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ESTOCOLMO

ESTOCOLMO ✏️ Blogs de Suecia Suecia

PARTE DE UN DIARIO QUE CUBRE LA VISITA A ESTOCOLMO
Autor: Ctello  Fecha creación:  Puntos: 4 (3 Votos)
VIAJE DESDE HELSINKI

VIAJE DESDE HELSINKI


Localización: Suecia Suecia Fecha creación: 17/08/2012 13:14 Puntos: 0 (0 Votos)
Nos recogen (el guía acompañante de Cóndor) a las 4 de la tarde en el Hall del hotel para llevarnos al punto donde se coge el barco que nos llevará a Estocolmo. Dos son las compañías que hacen ese trayecto, Silja Line y Viking Line, y nosotros vamos en ésta última. A las 16:30 de la tarde abren las puertas y nos dirigimos a la quinta planta (entramos por la sexta), ya con la llave del camarote en la mano. Se trata de pequeños camarotes interiores que disponen, sin embargo, de todo lo que vamos a necesitar en ese viaje: dos camas en litera, pequeña mesita de noche y cuarto de baño con ducha. El barco tiene una tienda libre de impuestos donde los finlandeses compran muchísima bebida en sus cortos viajes de placer a Estocolmo. De hecho, y al parecer, unos y otros usan ese medio de transporte como la manera de poder tomar alcohol mucho más económico que en sus países. No en vano además de la tienda, de la que salen con cajas enteras de bebida, hay varios bares. Dicen que lleva casino pero en realidad son diversas máquinas tragaperras distribuidas por una parte del barco en las que incluso los niños pequeños se dejan mucho dinero, a veces incluso incitados por los padres.
La cena, de tipo buffet, es a las 8, en un gran salón con enormes ventanales con vistas al Báltico (una balsita de aceite que apenas tiene oleaje y unos escasos y máximos 90 metros de profundidad). Sería imposible enumerar todo lo que teníamos a nuestra disposición. Salchichas, redondo de carne con o sin salsa, pulpo, salmón, ensaladas, queso, gazpacho, choricitos, copitas con queso y tiritas de cebolla, copitas con atún y otros ingredientes, patatas, etc. Los postres eran también muy abundantes y deliciosos y las bebidas estaban incluidas. Después de cenar dimos una vuelta por el barco y estuvimos en un pequeño concierto de un grupo que cantaba canciones muy conocidas.



