Berlín: una extensa llanura, de vez en cuando una elevación de terreno formada por el dique de algún río, pequeños lagos, mucha, mucha ganadería equina, y gran cantidad de personas haciendo rutas a caballo o en bici. Esto lo pude constatar en las librerías a través de la gran cantidad de guías para hacer senderismo y rutas por Sajonia.

La estación de ferrocarril de Dessau está casi en el centro de la ciudad y detrás de ella se extiende una amplia zona de villas que visitaré más tarde. Tras dejar la maleta en la consigna automática, comienzo lo que en mi viajé será una rutina: ver los paneles informativos sobre el trasporte público de Dessau, los precios y las rutas.. En la máquina de billetes compro el tagelkarte por 3,10€.

Mi idea era visitar dos zonas donde se concentran los edificios de la Bauhaus, pero conforme avanzaba hacia la oficina de turismo, cambié de idea. Tomé el tranvía (la linea 1, 3 y 4) hasta el edificio de Correos que hace esquina a la calle más importante, la Kavalierstr. Me apeo y por la calle peatonal me dirijo a la Plaza ([b]Mark
). Junto al Ayuntamiento (Rathaus) se encuentra la oficina de turismo. Allí descubro otro Dessau. Mas allá del diseño de la Bauhaus se encuentra una ciudad con gran cantidad de parques y jardines, palacios del si. XVIII y XIX, y muchas, muchas y extensas zonas protegidas por la UNESCO a ambos lados del río Elba que limita la ciudad por el norte. La oferta de espacios protegidos abarca también a ciudades cercanas y bien comunicadas como Wörlitz y Lutherstadt-Witemberg. Creo que Dessau por lo que veo necesita mas tiempo, dos días como mínimo que pueden ser tres si incluimos a la ciudad de Lutherstar-W.

Pero lo planificado era lo que iba a hacer en este momento. La Plaza (Mark) es un lugar agradable en el que destaca la elevada torre del Ayuntamiento y algunos palacios reconstruidos. Tras ellos, junto al río, la otra cara, junto a edificios reconstruidos siguiendo modelos históricos, los habituales inmuebles prefabricados que, en esta ciudad especialmente, son una bofetada al buen gusto.

Desde la calle principal me dirijo hacia el Sur (tranvía 1) hasta la Damaschestrs. En esta zona se localizan hasta un total de 10 edificaciones de la Bauhaus, todas declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de inmuebles de varias plantas, edificios para servicios comunales o pequeños contenedores-vivienda. Hay que pagar por visitar algunos de ellos, aunque la observación exterior ya de por sí dice mucho de las ideas que aquel grupo de personas que intentaron dar soluciones a uno de los problemas casi eternos de los humanos, la vivienda. Tras verlos y volver sobre mis pasos hacia el centro, casi es mejor bajar la vista al contemplar algunas de las barriadas construidas en las cercanías de estos ejemplos de arquitectura.

Después de comer en el mismo Mark me toca visitar la otra zona, la situada tras las vías del ferrocarril. Para ello desde la plaza junto a la estación de tren tomo el bus 10 (el 11 también es válido). Hay que apearse en la calle Gropiusallee (nombre de uno de los fundadores de la Bauhaus) y allí se localiza el edificio más emblemático de este movimiento artístico, inconfundible por su forma y, todo hay que decirlo, por su letrero. Es en la actualidad un centro docente, pero en su época de aquí salieron los proyectos de este movimiento artístico. Tiene en su interior una cafetería, claro está, con el mobiliario adecuado.

De este edificio volvemos hacia el norte y en el cruce, a la izquierda, entre los árboles, se encuentran las Meisterhauser. Inconfundibles. En su origen eran cuatro edificaciones que contenían siete viviendas para los maestros (artistas) que formaron este movimiento. Fueron destruidas en parte durante un bombardeo en la guerra mundial. Lo que tenemos delante son tres edificios de viviendas dobles (ha desaparecido la dedicada a uno de ellos, Gropius), reconstruidas en parte y devueltas a su colorido inicial tras el estado lastimoso del periodo comunista. El interior de cada una de ellas contiene el mobiliario y el colorido que le dieron sus creadores. Todo un regalo para la vista. Paseando por ellas entran ganas de quedarse allí, en uno de los cómodos sofás ergonómicos, viendo pasar el tiempo, frente a la luz natural que está presente en todos los rincones de las viviendas.

Cerca de aquí, mas al norte (no pude visitarlo) se encuentra un restaurante (Korhaus) que este grupo de artistas diseñó. Se sitúa en un mirador sobre el río Elba.

