Polonia. Una semana inolvidable ✏️ Blogs de PoloniaRecuerdos de una fantástica semana que pasamos por Varsovia y CracoviaAutor: Jhonfoba Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (1 Votos) Índice del Diario: Polonia. Una semana inolvidable
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Decidimos hacer un viaje con destino Polonia para conocer más sobre la cultura de este país y pasar unos días en un entorno que nunca olvidaremos.
Contratamos el viaje a través de una agencia con salida desde Oporto, puesto que nos ahorrábamos unos euros y desde Galicia se llega en una patada. Salimos el domingo 2 de Octubre a las 19:50 y llegamos al aeropuerto Chophen a las 24:00. Fuimos con wizzair y bastante bien todo. A la llegada nos esperaba el taxi que teníamos contratado y nos llevó hasta el hotel MDM. En poco más de 15 minutos estábamos allí. El hotel en sí bien. Tiene unas buenas vistas a una gran avenida. La habitación normal, el baño bastante bien. Como era bastante tarde nos fuimos directos a cama. Después de un buen desayuno, empezamos a caminar y llegamos a un kantor dónde nos dieron el mejor cambio en Polonia(4,27) zlotis. Una vez con moneda de allí nos dedicamos el día entero a patear todo lo que pudimos, pues sólo nos quedábamos ese día en Varsovia. En si, la ciudad está reconstruyéndose, me llamó la atención la cantidad de obras y grúas que vimos, parecía España hace 10 años. Vimos lo más emblemático y nos encantó la Plaza del Castillo con la Columna de Segismundo y la zona amurallada. Aquí una foto de la parte amurallada, la zona de la Barbacana. La Barbacana en todo su esplendor. Aquí una foto de la Sirena de Varsovia, se dice que era amiga de la de Copenhague, continuó su viaje hasta Varsovia y le gustó tanto que se quedó allí. Al mediodía empezó a llover bastante y como estábamos cerca, entramos en un subway a comer algo y resguardarnos. Por la tarde continuamos andando y viendo cosillas. Hasta que empezó a llenarse todo de mucha gente y mucha policía. Después de pillar una buena mojadura llegamos al hotel y nos comentó la chica del bar que había una manifestación contra el aborto. Nos tomamos algo y esperamos a que viniera el taxi para el aeropuerto. Menos mal que llegó 15 minutos antes de tiempo, porque había tanta cola que nos llevó casi 1 hora llegar. Facturamos, pasamos el control, bastante estrictos y esperamos la hora de salir escuchando como tocaban un piano gente que iba pasando por allí. Volamos con LOT a Cracovia y el vuelo fué bastante caótico en si, menos mal que sólo eran 50m. A las 20:30 llegamos a Cracovia, nos alojamos en el hotel Ascot, a 10 minutos andando de la plaza central. Llegamos, una duchita , cenar algo rápido y conocer algo de ésta fantástica ciudad.
El martes después de un buen desayuno salimos del hotel y estaba lloviendo bastante, así que fuimos al centro comercial que está al lado de la estación de tren a pillar unos paraguas. Allí nos fijamos en el cambio que ofrecía el kantor y resultó ser el que mejor nos dió. En el barrio judío había 2 que lo daban parecido.