PRIMER DÍA

PRIMER DÍA


Localización: Suecia Suecia Fecha creación: 17/08/2012 13:15 Puntos: 0 (0 Votos)
Nos levantamos a las 6 de la mañana y, después de una ducha, fuimos a desayunar a las 7 al mismo salón donde habíamos cenado. Allí teníamos a nuestra disposición abundantes productos dulces y salados. Luego paseamos por el barco y estuvimos sentados viendo el archipiélago cercano a Estocolmo, ciudad a la que llegamos a las 9:45.
Salimos pronto del barco y nos estaba esperando ya Antonio, el conductor, con el autocar que habían traído de España. Cuando ya estuvimos todos hicimos un corto trayecto hasta Södermalm (llamada por los lugareños Söder), en una zona elevada frente a Gamla Stan y famosa por aparecer en los libros de Millenium. Nos alojamos en un sencillo hotel de tres estrellas de la cadena Scandic, el Sjofarts, limpio, con pequeñas habitaciones pero que, como contrapartida, tiene una situación fabulosa. Apenas cinco minutos nos separan de Gamla Stan, donde se ubica el casco antiguo.
Lo primero que hicimos ya en pleno centro de Estocolmo fue ir a la pequeñísima oficina de turismo para comprar las tarjetas de monumentos, esta vez para dos días (625 coronas). Card en mano nos dirigimos a la catedral (40 coronas- Card). Con 700 años de antigüedad y un aspecto exterior que no lo indica, su importancia en la capital y en el país entero es enorme ya que allí Olaus Petri (cuya tumba está en el interior) predicó la reforma luterana. La imagen actual es producto de sucesivas restauraciones pero lo más interesante de la catedral no es el exterior sino el interior. Y es que dentro podemos ver más claramente (dentro de la relativa austeridad luterana) la unión entre el gótico tardío en que se construyó y el barroco posterior. Aunque consta de un alto campanario al que se puede subir, lo que más llama la atención de la catedral es la hermosa escultura que encontramos a la izquierda del altar y que se representa a San Jorge y el dragón, considerada una de las principales muestras escultóricas del gótico tardío. Sólo para verla ya vale la pena la entrada. Pero no sólo podemos ver a san Jorge sino que también son dignos de mención el bellísimo altar de plata y marfil, los cuadros, el púlpito (debajo está la tumba de Petri), los asientos de los reyes y una pintura que está a la derecha de la entrada llamada Parthelion (considerado la pintura más antigua que representa la ciudad y que muestra un presunto milagro acontecido allí en 1535, unos aros centelleantes en el cielo). Junto a la catedral encontramos el enorme Palacio real, visitable también con la Card. Con 608 estancias e influencias de otros palacios europeos (incluido el siempre presente Versalles), se trata del complejo palaciego habitado en la actualidad más grande del mundo (por encima de Buckingham que tiene una habitación menos). Dentro del museo es posible visitar distintos museos además de las salas en sí mismas. Empezamos por el Tesoro, bajando por unos antiguos escalones, donde se guardan las más importantes joyas del reino. Escoger una pieza entre las que se exponen es complicado porque todas te parecen preciosas pero desde luego tendríamos que nombrar la corona de Erik XIV, el cetro y el orbe que el rey actual ya no usa.
En el siglo XIII se terminó la fortaleza llamada Tre Kronor (Tres coronas), que fue residencia real hasta el siglo XVII. Un incendio la destruyó en 1697 y en la actualidad se puede ver un museo que conserva algunos restos del viejo palacio así como algunos objetos rescatados de las llamas. Es posible ver también en el recinto la Capilla real (prohibidas las fotos) del siglo XVIII. Pero lo que realmente todo el mundo desea ver son las estancias propiamente dichas del palacio, que se dividen en apartamentos oficiales, apartamentos para huéspedes, los llamados apartamentos Bernadotte y el salón de estado. Dentro de los apartamentos oficiales (en los que la familia real ya no habita) se puede destacar el magnífico salón de la galería de Carlos IX, de barroco tardío e inspiración en la Galería de los espejos de Versalles, en el que se coloca una enorme mesa para celebraciones oficiales (desgraciadamente cuando estuvimos la habían quitado). En cuanto al salón de Estado destaca en él el bellísimo trono de plata de la reina Cristina de Suecia.
El conjunto museístico del palacio no acaba ahí. También es posible visitar el museo de antigüedades del rey Gustavo III Vasa, formado por esculturas clásicas que había adquirido en su viaje a Italia y que ocupan dos galerías. Por último y no por ello menos importante encontramos la Armería real, colección de armas, armaduras, trajes de la realeza hasta la actualidad, la ropa manchada de barro del rey Gustavo Adolfo II, que murió en una batalla, su caballo disecado, el traje de máscaras que llevaba Gustavo III cuando le asesinaron y una bellísima colección de carrozas reales.
En la visita al Palacio real muchos no pueden dejar de admirar el cambio de guardia, principalmente los domingos sobre las 12.15 horas del mediodía. Yo los encuentro casi todos iguales y bastante aburridos pero algunos dicen que no tiene nada que envidiar al londinense.
Después de ver los museos del Palacio, caminamos por delante de la Casa de la Nobleza, del siglo XVIII, construida para que se reunieran los aristócratas y uno de los edificios más bellos de la ciudad. Lamentablemente tiene un horario de apertura espantoso (una hora al día y no todos los días). Llegamos rápidamente a la Isla de Riddarholmen (la isla de los Caballeros) para visitar la Iglesia de Riddarholmskyrkan donde están los sepulcros reales. En la parte exterior llama la atención la enorme torre rematada por una puntiaguda aguja del siglo XVII y en el interior las tumbas. La entrada (40 coronas) está incluida en la Card. Frente a la iglesia podemos ver el Wrangelska Palatset, con fachada blanca del siglo XVII y que fue residencia real después del incendio del castillo de Tre Kronor; el Palacio Stenbockska, la residencia noble mejor conservada de la isla (siglo XVII- fachada roja) y la estatua de Birger Jarl, fundador de la ciudad.
