Navidades en New York ✏️ Blogs de USA

He tenido que modificar algunas cosas pero es mas o menos lo vivido en aquel viaje.La señorita quería viajar en Navidades a por su snowglobe. En un viaje compré una bolita preciosa y algún gracioso me la quitó ya mismo dentro del aeropuerto. Con tanto nervio que llevaba pues no me di cuenta de ella, se me pasó. Asi que tenia que ir a por otra.

Dia 3 de Diciembre de 2005

Llegamos al aeropuerto de El Altet a las 9:00 y esperamos un ratito para facturar. La niña como como siempre y maniatica con sus asientos, ya se habia encargado de hacer la reserva el dia anterior. Nos dirigimos a la cola de facturación. Llega nuestro turno, y una señorita muy amablemente nos dice que salimos con una hora de retraso porque al avión se le ha pinchado una rueda y tienen que cambiarla. Queeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!!
Si con el vuelo todo normal, teníamos tres horas para trasladarnos desde Gatwick a Heathrow que era desde donde salíamos hacia New York, imaginaros con una hora de retraso lo que eso suponía. Suponía que podíamos perder nuestra conexión para salir con American Airlines.
La señorita de facturación nos dice que la próxima vez que reservaramos un vuelo, intentaramos hacerlo con la misma compañía, para que en caso de perder el vuelo, nos metieran en el siguiente. Pero que dice la tia esta? Pasamos el control policial y agarro el teléfono y a llamar a mi amiga, que trabajaba en Marsans con quien yo habia reservado el billete. No contestaba, yo nerviosa. Esperando en el aeropuerto de Alicante a que cambiara la indicación de la televisión pero nada, British Airways: Gatwick Delayed. Voy a la papeleria a comprar un boligrafo y recargar el móvil. No tenian bolis ni azules ni negros. Bah, da igual, rojo. Consigo hablar con la chica de la agencia, me dice que no me preocupara que era un vuelo entre la One World y que entre ellos no hay problema. Que si se pierde pues me ubicarian en otro. Me tranquilizé un poco.
Por fín, la pantallita anuncia nuestro embarque, ainsssss. Que desesperación. En primera fila ya reservaditos también. Despegamos con una hora de retraso, las 12:30 y al principio yo como una cria, fotos allá, al ala del avión, a mi casa desde las alturas, a todo. Conforme iba pasando el tiempo, me iba poniendo mas nerviosa. Mirando el reloj, pasa una hora y aún por los Pirineos. Nerviosa cada vez más. Perdíamos el vuelo a New York. Eso no podia ser. Perdíamos a la llegada unas horas maravillosas porque no sabiamos cuando podíamos llegar. Pasa la azafata y le comento el problema. Mira la hoja que yo siempre llevo con los horarios, mira su reloj y dice con la cabeza: NO, NO Yo veia pasar las cosas, digo veía porque hay espacios en mi cabeza que del nervio que tenia, perdí un montón de imágenes. En eso que veo salir al piloto. Allá que voy yo, le cuento el problema, la conexión, todo, todo. Que follón, usted cree que llegaremos? Hasta él mismo lo dudaba.
Nos dice:
- Si llegais vais a ir muy justos de tiempo. Cuando bajeis en Gatwick las maletas tardan en salir una media hora, después hay que salir por un pasillo que es como un tunel, un satélite digamos, coger un taxi y una media hora hasta Heathrow.
- Madre mia, digo yo. Entonces que hago?
- Cuando salgas ve a la oficina que tiene Gatwick de American Airlines y les dices lo que ocurre, a ver si os da tiempo y si no para que os den sitio en el primer avión que salga.
Vaya marrón habia encima. Yo no tenia ni idea de lo que faltaba para llegar, y de repente, miro el indicador de velocidad del avión y veo como iba acelerando, más y más, ibamos en un principio a unos 700 Km/h y nos pusimos en un momento a 875 Km/h. Coñio, que pasa. El pobre piloto hasta le metia mas caña al avión. Vaya tela, eso es que no llegamos.
Empezamos a descender y en pocos minutos estabamos en tierra. Cuando ibamos a desembarcar, nos llamó la azafata, el piloto queria hablar conmigo. Me dijo: Mira, ahora cuando recojais las maletas y salgais os estará esperando un taxi en la puerta, cuesta unas sesenta libras y os llevará a Heathrow, porque si teneis que coger el bus, seguro se os va el avión. El pobrecillo piloto nos habia llamado a un taxi y todo. Joder, que bien se portó el tio. Desembarcamos y las maletas en serio tardaron en salir mas de media hora, y nos quejamos nosotros de lo nuestro. Las cogimos y a todo gas me dirigí a la ofi que tenian los de American Airlines, y el señor me dijo que con el taxi llegabamos a tiempo. Eran las 14:30, teníamos que llegar a Heathrow y facturar. El avión salia a las 16:30. Teníamos dos horas por en medio y todos sabemos que hay que estar con dos horas de antelación en los aeropuertos, bueno un poco mas si se trata de coger un avión de American Airlines con su respectivo “chequeo” que te hacen para entrar a los USA.
De todo este tramo no tengo fotos porque estuve mas tiempo hablando con las azafatas y el piloto antes que pendiente de ver el paisaje.

