MÚNICH Y BAVIERA, DE CERVEZAS CON EL REY LOCO.- ✏️ Blogs de Alemania

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Empiezo aquí mi primer diario tras la vuelta de un viaje precioso a la región alemana de Baviera, animada por la ayuda que me han dado a mi los montones de los que he leído siempre para preparar mis escapadas. Así que antes de nada os doy las gracias a todos los de quien, sin conocernos, he aprovechado vuestros buenos consejos y me he divertido muchísimo imaginando nuevos destinos. Gracias a todos y todas, y compasión, que soy nueva!!!

Este año andábamos dando vueltas a donde iríamos a pasar unos días huyendo del calor agobiante del verano. Pensando en algún sitio chulo, con cosas interesantes para ver y, requisito importante para nosotros, FRESQUITO me acordé de un diario que leí de Arkita (documentadísimos y siempre entretenidos). En el compartía unos días en Múnich, zona del castillo del Rey Loco y otros sitios y me dije, "YO QUIERO IR AHÍ!!!".

El primer paso fue cotillear qué había por la zona para ver si cumplía con las expectativas. Y ya lo creo que lo hace! Me hice con un par de guías, mi siempre querida Lonely Planet y la edición intercity de Anaya Touring, y lo difícil fue tener que elegir entre el abanico de posibilidades entre pueblos de cuento, ciudades medievales llenas de tradición e historia, parajes naturales y distintas rutas.

Siguiente paso, a la búsqueda de VUELOS. Las últimas escapadas que hemos hecho hemos usado vuelos de Ryanair, con quien nunca habíamos volado y de quienes, como todos, habíamos oído pestes. Supongo que cada uno cuenta la feria como le ha ido en ella, pero lo cierto es que a nosotros nos ha gustado la experiencia con ellos, nunca hemos tenido problemas, facturación super rápida, siempre han sido puntuales y no dejan nada que desear, si bien es verdad que hemos reservado asiento siempre, que no se si es muy democrático pero lo que sí es es muy cómodo, "pa qué" nos vamos a engañar. La cosa fue que al mirar vi que lo que el señor Michael O'Leary, dueño de la empresa, entiende por afueras de Múnich son 140 km como 140 soles, ole ahí!! El aeropuerto al que operan está en Memmimgen, ciudad 140 km al oeste de Múnich. Así que descartado. Tras buscar y buscar al final lo saqué con Air Europa, no demasiado barato pero bueno. Bueno hasta que al aterrizar tuve que ir recogiendo las ruedas de mi maleta nueva persiguiéndolas por la cinta porque me la habían descuajaringado toda. A la vuelta, tras un retraso en la salida de una hora, vi que ya me la habían terminado de rematar. Pá que luego digan!

Con los vuelos asegurados me pongo a buscar cual perrillo perdiguero para encontrar HOTELES bien situados, limpios y que no nos cuesten un ojo de la cara, para el recorrido que he preparado, que es:
3 noches en Múnich; 1 noche en Núremberg; 1 noche en Nordlingen, como a la mitad de la llamada Ruta Romántica; y las 2 últimas noches en la zona casi ya de los Alpes, cerca de los castillos del Rey Loco.
Entre las típicas de Booking, Travelrepublic, Venere y demás, y contando con una media de unos 70 euros más y, si puede ser menos, por noche en habitación doble, al final la selección quedó así:
- Hotel "Cocoon Stachus", en Múnich. Lo elegimos por la zona, cerca de la Estación Central y a un paso de Karlsplatz, puerta y acceso principal al "Alstadt" o centro histórico de la ciudad. Y porque una vez que asumimos que esa parte tiene un poco de ambientazo (mini casinos, sex shops y clubs de "señoras que fuman", como dice mi hermano, todo ello eso sí de puertas para dentro, no hay sensación de inseguridad por la calle), quisimos por lo menos librarnos de la decoración un poco casposilla de los hoteles que entraban en nuestro presupuesto. Todo un acierto, el hotel es muy moderno en decoración, original y funcional, y en concepto, de ambiente juvenil. El hotel es bastante nuevo por lo que está impoluto, la habitación muy cómoda, con una ducha integrada separada por una mampara, pero con posibilidad de cerrarse con paneles opacos de colores, tv de pantalla plana, soporte para i-pod, un columpio , y un banco-sofá con mesita móvil por rieles. muy chulo todo. Como nota curiosa, deciros que ofrecen la posibilidad de renunciar a que te hagan la habitación, a cambio de una tarjeta de 5 euros por día para gastar en bebidas. No lo había visto en la vida, pero mira, es una opción. Si no lo quieres, te la hacen a la perfección, con el lógico cambio de toallas, sábanas y demás.
- "Novotel Nuremberg Messezentrum", Núremberg. En este caso retirado del centro histórico porque la idea era pasar el día viendo la ciudad, hacer noche y salir al día siguiente hacia Rothemburg. Está al pie de la carretera de entrada y salida de la ciudad, con lo que nos facilitaba la salida por la mañana. Está cerca de la zona donde se celebraban las jornadas del partido nazi, con lo que aprovechamos para echarles un vistazo. Hotel moderno, típico de la cadena, a muy buen precio y con piscina (que no catamos porque hacía un biruji que ni locos).
- "NH Klösterle", en Nördlingen. Muy correcto y bien situado en el centro de la zona amurallada a tiro de piedra de la plaza, el ayuntamiento y la iglesia.
- "Bayersoien Hof", en Bad Bayersoier, pueblito en la zona de los Alpes alemanes, como a media hora del castillo del Rey Loco, menos aún de Wieskirche, Oberamergau, etc. Casa de huéspedes de ambiente familiar, sencilla pero con todo lo necesario, donde su propietario y el resto de la familia fueron geniales, atentos, amables, dispuestos a echar una mano si necesitamos algo, un gusto. Tienen una charcutería adosada también, de la que pudimos probar algunos de los quesos y embutidos en el generoso desayuno mañanero.

