VIAJE A NUEVA YORK JUNIO 2015 ✏️ Blogs de USA

Si os soy sincera, no sé como voy a describir toda mi experiencia en este viaje.
Es imposible describir dos semanas de un viaje mágico, un viaje que llevamos preparando desde Agosto del año pasado, y que hemos disfrutado desde el 30 de mayo al 14 de junio.
Siempre soñé con cruzar el charco y visitar las Américas, sobretodo esa América profunda que se vive con una intensidad tranquila, como se ven en las pelis, y con ese espíritu musical que llega hasta el fondo de mi interior.
La idea de visitar Estados Unidos lleva en mi cabeza desde muy pequeña. Supongo que me la inculcó la televisión, la buena música, y Elvis.
Siempre he tenido la ilusión de qué sería vivir el sueño americano y, sobretodo, poder visitar Graceland, objetivo número 1 en el viaje.
Nuestra aventura para poder hacer realidad nuestro sueño, empezó comprando hace 2 años unas huchas sin posibilidad de abrirlas. Con la ilusión de pensar en estar en USA, fuimos echando moneditas cada día, exactamente todo lo que nos quedaba en los bolsillos por la noche de 1€ y 2€. Parecerá una chorrada, pero en dos años dio para comprar los billetes de avión, los hoteles y el coche de alquiler.
Una vez veíamos color al asunto (tema monetario), vimos una oferta de vuelo en Agosto del 2014.

- Avión BCN-NYC ida y vuelta vuelo directo: 360€
- Avión NYC-NASHVILLE ida y vuelta: 170€
(tasas, gastos de gestión y seguro médico aparte).

Hablé con la empresa y me dijeron que no había problema, así que, como esas ofertas duran tan poco, compramos los billetes de inmediato.
Nos dimos cuenta que teníamos los pasaportes caducados, ¿qué hacemos?...
Pues ponemos el DNI, y ya llamaremos para rectificarlo. Así lo hicimos, comprando billetes de avión sin pasaporte. Oleé... con 2 wikis!!
Cuando tuvimos confirmación de los billetes, me empezaron a temblar las piernas, oscilé en tierras americanas por momentos y empecé a saltar de alegría, abrazando a Luis como una niña pequeña...
NOS VAMOS A USA !!!
La idea principal era hacer escala en NYC, y de allí irnos para Memphis, pero pensamos en que yo no había estado nunca, y como Luis era la cuarta vez que la iba visitar, sería una buena opción hacer una visita a la gran manzana, y ver los apoteósicos rascacielos sin fin, que definen bien lo que es la ciudad de las oportunidades.
Así que el planning fue estar unos días allí, coger un vuelo a Nashville (a Memphis era mucho más caro), alquilar un coche, hacer carretera hasta Memphis y, a la vuelta, pasar un par de noches en Nashville.

Tengo que reconocer que disfruto muchísimo planeando viajes. Desde mi primer viaje con 18 años, no he parado de planear rumbos, y siempre he preferido viajar antes que comprarme una joya o algo materialmente de valor.

Preferimos reservar un hostal en NYC antes que un apartamento. Primero porque nuestro presupuesto era ajustado, y la opción de alquilar apartamentos podría haber sido nefasta, ya que había leído que, como es a nivel articular, te podían anular la reserva días antes.
Optamos por un hostal decente, limpio, con baño privado (en NYC hay mucha oferta de habitación doble con baño compartido: S )
El hotel se llama HOTEL BROADWAY, situado en la calle 103 con Broadway, a 3 paradas de metro, línea 3 roja, del centro de Manhattan (calle 42)

Una vez llegó el día de partir, mis piernas empezaron otra vez a tambalearse a su aire, y mi cara lucía una sonrisa de esas que no sabes si es tuya, o se ha infiltrado el gato de Alicia en el país de las maravillas dentro de ti...