Vuelvo hacia el centro de la ciudad y antes de marchar de Dessau y aprovechando el billete de día (tagelkarte), hago un itinerario. Desde la plaza de la estación, el bus 13 va hacia el barrio de Waldersee. Una ruta que atraviesa parte del centro, atraviesa el río Mulde. Hay aquí un puente estilo Calatrava. La visión de la ciudad desde el otro lado es muy sugerente, los inmuebles prefabricados del periodo comunista destacan sobre todo. Sobre ellos la torre del Ayuntamiento, y en las orillas del río, y hacia el norte grandes extensiones de parques que creo, merecen una visita futura.

Desde Dessau hasta Leipzig hay mayor frecuencia de trenes regionales (cada media hora). En poco más de 50´ llegamos a la estación central y única de esa ciudad. Pero este será en el próximo capítulo.

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Leipzig

Leipzig


Localización: Alemania Alemania Fecha creación: 01/06/2008 18:25 Puntos: 3.5 (4 Votos)

La llegada a Leipzig en tren es todo un regalo para los que gustan de este medio de transporte. Dicen que la estación de Leipzig es la más grande a nivel europeo. No lo pongo en duda ya que dentro de ella, en el gran vestíbulo uno se siente empequeñecido por las dimensiones de este espacio. Pero al acercarme a la barandilla que hay en el centro, observo que todavía es mayor el espacio que está ante mí ya que tiene tres plantas con todo tipo de establecimientos. Dimensiones inmensas, andenes no sé cuántos (a los, creo 24, numerados hay que sumar otros más cortos y bajos en atura señalizados con letras), etc. Es, en definitiva, un pequeño mundo en el que se puede pasar todo el día. Y si te gustan los ferrocarriles, el catálogo es muy amplio en el tipo y clase. El movimiento es continuo a lo largo de todo el día.

Frente a la estación se sitúa la principal parada de tranvías y una oficina de información sobre movilidad. Si lo pides, te entregan un buen plano de los transportes de Leipzig. A su lado, la máquina para billetes: la tagelkarte (billete para el día) aquí está a 5,20 €. Y, a poco más de 100 mts, el hotel que había reservado, el Vier Jakreszeiten, un antiguo establecimiento de la desaparecida RDA que ha sido completamente reformado. Correcto, céntrico, aunque la zona donde se localiza a primera vista deje algo que desear.

Por la hora que es, dejo la maleta en el hotel, doy una pequeña vuelta para tomar contacto con la ciudad y decido comer en la misma estación. Me ha llamado la atención una de estas franquicias de comida alemana cuyo emblema es la cabeza de un cerdo y la oferta culinaria se resume en una frase “Viva el colesterol”. Tomo lo que aquí conocemos como Lomo Sajonia acompañado del chucrut y las kartofen habituales. Con medio litro de cerveza, la suma es de 8,50 €. Después, cerca del ayuntamiento un helado (1 €) para bajar todo lo anterior.

El centro de la ciudad se encuentra en obras por la construcción de un túnel que atravesará de norte a sur toda esta zona. Su fin es que los trenes no tengan que dar un gran rodeo desde la propia estación de ferrocarril. Por eso, la impresión que se tiene (julio de 2007) es casi similar a la de otras ciudades europeas: se está buscando un tesoro. Por eso, la plaza del Ayuntamiento no tiene apenas actividad y las abundantes terrazas que parece tener el Centro están presente solamente en las calles aledañas.

Al día siguiente lo dedico en exclusiva a la ciudad de Leipzig. Por la mañana recorro el Zentrum y para la tarde diseño dos itinerarios muy concretos. Con la tagelkarte en el bolsillo tomo el tranvía 9 junto al hotel. Rodea el Zentrum por el oeste pasando primero por los horrendos inmuebles y el centro comercial construidos en el periodo comunita. Hoy han sido recubiertos de telas con pinturas alegres para tapar esas “colmenas”. Frente a ellos (Richar Wagner str) algún inmueble historicista restaurado. Sigue el tranvía hacia el sur por uno de los lugares más odiados en el periodo comunista, la sede de la policía, la Stasi (Dittrich-ring) en la llamada “Esquina curva” y que visitaré al día siguiente. Continua por las cercanías de la iglesia restaurada de Sto Tomás y la casa-museo de Bach y termina más al Sur, en el Ayuntamiento Nuevo. Frente al mismo está el Antiguo Tribunal de Justicia de Prusia de enormes dimensiones e inconfundible por su fachada y curiosa cúpula.

Al llegar a la Roßplatz me apeo y tomo el tranvía 16 hacia la estación de tren nuevamente. En este tramo se atraviesa la August Platz donde se resumen, creo, el urbanismo o tipos de construcciones de la ciudad. Me apeo para observar esta amplia plaza. Dos edificios parecen enfrentarse el uno contra el otro: al norte, el Palacio de la Opera y al sur el acristalado Gewandhaus (Auditorio de conciertos y festivales). Si se visita por la noche el efecto “espejo” de este último y la iluminación de la plaza cautivan. En medio una fuente realizada en pórfido añade al conjunto un carácter antiguo. Junto a la Gewandhaus se encuentra la Universidad (en obras). Hasta hace unos meses aquí se localizaba uno de los mayores murales dedicados durante el periodo comunista a la figura de Marx. Hoy al estar en obras ha desaparecido. Detrás está el edificio mas alto de Leipzig al que es posible subir por ascensor (pagando) y desde arriba se tienen unas espectaculares vistas sobre el Zentrun, y los barrios. Popularmente se ha denominado a este edificio la “muela del juicio”. Sin abandonar la plaza August hay también buenos ejemplos de edificios de calidad del periodo comunista, son los situados en la Goethestr. Junto al Hotel Mercure. En esa misma acera se sitúa el primer “rascacielos” de Alemania con sus 13 plantas.

