Disney Orlando 2017 o No todos los Superhéroes llevan Capa ;) ✏️ Blogs de USA

Queríamos empezar el año con un viaje especial para nuestra hija Paula que, desde finales de Octubre se había convertido en hermana mayor, y el primer destino que nos vino a la cabeza fue Disney. En el 2015, cuando apenas tenía 2 años la habíamos llevado al de París, pero esta vez queríamos liarnos la manta a la cabeza y cruzar el charco para ir a Orlando. Con dos… niños…Cruzaremos los dedos, pero seguro que salimos de esta. Hay que ver lo que nos gusta la marcha…

Cuando nos aventuramos en nuestro primer viaje por tierras americanas cuando Paula apenas tenía 4 meses, muchos pensaron que estábamos locos e incluso nosotros mismos tuvimos algunos momentos de duda antes aquellas vacaciones, pero como la experiencia al final fue mucho más positiva de lo que habíamos imaginado, eso fue lo que nos empujó a embarcarnos en una idea similar, pero esta vez con un niño más. Sin miedo. Un poco inconscientes sí, pero sin miedo (jajajajaja)

Viajar en familia cambia totalmente la forma en la que te tienes que plantear las vacaciones. La primera consecuencia fue que, por primera vez, nos decidimos a contratar un seguro médico de viajes por si las moscas. Siempre vas con la idea de que no va a pasar nada, pero te das cuenta de que hay cosas que es mejor no dejar al azar (sobre todo se va con bebés).

Lo cogimos con Fit2Trip y nos salió por 82.38€ toda la estancia.

De todas formas, para que no parezca que somos unos padres tan responsables, decidimos no contratar seguro de cancelación con el vuelo, por lo que cualquier imprevisto de última hora nos iba a salir por un pico (no se puede tener todo…)


Las fechas tenían que ser entre finales de enero y principios de febrero así que, pronto nos pusimos manos a la obra. Cuando empezamos a mirar los vuelos a principios de Septiembre, el precio rondaba los 1400€ ida y vuelta desde Málaga a Miami. Habíamos descartado ir hasta Orlando en avión, porque el precio se disparaba hasta los 2000€ y el trayecto en coche desde Miami ya lo habíamos hecho en anteriores ocasiones.

Finalmente, a principios de Noviembre el vuelo bajó hasta los 1156€, y ya no hubo vuelta atrás. El viaje comenzaba a tomar forma.

Los vuelos siempre los comparamos en Skyscanner ya que da muchas posibilidades de búsqueda, y sus resultados suelen ser bastante buenos, aunque como es un comparador de precios, nos acabaron redirigiendo a Flightfinder para finalizar la compra.

App Skyscanner para Android

Si la reserva se hace con mucha antelación, es habitual que los horarios de salida o llegada de los vuelos sufran ligeras modificaciones (de 5 o 10 minutos) que normalmente te comunican por email. En el caso de esta página, cuando llegó la primera modificación, simplemente recibí un correo advirtiendo de modificaciones en la reserva, pero donde no se especificaban los cambios ya que “usted se eligió nuestro nivel de servicio más bajo BASICO que no incluye ningún servicio post-venta en absoluto”, pero que gustosamente lo arreglaban si pagabas 15€ por pasajero. La verdad es que al principio asusta un poco (lo barato sale caro, piensas), pero es tan sencillo como crear una cuenta con la aerolínea con la que se vaya a volar (tenemos el localizador en nuestra reserva) y listo. Si hay algún cambio, ellos nos avisarán directamente. En nuestro caso, volábamos con TAP Portugal

App TAP para Android

Una de las cosas a las que más vueltas le dimos era el tema del alojamiento. Ahí descubrí mi lado más bipolar. Ahora así, 5 minutos más tarde ya no, pero mañana volvemos al plan inicial y pasado volvemos a cambiarlo todo. Una “divertida” montaña rusa debida en gran parte al exceso de información (bendita sea J). Por un lado, queríamos disfrutar de la experiencia completa quedándonos dentro de uno de los hoteles de Disney, pero el precio en comparación con la oferta hotelera de Orlando se disparaba un poco así que, básicamente, teníamos 3 opciones:

1. Hotel Value Disney
2. Motel en alrededores
3. Hotel en alrededores

La primera opción tenía el inconveniente del precio, pero las ventajas de estar siempre en el entorno Disney, además de las propias por alojarte allí: magic bands, extra magic hours, parking gratuito o que te envíen las compras de los parques directamente a tu hotel, por poner algunos ejemplos. En un primer momento, el precio de siete noches era de $735

La segunda es la más económica, pero quizás la menos orientada a los niños. En general, nuestra experiencia en moteles en USA y, especialmente en Orlando siempre ha sido muy positiva, pero al ir con dos niños, quizás iban a ser demasiados días allí para ellos. Tan solo €253 la semana.

