Un fin de semana en Roma ✏️ Blogs de Italia

En toda mi vida y con la facilidad que tengo para coger un avión, nunca había ido a Italia. Así que el mejor regalo de mi 30 cumpleaños fue un fin de semana en Roma .

Salimos de Frankfurt (donde vivimos actualmente) el jueves a las 18:45 con Alitalia y llegamos a Roma (Fiumicino) sobre las 20:40 sin ningún problema de equipajes ni retrasos ni nada. Para llegar hasta el centro decidimos coger el tren. Anduvimos como 10 minutos por dentro del aeropuerto hasta la estación de tren, camino que está bastante vacío y lleno de pasillos mecánicos. Que, por cierto, muy bien colocados, ya que el camino es bastante largo, pero... ¡no funcionaban! En fin, llegamos a la estación, compramos los billetes hasta el centro (8€ por persona) y nos subimos al tren FR1, que no tardó mucho en arrancar. Nuestra parada de metro era Castro Pretorio, pero teníamos que cambiar en la estación de Ostiense para coger el Metro B. Llegamos a nuestra parada sobre las 22:30 y andamos hasta el hotel.

El hotel era Best Western Artdecó, como era regalo de cumpleaños, mi novio escogió un 4 estrellas. El hotel estaba bastante bien, pero quizá esperaba más de un hotel con tantas estrellas. Lo mejor que tenía era una bañera con hidromasaje, que por cierto el segundo día fuimos a utilizarla y ¡no funcionaba!, así que nos cambiaron de habitación. Y la verdad es que genial, porque después de todas las horas de caminatas, acabas muerto y terminar el día con un baño de burbujas es perfecto.

Lo malo del hotel era la zona, estaba muy cerca de la estación (10 minutos andando) y nos pareció que las calles estaban sucias, estropeadas y no nos gustó el ambiente que había. A pesar de eso, el recepcionista nos recomendó un restaurante para cenar que estaba muy cerca y nos encantó. Quizá era porque llegabamos cansados, muertos de hambre y ya era muy tarde y pensábamos que todo iba a estar cerrado y acabaríamos comiendo un kebab. Mi novio se pidió una pizza que estaba buenísima, era diferente que todas las que he comido (y eso que yo no soy mucho de pizzas), tenía un sabor muy especial. Yo me pedí un plato de salmón al grill, que me supo a gloria. Pasó algo de lo que no me dí cuenta hasta que fuimos a otros restaurantes y que parece ser típico aquí. Resulta que en las cartas de los restaurantes tienes la sección de pizzas y pastas, la de carnes y pescados. Hasta ahí normal, todo con precios entre 7 y 12 euros. Además, hay una sección de guarniciones (contorno) todos por un precio de unos 7 u 8 euros. Claro, yo me pedí mi salmón al grill pensando que vendría con una ensalada o unas papas; pero no, vino el salmón solito, en medio del plato. Luego comprendí que si querías acompañamiento lo tienes que pedir a parte y así se hace un plato completo por unos 16€. De todos modos, a mí no me pareció nada mal, porque con el salmón me bastó. Salimos del restaurante y directos a la cama, que al día siguiente nos esperaba un día largo.

Viernes

A las 9 estábamos desayunando en el hotel. Bastante completo, lo único que me faltó fue el zumo de naranja natural, pero eso ya no pasa en ningún hotel (solo me ha pasado en uno). Al terminar nos dirigimos a la estación Termini y fuimos al kiosko de prensa a comprar la tarjeta Roma Pass. Para los que no lo sepáis (que seréis pocos), esta tarjeta ahora mismo cuesta 30€ y tiene varias ventajas:

- Los dos primeros monumentos/museos que visites son gratis (la entrada al Coliseo son ya 16€) y además, te saltas la interminable fila que hay (¡esto es lo mejor!)
- En el resto de monumentos/museos tienes descuento en la entrada.
- Uso ilimitado del transporte romano durante 3 días. Tranvías, metro, autobús, etc.

Si planificas con tiempo (cosa que nosotros no hicimos), la puedes comprar [url=http://www.romapass.it ]aquí[/url] y así no tienes que buscar dónde la venden por toda Roma, pero vamos, que en el kiosko de prensa de Termini se vende sin ningún problema.

Cogimos el metro y nos paramos en Colosseo. Al salir de la estación allí estaba el Coliseo, enorme.... tal y como lo había visto mil veces en fotos y vídeos, pero lo estaba viendo yo misma, en directo!!! Lo primero que hice, después de las fotos de rigor, fue acercarme para tocarlo. Dimos una vuelta por fuera maravillados y sacando miles de fotos. También vimos la tremenda fila que había para comprar la entrada y temimos que no funcionase la Roma Pass o que toda esa gente tuviese la misma tarjeta que nosotros... ¡pero no! Había un cartel que ponía "Roma Pass" justo al lado del principio de la enorme fila . ¡Ya estábamos dentro! Vimos que había otra fila dentro, en esta ocasión para comprar una audioguía, pero afortunadamente, mi novio había hecho los deberes y se sabía la historia del Coliseo, y me fue contando mientras paseábamos por dentro. Había mucha gente, pero te podías ir haciendo hueco en diferentes sitios para sacar fotos con fondos diferentes. Se veían los túneles subterráneos donde esperaban gladiadores y fieras para salir a la lucha. Nos estuvimos imaginando los espectáculos que se vivieron allí, es que hasta lo llenaban de agua y hacían batallas navales. Impresionante. Veíamos gente en la parte de arriba, donde antiguamente era el lugar destinado a las mujeres pobres, y queríamos subir. Estuvimos bastante tiempo buscando las escaleras y al final las encontramos: estaban justo en la entrada, al lado de donde se compran las audioguías.