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Efectivamente, allí esperando las maletas y no salian, diez minutos mas sin salir, veinte minutos, vaya aeropuerto, y me quejo yo del de Alicante. Me acerqué a la oficina de American a preguntarle al señor. Un pedazo de armario sonriente me dice: Good Morning, jaja. Iba yo para eso. Good Morning, dije yo. Comento la hora que era, nuestro vuelo a que hora salía y muy sonriente dice: No problem. Vaya, yo un poco más relajada, pero tampoco tranquila hasta que no estuviera en el avión.
Al fin la cinta se puso a rodar después veinticinco minutos eternos, que para mi fue una hora y comenzaron a salir las deseadas maletas. Cogí las maletas y sali zumbando de allí. Menos mal que la maleta grande iba vacia para traerla llena que si no…. En fin, tal y como el piloto habia dicho, allá en la puerta un precioso taxi enorme con un conductor mitad hindú mitad no se de donde esperando sonriente con el maletero abierto. Mete las maletas corriendo, y cuando le dije a que hora salía el avión, joder. Creo que fuimos todo el trayecto a 150 Km/h y encima conduciendo del revés. No sabeis que sensación tiene una cuando no ha ido a Londres nunca, y va con el coche al contrario y a esa velocidad. Yo al taxista: Llegamos, llegamos? El taxista, si si, no problem. Aquello volaba. Más tranquila ya hice unas fotos a los prados, a las casas, que por cierto muy bonitas todas. A las 15:00 o un poco más, porque no recuerdo muy bien la hora, delante de nuestros ojos “Welcome to Heathrow”. Oh señor ya estamos allí.

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Como veis tuve una salida bastante movidita con mucho mucho estress.
Vaya un viajecito. 90 Libras al taxista por el pedazo de viaje que nos habia dado. Y claro, diria él, vaya propina que se da esta gente. Oh taxista, si supieras lo que no he perdido… Entramos a Heathrow, impresionante de grande, corriendo buscando facturación de American Airlines. La encontramos, enseñamos los billetes, y yo pensaba, hay madre mia, que no podemos embarcar. Pero gracias a Dios, no fue así. Apareció una niña muy simpática, facturamos las maletas, y cuando las cogió nos dijo: Christmas Shopping, jajaja. Una de las maletas iba vacia. Si si, de compras. Y me dio el billete con el asiento 27 A que ya tenia yo reservado desde hacia meses. No podeis imaginaros cual fue mi descanso, mi tranquilidad, mi paz. Estaba en Heathrow con tiempo, no mucho pero con tiempo. Fuimos a comprar unas pilas para la cámara y a dar una vueltecita por ese aeropuerto. Realmente es impresionante de grande, tiendas de todo tipo. No tuvimos ocasión de recorrerlo porque fuimos directamente antes a buscar desde donde salía nuestro avión para no perdernos, porque era como ir por un hormiguero. Lo encontramos, allí estaba. Un Boeing 777 de los que tiene American Airlines. Hice mi última llamada con el a mi amiga para decirle que habia llegado y la pobre casi se pone a llorar. La conozco muchos años ya y se alegró de que todo hubiera salido bien.