Por último, había encontrado un hotel con muy buena pinta y a un precio inmejorable pero, como era de esperar, tenía un poco de trampa. €534. Tenía muy buenos comentarios en la web de Booking, pero casi todos iban referidos a una zona de apartamentos y no al hotel propiamente dicho que tenía peor pinta. Además, a ese precio había que sumarle una tasa de Resort, que no llegué a encontrar de cuanto era, 11% de impuesto y el uso de las zonas infantiles también era de pago, por lo que finalmente acabó siendo el primer descarte.

Tras muchas, muchas vueltas, la estancia en Orlando pasó de 4 días en Disney + entradas, 3 en el motel y 3 más en Miami, como estaba planeado en un principio, a 7 días en el All Star Music Resort + entradas y 3 noches en Kissimmee en el Howard Johnson Inn Tropical Palms . Lo único que no cambió durante todo el planning era que la primera noche del viaje la pasaríamos en el 3 Palms Hotel en Fort Pierce, porque quedaba a mitad de camino entre Miami y Orlando y así la llegada a tierras americanas no se haría muy pesada (sobre todo teniendo en cuenta que íbamos con una niña y un bebé). De todas formas, aún quedaba algún pequeño cambio de última hora.

Tripadvisor All Star Music Resort

Tripadvisor Howard Johnson Inn Tropical Palms

Tripadvisor 3 Palms Hotel

Las 7 noches en Disney nos salieron por 605€ a través de la página de Central de Reservas (menos que a través de la oficial de Disney), el motel 106€ y la primera noche 90€, estos dos últimos reservados a través de la página de Booking

App Central de Reservas para Android
App Booking para Android
App Tripadvisor para Android

Ya solo nos faltaban unos pequeños detalles del viaje: el coche de alquiler y las entradas a los parques (casi ná)

Para movernos por Florida, alquilamos un coche full size a través de Rentalcars, ya que nuestra experiencia con ellos siempre ha sido buena y sus precios son de lo mejor que se puede encontrar. Una de las cosas que hay que tener en cuenta a la hora de hacerlo en esa parte del mundo, es el tema de los peajes. Aunque hay alternativas gratuitas, la forma más cómoda para moverse de camino a Orlando es la Florida Turnpike, pero tiene algunos peajes por los que no es posible pagar en efectivo o tarjeta y el único medio es mediante la SunPass, que vendría a ser como aquí el Telepeaje. El problema es que aunque todas las compañías de alquiler tienen algún sistema instalado para no tener que detenernos en ellos, cada una usa un método diferente a la hora de cobrar. Y según el recorrido y los días de uso, puede haber mucha diferencia de una a otra, lo que puede ser un factor clave a la hora de reservar. En nuestro caso, teníamos una reserva lista con Dollar por 338.89€, pero al final la acabamos cambiando por una con Alamo que nos salió algo más barata 323.21€ y que nos ahorraría también algo en los costes de los peajes. Todo lo hicimos a través de la página de rentalcars y de una manera muy sencilla.

App Rentalcars para Android


En general es bastante sencillo conducir por Florida. Las carreteras son grandes y todo está bastante bien indicado. Sin excedernos del límite de velocidad y con un poco de cuidado, no deberíamos tener ningún problema. La principal diferencia es que allí todos los coches son automáticos y, cuando uno no está habituado se hace un poco raro al principio, pero enseguida se le coge el tranquillo. Es cuestión de ir poco a poco. El principal consejo es dejar el pie izquierdo “clavado” en el suelo y no moverlo durante todo el camino. ¿Imaginas lo que pasaría si de repente pisas el pedal a fondo y en lugar del embrague es el freno? Algo muy feo… Afortunadamente es super sencillo de controlar.

Aquí está un poco mejor explicado:

Conducir con Cambio Automático

En cuanto a las entradas, teníamos pensadas comprarlas a través de la web irlandesa de Disney, ya que ahí los precios están en euros, pero la oferta que había en el momento de la compra era más cara que por medio de la de USA con las mismas condiciones (1387€ frente a 1309$ que acabaron siendo 1278.70€), y nos incluía las entradas de 7 días (un parque por día) y la Memory Maker.

A estas alturas, el total del viaje ascendía a los 3600€ a los que había que sumarle 38.50€ por dejar el coche en un parking de larga estancia en el aeropuerto de Málaga.