Cogimos el metro en la parada de Gamla Stan y en apenas dos paradas estábamos en Hotorget. Junto a la salida del metro encontramos el Salón de conciertos donde se celebra la ceremonia de entrega de los premios Nobel (todos menos el de la Paz, que por expreso deseo de Alfred Nobel se da en Oslo). Sólo es posible visitarlo con guía (60 coronas- Card) y el tour en inglés empezaba a las 4 de la tarde por lo que aprovechamos para comer algo en la cafetería. Enfrente está la estatua de Orfeo de Carl Milles y el antiguo mercado del Heno que hoy en día sigue usándose como mercadillo. Caminando desde allí se tarda poco en llegar a Sergels Torg, plaza concurrida de la ciudad moderna y en cuyo centro se encuentra un obelisco de cristal que se ilumina de noche. Frente al obelisco está la Casa de cultura, edificio de los años 70 de esos tan modernos que no sabes bien a qué se destina exactamente ya que en teoría hay de todo, desde salas para exposiciones, biblioteca de libros, comics, música, auditorio…
El trayecto a pie hasta el Gran Hotel no es largo y frente a él cogimos (Card) un barco que nos hizo un recorrido de unos cincuenta minutos llamado Tour Royal Canal (160 coronas). Desde el agua se pueden ver muchas cosas: Strandvägen, la calle más lujosa de la ciudad junto al muelle, el precioso Real Teatro dramático de principios del siglo XX, el Palacio real y principalmente los alrededores de Djurgarden, la isla de los animales que entre los siglos XVI y XVII fue terreno privado de los reyes y del que ahora podemos disfrutar todos.
Cuando terminó el crucero paseamos por el Jardín Real y la iglesia de St. Jakob nuevamente en dirección a Sergels Torg. Entramos en la casa de la cultura y después cogimos el metro en la parada de Centralen para ir hasta la de Globen, que recibe su nombre de la gran esfera blanca del estadio. Actualmente se han instalado en la esfera dos capsulitas transparentes que suben hasta lo alto proporcionando vistas de la ciudad. Yo no subí por vértigo pero sé que el trayecto (con parada arriba incluida) dura 15 minutos y cuesta 130 coronas (Card). Personalmente (después de ver las fotos que salen desde arriba y el precio) creo que es algo prescindible salvo que a uno le gusten especialmente las alturas o disponga de la Card y no tenga que hacer ese dispendio adicional.
Volvimos en metro hasta Gamla Stan e hicimos un pequeño recorrido por allí. Tuvimos ocasión de ver bien Stortorget, la plaza mayor, presidida por un imponente edificio de color crema que se construyó en el siglo XVIII para ser la sede de la Bolsa y que actualmente es el Museo Nobel y la Academia sueca. En la plaza destacan también las preciosas casas de estilo centroeuropeo del siglo XVII y el pozo cubierto que hoy en día parece una fuente (el agua es potable pero los hierros por los que sale están muy oxidados). La plaza es famosa en la historia del país porque allí tuvo lugar un triste episodio en el siglo XVI, cuando un numeroso grupo de nobles suecos fueron decapitados por orden del rey danés Kristian II después de haberles prometido una amnistía y haberles invitado a un banquete. Este hecho se conoce como “el baño de sangre” y aconteció en noviembre de 1520. Esa matanza provocó el descontento popular y la subida al trono de Gustavo Vasa de quien se escucha hablar a menudo por esos lares.
Además de los lugares ya mencionados, visitamos la Iglesia alemana (exterior), testimonio de la presencia de la Liga Hanseática de la que volveremos a oír hablar en Bergen y que ya conocía desde que visité la preciosa ciudad alemana de Lübeck. Nadie que pasee por Gamla Stan podrá evitar pasar por la calle Västerlanggatan, la que en otros tiempos fuera la arteria principal aunque fuera de los límites de la ciudad y que ahora cruza el casco antiguo. Está plagada de tiendas de recuerdos donde es fácil ver banderas suecas junto a renos, cascos vikingos con cuernos (una licencia histórica que nunca ha podido demostrarse) y muñequitas de Pippi Calzaslargas, la niña de las trenzas pelirrojas creada por la sueca Astrid Lindgren que dicen que inspiró a Stieg Larsson para inventar a Lisbeth Salander, la protagonista femenina de Millenium. Tampoco conviene perderse en el centro histórico Märten Trotzigns Gränd, callejuela que parte de la anterior y que con sólo 90 centímetros de ancho es la más estrecha de la ciudad. Uno puede abrir los brazos y tocar con las manos las paredes. Como indica una placa recibe el nombre de un mercader alemán que era propietario de dos casas en la calle a finales del siglo XVI.
Una vez terminado ese paseo cruzamos de nuevo el puente por encima del punto donde se unen el mar Báltico y el lago Mälaren y regresamos a Södermalm para hacer un recorrido de unos supuestos 30 minutos que recomendaba la guía visual País Aguilar de Estocolmo. El paseo comienza en Södermalmtorg, la plaza principal, y va subiendo hasta alcanzar la iglesia de María Magdalena, algunas viviendas del siglo XVIII y un mirador sobre la ciudad y sus diversas islas desde el que supongo se pueden hacer buenas fotos (de noche con nuestra cámara pierden un poco). Mirando hacia abajo, en el agua, es posible ver algunas embarcaciones hoy convertidas en hoteles. En contra de lo que pueda parecer la isla es muy apreciada por los habitantes de Estocolmo y el mismísimo Stieg Larsson vivía allí. Al parecer según leí en algunos folletos es fácil conseguir un folleto para hacer la ruta de Millenium empezando por la casa de Mikel Blomkvist. Yo no hice esa ruta pero la que sí seguí (y más siendo ya de noche y estando algo cansada) se me hizo algo pesada.
Para terminar este día simplemente decir que he leído en varios sitios que algunas estaciones de metro de Estocolmo tienen ciertas obras de arte que permiten hacer una ruta. He visto alguna de esas obras de pasada y salvo que se disponga de mucho tiempo libre no creo que merezca la pena perder el tiempo en eso. No obstante sólo un día me permitió ratificarme en mi idea originaria y es que Estocolmo es una de las ciudades más bellas de este recorrido.



