Escapada a Florencia ✏️ Blogs de ItaliaInolvidable fin de semana en Florencia y visita a PisaAutor: Mislateta Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (12 Votos) Etapas 1 a 3, total 4
SALIDA DE VALENCIA.- Jueves día 7 de julio
No es precisamente una foto del primer día, pero no puedo dejar de ponerla ya.
No teníamos pensado salir de viaje este año y sin embargo viendo un día las ofertas de Ryanair nos decidimos a ir a Florencia. Por un precio final de 92 euros viajamos mi mujer y yo a Pisa (reservé este vuelo dos meses y medio antes del viaje). Salimos de Valencia con diez minutosde retraso, a las 17,35, y llegamos al aeropuerto Galileo Galilei con diez minutos de adelanto. El tren directo hasta Florencia ya había salido, pero tuvimos suerte que el autobús de Terravision, que también tenía que haber salido, estaba esperando; nada más salir al hall de llegadas, a la derecha está el stand de esa empresa y una vez le pregunté al chico que lo atendía me confirmó que el autobús esperaría unos diez minutos. Así que compré dos billetes (20 euros en total) y nos marchamos hacia Florencia donde llegamos a las nueve menos cuarto a la Stazione Sta Mª Novella. Teníamos el hotel muy cerca de allí, “Hotel Angelica” en la Via Fiume 11; lo reservé a través de Booking por un precio final de 240 euros, habitación doble, desayuno incluido y tres noches. Se trata de un hotel que ocupa la tercera planta de un edificio donde hay dos hoteles más (una costumbre muy habitual); está reformado desde hace poco tiempo, la habitación tiene los servicios básicos incluyendo aire acondicionado, se distingue por una atención muy cordial y atenta, así como por un buen desayuno (fiambres, bollería, pan, cereales, nutella, queso, yogures, zumo, café…). Por cierto, desde el día 1 de julio hay una nueva tasa en vigor: teníamos que pagar dos euros por persona y noche que estuvieramos en el hotel, así que al final fueron 12 euros. Nada más instalarnos en el hotel salimos a cenar, y llevábamos una lista de sitios posibles; optamos por la “Trattoria Nerone” (Via Faenza 95) en la calle paralela a la del hotel, donde cenamos crostini, dos pizzas y agua grande por 26,20 euros (aquí cobraron el coperto a 1,50 cada uno). El sitio tiene su encanto y la atención, como todos los sitios donde estuvimos, fue buena así como, lo principal, la comida. Al salir nos lanzamos a callejear y nos tomamos el helado de rigor, el vasito pequeño a 1,60 euros, en la Antica Gelateria Florentina (via Faenza, casi al final de la calle, antes de llegar a las Capillas Mediceas); pasamos por San Lorenzo, la piazza del Duomo, donde sorprende la majestuosidad y el tamaño del Duomo; fuimos por la piazza de la Repubblica, hasta el Mercato Nuovo o del Porcellino, y llegamos finalmente a la Piazza della Signoria: qué plaza, qué maravilla… el Palazzo Vecchio, la Logia dei Lanzi, las diversas esculturas, entre ellas el David, que pese a ser una copia, como impone y como destaca en la plaza. Por esa noche ya teníamos bastante, así que volvimos al hotel, ya que al día siguiente teníamos que madrugar para aprovechar bien el día. Pese a la pobre calidad de las fotos dejo un par de ellas, hechas en la Piazza de la Signoria: la copia del David y el Palazzo Vecchio. El original lo visitamos el día siguiente, y la visita al Palazzo, con guía incluido, la haríamos el sábado. Etapas 1 a 3, total 4
SEGUNDO DÍA.- Viernes día 8 de julio
Como todos los días que estuvimos de viaje, madrugamos y a las 7 de la mañana estábamos arriba (además hay que decir que a las 5,15 más o menos amanecía por lo que cuando sonó el despertador ya estábamos despiertos). Tras la ducha de rigor, desayunamos en el hotel, y como he dicho anteriormente, se trata de un buen desayuno, suficiente para salir a la calle con las pilas bien cargadas.
