Sicilia soñada ✏️ Blogs de Italia

Domingo 11 setiembre 2011: Salida para Italia, 7hs, llegada a Roma 9,40. Salida de Roma a las 12, llegada a Palermo 13. Hotel Garibaldi.
Del aeropuerto tomamos el bus del aeropuerto que nos dejó en la esquina del hotel, muy bonito, un palacete del 1800 remodelado, muy confortable y bien ubicado. Nos acomodamos descansamos un rato y salimos a averiguar el bus turístico que sale de la misma cuadra del hotel. Lo contratamos y subimos, porque caminar con el calor que hace es imposible. Comenzamos por la línea azul, que va por las afueras y el puerto. No bajamos en ninguna parada, fue un pantallazo.
Palermo me parece muy bizarra, se nota que ha tenido un pasado, muy pasado, de mucho esplendor, pero luego el abandono y el descuido la hacen aparecer como esos teatros barrocos, bellos pero con los terciopelos gastados y la pintura descascarada.
Luego que bajamos, seguimos caminando por el barrio del hotel que es muy bonito, está frente al teatro Politeama, conocida la vista con su Cuadriga en el techo. Hay cantidad de pequeños restaurantes y barcitos. Comimos pizza en cantidad como para no desmentir que el pecado principal de los palermitanos es la gula y la lujuria.
Luego de cenar, continuamos caminando otro poco, el clima está agradable y nos vinimos al hotel,
Lunes 12: A las 9,40h. Salía el bus a Monreale, una ciudad que está a 12 km. De Palermo y se destaca por su catedral monumental, hecha por los normandos. Enoooooooooorme
Así que nos levantamos vestimos y desayunamos volando. Muy bueno el desayuno. Igualmente me preparé una vianda para el mediodía
Llegamos a Monreale . La catedral por adentro es muy bonita con murales de azulejitos (arte bizantino) y el gran Pantocrator.
La vista desde la catedral ya es monumental, Una hora teníamos para estar ya que luego debíamos encontrar el bus, así que seguimos caminando un poquito por las callecitas y apreciando la vista de Palermo.
Nos bajamos en la parada correspondiente al Palacio Real (Palazo Normando) para visitar la Capilla Palatina, verdadero tesoro del arte bizantino. Esta íntegramente tapizado de azulejos diminutos que representan la creación. También tiene su Pantocrator. Es una de las cosas más bellas que ví en mi vida. No hace mucho que fue reabierta luego de una larga restauración.
Salimos de la capilla, que no da ganas, no solo por la belleza, sino porque es pleno mediodía y afuera hace un calor sofocante. También fuimos al 2do piso para ver los salones reales, visita con guía, es una muestra de mucho documento escrito, poquísimo mobiliario.
A la salida tomamos el bus hasta la parada correspondiente a la Catedral, con su plazoleta muy bonita llena de gente. En su interior la ermita de Santa Rosalía, patrona de Palermo. Allí nos sentamos en la plaza, y nos comimos la vianda y gaseosas que compramos.
Seguimos en el bus hasta la parada Quatro Qanti, encuentro de 4 esquinas, ricamente ornamentadas con estatuas, seguimos ya a pie hasta la Plaza Pretoria y que en su inauguración fue muy criticada por las estatuas desnudas, es muy bonita en su conjunto, aunque hay que reconocer que justo al lado del Episcopado… en fin.
Por supuesto faltaba el helado y nos comimos un cono, para luego tomar el bus y llegar al hotel a las 17h.. Muertos!!!!
Nos duchamos y descansamos no solo de las caminatas, subidas y bajadas sino del calor.
Cena en ‘Il Sendero’, muy recomendado, en el barrio del hotel. Gonzalo comió un risotto y yo un plato que constaba de un lecho de rúcula, una rodaja de berenjena saleada y encima un filete de pez spada cubierto de almendras fileteadas con una rodaja de naranja local, que son exquisitas. Y de postre una casata siciliana, para ir probando las exquisiteces locales, que no es cuestión de perderse algo. Hicimos breve caminata para bajar alguna caloría, el clima está precioso. El teatro Politeama iluminado, incluso en el pavimento hay lucecitas embutidas. Bastante gente andando. Última noche en Palermo.