SEGUNDO DÍA

SEGUNDO DÍA


Localización: Suecia Suecia Fecha creación: 17/08/2012 13:16 Puntos: 0 (0 Votos)
Salimos a las nueve de la mañana para hacer la visita panorámica con Lisa, la guía local. Primero nos detuvimos muy cerca del hotel (en la misma calle) para poder tener una visión global de la ciudad, francamente buena desde allí arriba (lástima que estaba algo nublado). Después volvimos a subir al autobús para hacer el resto de tour, pasando por muchos de los lugares que ya habíamos visto a pie el día anterior. La segunda parada la hicimos en la Isla de los Caballeros, la ya conocida Riddarholmen, para hacer unas preciosas fotos del Ayuntamiento y junto a la estatua del trovador y compositor de baladas Evert Taube. La tercera de las paradas fue frente a la catedral y el palacio para hacer un breve recorrido a pie de 35 minutos aproximadamente para conocer un poco más de estos dos monumentos, para ir a la Plaza mayor y para ver la copia del San Jorge y el dragón que se conserva en unas de las placitas de Gamla Stan. Está realizada en bronce y fue colocada en ese lugar en 1912. Unas enredaderas apenas si dejan ver ya a la liberada princesa.
Algunos de nosotros decidimos contratar una excursión opcional y continuamos con la guía local hacia el ayuntamiento, uno de los símbolos de la ciudad. Se construyó en la década de los 20 del siglo pasado y en su exterior llama la atención la enorme torre de 106 metros coronada por las tres coronas. En el interior, que nadie debería perderse (yendo temprano quizás se pueda contratar un tour guiado incluso en español, ya que es imposible entrar sin un guía), pudimos disfrutar del salón azul, junto a la entrada, un patio que no tiene nada de azul más que el nombre (en realidad el proyecto original hablaba de pintar los ladrillos de ese color pero al final se quedaron tal cual). Su importancia radica en ser la sala donde se celebra el banquete de gala después de la entrega de los premios Nobel.
Posteriormente subimos por la escalera, que según los explicaron intenta imitar la del Palacio ducal de Venecia aunque con la inclinación más atemperada, para empezar a visitar el resto de dependencias municipales. Cabe destacar el salón de plenos, la llamada Sala del concejo, una estancia magnífica. La sala del Óvalo, desde se conservan unos preciosos tapices franceses del siglo XVII, sirve en la actualidad para las bodas aunque todos nos preguntábamos dónde se sientan los invitados porque es muy pequeña. Menos mal que nos dijeron que la ceremonia es rapidísima. La versión normal dura cinco minutos y la corta apenas tres. En la contigua Galería del príncipe se puede ver un mural que pintó el príncipe Eugenio inspirándose en las vistas que había desde los ventanales que tiene enfrente. Finalmente la sala más importante que nos queda por visitar es el Salón dorado, donde cada año tiene lugar el baile posterior a la cena de los premios Nobel. Tiene millones de pequeñas piezas de mosaico con pan de oro y distintos dibujos entre los que llama la atención la enorme reina del lago Mälaren. Las vistas desde el exterior del edificio, junto a las estatuas de la Danza (la mujer) y la Canción (el hombre) de Carl Eldh, son bellísimas.
Después de la visita al edificio del consistorio nos dirigimos a otra de las principales atracciones de la ciudad de Estocolmo, el museo Vasa. En el año 1628 el buque que representaba el orgullo de la flota sueca, el enorme Vasa (como la dinastía reinante en el momento) se hundía después de haber recorrido 1300 metros en su viaje inaugural muy cerca de Djurgarden. El barco zozobró tan pronto porque era demasiado alto y tenía mucho peso. El rey Gustavo II Adolfo había mandado, en contra de lo que hubiera sido conveniente, construir dos filas de cañones porque quería que fuera el barco de guerra mejor equipado. ¿Cómo iba alguien decirle que estaba equivocado?. Poco tiempo después se rescataron los cañones, de los que se conservan algunos, pero se dejó el barco en el fondo del mar hasta que se localizó en 1956 y se rescató en 1961. Cuando se dice que la visita a ese museo es imprescindible no se va errado puesto que la visión de esa magnífica mole de madera sigue sobrecogiendo. Su tamaño impone y su detallada decoración sigue siendo espléndida a pesar del tiempo transcurrido. Y es que el Vasa se ha conservado en un 95% ya que en la zona del hundimiento no existen los organismos capaces de destruir la madera y porque el barco y todas las esculturas que lo adornaban quedaron fijos en el fango bajo el mar.