No cambiéis en el centro porque os van a sablar. Nosotros cambiamos a 4,26 y en el centro te daban 3,65. Por la mañana nos dedicamos a recorrer la Plaza del Mercado, entramos en el mercado de los paños aprovechando que llovía bastante y vimos precios de los típicos regalos. Y de paso también sacamos las primeras fotillos. Continuamos por lo que después descubrimos que era el antiguo camino real y en un periquete estábamos a los pies de la Colina de Wawel. Vimos la Catedral y el majestuoso patio del Castillo. Desde un rinconcito del patio tienes unas buenas vistas de los tejados de Cracovia. En su momento el rey Segismundo III además de trasladar la capital a Varsovia, quemó parte del Castillo por sus esperimentos. Se ve en el patio la parte antigua sigue con las pinturas originales y la moderna no. Segismundo III, héroe en Varsovia, odiado en Cracovia. Bajamos por otro lado de la colina y cuando nos dimos cuenta estábamos en Kazimier. Y como eran horas de comer decidimos hacerlo allí en el barrio judío. Fuimos al Starka que tanto se ha comentado por aquí y la verdad que muy bien. Unos pieroggi más la sopa típica y codillo por 9 euros cada uno. El codillo buenísimo. Por la tarde hicimos 2 tours con free walking tour. El primero por el Barrio Judío. Empezando en la Sinagoga Antigua, Matías nos fué contando la historia de los judíos de Cracovia, de como pasaron de ser la segunda ciudad del mundo en cantidad de judíos a los casi 80 que hay en la actualidad. Pasamos por todas las Sinagogas, donde destacaría la Remuth, por el cementerio que alberga, eso si mucho más ordenado que el de Praga. Nos llevó a uno de los lugares dónde se rodó La Lista de Schindler Continuamos cruzando por el puente Bernatek hasta el barrio de Porgodze, dónde se hubicó el gueto de Cracovia. Actualmente queda un pequeño trozo del muro original y en el lugar del Gueto está el monumento de las sillas, dedicado a todos los judíos que tuvieron que abandonar sus casas con lo que pudieron coger. Pedazo del muro original El monumento de las sillas E la parte derecha de la foto está la Farmacia del Águila En la época del gueto el dueño de la farmacia era un polaco que se negó a abandonarla, el hombre ayudaba a los judíos del gueto en lo que podía. El y sus tres trabajadoras. Ahora es un museo. El tour acabó en la Fábrica de Schindler, ahora Museo también. Sólo se conserva el edificio administrativo de lo que era. Hicimos también éste tour con Matías. La entrada y el tour nos salió por 100 zlotys los 2, cerca de 20 euros. Mereció la pena porque te cuenta una versión polaca de la guerra. Aquí unas fotos Durante el recorrido se ve el despacho de Schindler, las cacerolas que fabricaba y muchas salas con homenajes a víctimas. Incluso entras en una especie de habitación en donde vivían una familia. También hay una reconstrucción del muro del gueto. Despacho de Oscar. También comenta Matías que Óscar Schindler no era el angelito que se muestra en la película. Se aprovechó de la mano de obra gratis que le ofrecieron, incluso compró casi regalada la fábrica a un judío con amenazas. Luego le entró pena y fue cuando decidió hacer la lista, los primeros nombres de la lista eran de judíos que pudieron pagar por entrar y luego los demás. Al acabar la guerra reclamó casi 1 millón de dólares por los gastos que le costó salvar a 1000 judíos. También es verdad que nunca fabricó una sóla bala que funcionase y es el único perteneciente al partido nazi que está enterrado en Jerusalén. Muchos de los que salvó le están agradecidos, pero no todos. Acabamos el tour y nos dirigimos al centro a cenar. Lo bueno que tiene Cracovia es que está todo muy cerca, en 15 minutos llegamos. Paseamos un rato y nos fuimos al hotel, pues ya pesaban las piernas. El Miercoles más de lo mismo, llovió todo el día. Por la mañana hicimos el tour del Barrio Antiguo con Max. Partimos desde la Barbacana, nos contó la historia de la Barbacana, la Torre del Ayuntamiento, el Mercado de los Paños, todo el Rynek en general. Escuchamos como cada hora el trompetista en la Iglesia de Santa María, muy bonita por dentro también y nos dirigimos a la Universidad Jagelónica, donde, entre otros, estudió Nicolás