Tras esta lección de arquitectura, otro tranvía me lleva hasta la estación de tren. Esta mañana la visita al centro la continuo ya a pié. Sin una ruta, avanzo hacia la Plaza del Ayuntamiento deteniéndome en alguno de los pasajes comerciales que han dado fama a Leipzig. Estos pasajes no son de grandes dimensiones como en los que encontramos en Bruselas o en Milán, por ejemplo, pero son abundantes y en la actualidad han sido restaurados con muy buen gusto. Tomando la calle Ritterstr. (junto a la oficina de turismo) me adentro en el barrio histórico. Me llama la atención junto a la iglesia de San Nicolás la columna en forma de palmera. Es una réplica de las que se encuentran en el interior de la misma.

Esta iglesia de San Nicolás (patrón de los comerciantes) se ha convertido en las últimas décadas en un símbolo de la Alemania Oriental. En los últimos años del periodo comunista y sobre todo en los últimos meses, aquí se reunían grupos opositores al régimen. De estas reuniones se paso a manifestaciones semanales que desembocaron el 9 de Octubre de 1989 en una gran manifestación pacífica. Un folleto en varios idiomas, entre ellos el español, explica los acontecimiento en esos días cruciales del fin del régimen político y la caída del Muro de Berlin. La iglesia como construcción destaca en su interior por las interesantes pinturas del s. XVIII con episodios de la vida de Cristo, la imagen del crucificado que hay en el altar, pero, sobre todo por las columnas y la cubierta. Si nos sentamos en cualquiera de los bancos tendremos la sensación de estar en un palmeral debido a la forma de los soportes del techo.

Frente a la fachada de esta la iglesia está uno de los accesos al pasaje Speck Hof quizás el más bonito, para mi gusto. Aunque era de estilo modernista y así se han restaurado los pasillos y las tiendas, tiene patios interiores decorados en cerámica con un estilo más moderno. Si salimos por el lado opuesto, la Reichsstras., marchando hacia el Ayuntamiento encontramos otros pasajes, el Mädler y el Köninshaus. En el primero se localiza el famoso café Mephisto y frente al mismo unas esculturas alusivas a este personaje y al diablo que, según la leyenda, compró su alma. La plaza del Ayuntamiento, puede ser cuando terminen las obras crear lo que tradicionalmente ha sido, un lugar de encuentro de la población. Ahora (julio 2007) para cubrir las obras subterráneas hay una interesante exposición de fotografías antiguas de la ciudad.

Al otro lado, por la Thomasgasse se llega a uno de los conjunto monumentales más fotografiados de Leipzig, el formado por la iglesia de Sto. Tomás, la estatua de J.S. Bach y la casa museo de este último. Hacia el norte, a pocos metros, en la Fleischergasse se localiza el que dicen (aquí, por lo menos) que es más antiguo café de Europa, en una pequeña y agradable plaza, el Zum Arabischen Coffe..Y en esta zona también hay una amplia oferta culinaria para casi todos los bolsillos y gustos. Un buen lugar para hacer un alto.

Por la tarde mi idea es, con la ayuda de los tranvías, acercarme a varios lugares interesantes situados en los alrededores de Leipzig. Para mi primera ruta hacia el sureste de la ciudad utilizo el tranvía 15 (dirección Meusdorf). Lo tomo en la August Platz atravesando algunas industrias abandonadas, barrios típicos del periodo anterior y un amplio parque a la derecha. Cuando termina este parque me apeo en la Messegelände. Estas instalaciones inconfundibles por el emblema de la “doble M” corresponden a los pabellones de la mundialmente famosa Feria de Leipzig. Hoy no son lo que eran ya que el nuevo recinto ferial está al norte, mi destino en la otra ruta.

Desde aquí, en la ruta hacia el sureste, me llama la atención una extraña torre situada pasando las vías del ferrocarril. Se trata de la iglesia rusa de S. Alexis construida en 1913 en honor a los miles de rusos muertos en combate aquí. Recuerda por su forma a una de las torres de la iglesia de San Basilio de Moscú. En sus cercanías, un monumento con la habitual estrella roja de cinco puntas. Otro monumento a soldados muertos, en este caso, son soviéticos muertos en la última guerra mundial.

