Oktoberfest. Fiesta de la Cerveza. Múnich ✏️ Blogs de Alemania

Para ponernos en situación os diré que esta fiesta se celebra en München (Múnich), capital del Land de Bayern (Baviera), al sur de Alemania.

El primer Oktoberfest se celebró del 12 de octubre al 17 de octubre de 1810 para celebrar el matrimonio del príncipe Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Altenburgo. Los festejos gustaron tanto a la familia real, que ordenaron su repetición todos los años, dando lugar al conocido Oktoberfest.

La celebración fue la realización de una carrera de caballos. La Oktoberfest se realiza desde entonces en el Theresienwiese (también conocido simplemente como wiesn), un campo abierto en justo al lado de la muralla de Múnich.

Aunque cuesta creerlo en sus principios no se servía cerveza en el recinto ferial, aunque si en otros sitios más o menos próximos al mismo.
Más tarde se permitió la venta de cerveza en dicho recinto y posteriormente la de alimentos para acompañar al líquido dorado. De esta manera los visitantes de esta feria podían beber y comer al aire libre, pronto comenzaron a montarse puestos donde los cerveceros ofrecían además de la comida y la bebida algunas atracciones para los chicos como cucañas o boleras.
Poco tiempo después estas atracciones se sacaron fuera de las casetas para ofrecer al público más espacio dónde sentarse y sitio para bailar, así como espacio para los templetes de las orquestas.

En los primeros años de la fiesta, el recinto ferial quedaba en las afueras de la ciudad, por lo que los cerveceros y todo su personal se desplazaban hasta el mismo con sus trajes típicos desde el centro de la ciudad. Esto se ha traducido en la tradición de la cabalgata el primer sábado a por la mañana.

Tras el éxito de la primera celebración se siguió celebrando el festival y su comienzo se adelantó a septiembre para aprovechar la climatología más benigna de este mes.

La fecha de celebración cada año es variable pero siempre se cumple que termina el primer domingo de octubre y comienza el sábado contando15 días hacia atrás. La única excepción a esta regla es que el primer domingo de octubre sea el día dos, entonces se alarga al lunes ya que el día 3 de octubre es fiesta nacional en Alemania (Día de la reunificación).
Tras esta introducción histórica de la fiesta comienzo a contaros mis experiencias.
He estado en tres ocasiones, con diferentes edades, distinta compañía y momentos personales muy diferentes. Y en septiembre volveré por cuarta ocasión, ya que me tiene enganchada.

Como ya he comentado la fiesta se celebra en el conocido como Theresienwiese (Prado de Teresa). Es un prado situado en el oeste del centro de la ciudad alemana de Múnich. Se trata de un descampado de aproximadamente 46 hectáreas. En uno de sus lados se sitúa la estatua de una mujer, la llamada Bavaria, símbolo del estado de Baviera, en otro se halla la iglesia de San Pablo.
Recibe el nombre de Theresienwiese ya que fue en este lugar donde se celebraron por el pueblo los esponsales del rey Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Altenburgo. En el Theresienwiesse se sitúa una de las estaciones del metro de Múnich, en la que paran dos de sus líneas: la U4 y la U5. En las inmediaciones también se encuentra la Estación Central de Trenes de la ciudad de Múnich.

Es un sitio bastante céntrico y además muy bien comunicado como podéis ver. Es difícil de creer que un a fiesta tan grande y que mueve a tanta gente diariamente no cree ningún problema de circulación en las zonas vecinas. Pero es así, no hay calles cortadas y ni siquiera hay un gran aparcamiento en las inmediaciones.
Allí todo el mundo está concienciado que a la feria se va andandito o en transporte público, de esta manera se evita el colapso circulatorio y se evita que se conduzca bajo los efectos de alguna “jarra de más”.

La fiesta se inicia con la tradicional cabalgata del sábado por la mañana en la cual todos los cerveceros de la ciudad desfilan con sus carrozas, sus barriles de cerveza y sus trajes típicos


En el 2008 tendrá lugar el sábado 20 de septiembre a las 10.45 h.
Una vez que llegan al recinto ferial, a las 12.00, el alcalde de la ciudad estrena el primer barril y dice las palabras mágicas: “O' zapft is!" con lo que queda inaugurada oficialmente la fiesta.

El primer domingo a las 10 de la mañana hay un desfile por el centro de la ciudad de los cazadores y muchas personas con los trajes típicos de la región. Es un desfile muy colorido y animado, merece la perna verlo.

En el recinto ferial hay casetas grandes, medianas y pequeñas.
Las casetas grandes, pertenecen a las grandes cervecerías de la ciudad. Están decoradas a cuál más bonita con los colores de su marca de cerveza y sus logotipos o imágenes típicas. Estas casetas grandes tienen capacidad hasta para 8.000 personas sentadas, sí habéis leído bien, ocho mil personas.