Se estima que quizás cincuenta personas de las cien que en aquel momento estaban en el Vasa murieron cuando éste se fue a pique. El museo conserva algunos de los esqueletos y han realizado reconstrucciones faciales de algunas de esas personas, entre ellas una mujer llamada “Beata”. Son tan perfectas que parece que aquellas personas que fallecieron hace casi 400 años nos estén contemplando hoy desde detrás de los cristales de las urnas que les contienen. Se da además un relato detallado de los rasgos de esas personas así como las ropas que llevaban y de sus enfermedades. También se exponen algunos objetos que se llevaban a bordo.
El Vasa puede verse desde muchos ángulos y unas escaleras permiten ir subiendo de nivel a medida que se va contemplando el barco en toda su totalidad. Una vez arriba unas explicaciones, también en castellano, nos detallan cada parte del navío, incluso las viejas letrinas, dos para toda la tripulación. Pero lo que más llama la atención del Vasa es sin duda, y dejando de lado su magnífico estado de conservación, la maravillosa decoración que tenía y que una pequeña maqueta situada en la planta por la que se accede al museo, frente al original, nos permite observar con todo detalle (incluso el colorido). Además se han hecho algunas réplicas de algunas partes del barco que nos hacen imaginar mucho mejor cómo sería en su tiempo. Sin duda una obra excepcional con un terrible defecto estructural fruto de la prepotencia de un soberano que lo llevó a hundirse pero también a convertirse en una leyenda.
Frente al Vasamuseet al visitante le llamará poderosamente la atención un bellísimo edificio que parece un palacio. Se construyó en estilo renacentista por orden de un señor llamado Artur Hazelius para albergar su colección de objetos que retratan la vida sueca desde el siglo XVI hasta la actualidad. Se trata del interesantísimo Museo nórdico, menos conocido que su vecino Vasa pero sin duda también digno de una visita. La entrada cuesta 90 coronas y está incluida en la Card. Para los visitantes que deseen ir al WC les informo que junto a la puerta encontrarán unos de pago pero que si se deciden a entrar en la planta inferior están las consignas y otros baños gratuitos. Con el precio de la entrada te facilitan un audioguía, también en castellano, que te permite conocer lo más importante del museo. En el vestíbulo principal, justo al lado donde te dan las audioguías, nos recibe una enorme estatua de Gustavo Vasa en vivos colores que realizó Carl Miles en 1924. Las colecciones abarcan desde mesas de distintos siglos dispuestas, tradiciones suecas, moda, habitaciones (entre las que destaca el dormitorio de estado del castillo de Ulvsunda, del siglo XVII), casas de muñecas o pequeños objetos. También se reserva un apartado para exponer cuadros y parte de la obra del escritor sueco August Strindberg.
Desde el Museo Nórdico un pequeño paseo nos lleva hasta uno de los platos fuertes de la visita a Estocolmo, Skansen. Como digo es sencillo llegar caminando desde cualquiera de los dos museos anteriores pero si se viene de más lejos es posible llevar en el tranvía 7 o en algunos autobuses.
Skansen fue inaugurado en 1891 por Hazelius, el mismo del Museo Nórdico, y una de las puertas del parque, la primera que encontramos y en la que se puede coger un funicular de pago, lleva su nombre. Se trata del primer museo al aire libre del mundo y la intención del fundador era la de mostrar cómo vivían los suecos de tiempos pasados. Para quienes ya han estado en Helsinki el concepto puede recordarles mucho a Seurasaari y es que es muy parecido. En Skansen también podemos ver casas populares, por dentro y por fuera. Aquí algunas de las casas se destinan a demostración y venta de artesanía popular. Una de las grandes diferencias es la enorme presencia de animales en Skansen, que se pueden encontrar en tres ámbitos distintos. Por un lado veremos, en una zona destinada a las granjas, ver