Desde este punto una amplia avenida se extiende hacia el Sureste y al fondo de la misma, una construcción de grandes dimensiones. Se puede acceder en el mismo tranvía ya que la línea va paralela a los lugares que describo. Se trata del Monumento a la Batalla de las Naciones, levantado en 1913 al conmemorarse el centenario del triunfo sobre el ejercito de Napoleón por parte de los ejércitos de Rusia, Prusia, Austria y Suecia. Sus grandes dimensiones le hacen visible desde muy lejos y aunque está en proceso de limpieza y restauración se puede acceder hasta una plataforma superior. Las vistas son formidables con la ciudad de Leipzig al fondo. Se comprende el carácter de encrucijada de varias rutas de esta ciudad y que le valió su carácter comercial, una característica que sigue manteniendo hoy día; pero a su vez, ser un nudo de comunicaciones para el comercio y para el control del territorio.

Tras la visita a este monumento donde aparte de los osarios de los miles de muertos abundan los cuervos, retorno a la ciudad. Para ello utilizo el mismo tranvía con el que he venido, el 15, hasta la Estación central. Aquí tomo el número 16 en dirección norte hasta su término, Messegelände, las nuevas instalaciones de la Feria de Leipzig. También este edifciio es reconocible desde lejos, sobre todo el pabellón central donde el cristal predomina (en las antiguas instalaciones que he visto en el itinerario anterior, predomina el cemento). Un enorme lago refleja la estructura del pabellón central y del Centro de Congresos creando una curiosa sensación al duplicar las formas.

Con estas dos visita creo que al menos una parte de Leipzig he conocido. Aparte quedan bastantes edificios de muy buen gusto en su restauración, verdaderas chapuzas situadas junto a edificaciones históricas, los casi 20 museos que posee, las amplias zonas mineras e industriales en el sur de la ciudad y que, perece ser que se están recuperando y un largo etcétera. Es decir que es necesaria una futura visita a esta ciudad comercial.

Al día siguiente por la mañana dejo la maleta en la consigna de la estación y me dirijo rápidamente a visitar la sede de la policía política de la RDA, la temida Stasi (Dittrichring, 24). En el inmueble hay una exposición permanente en la primera planta que documenta el nacimiento, desarrollo y trabajo de esta organización. El título de la misma es “Poder y banalidad” Cada habitación está dedicada a un tema (uniformes, condecoraciones, adoctrinamiento, etc...), pero quizás sea el control sobre las personas y las formas que se utilizaban para ello lo que más abarque la exposición. Al principio es hasta cómica la visión que se da del trabajo de esa policía. Por ejemplo algunos de los artilugios me recordaban a una mezcla de los famosos artilugios de la marca ACME de los dibujos animados del Correcaminos y de los que utilizaba el “Superagente 86” hace bastantes años. Algunos eran así estrafalarios (cámaras de vigilancia escondida en una señal de tráfico, el humedecedor de sobres de correspondencia, el taladrador de tarjetas, la chaqueta con dos cámaras y disparador exterior, el maletín de disfraces, etc...). Pero, tras la sonrisa estaba algo trágico y espeluznante, las decenas de miles de personas dedicadas únicamente a este “trabajo” de control de otras personas, conocidas o desconocidas. Me venía una y otra vez a la memoria la reciente película “La vida de los Otros”.

La visita a esta exposición se puede completar con la que, en determinados días, se organiza a un inmenso bunquer situado en las cercanías de Leipzig y que servía de central de espionaje, cárcel, bunquer antiatómico y lugar de ejecuciones durante el periodo comunista.

Esta misma mañana, tras esta visita me corresponde cambiar de ciudad. Mi siguiente parada es Erfurt. Pero antes de salir de la inmensa Hauptbahnhof en uno de los habituales trenes RE, tuve la ocasión de saborear la eficacia y eficiencia del personal de la DB. Pero esto, en el siguiente itinerario.


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Erfurt

Erfurt


Localización: Alemania Alemania Fecha creación: 01/06/2008 18:31 Puntos: 5 (3 Votos)
Si hasta ahora los viajes los he realizado en trayectos directos, este, entre Leipzig y Erfurt, tenía un trasbordo. Debido a mis dificultades idiomáticas (nada de inglés y algo menos de alemán) era un pequeño reto. Pero en una organización como la DB (ferrocarriles alemanes) nada hay que temer, o al menos esa ha sido mi impresión en todo el viaje.

Como en otras estaciones me acerco a la oficina de venta de billetes (reisemburo) con el nombre de mi destino, Erfurt y el tipo de tren RB/RE apuntados en un papel. El empleado me indica algo que no entiendo. A partir de entonces hay una especie de dialogo sin sentido en el que el empleado de la DB intenta decirle algo muy importante al pasajero, es decir, a mí, en alemán y en inglés. Pues bien, con esa especie de suerte me ha acompañado en todo el viaje; con bastante mímica, más propia de una emisión de “Barrio Sésamo” y la ayuda de unos mapas, entiendo el mensaje. Debo hacer trasbordo ya que para ir a Erfurt en tren directo hay que tomar los ICE o los IC. La estación de trasbordo y el cambio de andenes me los señala con un rotulador. Cuando termina, yo le suelto un “Ja” y los dos, a la vez, suspiramos.