Copérnico. Terminamos en el Castillo de Wawel, le dimos una propina y fuimos rápido a comer pues a las 15:00 nos íbamos para las minas de sal de Wieliczka. La excursión en si, a mi personalmente no me gustó mucho. Demasiada turistada, tenías que esperar a que acabase un grupo para pasar a la siguiente sala. Lo más significativo fué la iglesia que está en el centro de la visita. La bajada y la subida fueron otra cosa. Una burrada de escalones para bajar y un ascensor típico de los mineros para subir Finalizamos el día cenando en el Morela, muy cerca del Rynek, también de maravilla y a descansar que el jueves tocaba un día duro. Por la mañana, aprovechando el buen día que hizo paseamos por el centro y sacamos algunas fotos. Puerta de San Frolián Torre del Ayuntamiento Sobre la 1 salimos en bus hacia el Campo de Concentración y Exterminio de Auschwitz I. Durante el trayecto te ponen una película sobre el campo que dura unos 50 minutos y ya se te ponen los pelos de punta. Una vez allí y pasados los controles de acceso empieza todo junto a la famosa puerta, el trabajo os hará libres. Entras en unos barracones, 5 o 6 al ser visita guiada y se ve de todo, pelo humano, zapatos, maletas, utensilios varios, prótesis, muchas fotos antiguas etc. En otro de ellos ves los baños y literas donde dormían, incluso las celdas de castigo donde morían o de hambre o locos o en el paredón que también visitas. Luego continúas la visita y llegas a la cámara de gas. Es la única que queda en pié, pues al final era utilizada como un almacén. Para mi lo peor era lo que nos iba diciendo el guía durante el recorrido. Formas de castigo, lo que comían etc. Vallas Distintos barracones Hornos Crematorios El paredón y los hornos crematorios fueron reconstruidos. Lo demás está igual. Después de 2 horas nos dirigimos a Birkenau. Nada más llegar la piel de gallina. Es como 20 veces más grande que el primero. De hecho tiene 2 km de ancho por 2.5 de largo. Aquí ves desde los barracones más antiguos de ladrillo hasta los últimos que como no había dinero eran de madera. En el centro caminas junto a las vías de tren que llegan hasta el final del campo, justo donde están 2 de las 4 cámaras de gas que tenía el campo. Están todas destruidas, pues los nazis no querían dejar huella de lo que hacían allí Puerta de entrada a Birkenau. Algunos barracones Restos de la cámara de gas Las vías Se dice que murieron más de un millón de personas en éste campo, casi todos judíos. El guía nos contaba los engaños que hacían a la gente, hubo gente que pagó por ir desde el gueto de Cracovia hasta Birkenau, les prometían trabajo y casa. Allí vivían esclavizados diariamente unas 90000 personas. La mayoría moría por enfermedades derivadas de la mala alimentación, el duro trabajo y las condiciones metereológicas. Nosotros estábamos a 5 grados a las 6 de la tarde con abrigos y teníamos frío, no me quiero imaginar a -20 con un pijama y descalzo. Cuando llegó La Solución Final, en las cámara llegaban a matar a 2500 personas por turno. Llegaban en vagones como si fueran animales, algunos después de varios días, por supuesto sin comer ni beber y aún tenían que esperar su turno para dirigirse al baño de desinfección, eso era lo que le decían cuando llegaban para que no se alteraran mucho. Una vez muertos los Sonderkomandos, que eran judíos seleccionados, quemaban los cuerpos y limpiaban las salas para continuar. Cada poco tiempo los Sonderkomandos eran eliminados y sustituidos por otros. La visita termina fuera de uno de los barracones de mujeres. El olor a cerrado y moho era fuerte. en cada litera dormían hasta 5 personas. Tenían chimeneas en todos los barracones, pero rara vez les daban leña. Al final el guía contestó a todas las preguntas que surgieron y se acabó la visita. Nos fuimos de vuelta a Cracovia, está a unos 45 km, y se acabó ese día. Todo lo que puedas leer sobre el campo se queda corto. Recomiendo hacer la visita con un guía porque va más allá. Aquí cuento sólo fragmentos de la barbarie, pero el guía no escatima. Es más, en la visita estás tan centrado y queriando guardar tanta información con lo que te dice, que te das cuenta de todo lo que acabas de ver y oir cuando te vas.