Las casetas medianas y pequeñas (entre 100 y 500 asientos) son lugares dónde se puede comer algo de forma alternativa, están las casetas dónde sirven café y tartas, las de pescados asados, las de licores y aguardientes….

Y si llueve....no hay problema ni en las terrazas

Los horarios de apertura de las casetas son muy estrictos, abren a las 9 de la mañana y cierran a las 23.30 los fines de semana, los laborables abren una hora más tarde, excepto dos casetas de las grandes que cierran a las 0.15.
He tenido oportunidad de entrar en ellas y es dónde se reúne la gente VIP de la ciudad, los famosos, famosillos y... cómo no españoles, italianos y griegos que son los que quedan a esas horas de fiesta.

El horario de despacho de cerveza es más reducido, desde la apertura de las casetas hasta las 22.30 (una hora antes del cierre, así dan tiempo a que se tomen la última) los laborables y festivos.
Media hora más tarde se termina la música para invitar a los visitantes a que se vayan pensando el abandonar el recinto.

Los niños menores de 6 años deben abandonar las casetas antes de la 20.00 h, aunque en general se ven poco niños en ellas, al menos en las grandes. Se oferta una buena programación alternativa para familias con niños, por lo que en general las casetas se limitan al disfrute de los adultos.

Se pueden reservar mesas en las casetas grandes contactando con los anfitriones a través de sus webs, opción muy recomendada para los grupos grandes.

Pos supuesto se puede entrar en las casetas sin reserva, pero se recomienda para ello llegar antes de las 14.30 lo días laborables y antes de las 12 los fines de semana, ya que cuando la caseta se llena no se permite la entrada a nadie más y hay que esperar en la puerta hasta que vayan quedando sitios libres, opción que no recomiendo porque cuando se está a gusto en un sitio se pueden pasar las horas muertas allí y no darse uno ni cuenta, con lo que el movimiento de clientes es escaso.

Hay que tener en cuenta que en las casetas no se sirve cerveza a quién no tiene un sitio para estar sentado. No hay barras dónde apoyar el codo y tomarse una “caña”.


Los precios para el 2008 ya se han hecho públicos, la jarra de un litro costará entre 7.80 y 8.20 € tanto la normal como la sin alcohol.
La botella de agua de litro costará alrededor de los 6.50 € de media, y los refrescos también de un litro unos 7 €

No os voy a hablar de las atracciones feriales o “calle del infierno”, porque aunque siempre me acerco a dar una vuelta, no son mi prioridad. Os puedo decir que son espectaculares, muy numerosas y para todos los gustos y edades. Siempre tienen las últimas novedades y hay una gran cantidad de montañas rusas (con los loopings más increíbles que he visto) y muchas casas del terror contadas las temáticas imaginables.

Nada más llegar al recinto ferial te invaden una gran cantidad de sensaciones.

Por una parte la vista es impresionante. Aparecen imágenes con un gran colorido por todas partes, la decoración realizada con mucho esmero y la meticulosidad que caracteriza a los alemanes y los trajes típicos de los bávaros hace que uno no se quiera perder nada para dejar grabadas esas vistas en la retina.

Seguimos con el oído, aparte del típico bullicio de cualquier feria, con sus feriantes pregonando su producto por los altavoces, se puede oír por cualquier parte esa música tan típica de estas regiones y que han sabido adaptar al paso del tiempo para que siempre suene actual.

Los olores van penetrando e invadiendo el cuerpo y alegrando el espíritu. Al principio son los olores dulces de las nubes de algodón, las frutas recubiertas chocolate, y lo típicos corazones de “galleta” y demás tentaciones para los golosos. Estos olores se van transformando al acercarse a la zona de las casetas en olores más suculentos y contundentes como el codillo de cerdo y el pollo asado que piden a gritos coger sitio, empezar con la primera cerveza y acompañarla de lo que sea necesario para poder disfrutar también del sentido del gusto.

Para completar este apartado hablaré del sentido del tacto, quizá el que más sorprenda, por el concepto estereotipado que tenemos de los alemanes como personas más bien frías y reservadas.

En cuanto entras en una caseta, después de admirar su tamaño y decoración, lo primero que hay que hacer es buscar un sitio dónde sentarse.
Si se llega a un ahora prudente y no se es un grupo grande no suele haber problema para sentarse, aunque tampoco resultará fácil encontrar grandes espacios libres.
Las mesas son largas y corridas, con largos bancos de madera a cada lado de la mesa, que están dispuesta en hileras, dejando pasillos para que los camareros puedan llegar a cualquier rincón.