Y por último, en la fase de preparación, nos dedicamos a buscar COCHES DE ALQUILER visto que nos iba a ser más cómodo según la ruta que queríamos hacer. El transporte en Baviera es caro en billetes sencillos, pero tienen fórmulas que salen bastante rentables. Un billete de tren Múnich-Núremberg, por ejemplo, cuesta como 54 euros, pero existe el Bayern-ticket, con el que por unos 24 euros más otros 4 por cada persona de más hasta un máximo de 5, puedes usar trenes regionales y transporte público en las ciudades durante todo el día. O sea, 24 euros una persona, todos los trayectos que quieras en el día (de 9 a 3 horas, desde antes los fines de semana), 28 euros dos personas, 32 para 3 personas, etc.
Aún así nosotros preferimos la comodidad de ir en coche, y ahí empezó la locura con los seguros en Alemania. La verdad es que el precio está bien, había ofertas para una semana desde poco más de 100 euros. El lío es a la hora de elegir el seguro, que hay que pagar aparte. Se puede coger uno básico (al que ellos llaman CDW), pero empecé a leer en los foros y vi que mucha gente había tenido problemas con eso. Parece ser que se requiere hacer un depósito que según la compañía y el coche elegido puede ser de 800 o 1000 euros en concepto de franquicia, que te retienen de una tarjeta de crédito que debe estar obligatoriamente a nombre de la persona que vaya a conducir. Si tienes algún problema, un golpe, que te lo rayen o cualquier cosa, de ahí es de donde te descuentan el importe correspondiente. Pero en Alemania no se limitan a cobrarte el arreglo, sino el tiempo que el coche les deja de producir al estar parado, por lo que a mucha gente parece ser que les habían cobrado el total de la cantidad de franquicia, lo que es un pastón. Por eso nosotros decidimos coger el seguro que ellos llaman LDW, que implica franquicia 0, seguro total. Aún así te retienen una cantidad de la tarjeta de crédito por si no lo devuelves en el día y hora acordados o si no lo entregas con el tanque lleno. En nuestro caso fueron 300 euros de la tarjeta, insisto de crédito y a nombre del conductor, otra cosa no vale, que te devuelven a los pocos días de haberlo devuelto. Nosotros pensamos llevarlo ya reservado y pagado desde aquí, pero con tanto lío hasta que nos enteramos bien de cómo iba el asunto, al final preferimos hacerlo allí directamente. Lo hicimos con Dollar, pero están todas las compañías típicas, tanto en el aeropuerto como en la Estación Central.

