Recorriendo Florida en coche 2013 ✏️ Blogs de USA

Tras no hacer ni un solo viaje en todo 2012, teníamos muchas ganas de comenzar este año de vacaciones. Mi cuñado dice que normalmente la gente se va de descanso al pueblo y, nosotros estamos empezando a pensar que Florida se ha convertido en el nuestro. Como ya habíamos estado en dos ocasiones, esta vez preferimos conocer un poco más el estado, y planteamos una ruta por sus costas.

Este era el viaje que nos habíamos planteado inicialmente:

Vuelo Málaga – Miami
1 noche en Fort Lauderdale
1 noche en Fort Pierce
3 noches en Orlando
3 noches en St. Petesburg
1 noche en Naples
2 noches en Miami
Vuelta a casa

Normalmente siempre tenemos la costumbre (particularmente yo, que soy un poco impaciente), de organizar los viajes con mucho tiempo de antelación, lo que luego hace que la espera sea demasiado larga, pero esta vez apuramos tanto que casi nos tenemos que quedar en tierra.

Habíamos planteado salir inicialmente el 20 de enero y regresar el día 31, y los 1000 euros por los que salía el vuelo, nos pareció una buena oferta (en la luna de miel en 2011 nos salió por 1400). Estábamos pendientes de que le confirmasen las vacaciones a Asun, y eso no sucedió hasta un par de días antes de reyes, y cuando volvimos a echar un vistazo a los precios (yo había prometido no mirar nada del viaje hasta que se confirmasen), casi me da un ataque cuando veo que para entonces ya se ha disparado a los 1600 euros. Esa cantidad era excesiva, pero ya nos habíamos hecho a la idea de ese viaje (sobre todo yo), y no nos apetecía nada cambiarlo. Estuve una mañana entera mirando por internet y jugando con las fechas, y al final encontramos una opción que parecía casi mejor que la inicial. Teníamos que sacrificar una de las dos noches en Miami, pero para cambiarla por una en Lisboa, ya que el vuelo hacía escala de 24 horas en esa ciudad, y pensamos que sería una buena opción. El vuelo estaba en los 934 euros, así que salí disparado al trabajo de mi mujer para decírselo y cuando llegué a casa para hacer la reserva (1 hora más tarde), ya había subido 100 euros más (no se puede uno despistar ni un momento).

Cuando voy a empezar a hacer la reserva, veo que mi pasaporte caduca el día 11 de enero, y me empiezan a entrar unos sudores fríos nada recomendables. Lo primero que hice fue llamar a la policía para pedir cita para renovarlo, y me la dieron para el día 8, pero sabía que para entonces nos podíamos despedir del precio que acababa de ver. La reserva la hacíamos a través de Logitravel, así que llamé al teléfono de atención al cliente para explicar la situación, y el chico me dijo que no había problema. Que no mandan los datos a las compañías aéreas hasta una semana antes del vuelo, así que mientras les diese el número nuevo de pasaporte (que yo no sabía que cambiaba cuando se renueva. Pensé que era como el DNI) nada más tenerlo en la mano, no tenía por qué preocuparme.

Evidentemente, sobra decir que al final salió todo bien y conseguimos irnos de vacaciones, pero la angustia vivida durante esos días, no se la deseo a nadie. A pesar de haber renegado varias veces, a partir de ahora si tenemos que reservar los viajes con más de seis meses de antelación para evitar estas situaciones, ¡bienvenido sea!

Presupuesto:

Como ya he comentado el vuelo lo reservamos a través de Logitravel.com, y el precio final fue de 1033.68 euros. Día 20 Málaga – Lisboa, y día 21 Lisboa – Miami. La vuelta, el día 31, también fue con escala en Lisboa, pero de solo una hora.

El coche para movernos por allí lo reservamos con ealquilerdecoches.es que es la que normalmente utilizamos y, hasta ahora, nos ha ido siempre bastante bien con ellos. El precio para 10 días fue de 241.59 euros, un coche de la gama full size (como había que conducir mucho, queríamos ir cómodos).

Todos los hoteles los llevábamos reservados a través de booking.com, y el precio total rondaba los 600 euros.

Si a todo eso le sumamos que habíamos sacado entradas para ir a ver en Orlando al Circo del Sol, al Blue Man Group y a un partido de la NBA (una cosa cada una de las tres noches que estábamos allí), el precio total del viaje fue de 2200 euros.