Una vez en el aeropuerto, hicimos el chek-in por la máquina (ahorro de personal en la compañía American Airlines). No había dos asientos juntos, y teníamos que volar separados en el avión...
¡ Qué horror !
En ese momento Luis me dijo, tranquila, ya le diremos a alguien que nos lo cambie, que seguro que habrá gente viajando sola...
Hicimos los tramites varios para subir al avión, y pasamos a la practica lo que me comentó Luis de pedirle a alguien que nos cambiara el sitio, para poder pasar el trayecto de viaje juntos.
Esta fue la conversación con el chico que teníamos al lado:
- Luis: Hola! viajas solo? te importaría cambiar al asiento de atrás, que también es pasillo, y así podemos sentarnos juntos mi novia y yo?
- Personaje: NO.
- Luis: Estarías en pasillo también, eh?
- Personaje: Estoy bien aquí.
- Silvia (mentalmente): Gilipollas!
- Silvia: no pasa nada ... da igual.

Milagrosamente, apareció una buena mujer que se dio cuenta de semejante individuo y sus contestaciones banales, nos dijo que eran tres, y que sin problemas nos cambiaba el sitio. Nos cambiamos y mantuvimos una conversación en voz baja sobre el ser humano y su carencia en ayudar al resto.
El vuelo duró unas 8 horas y algo más. Nos dieron de comer y nos pusieron 3 películas, de las cuales vi solo una. El resto me las pasé durmiendo y paseando por el pasillo (no sé estar quieta 8 horas, y menos sentada).
Al llegar al aeropuerto de JFK teníamos que pasar aduanas, y nos encontramos con una cola que me acordé del juego de la serpiente de mi primer móvil Nokia. ¡ Mare meva Deu meu Senyor !
Tardamos en pasar hora y media, hasta que nos liberamos y salimos fuera al exterior.
New Yorkkk New Yorkkk.. Cantaba la famosa canción de Alicia Keys...
Compramos la MetroCard, y fuimos a Penn Station, que es el centro de Manhattan. Una vez allí, cambiamos de metro y cogimos nuestra línea para ir hasta el hotel.

Hicimos el chek-in en el Hotel, descargamos bártulos, y nos fuimos al centro como si se nos acabara el mundo ese día, con las prisas y con la incertidumbre de lo que nos iba a deparar nuestro primer día...
No teníamos mucho tiempo, pero fuimos a Times Square, al meollo de la ciudad. Quería ver lo que se sentía al estar rodeada de esos carteles gigantescos de publicidad, y levantar la vista y ver el final de los rascacielos.
Una vez superado el primer impacto visual, optamos por cenar una hamburguesa en un McDonald´s, e irnos al hotel a descansar.
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NYC, día 2:

Desayunamos como Dios manda, en un dinner justo al lado de nuestro hotel, llamado METRO DINNER. Un lugar con mucho encanto, muy… pues eso… muy americano!