Mientras esperábamos que el llegase el día señalado, nosotros íbamos preparando todas las cosas que pensábamos que íbamos a necesitar. Y una de ellas me tuvo preocupado durante unos días. Habíamos descargado la app de My Disney Experience y según iba reservando cosas, las iba añadiendo. Restaurantes, entradas, memory maker, pero una de las más importantes, no había manera. Como la reserva del hotel la habíamos hecho a través de un tercero, nos faltaba el número de referencia de Disney para poder incluirla en la app. Primero, me puse en contacto con Centralderservas y ellos me remitieron a una página (yourparkcodes.com) donde, con su localizador y mi apellido, podría obtener dicho número, pero no hubo manera. Probamos de mil y una formas, pero el resultado seguía siendo el mismo: cero. Mandé un mail a Disney, pero me dijeron que no me podían facilitar ese número por mail y que tenía que llamarles por teléfono así que, pasados unos días en los que seguimos intentándolo a través de la página, me decidí a llamarles directamente, ya que estábamos empezando a preocuparnos un poco. No fueron capaces de localizar mi reserva, así que tuve que contactar nuevamente con la agencia y nos contestaron al día siguiente diciendo que los números de referencia se dan solo a las reservas de entradas a los parques y no a las de estancias. Como no estaba por la labor de volver a llamar a Disney y preferíamos llevar todo guardado dentro de la app, finalmente decidimos cancelar la reserva a través de Centraldereservas y volverla a hacer mediante la página de Disney. No lo hicimos por falta de confianza (no teníamos duda de que la reserva estaba ok), pero preferimos cambiar la reserva aunque tuviésemos que pagar una diferencia de 100.00€.

Cuando esto estuvo listo, dejamos preparado el check in online a través de la app y personalizamos las magic bands con nuestros colores favoritos.



No llevábamos ningún plan de visita a los parques ni nada parecido. Tan solo queríamos aprovechar las extra magic hours, por lo que intentaríamos que las visitas fuesen a los parques que las tuviesen según el día, ya que sabíamos perfectamente que los tiempos iban a ir marcados por los peques, y ahí, poco podíamos hacer. Dentro de la idea principal estaba la de regresar al hotel al mediodía para descansar un poco y, en la medida de lo posible intentar salir a comer fuera de los parques aprovechando que íbamos con coche y que los precios seguramente no serían tan elevados. Tan solo habíamos planeado un par de excepciones. Queríamos regresar al Rainforest Café, ya que nos habíamos llevado un gran recuerdo en nuestra visita a California (aunque en aquella ocasión no llegamos a entrar a los parques) y una comida en el Akershus de Epcot para ver qué cara ponía Paula al ver allí a las princesas. El resto, lo iríamos decidiendo sobre la marcha en función del cansancio y de las ganas que tuviésemos.

Otro de los sitios que teníamos ganas de probar era el restaurante “Be Our Guest” de Magic Kingdom, pero cuando nos decidimos a reservar mesa ya no había sitio. Más por aburrimiento que por otra cosa, iba probando cada día por si había suerte y, la noche de reyes sonó la flauta (bien!!!). Conseguimos sitio para desayunar los 4 a las 08:10 en nuestro primer día de parques.

Para el resto de los desayunos teníamos claro que los íbamos a hacer a base de lo que comprásemos en Walmart.

Finalmente, el viaje había quedado de la siguiente manera:

Día 25 de enero: llegada a Miami a las 15:30, recogida de coche de alquiler y traslado hasta Fort Pierce para pasar allí la primera noche. Elegimos este sitio porque se encuentra más o menos a mitad de camino de Orlando y así al día siguiente el trayecto en coche no sería tan largo y podríamos llegar allí a primera hora de la mañana. De habernos quedado en Miami, seguramente habríamos parado a comer a mitad de camino y habríamos llegado a nuestro destino a media tarde.

26: salida de Fort Pierce después de desayunar y pasar la mañana el Premium Outlets o Florida Mall y comer allí. De camino al hotel de Disney, parar en Walmart para comprar algo de comida y check in en hotel. Resto de tarde para conocer el/los hotel/es o pasar un rato en la piscina dependiendo de la temperatura.

27: Magic Kingdom, ya que queríamos que el primer parque a visitar fuese ese. Desayuno en BOG

28: Animal Kingdom con comida en Rainforest Café

29: Disney Hollywood Studios

30: Día de compras y descanso

31: Epcot con comida en Akershus

1: Repetir Magic Kingdom

2: Repetir Animal Kingdom

3: Repetir Disney Hollywood Studios

4: Descanso y compras

5: Regreso España

De esta forma, casi todos los días podíamos aprovechar las Extra Magic Hours a excepción del día 2 (que eran en Epcot), pero que preferimos ir a AK ya que tocaba cambiar de hotel y ese era el parque que cerraba más temprano.