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Para embarcar, hay una habitacioncita toda enmoquetada, oscura y sin exagerar 20 personas registrandote todo. Les dimos pasaporte, billetes, fuera chaqueta, zapatos, maquinita con detector en suelas de zapatos, encendido de móvil, cámara de video fuera de estuche y encendida. Abra usted la maleta, y eso que es …… en fin. Nunca ni en las películas habia visto yo tal registro. El chico que estaba revisando mis cosas era un poco guasón, como para hacerte poner nervioso. En fin, como no llevas nada y no tienes nada que esconder, no pasó nada y subimos al avión.
Busco el asiento y vaya tela, eso es como ir no en primera clase, pero si estupendamente. Butacas ergonómicas, televisión pantalla táctil individual, ocho canales de radio, ocho de películas, trayecto del avión, teléfono y conexión a internet. En fin, una pasada.

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Y detrás no habia nadie, los lavabos. En fin, que más podiamos pedir. Habia llegado con la lengua fuera pero había llegado. El perder ese vuelo no quiero ni saber lo que hubiera supuesto…..no quiero ni pensar. Tras abrochense los cinturones vamos a despegar, empecé ya a sentir ese gusanillo que te entra y a pensar en todo lo que iba a hacer nada mas llegar a New York. Tras el despegue sirvieron la cena. La comida como en todos los aviones, té o café.
Después un par de pelis en inglés of course, entablo conversación con un pasajero que llevabamos delante. El señor resultaba que estaba casado con una señora de Avila, tenia casa en Suiza y Londres, era constructor e iba a una reunión en Manhattan y al dia siguiente volaba hacia Texas para otra reunión. Me chocó mucho, que vidas. Otro tentempié con marranadas de patatas, chocolate, Coca-Cola, etc…. Y al poco tiempo, ya empiezan a aparecer las primeras lucecitas en tierra. Nos íbamos acercando. Ainssss, que nervios. Inmigración, estaria igual la city, cuando aterricemos el primer sitio va a ser…. Iban a ser tantos que no daba a basto mi cabeza.

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Aterrizamos. Turno en inmigración y le entrego la hoja verde a un costumer, pelo blanco, cara americano total, y se para a mirar la hoja, levanta la cabeza, y nos dice:
- Rojo, por que rojo? Vaya con el costumer, habia rellenado el impreso con boli rojo y el tio va y se mosquea.
- Es que en el aeropuerto de salida no habia de otro color, le dije yo.
- Rojo, por qué rojo? Preguntó otra vez.
- Franco, que pasa con Franco?

Otra vez con el temita. Se quedó mirando y el tio se puso a partirse de risa. Pedazo de... Pensaba yo. Fotillos pertinentes y Buena Estancia dice el tio. No tenia que haber comprado el boli rojo. Si no habia en otro color que iba yo a saber. En fin, una anecdotilla más del viaje. Recojo las maletas y salgo fuera a por el taxi.

Cuando salí fuera y se abrió la puerta entendí por qué los neoyorkinos en invierno visten así. Qué frio que hacia señor mio. Taxi y caminito del Milford. Un taxista suramericano con Shakira en la radio y cantando como un loco. De repente, allí estaba. El Empire State Building, presiendiendo la ciudad. Todo el Skyline frente a mis ojos. Un escalofrío que me entró, tenia la sangre a 200 por hora en mi cuerpo. Creo que todos hemos tenido esa sensación cuando hemos llegado. La primera vez la tienes, pero la segunda estás esperando a verlo para tenerla. Nos íbamos acercando a Manhattan, y yo cada vez estaba más nerviosa. Chrysler, Empire, Pier 17,…. Entramos por el puente de Queensboro, perdirle a los taxis que os entren por el puente no por el tunel, y yo tarareando en mi cabeza New York, New York. Tres quiebres de esquina y nos plantamos a las puertas de Times Square. Llegamos al Milford, 45$ al taxi sin propina porque como no la pidió yo tampoco se la di. Habitación en el piso 22. Que alto.

La habitación daba a Times pero habia delante unas ofis y no veia muy bien. Dejo todas las maletas, cogimos mas abrigo y nos tiramos a la calle. Pusimos rumbo a Rockefeller Xmas Tree, otra de mis ilusiones. Antes de llegar pasamos por Times Square donde vimos la bicicleta que dos dias antes habiamos visto en televisión. Para pedalear cinco, pero con el frio que hacia no iba yo a esperarme a que vinieran mas personas a ayudar.