Por último, siguiendo los buenos consejos del foro, entré en la página de reservas del "Schloss Neuschwanstein" (está en alemán e inglés), lo que conocemos como el castillo del Rey Loco, para hacer la reserva de nuestra visita. Esto hay que planificarlo bien si se va a hacer, sobre todo en temporada alta, a riesgo de quedarte sin poder verlo aún haciendo una cola temible. Se rellena una página indicando si se va a visitar sólo éste, otro que hay al lado, el de "Hohenschwangau", o ambos. Se indican día y hora y el idioma deseado. Se da a enviar y al rato, unas horas como mucho, se recibe un correo de respuesta confirmando la reserva o, si está completo a la hora solicitada, te dan la siguiente a la que haya disponibilidad. Ésta página hay que imprimirla y llevarla allí a la taquilla a la hora de recoger las entradas. Al hacer esta operación aparece en pantalla el precio tanto de las entradas en sí (13 euros uno, 24 la combinada), como lo que cobran por reserva anticipada, que son 1,80 euros por persona y castillo. Eso no quiere decir que te cobren nada, se pide un número de tarjeta para garantizar la reserva, pero de ahí no te cobran absolutamente nada. Será una vez allí, en el Ticket-Center, a la hora de recoger las entradas cuando se pague lo que corresponda. En mi caso, como compramos la "14 days ticket" que es un pase que incluye la entrada para un montón de palacios, castillos y demás monumentos por toda Baviera, al enseñarla sólo tuve que pagar los 3,60 euros de la reserva de los dos.
Otra cosa a tener en cuenta es que las entradas se cogen en el Center-ticket que hay al pie de los castillos, antes de subir, y recomiendan contar con unos 45min. o una hora de tiempo. Ésto ya lo preveen ellos al darte la hora, así que cuando marcas la hora a la que vas a llegar te dan para una hora después. Si pones que vas a las 9, por ejemplo, te dan recogida de entradas a las 9 y acceso a la visita a las 10.

En fin, el resto de pormenores y el recorrido precioso con todo lo que vimos por allí, en las siguientes etapas del diario. Rumbo a BAVIERA!!!!

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El 15 de Agosto feliz como una perdiz me voy con mi chico al aeropuerto de Madrid Barajas para salir rumbo a Múnich y empezar nuestro viaje de 8 días por Baviera, nuestra primera incursión en Alemania. Cogimos, como siempre procuramos, un vuelo tempranito para aprovechar el tiempo y no perder ese primer día en el viaje. De vacaciones todo el tiempo es poco. Así que embarcamos sin problema y salimos a las 7:20h de la mañana para aterrizar allí a las 9:50h.
Traslado del aeropuerto al centro de Múnich:
Gracias a la ayuda de los diarios leídos no tuvimos ningún problema en encontrar el tren al centro. Sólo hay que seguir las indicaciones al S-Bahn (trenecillos de cercanías) que está marcada con una S blanca en un círculo verde. Hay dos líneas que van al centro, la S1 y la S8. Ambas tardan más o menos lo mismo, unos 40 min., con la única diferencia de que una va bordeando la ciudad por el este y otra por el oeste. El billete se puede comprar en un mostrador que hay justo cuando vas a bajar la escalera mecánica a los andenes o en máquinas que tienen opción en español, o sea que sin problema. El billete sencillo cuesta 10,40 pero compensa coger el "Partner-Tageskarte", un ticket que es válido para todas las distintas zonas en las que se divide el transporte público de Múnich, y que por 21,30 euros permite viajar hasta a 5 personas durante todo el día hasta las 6 de la mañana del día siguiente cuantas veces se quiera. Si se compra en máquina hay que validarlo en unas maquinitas que marcan la fecha para que no se haga truqui todos los días con el mismo. La verdad es que allí no hay torniquetes como aquí, por lo que supongo que
habrá quien no haya pagado un leuro, pero si te pilla el revisor no te libras de la multa por muy guiri despistao que quieras hacerte. La S8, que tarda un pelín menos, se coge en el andén de la derecha según se baja al andén. Allí los trenes y el metro tienen varias líneas en el mismo andén, así que no hay más que fijarse en las pantallas en las que se indica el orden y tiempo en que van a ir entrando los distintos trenes. Luego, en el propio tren, en el frente y el lateral llevan en un luminoso amarillo la línea y dirección. Total, que en unos 45min. estábamos bajando en la Hauptbahnhof, Estación Central. Un poco caótica como casi todas y porque está en obras que van a durar hasta 2020. Salimos y vamos en busca de nuestro hotel, bastante cerca, donde dejamos las maletas hasta la hora a la que nos pueden dar la habitación. Nos sorprendió que en ninguno de los hoteles en que nos alojamos no nos pidieron depósito alguno de la tarjeta de crédito, como ocurre en otros lugares.
Y listos para la primera toma de contacto con la ciudad