Con mi billete en el bolsillo (18,70€) dejo la maleta en las consignas automáticas, con indicaciones en español, y me dirijo a visitar la llamada “Esquina curva” que describí en el anterior capítulo. A mi vuelta, media hora antes de la partida del tren hacia Erfurt, me esperaba una sorpresa. El sistema automático de la consigna estaba estropeado. Un aviso en la pantalla me indicaba información en el anden 12.

Con la lógica alemana de compañera, me dirijo a ese lugar que era el punto de información de esta estación y comienzo, de nuevo, a intentar decir un mensaje a través de la mímica mostrando el ticket de la consigna. Creo que era muy expresivo ya que la empleada dijo algo a su compañera, tomo algo de un cajón y con un gesto me indica que le siga. A un ritmo que me costaba seguirla llegamos a las consignas, ella acciona el sistema informático y con una pinzas extrae de la ranura de las tarjetas una tarjeta de cartón. Aquella era la causante del error! Me lo muestra, parece un billete del transporte público, pero en caracteres cirílicos. Introduzco mi ticket y “voilá” mi maleta está allí.

Le doy las gracias y me pide el billete de tren. De nuevo un ademán para que la siga. Me lleva al andén correcto y al lugar exacto del tren. El regional para Weissenfels (el que tengo que tomar) sale del andén 8, tramo C fuera ya de la cubierta de la estación. Los andenes en esta estación inmensa tienen a su vez, tramos a diferentes alturas para acomodarse a los diferentes trenes. Un “tanke” sonoro y una sonrisa terminó nuestra relación. Esto es eficacia y ayuda al pasajero!

El trayecto entre Leipzig y Erfurt dura dos horas y 40 minutos y en el mismo me llama la atención el cambio de paisaje. Se abandona las extensas llanuras de me han acompañado desde Berlín y comienza el paisaje de colinas. Los pequeños pueblos, a diferencia de la zona anterior, tienen sus casas agrupadas en torno a una iglesia que, en muchas ocasiones está sobre una colina. El terreno sigue siendo ganadero (mucho pasto y ganado bovino) pero hay una sorpresa, en las laderas de las colinas orientadas hacia el sur, las más soleadas, hace su aparición la vid.

La ruta del ferrocarril pasa por algunos núcleos importantes. Destaco dos. El primero es Naumburgo. Según he podido informarme después, el gran edificio con cuatro grandes torres que se divisa desde la estación de ferrocarril es su catedral, de estilo románico y con numerosas obras de arte en su interior. Creo que, en el futuro, merece una visita.

Otra ciudad es Weimar que dentro de dos días será una etapa en mi viaje, aunque mi destino no era tanto conocer la ciudad, sino sus alrededores. Desde la estación me llama la atención hacia el oeste una gran torre sobre una colina. Sin darme cuenta esa torre sería ese lugar de los alrededores a visitar: el campo de concentración de Buchenwad.

A la llegada a Erfurt encuentro el hotel en la misma estación. Pertenece a la cadena InterCity y como en Magdeburgo, con la estancia, está el Tagle-karte para usar el trasporte urbano de la ciudad.

A veces cuando planificas un viaje hay destinos que te sorprenden. A pesar de recopilar y contrastar informaciones, buscar esto y aquello, sólo esperas que la realidad se asemeje a las informaciones que ya tienes. Cuando esto no ocurre, esa parada en el viaje es una sorpresa, buena o mala, pero una sorpresa. Y eso ha sido lo que encontré en Erfurt.

No abundan las informaciones sobre la capital del Estado de Turingia. Las que existen, al menos las que he leído, o son antiguas, desfasadas o inexactas, o es parcial la visión de la ciudad. No es un destino turístico de primera o segunda categoría, al menos durante los meses estivales. Pero Erfurt merece una visita, por lo menos, durante dos días, y a la vez puede ser el punto de partida para destinos más turísticos cercanos como es el caso de Weimar, Gotha o Eisenach.

La ciudad es pequeña, al menos si abarcamos el centro histórico. En gran parte es peatonal debido, no a una prohibición de circular, sino por los escasos automóviles que la atraviesan. En el centro histórico varias líneas de tranvías lo atraviesan y todas ellas pasan por la que podríamos considerar centro cívico de la ciudad, Anger. Estas líneas de tranvía, en unas calles estrechas sin división en la calzada dan, a veces, más de una sorpresa al peatón, sobre todo junto al Ayuntamiento, en la Fichmarkt. Es, en definitiva una ciudad para pasear y admirar la magnifica colección de casas señoriales de los siglos XVI y XVII, cuando el comercio y, como luego señalaré, un colorante, dieron auge a esta zona.