Sacamos algunos Fast Pass desde la app de MDE ante de salir de España, pero casi todos eran para fotos con personajes.

El día 06 de diciembre nos mandaron un mail advirtiéndonos que la piscina con forma de piano del hotel iba a estar cerrada durante nuestra estancia por mantenimiento y que era posible que hubiese un poco de ruido por las obras, pero no nos afectaba mucho. No sabíamos si el clima sería el adecuado para bañarnos (teníamos pocas esperanzas) y suponíamos que las obras se llevarían a cabo durante el día así que, más allá de alguna posible siesta, no supondría molestia alguna.

En contra de todas las recomendaciones leídas y escuchadas, al final decidimos dejar aquí la sillita de paseo de Paula, ya que preferíamos aliviar un poco la carga de trastos, aunque eso se podía volver en nuestra contra dentro de los parques, pero por si las moscas teníamos en mente un plan B e incluso un C (¿padres inconscientes? El tiempo dirá).

¿Te echaremos de menos? El tiempo dirá

La idea era llevar al bebé en el carrito mientras Paula fuese caminando y, en caso de que estuviese muy cansada, cambiar a Carlos a una mochila de porteo y que Paula se sentase en la silla. Como teníamos pensado hacer un descanso todos los días a la hora de comer no creímos que hubiese que recurrir a esto muy a menudo, pero si la cosa se complicaba del todo y se había imposible esta opción, el plan C pasaba por comprar una sillita de paseo barata en Walmart y problema resuelto (tachán!!)

Después de muchas vueltas y mareos (jejejeje), decidimos cambiar la última noche de estancia en Orlando por un sitio que estuviese más próximo tanto al aeropuerto como a Miami, y el lugar elegido fue el Ramada Plaza Fort Lauderdale de Fort Lauderdale. De esa forma, podíamos hacer la vuelta de Orlando de forma más tranquila y además, a mí me daba la oportunidad de quedar con un amigo que trabaja en Miami.

Tripadvisor Ramada Plaza Fort Lauderdale


La diferencia en el precio final tras los cambios fue de 50€ más, pero seguro que valían la pena.

Ya se podía decir que, oficialmente estaba todo listo (sí, aunque parezca mentira). El desglose del precio final fue el siguiente:
Vuelo: 1156.00
Alquiler coche: 323.21
Hotel Fort Pierce: 92.14
Hotel Disney: 706.24
Hotel Kissimmee: 102.16
Hotel Fort Lauderdale: 93.00
Formulario ESTA: 54.78
Seguro médico: 82.38
Parking aeropuerto Málaga: 38.50
Entradas Disney + Memory Maker: 1278.70
Total: 3927.11€

Como lo habíamos planeado con tiempo, dividimos las compras entre varios meses, y así el dolor no fue para tanto. Además, siempre tenemos un bote en casa que destina todas las monedillas que caen al gasto en viajes, pero este año habíamos probado algo diferente que acabó teniendo éxito. Se trata del “Reto del ahorro de las 52 semanas”. Básicamente, consiste en ir metiendo en el bote semanalmente tantos euros como semanas del año se lleven transcurridas. Es decir, la primera semana del año se pone un euro, la segunda 2, y así sucesivamente hasta terminar el año poniendo 52 euros la última semana. Al principio es fácil, porque el gasto es pequeño, pero a partir de la mitad del año se hace un poco más cuesta arriba (algún caprichito tendrá que esperar). Para aliviarlo un poco, yo ponía dinero las semanas pares y Asun lo hacía en las impares. Con la tontería, al final recaudamos 1378 euros que acabamos redondeando hasta los 1400 (qué son 22 eurillos llegados a este punto??) y eso fue lo que cambiamos a dólares para terminar de pagar los hoteles así como todas las comidas del viaje.

Buen sistema de ahorro

Al final el previo ha sido bastante más largo de lo que había pensado, pero es que había muchas cosas que contar… Seguiremos contando la aventura poco a poco, pero como ya es costumbre, os dejamos el video resumen del viaje para ir abriendo boca.

Un saludo,

Asun, Álvaro, Paula y Carlos

PD: El tiroteo que hubo el 6 de enero en el aeropuerto de Fort Lauderdale nos inquietó un poco e hizo que por unos momentos nos replanteáramos el viaje, pero finalmente conseguimos que no nos afectara y seguimos adelante con nuestros planes.

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Todo había comenzado en una mañana de reyes cuando entre todos los regalos, Paula había encontrado una carta de las mismísimas Elsa y Anna que la invitaban a viajar a Disney. Ella, ya había oído rumores, pero a partir de esa fecha ya estaba segura, y tenía pruebas para demostrarlo.