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Times Square seguía igual en todo su esplendor, gentío, música, muchísima luz, se habia hecho de dia por un momento. Encima estaba el previo de King Kong y la plaza estaba a rebosar. Hacía un frio que cortaba el cutis y yo con vaqueros. Claro, como iba yo a saber que haria tanto frio? Pero se me pasó enseguida. Nos dimos una vuelta por Times y enseguida nos fuimos a Rockefeller. Debo decir también que cada esquina era un sinvivir. Hasta que llegaba gente al semáforo y nos apretábamos todos, pasaba una rasca que era brutal. Llegamos a la placita de Rockefeller, y allá a lo lejos estaba. El maravilloso y enorme árbol de Navidad más famoso del mundo, el Rockefeller Xmas Tree. Esa imagen se me quedó grabada y ahora mismo escribiendo debo decir que tengo los pelos de punta. Era abrumador, tantas luces, tanta gente, villancicos , tanto de todo. La pista de patinaje estaba a rebosar. No cabia ni un alfiler. Habia que hacer cola para bajar a la pista. Joer, era tal el huevo que tenia que menos mal que hacia frio y podia decir que estaba así del frio, porque si no reviento como las chicharras en verano de emocionada que estaba. Toda mi vida habia querido verlo encendido y ahi estaba yo.

A que es bonito

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Después de no se cuantas fotos con mi árbol querido, pasamos por la catedral de San Patricio, pasamos y estaban dando misa, pero no era plan de quedarse. Salimos fuera empezó a sonar una música que venia de Saks. Efectivamente, no podia yo imaginar el espectáculo de luz y música que se lleva la tiendecita. Si pinchais en el google Saks 2005 vereis un video de ese espectáculo. Muy bonito de verdad. Nos dimos una vuelta por toda la 5ºAv. Y todas sus tiendas. Que preciosas estaban todas. La gente abrigada hasta las orejas, todos cargados como burros con bolsitas de Macy’s, Bloomingdale’s, Hugo Boss, Fendi… Que poderío se llevan algunos. Pero bueno, eso no era lo importante. Lo importante era que estábamos allí otra vez y habia que aprovechar el tiempo al máximo.

Nos fuimos a un Sbarro, nos cogimos dos trozos de pizza y Coca-Cola y cenamos. Un pastelillo brownie que riete tu de donde se situa eso. Y de vuelta al hotel a descansar viendo al Marriot, Times, el vasito de café siempre echando humo, todos los luminosos, todos los teatros, así hasta la puerta del hotel. Estaba cansadita y helada de frio. Yo flipando con la ciudad tan adornadita, con sus olores a aceite refrito, sus pitos de taxis, policia y sus sirenas, coches de bomberos. Sus luces de neón. Estabamos en New york.

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A la mañana siguiente, me dirijo a hacer lo que en todas las pelis de correr las cortinas a lo bestia y , oh my god, estaba nevando. Llevaba nevando toda la noche, la gran primera nevada del año y yo alli en New York, que mas se podia pedir? No podía creérmelo, cuanta nieve, creo que ni cuando he ido a esquiar he visto caer tales copos de nieve. Las azoteas del Marriot ni se veian, jolín jolín que ilusión.

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Duchita, abrigos y ala, a patear calle. Salimos afuera y, …… madre mia. Eso no se podia aguantar. Me pinchaba el cuerpo de tanto frio que tenia. Entonces fue cuando pensamos desayunar y comprar en Levi’s pantalones de pana, leotardos y unos zapatitos o botas calentitas para la ocasión. Aunque en nuestra tierra no los ibamos a gastar pero eso no podia ser. Desayuno de rigor, bacon, huevos, patatas, zumo, café con leche, bla bla bla, y ala. Al tema. Pasadita rapida por Times para verla nevada a ver como estaba, alta ruidosa y brillante como siempre.

Hasta con el cielo blanco es asi de bonita.

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Tienda Swatch en Times Square

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Parquecito en la calle 45, en verano es una estupenda terraza para tomar algun zumo o refresco

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Y caminito por la 5ªAv hasta Bloomingdale's y Levi's. Todo a patita con el frio que hacia pero daba igual. Y de repente empezó a nevar, no se si se aprecian algunos copos en la foto pero fue lindisimo.

Cartier en todo su esplendor

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Fuente frente al Plaza Hotel

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Cogimos un taxi y nos llevó a Downtown

Puente Manhattan

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Paseo por Battery Park, todo nevado que bonito estaba. Hacía un frio increíble pero daba igual. El Distrito Financiero, La Bolsa, La Zona Cero, St. Paul Chapel, etc.