---

Martes 13: Alquilamos un autito que parece de juguete, Fiat Panda, enfrente del hotel,en Palermo y partimos para Letojanni, a 10 minutos de Taormina. Tomamos el camino interno, por serranías, colinas no siempre cultivadas, el panorama cambió mucho
Llegamos a Letojanni (200km mas o menos) sin problemas como a las 14h, con un calor que te cocina. El hotel se llama Famianni, es familiar, sencillo pero no le falta nada y está muy limpio y enfrente al ‘lungomare’ (costanera).
Nos cambiamos y a la playa, por 5 euros alquilamos una sombrilla y dos tumbonas y a descansar… la playa está muy tranquila, es de piedritas pero se puede caminar bien. A eso de las 19hs nos vamos a caminar por el lungomare, que tiene un chiringuito (paradores) al lado de la otra, bastante gente caminando. Y vamos eligiendo un lugar para comer, finalmente paramos en el de nuestra playa, y comimos pescado a la plancha. Otra caminata hasta la placita del lugar donde hay gente sentada, comiendo helados, escuchando música de un conjunto…y de vuelta al hotel. Este lugar es encantador

Miércoles 14: Desayunamos en el 1er. Piso, muy pintoresco, los pasajeros a una mesa y el dueño y la dueña conversándonos sobre su hotel, su orígen y el lugar. A unos 10 metros sale el bus para Taormina, no la recordaba en detalle pero es bella, con tanta historia, sus locales de DG, GUCCI, MAX MARA...JEJE, y bue, de todo sus portales exquisitos, fuimos al Teatro Griego, bajo un sol abrazador. Luego por la calle principal que va llevando hasta la piazza del Duomo con sus músicos y su encanto tan italiano, sus vistas del Etna y del mar, divinos. Todavía no comí i cannoli siciliano, masa típica, que es un cono de masa relleno de ricota mezclada con crema y frutos secos, en fin, para eso debo caminar como 100 km..
Nos sentamos a almorzar en una trattoría, insalata caprichosa y calzone. Por supuesto nos comimos un gelato y a tomar el bus de regreso a Letojanni, porque añorábamos la piaggia, tuvimos que esperar como una hora porque hubo cambio de horario y se nos fue el debíamos tomar.
Vamos a la playa y nos quedamos hasta que se va el sol, y a caminar, mirando menúes, nos decidimos por ‘Ciao Ciao’, mejor ambientada, insalata caprese y grillata de pesce. Luego caminata y sentada en la plaza. Despedida de Letojanni

---

Jueves 15: Madrugamos para llegar a Milazzo, ciudad donde debíamos tomar el ferry para las Islas Eolias, pero entre buscar estacionamiento y demás nos perdimos el que queríamos tomar. Llegamos a Lípari, capital de I.Eolias, al mediodía. La llegada fue un poco desilusionante, no encontrábamos nada más o menos organizado, no daba confianza, al fin un bus de línea con un chofer tan amable y considerado nos paseó por la isla hasta el extremo norte, se ven los yacimientos de piedra pómez, casita blancas, el mar azul, cuando nos bajamos caminamos por la calle principal V.Emanuelle, calor insoportable, sentada para tomar gellato. Y de vuelta caminando hasta el ferry de las 17,40, llegando a Millazzo a las 19, de ahí al estacionamiento Y emprendimos el caminoa a S.Agata di Minnitello. Son como 70km, pero con varios túneles, llegamos casi a las 21hs.
El hotel se llama Agroturismo Da Lucca. Una mansión antigua muy bien conservada. Un perfume a jazmín muy intenso. Bien atendido, el mobiliario de época, con toallas de hilo, una preciosura. Nos fuimos a cenar a una trattoria a 500m que nos recomendó el dueño. Todo muy, muy agradable, Italia de campagna. El menú el mismo de siempre, también con este calor no da para comer pasta. La calidad y sabor de los productos en Sicilia es asombroso, el tomate, el orégano, las olivas, tienen un sabor tan concentrado. El clima muy agradable, están festejando un cumple de una nena de unos 10 años y están con el Karaoke, muy lindo. Lo pasamos re bien, fin de jornada intensa, muy relajados