Nos levantamos a las 03:00 de la mañana con mucho sueño (muchísimo), dispuestos a comenzar el largo día que teníamos por delante, pero con la ilusión del destino a visitar. Dejamos a los peques durmiendo mientras nosotros nos íbamos preparando. Ya teníamos guardado todo el equipaje en el coche desde la noche anterior, ya que habíamos preparado todo con mucho tiempo. Costó un poco meterlo todo en el maletero, pero al final se consiguió. En total, llevábamos 2 maletas grandes y 2 pequeñas, más el carrito de Carlos, una mochila, un bolso y las dos sillitas de coche. Un montón de trastos, pero más o menos manejables. Una de las grandes iba vacía, así que habíamos aprovechado para meter dentro de ella una de las pequeñas y así ir algo más ligeros. Además de Disney, nuestra oscura intención eran las compras… Cuando estuvimos listos, les llevamos hasta el coche en brazos para intentar que siguiesen durmiendo hasta el aeropuerto (ellos que podían).

La primera parada fue en el parking de larga estancia que teníamos contratado cerca del aeropuerto de Málaga (www.parkingsurmalaga.com). Al hacer la reserva, se puede elegir entre llevar el coche al aparcamiento y que nos lleven desde ahí hasta el aeropuerto, o bien que recojan allí directamente el coche. No sabría decir muy bien por qué, pero siempre he optado por la primera opción y, por primera vez, me estaba empezando a arrepentir. Seguramente hubiese sido más cómodo que fuesen ellos a recoger el coche al aeropuerto.

Nos apañamos como buenamente pudimos para llegar hasta el mostrador de facturación con todos los bártulos y llegamos allí sin demasiados problemas. Lo primero que me sorprendió fue que me pidieron los papeles de la ESTA y la chica me dijo que sn ellos no habría podido viajar. El caso es que los había imprimido en casa unos días antes junto a los papeles del seguro por si las moscas, pero en los anteriores viajes nunca me los habían pedido. Facturamos todo a excepción de una maleta de mano y la mochila donde llevábamos algo de entretenimiento para Paula durante el viaje así como todo lo necesario para los posibles cambios de Carlos.

El control de seguridad fue fácil y rápido y de allí nos dirigimos a la puerta de embarque. Como habíamos llegado con algo de tiempo, paramos a tomar una café para coger un poco de fuerzas (habíamos salido de casa sin desayunar) y a las 06:20 estábamos en la cola para embarcar. Normalmente se tiene preferencia de embarque si se va con niños menores de 5 años, siempre y cuando éste no sea con jardinera (autobús), como fue nuestro caso. Cometimos el error de guardar todas las prendas de abrigo en la maleta facturada que iba medio vacía y, al salir a la calle para coger la jardinera, y durante el tiempo que estuvimos esperando en la escalerilla del avión pasamos un poco de frío.







Llegamos a Lisboa puntuales e hicimos un poco de tiempo en el aeropuerto para aguantar las tres horas y media de escala. La primera parada fue en McDonalds para desayunar algo más sólido.

Vimos un par de tiendas y, antes de darnos cuenta ya estábamos camino a la puerta de embarque. En esta ocasión, el control de pasaportes fue muy cómodo, porque tienen una zona habilitada para familias y lo pasamos en un momento. Justo antes de llegar a la puerta, vimos una zona infantil de juegos, y allí echamos los últimos minutos mientras Paula se divertía con Aquiles y Andrea, dos niños que acababa de conocer y que también iban a Disney.


En esta ocasión sí que fuimos de los primeros en embarcar, aunque como tampoco llevábamos de masiadas cosas, podíamos haber entrado más tarde sin problemas. Había un poco de niebla, pero nada sobre lo que debiéramos preocuparnos. Todo iba en hora.



Cuando quedaban unos minutos para el despegue, un azafato se acercó y nos preguntó si queríamos cambiarnos a la primera fila de la zona de turista ya que ahí cabe la posibilidad de montar una cuna para los bebés, así que no nos lo pensamos mucho. Nos había sucedido lo mismo en el primer viaje que habíamos hecho con Paula desde París a Nueva York, pero en aquella ocasión no lo hicimos.


El vuelo se hizo muy largo, teniendo en cuenta que había que estar constantemente pendiente de los niños, pero fue mucho más tranquilo de lo que nos habíamos imaginado. A Paula le regalaron un montón de cosas para que fuese entretenida y a Carlos también le cayó algo, aunque fue su hermana la que lo usó todo.



En cuanto al entretenimiento a bordo, TAP no nos ofrecía muchas posibilidades. Tan solo una pantalla con 6 o 7 canales en los que se podían ver algunos vídeos e imagino que alguna película, pero sin poder elegir nada más que el idioma.