Fuimos directamente a la oficina de turismo de Via Cavour, justo al lado del Palazzo Medici Riccardi; abren a las 8,30 y compramos dos Firenze Card (100 euros en total) que nos activaron y ya nos marchamos directos a la ACCADEMIA (via Riccasoli 58-60), nuestra primera parada, para ver el David, uno de los objetivos del viaje a Florencia. Como se ha repetido muchas veces, las distancias en esta ciudad son cortas, y en cinco minutos ya estábamos a las puertas, donde hay dos filas: la más larga para la gente sin entrada y la otra fila para reservas y Firenze Card; en ésta última no había nadie, por lo que entramos de forma directa y un vez pasado el control de seguridad, y tras validar la Firenze Card (algo que hay que hacer en todas las visitas y te entregan un ticket, que viene a ser la entrada propiamente), ya empezamos la visita. Nada más entrar a la derecha está la sala de los instrumentos musicales, y sólo por ver algunos Stradivarius ya vale la pena la visita. A continuación vimos la serie de esclavos o prisioneros realizados por Miguel Angel para el proyecto de la tumba del papa Julio II, donde la obra más destacada sigue siendo el Moisés, en la iglesia de S. Pietro in Vincoli en Roma. Además hay otra Piedad atribuida al genial artista, la conocida como Palestrina. Y al final de esa galería de los esclavos, allí imponente y colosal, dominando el espacio, se halla el David: qué fuerza desprenden sus ojos, qué tratamiento de la anatomía, qué momento disfrutamos contemplando aquella obra maestra. Aún quedaban más salas, como las dedicadas a Giotto, el Duecento e Trecento o el Ottocento con muchas copias de esculturas. La siguiente parada sería en el MUSEO DE SAN MARCO (Piazza San Marco 3) nada más salir de la Academia, a mano derecha está la plaza y allí mismo la entrada; de nuevo, como en todos los sitios, el mismo trámite para entrar aunque aquí no hay control de seguridad como en los principales museos. Un consejo, ya que se está todo el día por la calle una buena opción es visitar los baños de los museos o palacios que visitamos (suelen estar en buenas condiciones). Nos gustó mucho, así como nos sorprendió por la ubicación de la “Anunciación” de Fra Angélico, pudimos ver las celdas donde se alojaban los monjes, todas ellas con pinturas del propio artista o discípulos suyos. Un simple paseo por el claustro o quedarse sentado allí, se agradece para desconectar del ruido y las prisas de hoy en día. Al salir a mano izquierda está la Via Cavour que volvimos a recorrer hasta el PALAZZO MEDICI RICCARDI(Via Cavour 3) el palacio donde vivían los Medici, junto a la iglesia de San Lorenzo, su iglesia. Se trata de un palacio cuyo patio es muy conocido y claro ejemplo de patio renacentista en todas las historias del arte; pero lo más destacado es la conocida “Capilla de los Reyes Magos” obra de Benozzo Gozzoli, discípulo de Fra Angélico. Se trata de una pequeña capilla donde el pintor cubrió todas la paredes con frescos que representan un cortejo, el de los Reyes Magos, que convergen en el altar donde hay una Adoración del niño, original de Filippo Lippi, aunque la obra que podemos contemplar es una copia de su taller, ya que el original está en Berlín; a lo largo de todo el cortejo Gozzoli retrató a toda una serie de personajes de la época, incluyéndose el propio autor. En el patio del palacio, a la derecha, se encuentra el “Laboratorio de Lorenzo” en el que por medio de modernas tecnologías podemos saber los nombres de cada uno de los retratados en dicha capilla. [align=center] Aprovechamos al salir que estábamos al lado del MERCATO DE SAN LORENZO y nos dimos una vuelta por allí; un paraíso para todo aquel a quien le guste ir al “mercadito”. Y muy cerca está el MERCATO CENTRALE al que también nos acercamos y donde vimos puestos muy bien arreglados, tradicionales y también modernos, así como la famosa “Trattoria da Nerbone” que en ese momento, aunque no estaba llena, sí que tenía muchos clientes. Este mercado nos recordó mucho al Mercado Central de Valencia, aunque más pequeño. De allí fuimos a las CAPILLAS MEDICEAS (Piazza Madonna degli Aldobrandini, 6). Para entrar directamente se pasa el control de seguridad, aunque haya fila delante de la venta de entradas, y una vez pasado el control nos validaron la Firenze Card y entramos. Nada más subir la escalera nos topamos con la grandiosa Capilla de los Príncipes, en