Como veis todo nevado nevado nevado y mucho frio. Es lo que tiene viajar allí en estas fechas pero está preciosa la ciudad. Animaros y que no os acobarde el frio porque es realmente espectacular.

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Entramos al Pier 17, dimos una vueltecita y subimos a la planta de arriba a ver si habia algo para papear porque ya iba siendo hora. Habian muchos puestecitos de chinos los cuales en todo momento decian en voz alta: - Ñamiñamiñam, y te daban a probar comida de la que tenian para jalar. Al final comimos de uno de esos chinos que no estaba mal. Tomamos un café expreso en un local de enfrente que hay cerquita de la terraza y nos dirigimos ya por fin a comprarnos la ropa de abrigo, para poder ir por la ciudad viendo las cosas tranquilamente, porque hasta el momento no habiamos podido ver bien las cosas, porque el cerebro no nos dejaba pensar, solamente nos decia: Hace frio, mucho mucho frio.

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Toda la tarde noche la dedicamos a pasear por Macy's, visitar Santalandia que es la casita de Santa Claus que montan dentro del centro y hasta nos hicimos una foto en las rodillas de Santa. Es increíble de verdad como los americanos hacen una fiesta de la Navidad.

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Cada año para Thanksgiving Day Parade un esponsor es el que preside las entradas y hay peluches. Este año fue Scooby-Doo, el anterior fue Coco.

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Esto es parte del montaje de Santalandia, es divino. Por un momento eres un niño y te sientes tan bien al ver a otros niños con que ganas y con que alegria van a ver a Santa para pedirle sus regalos. Recordar que este montaje está hasta la noche del 24 de Diciembre, dia en el que Santa cruza por encima de Central Park con su trineo y renos.

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Eso los que estamos de vacatas como nosotros, porque el que trabaje todo el dia en esas fechas debe de ser estresante a mas no poder. Compramos ropa calentita, botas, leotardos, etc y ala, el primer dia se habia ido con mucho frio pero se habia ido. Esperamos que a la mañana siguiente bien abrigados pudieramos disfrutar muchísimo más de la ciudad.

El frío continuaba, pero probablemente nuestro cuerpo ya se habia acostumbrado un poco porque ya no sentíamos ese frío en los huesos. Bajamos a la calle, desayunito de marras y ala, dirección Central Park. Paseando por la 5ªAv y con un vientecillo bastante helado pero era toda una hazaña. Pasamos otra vez por Times y por mi Rockefeller, que era visita casi obligada todos los dias, cada dia le encontrabas algo nuevo. Llegamos al hotel Plaza, que ya estaba todo lleno de andamios para sus obras para ser convertidos en lujosos apartamentos. Que pena. Alegría para el que tenga uno de esos, jajaja. Llegamos a Central Park y decir que fue una de las vistas más hermosas que tuve de toda la ciudad.

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El parque lleno de nieve, los lagos semi congelados, los patos como si no pasara nada, la gente paseaba a sus perros con abrigo y les tiraban la pelota en medio de los jardines todos nevados. Que maravilla. A los que vayais en estas fechas, no olvideis pasar y hacerle una visita. La pista de patinaje con cancioncitas para la ocasión…. Hasta yo tenia ganas de patinar. Nunca he patinado, por eso me entró el miedo. Y si me rompo una pierna y me jorobo todas las holidays? No, no. Otra vez será. Las ardillas seguían allí a pesar de la nieve y el frío y parecia que les encantara. Realmente fue maravilloso. Toda la mañana estuvimos recorriendo sus caminitos por los que pasamos el año anterior y descubriendo otros más. Yo parecía Heidi. Después de pasear por el parque fuimos a Columbus Circle, para ver que tal las tiendecitas interiores. Está muy bien, pero no compré nada, los precios que tenían no me convencian demasiado. Después fuimos también al hotel Trumph Tower con sus cristales marrones, que de lujo chicos. Paseamos por toda la parte oeste del parque y pensábamos que vaya suerte que tienen los inquilinos de esos pisos, con las vistas tan preciosas en todas las estaciones del año que tienen que tener. Estuvimos paseando por la plaza Lincoln, entramos también donde hacen conciertos y Ópera y vaya una decoración. No saqué ninguna foto, pero habían unas lámparas impresionantes y todo adornadito navideño. Muy bonito todo y mucho frío. El suelo de la plaza estaba lleno de bolitas de sal para que no se hiciera hielo porque esa mañana realmente apretaba el fresquito.