Como hacía relativamente poco que me había comprado una Tablet y tenía ganas de darle uso, rebusqué un poco por internet para ver si encontraba alguna aplicación útil para el viaje, y de todas, tengo que destacar principalmente dos:

VoipBuster. Ya lo tenía instalado en el ordenador, pero también está disponible en Android, y sirve para llamar por teléfono (a cualquier número) a través de internet. Hay que hacer una carga mínima de 10 euros, pero se amortizan con un par de llamadas (1 cént/min a fijo español y un poco más si es móvil). Sólo hace falta una conexión a internet decente. Nosotros, de todos los hoteles en los que estuvimos (y no eran nada del otro mundo), solo hubiésemos tenido problemas en el último, pero el resto funcionó de maravilla. Llamamos 5 o 6 veces cada uno y no nos gastamos ni 2.5 euros en total.

NavFree USA. Hay una versión para Estados Unidos, y otra para el resto del mundo. Es totalmente gratuito, y solo hay que descargarse los mapas del lugar que vayamos a visitar. Funciona de maravilla y, aunque íbamos un poco asustados (por no decir otra cosa), nos guió a la perfección. No necesita internet (porque los mapas están descargados en la memoria), y tan solo usa el gps de la tableta (o del móvil). Por si acaso, llevamos un adaptador para enchufar al mechero del coche, pero tampoco gastaba demasiado la batería.

Además de estas apps, también fue interesante buscar ofertas a través de la página de Groupon de las diferentes ciudades que íbamos a visitar. Quizás si lo hubiésemos organizado con más tiempo, hubiésemos encontrado más cosas ya que había ofertas interesantes, pero al final utilizamos solo una en Lisboa (hay que mirar bien las condiciones para no tener problemas después).

Bueno, después de todo este rollo que espero que a alguien le valga de ayuda, ya estábamos preparados para salir de nuevo a nuestra aventura americana, o para “irnos al pueblo” .

Como siempre, dejo el video de todo el viaje para ir abriendo boca...

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Domingo 20 Enero 2013

El vuelo a Lisboa salía a las 11:05 de la mañana, así que no teníamos que madrugar en exceso, pero yo la noche no la había pasado del todo bien. El día anterior, mi móvil se había quedado sin cobertura (es lo que tiene vivir en un pueblo), y cuando regresó, tenía 7 llamadas perdidas de un número de teléfono americano . Primero pensé que sería de alguno de los hoteles, pero el número no coincidía con ninguno de ellos. ¿Quién era? La intriga me tenía de los nervios. Nunca antes el dicho de “si pongo un circo me crecen los enanos” había tenido tanto sentido. ¿Podía pasar algo más antes de salir? Sinceramente esperábamos que no.

Cuando llegamos al avión para embarcar, casi nos da un ataque de risa a los dos. Ese debía de ser el tamaño mínimo exigido para no tener que llamarse avioneta. No tenía ni 20 plazas repartidas en dos hileras con un pasillo central y sólo íbamos 6 pasajeros a bordo. El vuelo duró una hora y media, y fue bastante más tranquilo de lo que nos habíamos imaginado e incluso me atrevería a decir que cómodo, si obviamos que el ruido de los motores de hélice era mucho más intenso de lo normal.

¿Pasillo o ventanilla? Yo, las dos cosas!!!

Una vez en tierra, salimos hacia la estación de metro y compramos unos billetes por 6 euros cada uno que son válidos para bus, metro y tranvía durante 24 horas, lo que a nosotros nos venía de maravilla. Tuvimos que hacer un trasbordo para llegar al hotel, pero fuimos bastante cómodos. Habíamos reservado el 3K Barcelona, porque estaba más o menos cerca del aeropuerto (55 euros con desayuno), y la impresión fue buena. El día nos había recibido lloviendo, y la entrada del hotel estaba llena de hojas, pero el interior era cómodo y estaba todo muy limpio.

Nuestro billete mágico

Siguiendo las indicaciones del recepcionista, tomamos el autobús 736 hasta llegar al Barrio de Rossio, y desde allí callejeamos un poco. Como no había parado de llover, Asun paró en una tienda de souvenirs a comprar un paraguas, y exactamente le duró 150 metros hasta que una ráfaga traicionera de viento rompió un par de varillas y lo dejó prácticamente inutilizable. Acabamos teniendo que comprar unos sombreros impermeables y ella, que llevaba una gabardina, parecía el Inspector Gadget (mejor no digo que parecía yo). Hacía bastante frío, y seguimos el recorrido en el tranvía 12, que se mete por muchas callejuelas y habría sido un buen sitio para hacer fotos, pero habíamos dejado la cámara grande en la habitación (por el agua), y con el móvil tampoco se podía hacer gran cosa.