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Caminamos hacia la KARLS-PLATZ. La zona se reorganizó para el tráfico y los tranvías que la cruzan así que el paso de los peatones se hace por unos subterráneos bajando unas escaleras mecánicas a unos pasillos llenos de tiendas y cafeterías que cruzan por debajo hasta el otro lado. Antes de hacerlo nos sorprende un edificio bastante grande de cúpulas verdosas, el Justizplalast, edificio de finales del XIX que alberga el Palacio de Justicia en el que tuvo lugar el proceso de la Rosa Blanca. El 22 de Febrero de 1943, tres estudiantes de la Universidad, los hermanos Hans y Sophie Scholl y Christoph Probst, fueron condenados por su oposición con pintadas y panfletos a los horrores del régimen nazi. Cuatro horas después de leerse el veredicto fueron decapitados.
Cruzamos al otro lado y salimos junto a la fuente que salpica de agua a los cientos de personas que pasan y pasean por allí a todas horas. Frente a ella se alza la Karlstor, puerta oeste y una de las tres medievales que se conservan de las cuatro que servían de acceso al casco viejo de Múnich. Desde ahí sale una amplia calle peatonal que entre comercios y restaurantes nos va guiando a Marienplatz. En el lado izquierdo aparece lo que tiene pinta de ser una iglesia. Al entrar descubro que la iglesia propiamente está en la planta de arriba, estando la baja dedicada a un párroco que por lo que parece debió ser bastante querido. Bastante austero, de techos bajos y abovedados, rodeado de una especie de viacrucis de figuras de piedra y presentado como una mezcla de museo y lugar de oración. Salimos y decidimos, vistos los horarios alemanes, parar a comer algo enfrente, en la cervecería Augustiner Como primera incursión nos gustó mucho, techos abovedados decorados con pinturas de escudos de Baviera, mesas grandes de madera donde los clientes comparten sitio sin problema, camareros vestidos con traje típico y una bonita terraza dentro al fondo. Tienen carta en español, pedimos un plato variado de salchichas y albóndigas con chucrut y puré de patatas, unos bretzel y un par de cervezas. Allí la jarra de litro, que ellos se beben sin problema, es la "mass", la pequeña, por llamarle así, es de medio litro. El paisano que comía solo a nuestro lado se bebió el solito tres así, sin darse importancia. La verdad es que para ser un sitio emblemático, estar donde está y teniendo en cuenta el nivel de vida de Alemania (y Múnich es la ciudad alemana con el nivel de vida más alto), no nos pareció caro, pagamos 26 euros y algo. En realidad en lo que más dinero se va es en la cerveza, pero por la cantidad, una jarra de medio litro cuesta entre 3,80 y 4,20.

Salimos y seguimos paseando hasta MARIENPLATZ, centro del centro, especie de plaza mayor, presidida por el Neues Rathaus, *** Imagen borrada de Tinypic ***
ayuntamiento nuevo a pesar de su aspecto, de estilo neogótico, de fachada llena de gárgolas y distintas esculturas. En sus bajos está la oficina de Turismo. En el centro se levanta una torre con el carrillón, el quinto más grande de Europa, en el que cada día a las 11, las 12 y en verano a las 17h, las figurillas de sus dos pisos se mueven al compás de la música. El piso de arriba representa dos caballeros librando una justa a caballo en la que nunca se sabe quien derribará al otro (incluso se hacen apuestas), que se celebró en los festejos de una boda real en 1568. En el de abajo las figuras bailan la danza del gremio de toneleros de la ciudad en honor del fin de una epidemia de peste. A las 21h se puede ver a una chica vestida de monje en honor de los fundadores de la ciudad, de donde toma el nombre Munchen.
Frente al edificio están la columna de María, levantada en 1638 por la victoria sobre las tropas suecas tras la Guerra de los 30 Años, y la fuente del Pescado, en la que cuando aún se celebraba el mercado aquí se metían los peces para mantenerlos vivos para la venta. En el lateral de la plaza está el Altes Rathaus, *** Imagen borrada de Tinypic ***ayuntamiento viejo con su torre, tercera reconstrucción de la medieval del siglo XV. Tras los bombardeos de la II Guerra Munial, sólo una calle de la ciudad quedó intacta por las bombas, no debemos olvidar que la mayor parte de lo que veremos es una cuidadísima reconstrucción posterior en la que se emplearon los mismos materiales Desde su balcón el 9 de Noviembre de 1938, Goebbles lanzó la parrafada que desató los altercados de la Noche de los Cristales Rotos. Hoy en día el edificio alberga el museo de Juguetes de la ciudad, de los que tanta tradición hay en toda Baviera, mucho mejor uso.
Visto todo ésto regresamos al hotel para coger la habitación y acercarnos a la estación. Tenemos pensado aprovechar el billete que nos permite coger transporte todo el día para ir a visitar el Campo de Concentración de Dachau.