Nos pedimos unos pancakes, el mío de chocolate y el de Luis de plátanos... buenísimos! y el café interminable, que te va poniendo el camarero, que no deja nunca que se vacíe el vaso...
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Con los estómagos bien llenos nos fuimos desde el Dinner hasta Harlem paseando por Central Park andando, ya que era un paseo y teníamos ganas de ver cosas…
y vimos unos bomberos muy simpáticos..
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Una vez en Harlem, una barriada donde predominan los de piel negra, vimos un barrio muy humilde. Paseábamos por sus calles y la gente nos saludaba y nos daba los buenos días, cosa entrañable la verdad.
Llegamos a la iglesia llamada First Corinthian Baptist Church en la cual nos encontramos dos colas, una para blancos (turistas) y otra para los habituales, cosa que me impactó un poco al principio, ya que yo quería vivir una misa Góspel con toda integridad como el resto…
Nos pusieron en las gradas más altas y poco a poco se fue llenando, y al final, algunos asiduos de la iglesia se fueron acercando a la zona donde estaba el “turisteo”…
Fue una misa preciosa, un homenaje a la mujer, y con todo el coro de cantantes femenino… la gente lo vivía mucho. Fue bonito la verdad, pero me sentí como en un corral de turistas dentro de un recinto separada del resto…
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En la entrada te dan un sobre para que les des la voluntad, y cuando terminó la misa pasaron unos chicos y les pusimos dinerito…
Lo que más me gustó fue como transmiten su religión con la música, con la pasión que bailaban y cantaban… Fue muy emotivo verles !
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Cuando salimos del la misa Góspel, fuimos caminando por Central Park hasta el centro.
Me quedé maravillada, paseando por un lugar en medio de todo el bullicio, para descansar o hacer deporte.
Había mucha gente haciendo footing, yoga, paseando al perro o tomando el sol sin más. Un lugar que imagino imprescindible allí, para poder desconectar un poco del estrés que se ve en la ciudad.
Central Park estaba muy bien cuidado, todo tipo de plantas con flor, de árboles, lagos, y fauna autóctona de allí, que básicamente incluye patos y ardillas hambrientas y divertidas.
¡Qué ganas tenia de estirarme en el césped!
Nos pedimos unos hot dogs y nos estiramos allí los dos, contemplando el ambiente tranquilo que se respiraba, y buscando ardillas por los árboles...
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Después fuimos a la calle 42, y allí Luis estaba en su salsa… se acordaba perfectamente de las calles y por donde ir para ver los sitios más emblemáticos. Tenía el mejor guía del mundo!
Cada dos por tres íbamos parando haciendo fotos, como dos típicos guiris. y dio la casualidad que nos encontramos con Jose Mota en la catedral de Sant Patrick..
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Levantando la cabeza, viviendo el bullicio de Times Square, lleno de carteles publicitarios, hombres cartel por todas partes, la chica cowboy haciéndose fotos con todo el mundo, tiendas por todas partes, y turistas por todos los lados.
Me di cuenta de la cantidad de gente que había integrada en NYC, de etnias de todo tipo, sobretodo chin@s y sud-american@s.
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El habla hispana estaba muy presente por muchos de los rincones de Manhattan, cosa que me ayudó un poco con el tema del idioma. Los neoyorquinos tienen un inglés muy cerrado, y me costaba un poco entenderlos...
Con lo que me gusta hablar, y me sentí mas perdida que un pulpo en una cocina. Yo que había estado un año yendo a clases de inglés (británico claro grrr) y a la hora de comunicarme me sentí… pequeña no , lo siguiente.
En fin gracias a Luis que lo domina bastante más que yo el idioma…

Después quedamos con nuestro amigo americano, John, que casualmente estaba por la zona, y nos llevó a Liberty State Park en New Jersey, donde pudimos apreciar varias imágenes espectaculares, las vistas de Manhattan desde el otro lado del río Hudson. El mal tiempo que hacía nos regaló unos rayos cayendo encima de los rascacielos dignos de fotografiar (Luis estuvo a punto de conseguir captar uno que cayó espectacularmente en la antena del WTC, que nos dejó estupefactos… lástima).
Lejos de las multitudes de Nueva York, pudimos ver un memorial del 11S con unos muros larguísimos con todos los nombres de las víctimas de aquel malicioso día.
Muy aconsejable visitar, y si vais un día nublado o lloviendo, imprescindible llevaros una buena chaqueta, forro polar y una buena cámara de fotos.
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Después de apreciar las vistas desde Liberty State Park, John nos llevó a cenar a Staten Island, a un restaurante llamado Goodfellas Brick oven Pizza. (si os mola el picante, pediros el pollo con salsa Búfalo, pica como un demonio)
Staten Island es una zona bastante tranquila, rodeada de negocios de coches de segunda mano, adornados de sus banderines multicolor, y un montón de restaurantes de comida rápida.

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NYC, día 3:

Fuimos a Planet Hollywood bien prontito a buscar nuestra tarjeta NY PASS, que ya habíamos comprado por internet desde casa, y que sólo teníamos que ir a recoger.
La cogimos de 3 días, y la verdad es que lo nota considerablemente el bolsillo cuando la usas, ya que ofrece considerables descuentos y acceso rápido a muchos sitios. A continuación, os comentaré algunos de los lugares que visitamos con nuestra tarjeta NY PASS.
Una vez la tuvimos, nos fuimos al museo de cera, que está en la calle 42.
Nos lo pasamos genial… habían figuras de muchos actores, deportistas y cantantes conocidos, y pasamos un buen rato fotografiándonos con “ellos”.
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Cuando salimos ya prácticamente era la hora de comer, y de comprarme un calzado cómodo en Macy’s (Gran almacén comercial, tipo Corte Inglés )
El tiempo allí es oro, así que comimos rápido, con mis bambas nuevas, listos para comernos NYC.. y nos fuimos a realizar la visita a Radio City Music Hall con nuestro NY PASS.
Este recinto es curioso de ver. Fue inaugurado en el 1932 y, por un tiempo, considerado como el primer destino turístico de la ciudad de Nueva York.
En la excursión te explican cosas bastante curiosas como la historia del hall, y artistas que han actuado en toda la trayectoria del recinto. También explican anécdotas curiosas , que por la cara de la gente, imaginaba que eran muy divertidas, pero que desconozco por mi nivel de inglés.. yo me reía con ellos sin saber por qué, para no dar el cante…

Una vez salimos de allí, la idea principal era aprovechar al máximo el día, así que decidimos ir al Museo MOMA, que se ubica en el número 11W de la calle 53.
Los museos allí cierran a las 18.00h, y llegamos a las 17:00h … Dios… a correr por el museo !!!

Tenía entendido que habían obras fascinantes, al menos para mí, y pudimos disfrutar de las grandes obras conocidas, como La Noche Estrellada y El Cartero de Vincent Van Gogh, los Nenúfares de Monet , obras de Klimt , Las Señoritas de Avingnon de Picasso, El sueño de Henry Rousseau, obras de Frida Kahlo, y obras espectaculares de Paul Gauguin.
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Todo eso en una hora, corriendo y parándonos en los cuadros que más nos interesaban (museo muy recomendable, mínimo 3 horas para verlo).
Una vez salimos del museo, nos fuimos andando hasta Chinatown, ya que teníamos que hacer una compra de relojes.

Pudimos ver la mafia que había de chinos vendiendo de todo, como relojes, bolsos, y todo tipo de falsificaciones. Y después de un duro regateo por mi parte, conseguí el reloj que quería al 50% del precio inicial.
Siempre se tiene que empezar por un 70% más barato del precio que te dicen y de ahí, una guerra de regateo a ver quién gana..
Nosotros compramos un modelo concreto de Tag Heuer , cuyo precio inicial era 150 dólares, pero que terminamos comprando por 70 dólares. Nos es por dármelas, pero se me da muy bien el regateo, jejeje….
Salimos de las bulliciosas y ajetreadas calles de Chinatown y nos dirigimos a las calles de Little Italy , que estaban a un paso.
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Estaban adornadas muy bonitas, con lucecitas de colores de una punta a otra de las calles, como si fueran a celebrar alguna fiesta, cosa que desconozco.
Estábamos cansados, y encontramos un pequeño local llamado BARÇA TAPAS BAR, donde decidimos entrar a comernos unas bravas con una buena cervecita fresquita.

Esperábamos al típico dueño cachondo que nos alegraría un poco con sus vivencias en NY, y allí no hablaba español ni el Tato.
Adjunto foto donde no hay que ir...
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Había una camarera bastante seca, con música ambiental de Julio Iglesias, pero de “spanish” poco, o más bien nada. Nos pedimos 2 bebidas y unas bravas, y nos cascaron 27 dólares. Quisimos pagar con un billete de 100 dólares y nos dijo la chica que no tenía cambio…
¿ perdona? Nos acabas de cascar casi 30 dólares por una estrella Galicia, una Coca-Cola y unas bravas ¿?
Si lo podéis evitar, no vayáis la verdad, no nos sentimos para nada como en casa…
Seguimos la marcha y encontramos una tienda con todo tipo de decoraciones y detallitos de Navidad. La tienen abierta todo el año, y es una tienda preciosa, donde la magia navideña te recorría por todo el cuerpo, y donde pudimos oír algún tema de Elvis góspel…

Día intenso, recorrimos unos 10 km sin darnos cuenta, y con las piernas ya que se nos resistían. Cogimos unas porciones de pizza que vendían cerca del hotel, duchita… y ZzzzzzzzzZzZ…!!!

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