La comida nos la sirvieron nada más despegar y 1 hora y media antes de aterrizar nos pusieron algo de merienda. Demasiado tiempo entre una y otra y, si además le sumamos que la calidad no era muy allá, hizo que llegásemos a Miami “esmayaítos” de hambre.







Había leído de un nuevo sistema para aligerar el paso por la aduana que es el APC (Automated Passport Control) en el aeropuerto de Miami. Son unos kioskos de autoservicio donde uno va contestando una serie de preguntas y al final te imprime un papel. Si sale con una cruz, has de pasar por un mostrador de inmigración como toda la vida. Si no, creo que puedes pasar sin problemas. Pensaba que había que cumplir una serie de requisitos para poder usarlos, pero básicamente ahora me pareció que era obligatorio para todo el mundo.

En este vídeo se explica bastante bien cómo funciona este sistema. Está en inglés, pero tiene subtítulos en castellano


Como era de esperar, a nosotros nos salió una gran “X”, así que tuvimos que esperar la cola de inmigración, pero por suerte no había demasiada gente. El agente que nos tocó fue muy amable, aunque no hablaba ni papa de español.

Recogimos todo el equipaje sin problemas, aunque hay que decir que, tanto las sillitas de coche como el carrito salieron por una cinta diferente que está para cosas más delicadas o de mayor tamaño. Tuvimos que coger un carrito (allí cuesta 5 dólares usarlos) y, aunque son algo pequeños, conseguimos meter todo sin demasiados problemas. Continuamos hasta el tren que nos llevaba a la zona de oficinas de alquiler de coches pero cometimos el error de dejar el carrito justo antes de subirnos porque pensamos que no podríamos entrar con él en el tren, aunque luego vimos que mucha gente sí que lo hacía.

En el mostrador de Alamo fue todo muy rápido. Carnet de conducir, tarjeta de crédito y reserva en mano, rechazar un par de cosas que siempre intentan venderte (GPS, seguros extra, upgrades, etc) y fuimos a la planta indicada a recoger el coche.


Allí, te dicen que fila es tu categoría, y coges el vehículo que más te guste, ya que todos tienen las llaves puestas. Como ya nos había pasado en anteriores ocasiones, nos dejaron coger uno de categoría superior sin cargo alguno, pero pensé que no íbamos a tener problemas para meter todas las cosas dentro y me sentía más cómodo que llevando un todoterreno de esos tan grandes (sobre todo por temas de aparcamientos durante el viaje, etc).


Al salir de Miami, nos encontramos con un atasco como no había visto en nuestros anteriores viajes por Florida y eso, unido a algún error al coger alguna salida, hizo que llegásemos a Fort Pierce pasadas las 20:00.


A pesar de llamarse hotel, tiene un aspecto más similar al de los moteles en los que nos habíamos quedado en anteriores ocasiones. Situado en las afueras y rodeado de gasolineras y restaurantes de comida rápida. Quizás no el sitio ideal para unas vacaciones, pero perfecto para una noche de paso.








La habitación era amplia, aunque la limpieza no era muy destacable. Debajo de la cama encontramos un envoltorio de Dunkin Donuts que evidentemente no era nuestro, pero intentamos no darle la mayor importancia.

La cena la hicimos en McDonalds, pero nos lo comimos en la habitación.

Antes de irnos a la cama, Paula empezó con tos, seguramente del frío que cogió mientras esperábamos para subir al avión en Málaga, pero esperemos que la cosa no vaya a mayores.

El agotamiento era evidente, así que básicamente nos desplomamos en la cama nada más terminar de cenar. Había sido un día demasiado largo.

Para ser nuestro primer día, habíamos andado 13.6km. Buen comienzo para nuestras piernas-

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JUEVES 26 ENERO 2017

A las 02:45 ya estábamos en pie. Concretamente Paula, pero el resto no duramos mucho más. Aunque no se hubiese despertado ella, seguramente no nos habrían dado más de las cinco. Era algo con lo que ya contábamos. Bienvenido a USA, bienvenido Jet Lag. Como nos temíamos, Paula había cogido algo de frío y estaba tosiendo bastante.

Teníamos el desayuno incluido con la habitación, pero hubo que esperar hasta las 06:00 para ello.
A pesar de que nos habían dicho que era un desayuno frío y nos lo habíamos imaginado como que sería muy poquita cosa, la verdad es que estuvo bastante bien. En un principio la reserva no especificaba que lo teníamos incluido, y fue una grata sorpresa. En una nevera había agua, una especie de puré de frutas y luego podías elegir entre café o té y bollería así como algo de fruta natural. Nos supo a gloria a todos.