DACHAU.-
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Cogemos el tren S2 dirección Dachau-Peter-hausen, y en 25min. estamos en la estación del pueblo. Al salir nos sorprende ver como no es sólo cosa de los sitios turísticos la costumbre de llevar los trajes de estilo tirolés. Muchas chicas y chicos jóvenes y algunos matrimonios mayores se pasean, ellos con sus petos de pantalón corto y tirantes de piel de ciervo (vimos el conjunto completo por unos 200 euros en las tiendas) y ellas con sus corpiños, blusas blancas con puntilla y y faldas de cuadritos atadas con un lazo según fueran solteras (a la izquierda), casadas (a la derecha) o viudas (detrás). Frente a la estación hay que coger un autobús para el que nos sigue sirviendo el mismo billete enseñándoselo al conductor, pone "KZ-Gedenksätte", es el numero 726. Con él llegamos en un momento. La entrada al memorial es gratuita todos los días, sólo hay que pagar si se desea 3,50 euros por la audioguía en cualquier idioma, para la que te piden dejar en depósito un documento de identidad. Con ella y con el plano entramos a visitar este lugar de horror, donde uno se pregunta como puede nadie llegar a los horrores y al comportamiento tan inhumano que se vivió en aquellos años vergonzosos. *** Imagen borrada de Tinypic ***Tras cruzar la puerta de hierro en la que se lee en alemán "el trabajo os hará libres" se ve la extensión hoy vacía en la que antes de la liberación de las tropas estadounidenses, se alineaban los barracones, uno de ellos puede visitarse. El edificio de la Guardia, en el que se adoctrinaba a los soldados de las SS en los métodos del régimen, etc. Baste decir que recibían una paga extraordinaria si "encontraban" motivo para tirotear a alguno de los presos, si se quedaba rezagado de la fila por ejemplo, entendiendo ésto como un intento de fuga. La audioguía acompaña la visita con explicaciones del funcionamiento del campo y testimonios originales de testigos de la época en su idioma original.
El campo abrió tan sólo 2 meses más tarde de que Hitler se convirtiera en Canciller del Reich en Enero del 33, convirtiéndose en el modelo de otros muchos que se fueron abriendo después. Aquí se procesó a más de 200.000 reclusos, de los que entre 30.000 y 43.000 murieron, y a los que habría que sumar varios miles más que murieron en una epidemia de tifus en la cuarentena a la que tuvo que ser sometido el campo tras la liberación en el 45.
Un poco perturbados por la visita (el campo de Dachau cierra a las 17h), regresamos a Múnich para terminar el día dando un paseo por el centro y cenando en las terrazas que hay junto a la catedral. Donde por cierto, coincidimos con un grupo de chicos vestidos con el traje típico y bastante perjudicados que iban de cervecería en cervecería tratando de irse sin pagar. Se iban levantando poco a poco y se mudaban a la de al lado, dejando a uno de ellos, no sé si el más pardillo o el que peor estaba para escaquearse, el último. El camarero se dio cuenta, lo que no era difícil, y nos llamó la atención la correa que tuvo esperando a que hicieran el paripé de pagar, cosa que las dos veces que les vimos acabó haciendo el mismo chabalito. Anda que vaya tela! Y todo ésto sin privarse de dar bien la nota cantando canciones típicas, el himno del Bayern y lo que cayera, muy discretos ellos.
Así pusimos fin al primer día de nuestras vacaciones muniquesas. A dormir y a descansar y mañana más.

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Este segundo día amanece fresquete pero no parece que vaya a llover, así que después de desayunar, nos disponemos a recorrer lo que nos quedó del centro ayer. Mi chico se arma de valor sabiendo por experiencia lo que se le viene encima, patear y patear y ver todo lo que se pueda. A disfrutar!!
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Hoy decidimos adentrarnos en el Alstadt por la segunda de las puertas, Sendlinger Tor, una puerta de ladrillo flanqueada por dos torres por las que trepa la hiedra y que nos va llevando por una calle muy tranquila hasta la zona de Marienplatz.
En esta calle está enseguida, a la izquierda la Asamkirche, *** Imagen borrada de Tinypic ***que toma el nombre del apellido de los dos hermanos que la diseñaron y que, por cierto, vivieron en la casa adosada a la izquierda, que hoy alberga una joyería. La iglesia está dedicada a San Juan Nepumuceno, cuya vida se narra en el fresco del techo, y en origen era la capilla privada de los artistas que la hicieron, que podían ver el altar mayor por una ventana desde la casa. La iglesia es de mediados del XVIII, barroquísima, aquí los hermanos se regalaron llenándolo todo de querubines, dorados y estucos de distintos colores.
Al salir nos desviamos por una callecilla perpendicular a la derecha para acercarnos a Jakobs Platz, donde está el Museo Judío. Nosotros no entramos y el complejo es una construcción moderna sin interés por fuera. Parece ser que este espacio era uno de los muchos solares resultado de los bombardeos de la II Guerra Mundial. No hay que olvidar que Múnich fue elegida por Hitler como la capital del movimiento nazi. Él había llegado aquí desde Viena en Mayo de 1913. Vino con lo que tenía en una maleta y se buscó la vida vendiendo postales que él pintaba a los turistas. Después de servir como voluntario en la I Guerra Mundial. Primero vivió en una habitación de alquiler y más tarde, en el 29, compró una casa en la 2ª planta del número 16 de Prinzregenteplatz, donde hoy hay comisaría. Allí fue donde en 1931, su sobrina Geli Raubal, con quien se dice tenía una relación, se suicidó dándose un tiro con su pistola.
El caso es que el Museo Judío, incluye también una sinagoga, un centro comunitario y un restaurante. Aunque trata el Holocausto, en lo que hace hincapié es en la historia, la cultura y la forma de vida de los judíos.
Junto al museo está el edificio del Museo Municipal de la ciudad, que tampoco visitamos por dentro, pero que relata la historia y evolución de Múnich. Se inauguró en 2008 para el 850º aniversario de su fundación.