Las casas bien restauradas y con una limpieza de manual están formadas, en su mayor parte, por el típico entramado de madera y encaladas con diversos colores. Para darle más prestancia se acompañan de un escudo o un motivo decorativo relacionado con oficio, actividad o la propia Historia. Para completar este panorama la mayor parte de las casas tienen “nombre y apellido” que, una vez traducido, te hacen preguntar o averiguar su origen. Y si no, ahí van algunas: “casa de la rueda dorada”, “Casa del siervo orgulloso”, “Casa de la Trenza dorada”, “Casa del Salto del Ciervo”, Casa del Lirio Alto”, Casa del Lirio Azul”, “Casa de la Cabeza de Moro”, y así un largo etcétera.

Por ello para conocer la ciudad lo mejor es perderse por su calles y callejas partiendo de dos puntos, la zona de Anger o la Plza de la Catedral (Dom Platz). Yo me hice, sobre un pequeño mapa, dos trayectos que los hice en un día, dejando un espacio, en medio para comer.

El primer trayecto desde la Plaza de la Estación hasta la plaza de la Catedral. Junto al hotel tome un tranvía (valen los números 3 y 4) hasta Anger En el trayecto me llamaron la atención algunas casas modernistas o historicistas de comienzos del siglo XX. La amplia plaza de Anger es el centro de la ciudad. Posee abundantes terrazas, restaurantes, muchas tiendas, un gran centro comercial, Correos, entre otras cosas y, en un lateral, la estatua de Martin Lutero que pasó en esta ciudad varios años. Ya a pié, desde Anger me dirijo a la Wenigemarkt, una pequeña plaza rodeada de casas de entramado donde, según me informa una de las guías que consulté, se cruzaban las rutas comerciales que iban hacia Rusia, el mar Báltico, el norte de Italia y el reino de Francia.. En uno de sus lados se encuentra una curiosa iglesia (Agidekirche) ya que está construida sobre el acceso a un no menos curioso puente.

Tomando el acceso, bajo la iglesia, se abre ante mi vista uno de los iconos de la ciudad de Erfurt, el Krämerbrücke o “Puente de los Mercaderes”. Es un puente ya que bajo el mismo está el río Gera. Pero es también una calle en la que las casas forman dos hileras, a ambos lados de la calzada dando el aspecto de una calle más. Las casas son del mismo estilo que el resto de la parte histórica de Erfurt y tienen en su interior talleres artesanos, alguna cafetería, un museo, etc.. Es un espacio para andar despacio viendo la amplia oferta de trabajos artesanales. Son pocos los ejemplos que me vienen a la memoria de esta especie de puente-calle original. Así sólo encuentro dos: el Ponte Veccio de Florencia, y el puente en la ciudad búlgara de Lovech.

Al otro lado de esta calle-puente se localiza la Benediktplatz, con inmuebles similares a los anteriores más la oficina de turismo. Han elaborado una pequeña publicación sobre Erfurt en varios idiomas, entre ellos el español, que lo venden por 1€. Está bastante bien para hacerse una idea de la historia de todos estos inmuebles con esos nombres tan sugerentes.

Desde aquí me dirijo a la cercana Fischmarkt donde se localizan los edificios más señoriales, donde el entramado de madera da paso a la piedra y a las fachadas con esculturas. Tiene también varias terrazas, lo que da una buena idea para sentarse y apreciar detenidamente algunos de estos edificios y también, como no, para ver el cruce de tranvías en una zona peatonal. Todas las fachadas llaman la atención, aunque a la hora de calificarlas me quedo con tres: la que tienen en sus fachadas las representación de los días de la semana, la que representa los cinco sentidos, y la que posee una representación de las virtudes cristianas. Realmente sugerentes todas ellas. Uno de los lados está ocupado por el ayuntamiento realizado en estilo neogótico.

Desde esta plaza siguiendo el trazado del tranvía se llega a la Domplatz o Plaza de la Catedral, otra de las imágenes impactantes de la ciudad de Erfurt. Dos de sus lados están ocupados por casas de entramado a cual más vistosa y original. En otro lado se sitúa el Palacio de Justicia y una ciudadela militar en la ladera de una colina. El cuarto lado, enfrente, está ocupado por una amplia escalinata que termina en dos edificios impresionantes cubiertos por torres. Son los correspondientes a la catedral y a la iglesia de San Severino. Ambos templos tienen en su interior numerosas obras de arte que merecen una visita reposada. La escalinata es aprovechada en verano para realizar representaciones de teatro y ópera (a finales de julio de 2007 se representaba una antología de fragmentos de ópera). Por la noche el marco era impresionante debido a la iluminación de los dos edificios religiosos y la escalinata.