ese momento tapada en parte por un enorme andamiaje y al salir de allí, y después de un pasillo se llega a la Sacristía Nueva, con los conocidos mausoleos de Lorenzo y Giuliano de Medicis sobrino y hermano del papa León X, quien encargó esta obra a Miguel Angel, para albergar las tumbas de los últimos Médicis. Cuando acabamos nos dirigimos hacia la piazza del Duomo, donde ya habíamos estado la noche anterior y ahora a la luz del día todavía nos impactó más su grandiosidad. Había bastante cola para entrar al Duomo, así que dejamos la visita para otro momento y rodeando el edificio fuimos por la via Proconsolo hasta el MUSEO BARGELLO, (Via del Proconsolo, 4) el museo de escultura cuya visita merece la pena, tanto por la colección que alberga como por el edificio donde se encuentra. En el patio había una exposición del escultor Ammannati y en el primer piso se encuentran las “joyas” del museo: el Baco de Miguel Angel, el tabernáculo de San Jorge, obra de Donatello, que en origen estaba en la iglesia de Orsanmichele; el David, en bronce, del mismo autor, o los paneles del Sacrificio de Isaac para el concurso de las segundas puertas del Baptisterio. Estos paneles que ganaron el concurso ex aequo fueron realizados por Brunelleschi y Ghiberti, y finalmente sería éste último quien realizaría el encargo, las conocidas como Puertas del Paraíso, tal como las llamó Miguel Angel. Ya iba siendo hora de comer, el estómago empezaba a rugir y como estábamos al lado, entramos en la “Trattoria Gusto Leo”, (Via del Proconsolo, 8), otra de las que llevábamos en la lista y donde comimos una ensalada, pappardelle ai funghi, tagliatelle, agua grande, una cerveza pequeña y café por 28,40 euros; aquí no cobran cubierto, ni el pan ni ningún extra. Se trata de un sitio muy recomendado en el foro, lleno de turistas, pero lo importante es que comimos bien y a un buen precio. No nos hubiera importado volver otro día, pero somos de la opinión de probar sitios nuevos cada vez. Al salir volvimos a acercarnos a la PIAZZA DEL DUOMO y después de estar unos diez minutos haciendo cola entramos en el Duomo. Destaca esta catedral sobre todo por el tamaño, una de las más grandes del mundo, y por su cúpula, debido al ingenio de Brunelleschi y obra capital del Renacimiento. Nos gustó la sobriedad de este templo y su silencio, sobre todo si lo comparamos con San Pedro del Vaticano. La siguiente parada fue en la GALLERIA DEGLI UFFIZI y aquí fue el único sitio, donde a pesar de llevar la Firenze Card nos tocó hacer cola; existen tres accesos y el nuestro era el nº 2, para reservas y portadores de la Firenze, y en el momento que llegamos había que esperar. Total fueron unos quince minutos así que tampoco nos importó, ya íbamos sobre aviso que esto podía pasar en algún sitio, y menos mal que la fila se hace en la zona porticada, a la sombra, porque ese día estaba sufriendo casi toda Italia la ola de calor. Después de pasar el control de seguridad validamos la Firenze y empezamos el recorrido; no pensábamos recorrerlo entero, sino que la idea era disfrutar de las obras principales y no pegarnos el empacho de cuadros. Me refiero a las famosas obras de Botticelli como La Primavera o El nacimiento de Venus, El tondo Doni de Miguel Angel, La Anunciación de Leonardo, La Venus de Urbino de Tiziano o La Madonna del jilguero de Rafael, las cuales vimos tranquilamente y, para sorpresa nuestra, sin agobios de gente. Como habíamos leído en el foro, como otras muchas cosas, subimos a la terraza a disfrutar del panorama y donde casi podíamos tocar con la mano el Palazzo Vecchio. Fotos realizadas desde la terraza de la Galleria
Foto del Ponte Vecchio hecha desde uno de los corredores de la Galleria
Todavía teníamos tarde por delante y aunque el cansancio y la calor empezaba a hacer mella en nosotros, nos fuimos a ver la FARMACIA DE STA. Mª. NOVELLA (Via della Scala 16). Tras una pequeña fachada se esconde una maravilla, y nada más entrar ya nos embriagamos de los olores que flotaban en el ambiente. Lugar digno de visita aunque con unos precios intocables, y un sitio para encontrar desde perfumes hasta productos para los gatos y perros. Por ese día ya teníamos bastante y nos marchamos al hotel. Nos hacía falta un descanso y una ducha reparadora; como cerca del hotel hay un supermercado, entramos a por unas bebidas para refrescarnos por dentro. Pero aún quedaba tiempo para aprovechar, así que utilizamos la Firenze para coger un autobús, el nº 13, y fuimos al PIAZZALE MICHELANGELO imprescindible para disfrutar de las vistas de la ciudad. Allí encontramos otra copia del David y las esculturas de las tumbas Médicis, y nos quedamos un rato contemplando el paisaje y haciendo unas cuantas fotos; además aprovechamos para comprar unas camisetas de recuerdo por sólo 5 euros cada una. Qué vistas tan hermosas desde el Piazzale, lástima no llevar una buena cámara