Viernes 16: Desayunamos en la galería de la hostería con productos caseros.Mi esposo fue a disfrutar la piscina y yo hice un safari fotográfico, oliendo tan hermosos perfumes. El dueño compró la villa hace 10 años, es médico, tendrá unos 80 años, y acá vive un hijo, pero de las plantas se ocupa él.
Partimos hacia las 12h para Cefalú, otros 60km. Hotel Kalura, de una cadena alemana, otro estilo, pero con sus canchas de tenis, paddle, piscina enorme y está justo frente a la Rocca, el atractivo turístico de esta ciudad, a la cual por supuesto no subimos. Más bien luego de acomodarnos en el cuarto con terracita que da al mar más azul que vi en mi vida, no se puede poner en palabras el azul y transparencia del agua de este mar, se ve el fondo!!!, me acomodé en una tumbona desde donde tengo la vista de frente de la Rocca. Transmitirá buena onda?...
A la tardecita nos vamos al centro en un bus que sale de la puerta del hotel, en el centro hay muchísima gente, se está celebrado el festival anual del gellatto!!!. Que fiesta!!!,
Paseamos y buscamos un restaurante para cenar, todos tienen el frente para la calle, pero al fondo una terracita que da al más, una gozada…, comimos arroz con salmón ahumado y alcachofas, exquisito. Mi esposo sorrentino (luneti), rellenos de brócoli y almendras, salsa de tomates cherry, excelente.
Y nos fuimos a participar de la fiesta del gellatto. Compramos un voucher que por 5 euros da derecho a consumir 6 helados entre 4 conitos y 2 bolitas, a lo largo de las calles hay kioskos uno al lado del otro, cada uno vende una especialidad, uno elige y te sacan un boletito del voucher…y así. También hay buzones para votar por el que le ha gustado más. Hay desde los clásicos pero también pistacchio con ricota, limón con albahaca, y muchos más. Mucha algarabía, clima de fiesta.
Caminamos Corso Ruggieri hasta la piazza donde está catedral, muy imponente, color terracota, pero cerrada por refacción. Y de regreso termina en el mar, donde hay negocitos y cafecitos y algún espectáculo musical. Muy bonito.
A la hora de tomar el bus de regreso, justo ayer cambió el horario y tomamos un taxi,

Sábado 17:
Desayuno super abundante, en la terraza del 1r piso que da al mar. Hacemos el checkout y nos podemos quedar en la piscina lo que queramos, al lado hay baños, duchas y vestidor.
Salimos como a las 12h y decidimos no ir a Palermo porque ya estamos muy entusiasmados con las playas, el agua, y además con el calor que hace no está para hacer caminata por ciudad.
Elegimos Mondello, que es la playa de Palermo, a unos 13km. Hotelito limpio pero nada más, pero con la ventaja que está frente al lungomare y playa. Almorzamos algo liviano, elegimos un restaurante ‘Nicola e figli’, porque decía aire acondicionado, solo que estaban apagados. Otra. Cuando pasa algunas de estas cosas, recuerdo los foros sobre Sicilia, que decían que en Sicilia hay que tomársela con calma, e vero.
El hotel es pequeño, la habitación es como una caja de zapatos, azul, con una minimini terracita, minikichinete y super aire acondicionado. Nos quedamos descansando hasta las 17,30 porque afuera está para cocinarse.
Salimos a caminar por la costanera, muy agradable, mucha familia con muchos niños, paseamos hasta el Hotel Charleston, antiguo Hotel de super lujo donde venían príncipes personajones de época. Hoy está bien mantenido pero no funciona como hotel sino que tiene restaurante y playa.
El paseo por la costanera es muy bonito, de un lado el mar, de la otra avenida muy arbolada con grandes residencias.
Cenamos en un parador especializado en paninis que en este viaje no habíamos comido ni uno. Los rellenan de lo que uno quiere y luego lo meten al grill, queda calentito y bien chatito. Luego seguimos caminando, a ratos sentándonos mirando el mar, las lucecitas de los barcos y otras poblaciones cercanas o viendo pasar la gente.

Domingo 18: Pasamos una buena noche, desayunamos y nos vamos directo a la playa, alquilamos sombrilla y tumbonas, acá a 15 euros. Mucha gente, la arena bien finita, el agua transparente y cálida. Muy agradable, descanso en la playa, volvemos a la tardecita nos duchamos y nos vamos a caminar, ya se nota que hay menos gente, se han vuelto seguramente a Palermo. Cenamos y caminamos por unos puestitos de artesanías algunas bien bonitas.

---