A un lado de la colina donde se sitúan ambos edificios, están los restos de una fortaleza (Zitadelle Petersberg) y las ruinas de un edificio religioso. A pesar de la cuesta de acceso, merece la pena subir ya que las vistas que se obtienen son magníficas con la colina de la Catedral y la Iglesia de San Severino y la Domplatz como fondo. Desde esta misma plaza tomo un tranvía hasta Anger para comenzar, tras comer, en uno de los restaurantes de la plaza, el siguiente trayecto.


El segundo trayecto lo inicio en la misma plaza Anger tomando el tranvía 5 (dirección Zoopark) hacia la Johannestrasse. En esta calle, conforme nos alejamos de la zona Anger no abundan los edificios típicos de las otras áreas, pero a unos centenares de metros, a la derecha destaca uno. Aunque su nombre en alemán, “Zum Stockfisch” no nos puede decir mucho, la traducción es más que evocadora “casa del bacalao Seco”. Es inconfundible por los colores oscuros que resaltan las cenefas blanca y por su portada con los escudos y la cabeza en la clave del arco.

En su interior hay un interesante Museo de la Ciudad en la que se hace un recorrido por el desarrollo y las crisis por las que ha atravesado esta zona alemana. Me llama la atención el valor económico de un producto, el glasto. Se trata de una planta que, una vez seca y fermentada en orín, tras su reducción daba origen al colorante azul. Aquí estaba la clave del auge económico de siglos pasados en la ciudad de Erfurt. Posteriormente la introducción del índigo como colorante azul, hizo caer a esta zona en una profunda crisis. Buena parte de las grandes casas de entramado que en su interior contaban con grandes espacios servían para el secado y almacenamiento de este producto. Hoy son restaurantes, salas de fiestas o salas de cultura. Puede decirse que durante bastante tiempo gran parte de Europa se vistió del azul de Erfurt.

De nuevo en la calle Joannestrasse la continúo hasta una de las escasas torres de la muralla que se han conservado. Hacia la derecha se extiende la ciudad nueva, más allá de la avenida Yuri Gagarín (una de las permanencia del periodo comunista), hacia la izquierda por la Agustinestrasse se llega a un sencillo edificio gótico que contiene el convento de los agustinos (protestante) donde vivió y profesó Martín Lutero. La iglesia, es muy sencilla.

Continúo la calle hasta el río y desde aquí me dirijo, por su orilla hacia el Sur, llegando al “Krämerbrücke” o puente de los Mercaderes, pero ahora visto desde su exterior. Desde aquí la visión del mismo es magnífica ya que se observa la obra de ingeniería que supuso su construcción aprovechando un vado del río (parece ser que el nombre de Erfurt deriva de eso, de “vado”). Es la misma orilla se encuentra el restaurante “Haus zum altem Schwan” o “casa del Cisne Viejo”, un bello edificio con un hotel arriba y con un restaurante muy recomendable abajo.

Vuelvo sobre lo andado dejando a un lado una torre de iglesia, pero sin iglesia, cruzo el río por donde este se bifurca. Se trata de la zona de Veneding o Venecia, lugar donde abundaban los molinos que trabajaban los textiles en otros siglos. En la otra orilla se sitúa el barrio de Andreasviertel formado por innumerables casitas de 2 y tres plantas, diferentes entre sí, a cual mas bonita. Está en proceso de remodelación. Una de sus calles, Michaelistrasse tiene algunos restaurantes y cafeterías y bastante ambiente. Hay minúsculas terrazas que te invitan a sentarte a saborear una cerveza o simplemente a descansar por el escaso tráfico. Desde aquí es fácil llegar, de nuevo, a la Domplatz. En algunos de los accesos a esta última, junto al aparcamiento los semáforos mantienen uno de los famosos iconos de la antigua Alemania Oriental, el ampelman, esa figurita masculina de los semáforos. Pero en algún semáforo también está, la que podíamos llamar ampelwoman. Incluso, uno de ellos tiene la figura de la mujer con paraguas. Curiosamente cuando se encendió este último, comenzó a llover. En la misma Domplatz hay varias cafeterias que te invitan a permanecer un rato. Una recomendable, “Vamos” está la cubierta de azulejos en un interior.

Desde la misma plaza tomo la Markstrasse hasta la enorme iglesia (Allerheiligenkirche) que se encuentra enfrente. Una de las calles que confluyen aquí viene de la plaza donde se sitúa el ayuntamiento y que recorrí anteriormente. La calle de la derecha, la Grosse Arache tiene bellas casas de entramado como la que encontramos en una segunda bifurcación la “Haus zum Sonneborn” o Casa de la Fuente del Sol con un bello portal, y a su lado un alegre patio con una fuente alusiva a los cuentos infantiles.