Uno de nuestros medios de transporte

Plaza del Comercio... (como si nos conocieran...)

Allí fue cuando tomamos una de las mejores decisiones en Lisboa. Acercarnos hasta Belem para probar uno de sus afamados pasteles, y fue todo un acierto. ¡Qué cosa más rica! Casi por casualidad, llegamos a la puerta de una pastelería y preguntamos si allí servían también café. La chica nos dijo que teníamos que sentarnos en una mesa, pero las 5 o 6 que había estaban todas ocupadas. Caminamos por una puerta del fondo, y de repente comenzamos a ver salas y más salas con muchas más mesas. Era una especie de laberinto que parecía no tener fin, pero al final nos pusimos en una cola y en apenas cinco minutos estábamos sentados en una mesa con nuestros cafés y los pasteles.

Como diría Dora: Mmmmm Delicious!!!

Desde allí, regresamos de nuevo al hotel para hacer tiempo hasta la hora de la cena. La habíamos reservado desde España a través de la página de Groupon en Lisboa y nos salió por 29.90 euros y no fuimos capaces de comernos toda aquella comida.

Muy bueno, pero demasiado

Caminamos después de la cena hasta el hotel, y no tardamos mucho en irnos a dormir para coger energías para el día siguiente .

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Lunes 21 Enero 2013


Salimos

El vuelo salió puntual, y nos tocó ir el la primera fila de turista (la 11), por lo que no teníamos a nadie delante, y se iba bastante cómodo. El viaje fue de casi 10 horas de duración y se hizo un poco largo, pero ya estábamos mentalizados.

Esperando impacientes

Al llegar a Miami, pasamos el control de policía en el que tuvimos que esperar unos 20 minutos en la cola, y ya estábamos oficialmente en USA.

Las extrañas llamadas desde el número americano, seguían rondando por nuestras cabezas, pero no habíamos tenido ningún problema, así que pensamos que habría sido una extraña coincidencia sin más.

Cuando llegamos a la oficina de Dólar para recoger el coche, nos llevamos un pequeño disgusto. Te cuentan que muchos de los peajes de Florida ya no aceptan efectivo, por lo que la única manera de pasar es sacarse un pase. Ya íbamos preparados, porque nos había ocurrido lo mismo 14 meses antes durante nuestra luna de miel, pero en esa ocasión fueron sólo 18 dólares, y en esta se habían convertido en 54. Es verdad que teníamos más días de alquiler, pero la diferencia nos pareció excesiva.

Bajamos algo resignados al parking a por el coche, y pudimos elegir entre varios modelos el que más nos gustase. Finalmente acabamos cogiendo un Ford Taurus que tenía muy buena pinta, y cruzamos los dedos para que el GPS empezase a funcionar. No tuvimos ni que salir del aparcamiento, cuando comenzaron las indicaciones para llegar al Sawgrass Mills. Apenas llevábamos unos minutos en Florida, y ya estábamos de compras. Aunque es verdad que somos unos enfermos del gasto, aquella visita se debía a que allí había una tienda que le interesaba a Asun y que no estaba en ningún otro punto de nuestro recorrido, así que eso fue lo único que hicimos allí.

Me encanta!!!

El alojamiento lo habíamos reservado en el Galt Villas Motel and Apartments, y digamos que era justito. La habitación era amplia, pero con dos camas y la señal de wifi solo era buena cerca de la zona de recepción. El recepcionista no se esmeró mucho por indicarnos sitios que ver o cosas que hacer y salimos un poco a la aventura a dar un paseo y cenar algo. Entre una cosa y otra, ya se había hecho de noche.

Primera parada

Caminamos por la calle del hotel y llegamos a la zona de canales de la que dicen que es la Venecia de América, y estuvimos dando un paseo por allí y sacando alguna que otra foto.
Estábamos cansados de todo el viaje, así que decidimos que para cenar la mejor opción eran unos sándwiches del Wallgreens para tomar directamente en la habitación.

Üna pasada!!!

Para tomar una copita

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