Arbol de Navidad de Lincoln Center y yo con mis botitas nuevas para no helarme.

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Después de toda una mañana, viendo, mirando y admirandolo todo, decicimos dar una vueltecilla por Bloomingdales que fue donde el año pasado compramos nuestra ansiada bola de navidad. Subimos a la planta de todos los artículos navideños y dimos un par de vueltecillas.
No la vimos y le preguntamos a la dependienta. Nos dijo que no habian traido este año. Queeeeeee? Por queeeee? Ahora que iba a hacer yo. La dependienta fue a buscar a su encargada y la señorita nos dijo que en el Pier 17 había una tiendecita con muchos artículos de navidad y que pudiera ser que allí la encontraramos. Que hacemos? Vamos? Efectivamente, ayer habíamos estado pero por la bola se hace todo. Metro y al Pier 17, que por mucho que lo veas siempre es de agradar. Llegamos a la tiendecita, en un rinconcito y pequeña, más de lo que yo esperaba y no la tenian. Tenian unas bolitas pero no eran de motivos navideños. La tienda es Xmas Dove. Bueno, pues seguiremos buscando, gracias. Como ya se hacia tarde, comimos y pusimos rumbo al Empire State, ya que el año pasado subimos de noche, y este queriamos hacerlo de dia. Antes de llegar al Empire, nos tropezamos con una tienda con unas chaquetas de piel increíblemente bonitas. Yo me agencié una de piel blanca y otra de pelo de conejo. Las chaquetas costaron entre 60$ y 70$. Nada mal. Con eso si que no iba a pasar yo más frío señores. Nos dirigimos al Empire. Al llegar había bastante cola, pero como aún habia luz, sacamos la entrada y nos dispusimos a subir. Tardamos alrededor de una hora y al llegar arriba ya estaba oscureciendo. No lo habia visto de dia, pero realmente habia merecido la pena. La noche estaba llegando y una densa nube estaba sobre la ciudad y a lo lejos se divisaba una línea naranja que era nuestro sol. Increíbles vistas, nunca lo hubiera imaginado. Esa nube presagiaba una intensa nevada de esa noche. Hacía frío pero se podía aguantar. Estuvimos más de una hora mirando a lo lejos, para abajo, fila de avioncitos que llegaban a la ciudad sin parar…

Preciosas fotos desde el Empire State Building.

Al atardecer

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De noche todo un espectáculo

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Todo, te sientes el rey o la reina del mundo allá arriba. A la bajada, como había mucha gente, los chicos de los ascensores nos dijeron que si queriamos podíamos bajar seis pisos por las escaleras. Comorrrrrrrrrr? Y allá ibamos unos cuantos. Bajando a pie por las escaleras del Empire. Que emocionante…. Como teniamos ilusión de verlo de dia, decidimos que mañana por la mañana volveríamos a subir. Cuando bajamos nos dimos una vueltecita por Victoria’s Secret, pedazo de tienda señoras y señoritas. No pasar de ir a la ciudad sin entrar. Bestial, música a tope, ropa interior de todas las clases, algodón, lino, seda, batas, pijamas, perfume, cremas, vaya. Nuestro territorio comanche digamos. Compritas de rigor pijama, sujetador, batita, vamos. De todo. Viva el shopping. Y la entrada con unas fotitos de las top model del pase de todas las navidades. En fin, que decir. Cuando salimos de allí pensamos: Vamos a entrar a Macy’s a ver si tienen ellos snowglobes. Entramos y claro, primera planta, cosméticos, perfumes, Navidades. Todos dándote la muestrecita de perfume, que de tantas que te daban ya tu nariz no sabia que estaba oliendo ni marca ni nada de nada. Me traje un tarro de unas sales exfoliantes para el cuerpo que se llamaba Philosophy. Como huele eso. Vamos, cada vez que me baño me la pongo y me trae unos recuerdos….Subimos por las escaleras de madera estrechitas como ellas solas hasta la planta última de artículos de Navidad.