Aún nos quedaba un largo camino hasta llegar a Orlando y, como no podía ser de otra manera, nuestra primera parada fue para ir de compras. A mitad de camino, paramos en un Wallgreens para comprar alguna cosa para la tos de Paula, pero según le dijeron a Asun, para menores de 12 años todo va con receta, así que lo único que nos pudo dar fue una especie de jarabe que era casi todo miel y unos caramelos de miel y limón. Lo primero se lo tomó medio bien, pero los caramelos dijo que no le gustaban nada y que no quería más. La cosa prometía. Durante el trayecto nos cayó un poco de agua pero, en general, la temperatura era agradable.


En cuanto a las compras, empezamos con un trío que casi nunca nos defrauda: Ross Dress for Less y TJMaxx para cosas de ropa y calzado a buen precio, aunque hay que rebuscar bastante y es mejor ir a primera hora ya que así está todo más ordenado, y DollarTree, lo que vendría a ser para un americano entrar aquí en un bazar chino. Muchas tonterías a un dólar y una forma de pasar el rato.

Hicimos algunas compras y continuamos el recorrido por el Premium Outlet de International Drive que nos quedaba justo al lado. La visita fue muy rápida ya que a Asun no le apetecía mucho meterse por las tiendas, así que prácticamente fuimos a lo que yo andaba buscando, lo que hizo que terminásemos antes de lo esperado. La idea era haber comido allí, pero como era muy pronto, nos fuimos hasta el Walmart que hay junto a Disney para completar el día. Básicamente necesitábamos provisiones para los desayunos y cenas de toda la estancia en Disney.







Nos gastamos 80.29US$, pero pensamos que sería más que suficiente para sobrevivir allí. Entre algunas tonterías, habíamos metido en la maleta un hervidor de agua que teníamos en casa a punto de jubilar, así como unos sobres de café descafeinado y de té. No estoy muy seguro de que eso se pueda meter en USA, pero como no os pararon en la aduana, nos quedaremos con la duda. El caso es que pensamos que nos iba a ser muy útil y cómodo para poder desayunar en la habitación o incluso prepararnos unos noodles por la noche.

Si ya había poco sitio en el coche con las maletas y demás trastos, ahora había que añadirla las compras y eso sí que fue digno de campeón de tetris.

El sitio para comer lo eligió Paula y ohh sorpresa, sorpresa, quiso McDonalds. Un día y medio allí y parecía que no existiese otro sitio en el mundo. Asun y Paula comían entre poco y medio sano, pero yo es que no me puedo resistir. Veo una hamburguesa y se me va la cabeza. En comida solo lo supera un buen cacho de carne. Mi perdición.

Después de llevar unas semana dándole la tabarra a Paula con que si Disney aquello que si Disney lo otro, la pobre tenía ya unas ganas locas de meterse en faena, así que no la hicimos sufrir más y nos llegamos al hotel.



Habíamos elegido el All Star Music Resort, básicamente por un tema económico, pero al llegar nos dimos cuenta de que el lugar merecía la pena. Como llegamos en coche, aparcamos en un parking que hay nada más llegar a mano izquierda que está reservado para los check in. Yo lo llevaba hecho online, así que pensé que sería cuestión de pocos minutos, pero me equivoqué por poco. En primer lugar, la cola iba desesperantemente lenta. Estando donde estábamos, supuse que la gente tendría un millón de preguntas en la entrada al hotel, así que no le dimos mayor importancia. Mientras yo esperaba, Asun y los niños cotilleaban toda la zona de recepción y se entretenían con lo que iban viendo. Cuando la familia que estaba delante de mí terminó, me fui a acercar al mostrador, pero la recepcionista que estaba en ese momento me dijo de muy malas formas que aún no había acabado (la familia ya se había ido) y que esperase a que ella me llamase. Segundos antes, me había fijado en que el recepcionista que estaba a su lado hablaba español, así que ya tenía dos razones para no tratar con ella. Pensé en cederle el turno a los que estaban detrás de mí si me llamaba, pero al final no hizo falta y continué el registro con Roberto, un hombre pasados los cincuenta que me pareció entender que era de Puerto Rico.