Seguimos camino y nos topamos de frente con la alta torre de St.Peterskirche. De 1150, es la iglesia más antigua de Múnich. La torre, a la que llaman Alter Peter, viejo Pedro, es lo que queda del antiguo monasterio que dio origen a que naciera la ciudad. Pagando una entrada se pueden subir los 306 escalones para ver Múnich desde arriba, con vistas a Marienplatz, con el ayuntamiento y el carrillón enfrente.
Salimos y paseamos por la parte trasera, donde nos llama la atención una iglesia que, al quedar en una calle más baja, nos queda a nuestra altura. Y nos llama la atención porque pese a ser claramente católica y tener el símbolo de la tiara papal, está rematada por un símbolo de un ojo en un triángulo que nos parece que tiene mucha pinta de masón. Luego nos enteraríamos de que es la iglesia del Espíritu Santo y entraríamos a verla. Y me llevé más sorpresa todavía, ahora os cuento.

Pero antes nos acercamos a Viktualenmarkt, justo al lado, porque hay mercado todos los días menos los domingos y hoy es sábado. Es un mercado en la calle con puestos de fruta, verdura, quesos, decoraciones tradicionales para casa, etc. Todo como muy biológico y muy carete también. Las ciruelas por ejemplo, a 6 euros el kilo, el brócoli a 5 y así. El queso sin embargo me pareció barato, 1,5 la cuña de un montón de tipos tanto de allí, como italianos, franceses, españoles... Hay fuentecillas con pequeñas esculturas de personajes costumbristas y en el centro, lo que yo llamo "el pirindolo del pueblo".*** Imagen borrada de Tinypic *** En cada pueblo en Baviera tienen un palo muy alto plantado como un pino, pintado de franjas azules y blancas (los colores de Baviera), con barritas horizontales en las que en unas chapitas se representan en dibujos los negocios y oficios del pueblo, como un callejero. Por lo visto en las fiestas de primeros de Mayo, es tradición que los mozos del pueblo de al lado intenten robarlo por la noche(sí, sé que parece de coña). El caso es que se ha conseguido alguna vez, y para que se lo devuelvan tienen que regalarles a cambio un barril de cerveza.
La verdad es que según te vas haciendo a la ciudad empieza a parecer más posible. Son como las 10:30 de la mañana y el biergarten del mercado está movidito. Múnich es la capital de la cerveza y se lo toman en serio. Desde la Edad Media se establecieron leyes para regular la producción, y éstas se encuadraban en las leyes de la comida, y no de las bebidas, ya que éso era para ellos. Luego se estableció la "ley de la pureza" de la cerveza, estableciendo que sólo podía llevar malta, lúpulo y agua fermentada con levadura. Las distintas fábricas como Paulaner, Augustiner y otras, se fueron estableciendo en las afueras ya en la Edad Media, en las orillas del río Isar, donde aprovechaban los cortes arcillosos del río para hacer las bodegas excavadas al fresquito. La gente se acercaba por allí a tomarla en terrazas al aire libre y llevaban su propia comida, ya que las fábricas no podían venderla. Se plantaron alrededor de cada una montones de castaños para dar sombra, y en caso de lluvia hasta paraguas (doy fe). Y así nacieron los biergarten, terrazas de cervecería donde aunque hoy muchas venden también comida, sigues pudiendo llevar la que compres en otro sitio. Cada uno es de una marca y por lo tanto esa es la cerveza que vende, excepto éste de Viktualenmarkt, que va rotando y cada día vende una. Total, que nos animamos a unirnos a los locales y a pesar de la hora nos sentamos a tomar unas jarras con un sándwich a la plancha que habíamos comprado en un puesto del mercado. Es habitual que te cobren un depósito al darte la cerveza que te devuelven al devolver la jarra, aunque con lo que pesan tampoco es para echártela al bolsillo. Este es quizá uno de los biergarten más céntricos de la ciudad, aunque el resto tampoco están muy retirados ya que las fábricas procuran no salir de los límites de Múnich. El motivo es que si lo hicieran ya no podrían vender su cerveza en el Oktoberfest, festival cervecero por excelencia que se celebra a finales de Septiembre (se adelantó para no pillar mal tiempo). Nació como celebración de carreras de caballos y feria agrícola en honor de la boda del rey Luis I con Teresa de Sajonia en 1810. Las carreras se dejaron de celebrar en 1960, lo importante era lo que era. Y sigue siéndolo, porque 6,5 millones de personas visitan la ciudad en las fechas del festival de la cerveza más conocido del mundo.