Sólo hay que acercarse dónde veamos un sitio libre y sin preocuparse del idioma, hacer un gesto pidiendo permiso para sentarse a quién se encuentre más cerca. Te sonreirán y te harán un gesto de aceptación. Si el sitio no es amplió se desplazarán aunque sea sólo un poco para permitir que te sientes con ellos.

Comenzamos a tocarnos, por pura necesidad, estamos apretujados y nos rozamos con los codos y quizá también con las piernas, pero no hay problema. No tardará ni un minuto en que alguno de la mesa pregunte en cualquier lengua “¿de dónde venís?” mientras te ofrecen la mano para saludar.
Da igual en qué idioma te hablen, les vamos a entender y les vamos a contestar.
Alguno habrá estado en Mallorca, habrá comido paella y conoce al Real Madrid…suficiente para empezar, y ya somos amigos de toda la vida.

Es más que probable que en la misma mesa haya personas de distintas nacionalidades y con lenguas diferentes, pero en ese momento lo importante es la diversidad y la diversión.


Nos tocaremos el hombro, nos rozaremos al movernos, todo en un ambiente de amistad y buen rollo difícilmente imaginable para quién no ha estado allí.
Ya alguno de la mesa habrá levantado el brazo para indicarle al camarero de esa zona que tiene nuevos clientes sedientos.


Cada cierto tiempo (unos 15 min.) la orquesta hará un inciso en su programa musical par incitar al brindis de todos los invitados con una de las melodías típicas para la ocasión, que van alternando para no hacerlas repetitivas.
En ese momento todo el mundo se pone en pie, canta con la orquesta y levanta su jarra para brindar con sus compañeros de mesa, con los vecinos de la mesa de al lado, con los de detrás y con aquél grupo dos o tres mesas más adelante que no deja de quitar ojo a ver si se queda un hueco libre en nuestra mesa porque ven lo bien que lo estamos pasando y se quieren unir.


A partir de aquí no vale preocuparse de nada más que no sea avisar al camarero cuando te queden tres dedos de cerveza en la jarra para decirle “Noch eine, bitte”

Es realmente un ambiente muy acogedor el que reina en esta fiesta.

Muy difícilmente se volverá uno a casa, después de haber estado en la Oktoberfest sin un número de teléfono o la dirección de correo anotado en un trozo de servilleta o cualquier otro sitio dónde se pueda escribir.

Este ambiente no sólo está en el interior de las casetas. Si te haces una foto, enseguida tienes a tu lado a alguien que te pregunta que si te la hacen para que salgas con tu grupo, o con tu pareja, o directamente se ponen ellos también para dar más ambiente. Enseguida prguntarán -¿adónde vais? nosotros vamos a “tal sitio” ¿os venís?

Por otra parte quiero destacar que no se ven graves incidentes, ya que está todo controlado por la policía en el recinto ferial y por vigilantes privados en las casetas. Y ninguno se anda con chiquitas.

En una caseta, cuando la gente ya está muy ambientada, todo el mundo se pone de pié en su asiento y baila al ritmo de la música con los demás. Esto no supone un problema y está incluso bien visto, porque es señal de estar pasándolo bien. Pero que no se te ocurra pone un pié en la mesa, porque no tardará ni un minuto en aparecer un guardia de seguridad avisando de que eso no está permitido. Cómo haga caso omiso y vuelva a intentarlo, el guardia le cogerá y le expulsará de la caseta inmediatamente, aquí no hay segundas oportunidades.

La verdad es que nunca he presenciado un conflicto grave. Como anécdota os contaré que la actuación más contundente que he visto por parte de la policía fue la siguiente:
Estábamos una noche saliendo del recinto ferial sobre las 12 de la noche por uno de los pasos de peatones con semáforo que hay en las inmediaciones. No había ni un coche por ningún sitio, y un chico (italiano) de los que esperaban en la acera con nosotros, tuvo la ocurrencia de pasar con el semáforo en rojo. Dos policías que estaban en el cruce a unos 15 m del semáforo, se vinieron corriendo hacia él echándole una bronca que no os podéis ni imaginar. El amigo estaba muerto de risa y el chico no sabia dónde meterse.

Es normal que algún incidente haya, pero no los que se podría esperar en un lugar con tantísima gente tomando alcohol.

Otra costumbre que he observado, incluso entre los más jóvenes, es que cuando alguno del grupo se ha pasado con la bebida, lo cogen tranquilamente por los hombros y se lo llevan a casa antes de que la líe. Parece que tienen asumido que no se debe molestar a los demás por una borrachera.

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