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Dimos un par de vueltas y de repente, al volver una esquina detrás de un árbol de Navidad enorme allí estaba. Allí estaba la bolita que buscaba. No podeis imaginaros la ilusión, la cara que tenia yo en aquel momento. Habíamos encontrado lo que buscábamos. Yo como una niña pequeña, la cogí, cogí su caja y me dirigí a una dependienta a pedirle unas pilas para probarla. Cuando la enchufó y ví que funcionaba y sabía que me la iba a llevar, casi lloro de emoción. Para muchos será una estupidez pero para mí lo era todo. Y encima nos costó 50$, 100$ menos que el año pasado cuando se perdió.

Y esta es la famosa Snowglobe muy tipica entre los americanos

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Tiene lucecitas y la nieve cae desde arriba con un motor

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En fin, cargados como mulas y rendidos después de tantas emociones y pateadas durante el dia, fuimos al hotel a descargar. Bajamos a cenar a Planet Hollywood. Me hizo mucha gracia el paseo que te metes y te echan fotos y grita un tio: One more time, one more time, como si fueras una estrella de Hollywood. Muy divertido. Las segundas bebidas no las cobran. De vuelta al hotel ya muy contentos porque lo teníamos todo. Ropa de abrigo y nuestra bola. El resto de dias ya eran para disfrutar al máximo de la ciudad

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A la mañana siguiente, dia super despejado, había nevado esa noche, pero hacía un frío aterrador. Creo que nos dijeron que estabamos a -2 o -3 y un viento… Una bestialidad, increíble. Pero ya con nuestras chaquetas de piel, leotardos, guantes y pantalones de pana, podíamos con todo. Fuimos al Empire andando, porque el dia era maravilloso. Y al dar la vuelta a la esquima, allí estaba él. Alzándose sobre toda la ciudad y se demostraba más lindo que nunca. Todo el cielo azul, ni una nube y él allí.


A muchos os sonará esta foto ya que la tengo a veces en mi avatar. El Empire State siempre será el amo y señor de la ciudad.
Fotos al canto desde todos los ángulos posibles, frío de hue…. Pero allá ibamos. Subimos y no habia nadie. En cinco minutos nos plantamos en la azotea. Era a primera hora y con la rasca que pegaba supongo que eramos de los más valientes madrugadores. Que impresión de la ciudad más grande. Es diferente verla de noche a verla de dia. Aún habia alguna nube de estas loca pero estaba todo precioso. Todo nevado, con témpanos de hielo en su antena, y nieve por todos lados. Estupendas vistas hacia donde miraras. Había una de las caras, la cara norte, que el frío era aterrador.








Estuve así como un minuto filmando con la cámara y tuve que irme porque empezaban a pincharme las manos ya del frío. Y eso que llevaba guantes. La brísa gélida que venia del norte era inaguantable. Esa cara del Empire estaba vacía. Solamente algunos valientes aguantaban más de un minuto. Jejeje, ahí ni abrigo ni nada de nada. Frío hasta en el corazón. Después de otra hora divisando el paisaje por todos los frentes, bajamos sin mucha gana. No queríamos irnos de allí, pero había mucho más por ver.


Nos fuimos a pasear esa mañana por Chinatown, Soho, Little Italy, y bajamos hasta City Hall, precioso también. Bueno, todo estaba tan especial……



Nos dirigimos a coger el ferry a Staten Island, el año pasado fuimos de noche y este había que ir de dia. Ni que decir de las vistas, ni que decir del frío que hacía en la cubierta trasera. Asomabas la cabeza un poco hacia fuera y te quedabas sin palabras. Las letras F, R, S y toda su familia no salian. Llegamos a Staten y esperamos a la vuelta. De camino a la isla otra vez, vimos algo muy ….vamos. Que no pude hacerle foto vaya. Era un vagabundo sentado en el ferry, con cuatro o cinco palomas encima, vestido con ropas, en fin, harapos, con una cara de felicidad y dándole de comer a las palomas. Palomas dentro del ferry, así se ahorraban las aladas de un lado a otro.












Subimos hasta el Soho a patita pasando por el torito famoso a tocarle los bowlings... Para que de suerte no seais mal pensados.


Esa noche tocaba cena en el Marriot, con esa super fuente de chocolate con esponjitas que mmmmmm, que bueno estaba. Me encanta subir en sus ascensores, es una pasada. Después de la cena, a hacer nonos. Si antes pasar una de frío... la temperatura habia bajado una bestialidad. Y habia comenzado a nevar. Menos mal que el hotel estaba cerca del Marriot si no... Dos dias menos en Manhattan pero bien aprovechados.

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