Personalmente, quería que el viaje fuese algo muy especial para la familia, así que había indagado acerca de cómo sorprender a mi mujer y a Paula (Carlos todavía es demasiado pequeño) a nuestra llegada a Disney. Ellos mismos te pueden preparar una sorpresa decorando la habitación, pero se escapaba definitivamente del presupuesto. El pack de bienvenida de Anna y Elsa (que era el que más atractivo me parecía) se iba a los US$410.95, así que decidí pasar a un versión más low cost (jejeje). La primera opción fue a través de la página de Disney Store, pero el tiempo de entrega era de 7 a 9 días, así que me acordé del servicio Prime de Amazon que tiene entrega gratuita al día siguiente y además tiene un mes de prueba gratis (solo hay que acordarse de cancelar el servicio a la vuelta de las vacaciones). El único problema de esta opción es que Amazon ya trabaja con muchos vendedores chinos, por lo que casi todo lo que vende de Disney son imitaciones con unos comentarios no muy buenos, así que tras unas cuantas vueltas, retomé la idea original de la Disney Store que, por lo menos me aseguraba la calidad de los productos. Lo único que tuve que hacer fue realizar el pedido unos 10 días antes de salir y, con un poco de suerte, nuestro paquete estaría esperando en la recepción a nuestra llegada al resort. Tenía un poco de todo e iba dirigido principalmente a Paula, pero sabía que a Asun también le haría ilusión al ver la cara de la niña. Aparte de esto, compré también unas camisetas de Disney a juego para toda la familia, pero esta vez fue a través de eBay.

Sorpresas by Disney

Lo de las camisetas era un poco frikada, pero me apetecía mucho hacerlo. Estuve mirando para personalizarlas a través de internet aquí en España pero, o no me gustaba el resultado final, o se iban casi a los 110 euros las de todos, así que por poco más de US$50 las compré a través de EBay USA, cuyo envío al hotel era además gratuito.

Disney Store: 95.00
Camisetas: 25.16
Pijama Frozen: 16.45
Flores: 69.30
Total: 205.91

La tercera sorpresa que tenía prevista era un ramo de tulipanes que son las flores favoritas de Asun, a través de I Drive Florist pero en ese caso había puesto que la entrega fuese al día siguiente.

Roberto me comentó que habían recibido 3 paquetes (eso ya lo sabía), y dio aviso para que los llevasen a la habitación lo antes posible. El resto de cosas (casi todo lo de Disney Store) no había llegado todavía, y sólo una de ellas estaba enviada. El resto NS/NC.

Entre pitos y flautas, cuando terminé con todo y volví con Asun y los niños, habían pasado ya 47 minutos!!! El check in más largo del mundo… En un principio nos habían asignado una habitación en el Country Inn, las más alejadas de la recepción, pero al final nos cambiaron a una del Rock Inn en la tercera planta: la 3602.









La primera impresión al llegar a la habitación fue buena. La decoración exterior de los jardines y alrededores está muy chula y, aunque la habitación propiamente dicha tiene una decoración simple, era amplia y se ajustaba perfectamente a nuestras necesidades. A las 17:00 tocaron a la puerta para dejarnos los primeros paquetes: las camisetas de Disney, el pijama de Elsa y Ana y un libro de pegatinas para Paula.






Organizamos un poco todas las cosas y salimos a dar un paseo para conocer el resto del hotel. Todos los días a las 19:00 ponen una película al aire libre en los hoteles All Star y, aunque ese día no había nada programado en el nuestro, en el Sports ponían Peter Pan, así que nos acercamos a conocer también el hotel y a ver cuánto aguantábamos con la película. En ese caso, el lugar donde la ponían era el campo de fútbol. Paula se puso muy decidida en una de las colchonetas que había por allí repartidas, pero al par de minutos se tumbó, y unos segundos más tarde, ya se le estaban cerrando los ojos, así que decidimos que lo mejor era regresar a la habitación.










Asun cenó un rollito césar y yo una de pollo barbacoa de lo que habíamos comprado en el Walmart que nos sorprendieron por lo buenos que estaban (a lo mejor también el hambre tenía algo que ver), y para las 21:30 nos terminamos de dormir todos.

Dos horas más tarde, sentimos un golpetazo y nos levantamos asustados al ver que Paula se había caído de la cama, y nos pusimos blancos al ver que estaba sangrando. Ver a una niña de 3 años con la cara cubierta de sangre sin saber muy bien qué es lo que lo está provocando es una sensación nada agradable. La llevamos corriendo al lavabo y después de un par de lavados vimos que lo que sangraba era la nariz y un poco el labio. Más escandaloso que otra cosa, pero sí que se hizo bastante daño la pobre. Su carita era un poema.

Para evitar futuros accidentes, quitamos la mesita de noche y juntamos las dos camas.

Además, tuvimos que despertarla para tomarse el jarabe, ya que la tos seguía siendo muy intensa y tenía los pies hirviendo, aunque no parecía tener fiebre.

Todavía no habíamos puesto un pie en Disney y ya estábamos hechos un cuadro.

Hoy ha sido otro día intenso. 11.4km para el cuerpo.

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