Seguimos con el paseo y vamos bajando hasta Isartorplatz, donde está la tercera de las puertas que se conservan de la ciudad. Y de ahí subimos por la calle Tal todo recto hasta salir a la trasera del ayuntamiento viejo y por su arco, a Marienplatz.
Pero antes nos volvemos a tropezar con la iglesia que habíamos visto antes, la del Espíritu Santo y claro, entro. La iglesia me parece preciosa, es gótica con decoración de altares barrocos y frescos de los hermanos Asam. Pero supongo que lucía de una forma particular porque me la encontré llena de árboles, sí, árboles . Supongo que sería algo puntual pero las naves, el altar, el coro, todo estaba lleno de pequeños arbolitos, la bóveda recorrida como por una bandada de pajaritas blancas de papel y había sonido de agua corriendo que iba cambiando según ibas andando. La sensación era chulísima.
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Entramos en la plaza y después de hacer unas fotos salimos a la parte de detrás del ayuntamiento nuevo, pasamos por una plaza cubierta de césped donde descansamos un poco y continuamos andando hacia la Résidenz. Nos la encontramos en Max Joseph Platz, plaza presidida por una escultura del mismo frente al edificio del Teatro Nacional. Múnich tiene fama de tener muy buen calendario de teatro, ópera y danza. En temporada la gente hace cola para conseguir entradas en la calle de al lado, la elegantona Maximilianstasse. Tenemos claras unas cuantas cosas que queremos visitar, por lo que habíamos decidido comprar la "14 days-ticket", una tarjeta válida para una persona (24 euros) o para hasta 5, que por sólo 40 euros da acceso a varias personas con la misma a más de 40 monumentos por todo el land de Baviera durante esos 14 días que dice su nombre. En cuanto seáis dos y vayáis a visitar un par de sitios compensa. La tarjeta se puede comprar en la oficina de la entidad de mantenimiento de los monumentos, en el Münzhof (antigua Casa de la Moneda, cerca de Marienplatz) o en la mayoría de los sitios que incluye. Aprovechamos ya que estamos allí y entramos a comprarla, aunque decidimos dejar entrar a hacer la visita hasta la tarde, que todavía hay que comer.

Damos una vueltecilla por la zona de Odeons Platz, lugar donde estaba la puerta de la muralla que faltaría para llegar a las cuatro. Para llegar hasta ella venimos bordeando la fachada del palacio de la Résidenz. En ella hay cuatro leones de bronce que tienen el hocico dorado. Eso es porque según la tradición hay que tocar uno para volver a la ciudad, dos para pedir un deseo y tres para tener buena suerte. Pero no hay que tocar los cuatro o nada valdrá. El caso es que está claro que la gente lo hace. Y así llegamos a la Feldherrnhalle. *** Imagen borrada de Tinypic *** Es una galería inspirada en la Loggia dei Lanzi de Florencia que se construyó en honor de las victorias del ejército bávaro, por lo que flanqueadas por otros dos leones, en lo alto de la escalera están las estatuas de algún militar, uno de ellos expulsó a los suecos tras la Guerra de los 30 Años y otro fue enemigo de Napoleón. Aquí fue donde el domingo 9 de Noviembre de 1923 tuvo lugar el famoso "Putsch". Hitler y un grupo de acólitos salieron de una cervecería cercana donde se habían reunido y vinieron aquí, donde habían planeado dar un de golpe de estado en el intento de acabar con la república de Weimar. El intento fracasó pero los enfrentamientos se saldaron con 4 policías y 16 nazis muertos. Hitler fue condenado a 5 años de cárcel, no llegó a cumplir ni uno, pero aprovechó para soltar algo de el odio que tenía dentro escribiendo el libro "Mein Kampf", "Mi lucha". Salió por buen comportamiento. Más tarde, desde el 33 al 45, este lugar estaba custodiado por soldados de las SS y era obligatorio hacer el saludo nazi al pasar en honor a los que se llamó "primeros mártires del movimiento".
Al lado se levanta la Theatinerkirche, de llamativo color mostaza y con dos grandes torres en la portada. De estilo barroco y cubierta de andamios por fuera cuando la visitamos. Se construyó por el nacimiento del príncipe Maximiliano II, de la familia de Wittelsbach, casa regente en Baviera desde 1180 a 1918. Allí descansa junto con otros miembros de la familia.
Y desde aquí, pasando por las galerías "Funf Höfe", que están muy cerca, vamos callejeando hasta salir a la calle principal de el primer día. En ella habíamos visto la fachada blanca de una iglesia a la que no habíamos entrado, Michaelskirche. Así que allá que vamos. *** Imagen borrada de Tinypic *** El interior es bastante bonito. Junto al altar mayor, a la derecha, hay una escalera que baja a la cripta en la que en sarcófagos de hierro descansan varios miembros de los Wittelsbach (hay que pagar 2 euros al bajar). Pero de entre todos ellos destaca la de Ludwig II, conocido como el Rey Loco, que murió en extrañas circunstancias a la edad de 40 años. Tendríamos ocasión de ir conociendo su historia a lo largo de nuestro viaje.