Volvimos a coger la misma línea de autobús hasta la piazza de la Stazione y desde ahí nos fuimos a cenar. Esta vez el lugar elegido fue “Trattoria da Garibardi” (Piazza del Mercato Centrale 38), ensalada, pizza, pechuga de pollo, cerveza pequeña, refresco y pagamos 32,30 euros; aquí sí que cobran el coperto a 1,70€, y aprovechamos para cenar en la terraza. Y después de cenar ya nos retiramos hacia el hotel, se había hecho bastante tarde y al día siguiente tocaba volver a madrugar. Eso sí, por el camino caería otro helado. [/i] Etapas 1 a 3, total 4
TERCER DÍA.- Sábado día 9 de julio
Volvimos a madrugar el sábado, aunque ese día llevaríamos una marcha más tranquila que el día anterior. Tras los trámites de rigor ya estábamos de nuevo en la calle y lo primero que hicimos fue pasarnos por la estación de trenes para comprar los billetes del día siguiente a Pisa. Directamente fuimos a las máquinas expendedoras y el menú se puede elegir en español; se trata de una operación muy simple y rápida, y al ser dos personas, sólo nos dio un billete donde indicaba dos viajeros, que nos costó 10.60 euros en total. Al tratarse de un tren de cercanías no hay asiento reservado ni tampoco día ni hora para hacer el viaje; tiene una validez de dos meses y como se ha repetido por aquí muchas veces, es importante validar el billete en las máquinas amarillas (en todas las cabeceras de cada andén existen) antes de subir al tren.
Al salir de la estación fuimos a la iglesia de STA. Mª NOVELLA que está justo enfrente. El precio de cada entrada es de 3.50 euros ya que aquí no sirve la Firenze Card, aunque sin embargo sí que es válida para el museo de la iglesia. Es ésta una iglesia muy grande, perteneciente a los dominicos, famosa por la fachada del arquitecto Leon Battista Alberti y con una vista espectacular al encontrarse en una gran plaza. Del interior me llamó la atención el fresco de Masaccio, “La Trinidad”, mural donde se utilizó por primera vez la técnica de la perspectiva; parece que el fondo realmente se meta hacia dentro de la pared. Volvimos a aprovechar el transporte gratuito que incluye la Firenze y en la plaza de la estación tomamos la línea D para ir al PALAZZO PITTI; el autobús nos dejó justo delante del inmenso palacio que destaca sobre todo por esto, por su tamaño descomunal. Hay que volver a pasar el control de seguridad y de ahí nos acercamos, a la izquierda, a la librería donde nos validaron la Firenze y nos dieron dos entradas a cada uno que valían para visitar todas las dependencias y museos. Se trata de una visita que puede llevar todo un día completo ya que es muy grande y son varios los museos allí instalados, como el de la plata, porcelana, trajes o carruajes. En cuanto a los jardines son inmensos, en consonancia con el palacio, y con cuestas agotadoras. Palazzo Pitti y Jardines de Bóboli Nos fuimos dando un paseo y cruzamos el PONTE VECCHIO, tradicional parada para unas fotos, de las que dejo un par a continuación. Nos quedaba un poco de tiempo para la siguiente parada, pues teníamos reservada una visita con guía en el PALAZZO VECCHIO; sin lugar a dudas, esto fue de lo mejor del viaje. Tras ver muchas páginas en internet llegué a http://www.palazzovecchio-museoragazzi.it/ y después de ver los distintos recorridos que ofrecen (a la izquierda dice Scopri Palazzo Vecchio) elegí “Visita ai Quartieri monumentali con camminamento di ronda”; les mandé un correo a la dirección info.museoragazzi@comune.fi.it indicando los datos que piden como actividad solicitada, día, hora, nº de personas, etc. Ellos me confirmaron que había una visita en español a las 12.30 y también me dijeron que teníamos que pagar 2 euros, cada uno, puesto que llevábamos la Firenze (es decir, esta actividad tiene un precio de 8 euros pero como al llevar la Firenze te incluye el acceso al Palazzo que son 6 euros, nos tocaba pagar esa diferencia de 2 euros. Espero