Volviendo a la iglesia tomamos la otra calle, a la izquierda que tiene su mismo nombre, y nos encontramos con una excelente colección de casas de entramado, de grandes dimensiones (muchas eran almacenes de glasto) que se extienden también por las callejas que confluyen en la misma calle. Al final de la calle se encuentran los restos de la que en otros siglos fue la Universidad de Erfurt donde estudió Lutero. Desde aquí hacia la derecha se vuelve a la Beneditplatz.

En lo que queda de tarde aprovecho la tegelkarte para conocer lo que hay más allá del casco histórico. El tranvía 3 (dirección Europlatz) tras abandonar la zona histórica se adentra en barriadas y en la zona universitaria.. El tranvía 4 (dirección Windersleben) lleva a la zona más moderna ya que aquí está instalado un centro de congresos. Después, antes de volver al hotel ceno, con vistas al Puente de los Mercaderes, y tras tomar una copa (son famosos en esta zona los aguardientes) en la Domplatz me encamino a la estación a planificar el viaje del día siguiente.

Tengo para el día siguiente reservado en Dresde hotel, pero viendo el recorrido intentaré, con la eficiente ayuda de los ferrocarriles alemanes hacer dos paradas en dos lugares muy especiales. Pero eso, en el próximo capítulo.


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Total comentarios: 11  Visualizar todos los comentarios
Gulpiyuri  Gulpiyuri  12/02/2012 21:07   📚 Diarios de Gulpiyuri
Más que un diario es un curso intensivo de arte, historia, comunicaciones, etc.Muchas gracias, lo guardo en favoritos.
Has tenido suerte con la alemana en la estación y que no te pidieran los billetes, cachisss con los idiomas, te defiendes divinamente.
Becajo  becajo  18/05/2012 14:51   📚 Diarios de becajo
Estupendo diario, antoni, para leerlo del tirón y degustando cada palabra.
Un problema le veo, que dan ganas de verlo todo, y creo que no me "cabe" Muy feliz
Gracias
Ilota  ilota  27/09/2012 10:24   📚 Diarios de ilota
Fantástico antoni, lo he encontrado mirando cosillas de Turingia para un futuro y me ha parecido genial. Documentado, con muchísima info útil. Enhorabuena y mis estrellas. Saludos.
Marimerpa  marimerpa  03/04/2013 16:59   📚 Diarios de marimerpa
Antoni, muchas gracias por tu diario, que me está siendo muy, pero que muy útil. Ya es la segunda vez que lo leo, y seguro que habrá al menos una tercera. Contiene mucha información útil sobre una zona sobre la que no hay mucho en el foro, y de la que te considero un experto. Estrellas y muchas gracias, ya no solo por el diario sino por tu ayuda en el foro. Saludos
Eleo38  eleo38  18/01/2016 19:56
Comentario sobre la etapa: 5ª etapa: DRESDE
Antoni, muy bueno tu diario. Estoy empezando a planificar mi viaje a Alemania y tu diario me ha dado buenos datos. Saludos
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Fecha: Dom Sep 10, 2023 09:15 am    Título: Re: Viaje por Alemania: Consejos

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Fecha: Mar Oct 24, 2023 06:49 am    Título: Re: Viaje por Alemania: Consejos

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Fecha: Sab Feb 24, 2024 11:56 am    Título: Re: Viaje por Alemania: Consejos

¿Alguna compañía aérea que no te saque la sangre por llevar una mísera maleta de mano de 10 kg? Estoy buscando vuelos BCN-Berlín y vuelta Hamburgo_BCN y estoy alucinando. Con Vueling del precio de partida al que se supone que te queda al final hay un abismo. Y no entiendo cómo sale más "económico" facturar una maleta de 23 kilos que añadir una de 10 en cabina. No entiendo nada. ¿Con qué compañía voláis normalmente a Alemania? ¿Alguna idea?
GUILLERMINA75
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Fecha: Sab Feb 24, 2024 12:02 pm    Título: Re: Viaje por Alemania: Consejos

Vale, olvido lo dicho, tres personas con Iberia sale sólo ida 880 euros....por estos precios me iba antes a la India....porca miseria
ANGEMI
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Fecha: Mie Mar 13, 2024 10:45 am    Título: Re: Viaje por Alemania: Consejos

52 tesoros declarados patrimonio UNESCO

Fastuosos palacios, herrumbrosos gigantes industriales, románticos cascos urbanos antiguos y parajes naturales protegidos… hoy te invitamos a hacer un viaje muy especial a los 52 lugares de Alemania que han sido declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO. En nuestra micropágina los descubrirás de un vistazo. Aquí te presentamos lugares reconocidos por la UNESCO que destacan especialmente este año y otros que han presentado a su candidatura para pertenecer a esa extraordinaria lista. Además, te invitamos a hacer un viaje por nuestras ocho rutas de la UNESCO.


Enlace a la publicación de la nota de prensa enviada por la Oficina de Turismo de Alemania: Oficina de Turismo de Alemania: 52 Sitios Patrimonio UNESCO
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