Va siendo hora de comer y como al día siguiente teníamos pensado ir a la zona de los museos decidimos que es buena idea hacer una visita a una de las instituciones de Múnich: la cervecería Hofbrähaus La que se fundó como proveedora oficial de la familia regente, al ladito de donde tenían la primera residencia. *** Imagen borrada de Tinypic *** Es impresionante, un edificio entero, lleno de salones, con un patio en medio y siempre a rebosar. Como es habitual allí tienen una zona de mesas reservadas para los clientes habituales. Sobre ellas cuelga un cartel con cadenas en el que se lee "schtamiss" o algo así. Tienen sus propias jarras que se guardan en una estantería bajo llave. Aquí sólo la zona reservada tiene 210 plazas, para que os hagáis una idea del tamaño. Decidimos pedir entre otras cosas una variedad de salchicha típica que no habíamos probado aún, la "wiesburst" o algo parecido. Son salchichas blancas, por decir algo porque el color es más bien gris. Por lo visto es porque son de carne de ternera y se elaboran sin sal ni ningún aditivo. Tampoco llevaban conservante, por lo que tradicionalmente se tenían que comer antes de que tocaran las campanadas del ángelus, o sea, más bien para desayunar. Dicen que tenían que ser blancas como las rodillas de una moza y turgentes como sus pechos. El caso es que están buenas, se toman hervidas, con mostaza, dulce, acompañadas de bretzel y una buena cerveza. Con reservas nuevas y tras alucinar con la banda que toca música bávara y los sombreros de plumas y los mostachazos de los clientes más tradicionales, salimos de allí rumbo a la Résidenz.
LA RÉSIDEZ.-
Con nuestra tarjeta nos dan las tres entradas independientes para visitar el Palacio, el museo del Tesoro y el teatro Cuvilliés, todo en el mismo y enorme complejo. Recogemos nuestra audioguía gratuita (y larguísima) y empezamos la visita. Aquí residió la familia Wittelsbach desde 1385 hasta 1918, cuando se proclamó la república.
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Imponenente la sala llamada Antiquarium, comedor de gala gigantesco con techos abovedados llenos de frescos llamado así por albergar la colección de antigüedades, bustos de emperadores romanos en su mayoría. Luego fue convertida en salón de baile. *** Imagen borrada de Tinypic *** El salón de retratos, presidido por el fundador de la saga, Otto I y por Carlomagno, de quien estaban emperrados en que descendían. A media visita hay indicaciones para elegir entre recorrido largo y corto. Se recomienda el largo pero ya depende del fondo que tenga cada uno, porque hace honor a su nombre.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Al salir se pasa por el mostrador de audioguías donde te la preparan para la visita al Tesoro, lleno de joyas, relicarios, coronas, estuches de cosméticos cubiertos de piedras peciosas... Se empiezan a ver algunas audioguías abandonadas, sólo la explicación de cada sala dura media hora, más la de cada pieza destacada aparte! Salimos y preguntamos por el teatro. Nos dicen que salgamos de frente atravesando el patio, giremos ya en la calle a la derecha y volvamos a entrar a la derecha a otro patio. Así lo hacemos y vemos el teatro del arquitecto francés Cuvilliés, de estilo rococó y color rojo, pequeñito pero bonito. Y con éso, y reventados salimos de la Résidenz.

Aún con los primeros intentos de amotinamiento de mi chico, consigo dar una vuelta por el Hofgarten, jardines al norte del palacio, donde tomamos algo en una terraza, nos clavan por unos refrescos calentorros, vemos un templete en el centro donde la gente escucha a un músico callejero tocando un pedazo de piano de cola.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de este día bastante aprovechado ponemos rumbo a la zona del hotel para cenar algo y a descansar .

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