haberme explicado); además cuando acabáramos la visita, podíamos volver a visitar el Palazzo en cualquier momento de ese día. Llegamos un poco antes de la hora reservada, y en el puesto de las entradas nos confirmaron la reserva y pagamos. A la hora indicada vino la guía a recoger al grupo, que seríamos unos diez, y nos llevó por un recorrido muy interesante y que sólo se puede ver si es de esta manera, hasta que llegamos a la terraza (il camminamento di ronda) donde se hacía la guardia. Aún vimos algunas salas del Palazzo, como la inmensa Sala de los Quinientos o la de los mapas. Patio del Palazzo Vecchio Vistas desde el camminamento di ronda Iba siendo hora de ir a comer, así que nos pasamos por la Osteria De'Peccatori (Piazza San Firenze 14) que vimos el día anterior, pues está al lado del Bargello. Pedimos una ensalada, antipasti toscani, spaghetti allo scoglio (con mejillones y almejas, buenísimos) , 2 cervezas y 2 cafés . En total fueron 35,30 euros y aquí curiosamente sí que cobraron el pan (1,50 euros). Otro sitio turístico, del estilo de Gusto Leo, con un servicio rápido y la comida rica, rica. Nuestro siguiente destino era SANTA CROCE aunque nada más salir del restaurante, en la misma plaza San Firenze, hay un pequeño mercadito y allí cayó un capricho. Continuamos por una calle que desemboca justo en la plaza de la Santa Croce, otra iglesia con fachada de mármol, como Sta Mª Novella o el propio Duomo. Aquí también hay que pagar, ya que la Firenze no sirve para los edificios de la Iglesia; se accede por la parte izquierda, donde está la taquilla y compramos dos entradas, a 5 euros cada una. Nos llamó la atención, antes de la entrada hay una máquina expendedora de ponchos de papel, a 50 céntimos, para cubrirse en caso de ir con los hombros al aire o pantalones o faldas muy cortos. Esta iglesia de los franciscanos destaca por su tamaño y por ser el panteón de las glorias italianas como Miguel Angel, Galileo, Rossini o Macchiavelo. Viendo el altar de frente a la derecha hay un acceso a la tienda de recuerdos de la iglesia y una serie de fotografías de la riada de 1966 que muestran los desastres de la crecida del Arno; también allí se encuentra la Escuela de Artesanos de la Piel donde se pueden comprar muchos artículos como los que vimos en los mercados de Florencia. Para salir de esta iglesia se puede acceder al claustro y a la izquierda está la Capilla Pazzi, otra obra referente en los libros de Hª del Arte. Sta Croce Púlpito de Sta Croce El acceso a este púlpito se hace por dentro del propio pilar, lo que muestra una vez más el ingenio de los constructores de la época, sobre todo si pensamos en los medios técnicos que contaban. Capilla Pazzi Ponte Vecchio Nuestras visitas ya habían acabado y ahora nos tocaba perdernos un buen rato por el MERCADO DE SAN LORENZO donde habíamos echado el ojo a varias cosas. Hicimos las compras habituales de recuerdos para familia y amigos, y nosotros también nos dimos un par de caprichos. Aquí es donde las o los fans de los artículos de piel se pueden volver loc@s porque hay muchos puestos de bolsos, cinturones, carteras etc., y a cual de todos más bonito, eso sí, hay que llevar la cartera bien llena. Nos marchamos al hotel a descansar un rato antes de salir a cenar. Aprovecho para dejar un par de fotografías de la habitación. Al salir paseamos un poco por la ciudad, fuimos por la via Tornabuoni para ver las tiendas de diseñadores muy conocidos y llegamos al Ponte de Sta Trinità desde donde aprovechamos para hacernos las últimas fotos en Florencia con el Ponte Vecchio de fondo. Cenamos en la Trattoria Da Guido (via Faenza 34), y tomamos ensalada de pulpo y patata, gnocchi al pesto, bruschetta, agua grande, cerveza y café por 27,50 euros. Tienen la típica terraza en la calle (muy del estilo italiano), pero estaba llena, así que nos tocó cenar dentro. No destaca por nada en particular este sitio, pero lo importante como en todos los lugares donde comimos y cenamos, es que salimos satisfechos. Teníamos que preparar las maletas pues al día siguiente queríamos parar en Pisa antes de ir al aeropuerto, por lo que después de la cena nos marchamos al hotel. Entre la paliza que llevábamos encima y la ola de calor que se había instalado en Italia, nuestros cuerpos nos pedían un merecido descanso. Etapas 1 a 3, total 4
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