ocas, gallinas, cerdos, caballos o vacas y recientemente se ha abierto un pequeño zoo para niños con conejos o cobayas que no pudimos ver bien porque cayó una tromba de agua terrible. Pero sin duda los animales que a todos nos llaman más la atención son los nórdicos. Una de las atracciones principales de Skansen es la contemplación de los osos, que en nuestra visita disfrutaban como niños de un merecido baño, pero también hay lobos, linces (vimos algunas crías de pocos meses), jabalís (cuando fuimos habían nacido hacía poco unos jabatos pero estaban escondidos), alces o renos. Muy cerca de la salida, y con un ticket adicional (100 coronas- Card), entramos en el Acuario, donde, además de peces, tiburones y rayas, se pueden ver serpientes (pude tocar una), ranas, monos y perezosos. Como peculiaridad y porque fue objeto de una anécdota en mi visita hablaré de la zona de los lémures. Para quien no sepa qué es un lémur diré que es un primate originario de Madagascar con una enorme cola y unos ojos muy redondos. Para los que todavía no se centren pero hayan visto Madagascar puedo decir que el rey Julien es un lémur de cola anillada como los que hay en Skansen. Pues bien, resulta que en el Acuario la zona de los lémures es de acceso libre (y casi me atrevería a decir que obligatorio). Nada más abrir la puerta, y con un gran desconocimiento de lo que habría dentro, vi un montón de esos animalillos sentados junto a la escalera por la que tenía que subir. No es que me den miedo, he estado en la India y he tenido que pasar junto a montones de monos que daban más respeto, pero ver todos sus ojillos pendientes de una no es plato de gusto. Y mucho menos lo es cuando te hacen posar para una foto junto a una hembra que lleva a su bebé cargado a la espalda. Pero una por la foto se pone donde haga falta (más o menos). Y allí estaba yo bien puestecilla cuando noto que algo pesado cae sobre mi espalda (concretamente encima de mi mochila). Resultó que uno de los lémures, queriendo emular al bebé y quizás pensando que yo podría ser su nueva mamá o a lo mejor para ver si llevaba comida en la mochila, me había saltado encima. Y no se fue, no; allí se quedó un buen rato, pasando de mi espalda a mi hombro. La escena, que fue objeto de las risas de los visitantes que me miraban desde fuera como si yo fuera un animal más, se prolongó unos minutos hasta que una japonesa asustada fue a avisar a la cuidadora y al verla el animalito pasó de mi cuerpo a un árbol. Así que todo el que visite el Acuario de Skansen ya sabe a qué se expone. A la salida, y para recordar el momento, me compré un pequeño llavero de peluche con forma de lémur al que he bautizado con el nombre de Skansi.
Ese museo al aire libre es un lugar que recomiendo especialmente aunque, eso sí, uno debe llevar un buen paraguas por si, como a nosotros, les sorprende la lluvia, y un buen par de zapatos para poder caminar mucho. Para regresar al centro cogimos el tranvía 7 (Card) hasta el final en Sergels Torg y una ves allí hicimos un recorrido por el centro que recomienda la guía País Aguilar. Desde la plaza es fácil llegar a la ya mencionada Plaza del mercado (Hötorget), donde están el Konserhuset del que ya hemos hablado, un mercado de flores, frutas y verduras y los almacenes PUB, en una sombrerería de los cuáles trabajó en su tiempo la mismísima Greta Garbo.
Supuestamente cerca de allí está la calle en la que asesinaron al primer ministro Olof Palme en 1986 aunque fuimos incapaces de ver la placa que lo recuerda. Lo que sí vimos, aunque por fuera, fue la iglesia Frederiks Kirka, donde está su tumba. Al pasar junto a ella se tuerce a la izquierda para llegar a la casa del escritor Strindberg y más allá un parque que esconde el observatorio más antiguo del país, de 1753. No demasiado lejos podemos encontrar diversos edificios universitarios y la Biblioteca municipal, cuyo edificio ha sido destacado por su funcionalismo arquitectónico. También en la zona centro, muy cerca de Sergels Torg, podemos ver las dos torres neoclásicas gemelas de Kungstornen (Torres del rey), conocidas como el macho y la hembra. Para finalizar el largo día dimos un corto paseo por las casitas de madera que están en las calles traseras del hotel.