El viernes tocaba la parte de la historia comunista. Se fueron los alemanes, llegaron los rusos... Y se quedaron hasta la caída de la URSS. El pueblo polaco siempre bajo otro imperio, eso sí, conservaron siempre sus tradiciones y el idioma.
Nos fuimos hasta Nova Huta, a 10 km de Cracovia, en tranvía. Fué una ciudad que fundaron los comunistas donde ofrecían trabajo en una hacienda y vivienda. La fábrica, en teoría daba trabajo a 100000 personas. Pero como todo el mundo tenía derecho a trabajar, al final el trabajo de una persona lo hacían entre 10. Actualmente, además de ver las calles amplias y algún búnker que es un garage ahora, Nova Huta es un barrio tranquilo donde dar un largo paseo y comprar frutas y verduras en sus mercadillos, mucho más barato aún que en Cracovia. Entramos en una especie de bar-anticuario comunista. Con radios de la época, una moto, etc. Justo antes de volver a Cracovia vimos el monumento del tanque Por la tarde despues de comer una enorme zapiekanka en la Plaza Nueva de Kazimier, tremendo especie de panini, media barra de pan con lo que quieran, por 2 euros, nos fuimos hasta el montículo de Krak, un poco alejado de la ciudad, pero con unas vistas increibles. Montículo El complejo del Castillo y la Catedral Otra con buenas vistas A la vuelta volvimos a pasar por el puente Bernatek Una de sus figuras Continuamos por el barrio judío dando un buen paseo y aprovechando el buen día para sacar más fotos Paramos en una pastelería a probar alguno de sus pasteles y tomar un chocolate, puesto que se estaba haciendo de noche. Volvimos a dar otra larga vuelta por todo el Rynek y venga fotos. Aún nos dió tiempo ese día a ir al museo subterráneo. Entras en un lado del mercado de los paños. En la visita se ve los restos de la antigua ciudad, además de ver documentales de la época medieval y de la época de los nazis, entre otros. Aquí la zona vieja que tiene forma de bombilla. En el sitio de las murallas ahora hay un parque amplio y tranquilo para pasear o sentarse a comer. Zona antigua Después de visitar el museo aprovechamos para sacar algunas fotillos a la plaza de noche Cenamos y a descansar que quedaba el sábado para disfrutar. Madrugamos bastante puesto que daban buen día hasta el mediodía sólo. Volvimos a subir a la zona del castillo y a pasear por el barrio judío durante la mañana. Catedral El dragón Ya por la tarde sacamos las últimas fotos en el centro e intentamos retener todo en la retina. Esa noche volvimos a cenar a un cruce cerca de nuestro hotel donde hacían unas salchichas riquísimas y baratas fuera de una furgonera de la época comunista Una última foto y al hotel El domingo tocaba regresar. Cracovia-Varsovia, escala de 2horas, Varsovia-Oporto. Llegamos a Oporto a las 19 y aprovechamos para ir a tomar algo junto al río. En 2 horas nos plantamos en casa y volvimos a la realidad. De todo el viaje es imposible obviar que el día de Auschwitz además de ser duro, nunca se nos olvidará, pero Cracovia merece mucho la pena, igual no para 5 días, porque en sí es bastante pequeñal, pero sí para 3 o 4 con excursiones. Lo mejor, la comida, muy barata y bastante cantidad. La educación, la mayoría de la gente te habla 3 o más idiomas. Lo fácil que es moverse, sólo el día de Nova Huta cogimos el tranvía. Lo peor, demasiado turismo en las minas de sal. Sin duda, fueron unos días estupendos que nunca olvidaremos. Cracovia. Hasta pronto 📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (1 Votos)
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