Al salir estuvimos dando otro paseo por fuera haciendo más y más fotos, aprovechando la combinación del Colosseo y el Arco di Constantino. Había muchos hombres disfrazados de gladiadores (creo) romanos insistiendo en que te sacaras una foto con ellos. No hicimos ninguna.

Después recorrimos el Foro Romano. Es un parque muy grande con ruinas, restos de los templos que había antiguamente. Esta vez no hicimos los deberes y no sabíamos mucho sobre el foro a parte de que ahí se tomaron grandes decisiones, así que quizá por eso no me gustó demasiado y no ví más allá de un parque muy bonito lleno de naranjos. Salimos por la parte norte del foro y nos acercamos a ver la Columna de Trajano, que tenía grabadas en relieve y en espiral las victorias del emperador Trajano.

Justo al lado estaba la Piazza Venezia, donde se levanta el monumento a Vittorio Emanuele II. Es precioso. Tiene unas escaleras enormes donde ¡no te puedes sentar!, ni siquiera para una foto. En cuanto una parte de tu cuperpo que no sean los pies toque las escaleras, el de seguridad empieza a tocar el pito y a gritarte... ¡una vergüenza terrible! Cuando ves que el hombre tiene que estar cada dos minutos haciendo eso porque TODO EL MUNDO tiende a sentarse en las escaleras para sacarse la foto, te das cuenta de que es normal. Arriba de las escaleras se encuentra la tumba del soldado desconocido y a cada lado hay una llama y un soldado custodiando la tumba.

Seguimos andando por la derecha del monumento y nos encontramos otras escaleras muy largas y afortunadamente, en estas si que te podías sentar, así que descansamos un ratito porque ya se notaba el cansancio. Esas escaleras daban a la Piazza del Campidoglio, donde están los museos capitolinos. Nosotros no somo mucho de museos y como no habíamos planeado entrar en ninguno de los que con la Roma Pass se entra gratis, pues decidimos gastar nuestra segunda entrada gratuita en estos. Lo recorrimos bastante rápido pues teníamos ya mucha hambre, fuimos directos a ver la escultura de Rómulo y Remo con la loba. Me encantó la estatua, pero no me gustó la sala donde estaba colocada, era como demasiado moderna y fría para una escultura tan emblemática como esta. Además tuvimos la oporunidad de ver los misterios del vaticano que justo acababan de publicar (Lux Arcana) y estaban allí expuestos.

Al salir el hambre apretaba. No queríamos ir a un sitio cualquiera, pero al buscar algún restaurante en condiciones durante 10 minutos por los alrededores (seguro que hay millones) nos metimos en exactamente eso: un sitio cualquiera. Cuando lo vimos, nos pareció super cuco. Una terracita en un callejón que se entraba por la Via del Corso. No tenían mucha variedad de nada, y no era realmente un restaurante, parecía más una cafetería. Nos quisimos ir de allí cuando ya era tarde y no pudimos (nos daba vergüenza), así que pedimos solo una pizza para los dos, no queríamos llenar nuestros estómagos con esa pizza mal hecha. No nos gustó nada, las congeladas del súper están más buenas y son más naturales.

Después seguimos nuestra ruta hacia la Piazza della Rotonda donde se encuentra il Pantheon. Entramos (gratis) y nos encantó. Nos hicimos fotos desde todos los ángulos, ¡hasta poniendo la cámara en el suelo (se lo vimos a un grupo de chicas)! Es muy curioso porque en el centro de la cúpula hay un agujero y cuando llueve ¡se moja! Tiene unos agujeritos en el suelo a modo de desagüe, pero me pareció increíble que eso se pueda llenar de agua.

De ahí nos fuimos hacia la Piazza Navona. Preciosa. Estuvimos viendo unas actuaciones callejeras y descansando un rato en un banco, simplemente viendo a la gente pasar y comiendo un helado. Estábamos rendidos, así que nos fuimos al hotel, para descansar un rato y cambiarnos para ir a cenar.

Cuando ya habíamos repesto fuerzas, fuimos a Termini para ver si encontrábamos un autobús que nos llevara hasta el barrio de Trastevere. Es un barrio lleno de restaurantes y fachadas antiguas, me pareció encantador. Entramos en uno de los restaurantes y nos atendieron super bien. La comida tampoco fue espectacular, pero nos pareció más que suficiente, después de la mala experiencia del mediodía. Luego estuvimos dando más vueltas por el barrio tranquilamente y nos volvimos al hotel en autobús, que nos esperaba un baño con hidromasaje para terminar el día relajados.

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