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Total comentarios: 1  Visualizar todos los comentarios
Guimar  guimar  18/08/2012 19:02
Un estupendo recorrido por esta ciudad,que espero visitar en breve.Gracias.
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Fecha: Lun Feb 12, 2024 06:37 pm    Título: Re: Suecia: Consejos, rutas, qué ver

Igual te compensa repartir la estancia en más sitios.....

Malmoe, para un día tienes. Cerca tienes Copenaghe y Helsingborgs. Algún parque natural por la zona.

Goteborg. Pasamos 3 días con la llegada, pero en 1,5 días lo puedes ver. Se que hay trenes frecuentes a fredrikstadt (Noruega) pero son 2:30 por viaje (igual que a Örebro, ciudad agradable para un día)
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Fecha: Lun Feb 12, 2024 06:51 pm    Título: Re: Suecia: Consejos, rutas, qué ver

Concuerdo en que sería ideal si añadiéses más destinos al plan.

A las ciudades comentadas por Javiky, añadir Oslo (aunque no está al sur, podéis llegar desde Estocolmo en unas 6 horas de tren) y los cruceros de dos noches por el Báltico, con los que podéis conocer Helsinki o Tallin, entre otras ciudades. Estos cruceros suelen ser económicos y, especialmente en verano, pueden ser una muy buena opción. Hay varias empresas, pero con la que más hemos viajado es Tallink.
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Fecha: Lun Feb 12, 2024 10:23 pm    Título: Re: Suecia: Consejos, rutas, qué ver

Gracias por las ideas. Tallin y Helsinki las conocemos ya. Estamos valorando el volar a Estocolmo y salir por Copenhague o viceversa, parece que no es más caro...
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23-01-2014
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Fecha: Vie Mar 01, 2024 03:20 pm    Título: El país europeo donde es más sencillo conseguir la visa!

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23-01-2014
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Fecha: Sab Mar 02, 2024 07:21 pm    Título: Cómo hizo Suecia para dejar de conducir a la izquierda

Cómo hizo Suecia para dejar de conducir a la izquierda en un solo día

www.bbc.com/mundo/noticias-37298159

El 3 de septiembre de 1967, los motoristas, ciclistas y peatones de toda Suecia tuvieron que volver a aprender cómo transitar por el sistema de calles y carreteras del país entero en ese Dagen H -su nombre corto- o Día H (por la palabra sueca Hoger, que significa "derecha").

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