Aventura por los países Bálticos ✏️ Blogs de Rusia y Ex URSSIntentaré describir lo que fue nuestra aventura durante 12 días por los países bálticos, una maravilla de viaje que recomiendo a todo el que se esté planteando visitar estos países. No os defraudarán.Autor: Hatebreeder Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.3 (15 Votos) Índice del Diario: Aventura por los países Bálticos
Total comentarios: 6 Visualizar todos los comentarios
Etapas 1 a 3, total 6
El 20 de agosto de 2010 comenzamos un viaje por los Países Bálticos que iba a durar doce días. Llevábamos un par de meses buscando información y leyendo guías, por lo que más o menos íbamos informados de lo que nos íbamos a encontrar. Todo esto fue más fácil, también, gracias a los consejos de otros amigos que habían estado por esta zona anteriormente, una zona que siempre había querido conocer y que la recomiendo enormemente.
Empezaré con unas cuestiones generales antes de entrar en detalle, especialmente para eliminar estereotipos que puedan existir: 1. Lituania, Letonia y Estonia son países totalmente seguros. El único contratiempo lo sufrió una amiga, a la que le duplicaron la tarjeta de crédito cuando sacó de un cajero en Lituania y le quitaron el dinero de la cuenta. Sin embargo, lo ha recuperado todo sin problemas. Pero claro, esto también puede pasar en Sevilla, en París o en Nueva York. Por lo demás, no tuvimos ningún problema con robos, con delincuencia ni con nada por el estilo. Todo lo contrario: la gente era totalmente amigable. 2. Son países más baratos que España, especialmente Lituania, aunque como últimamente se están poniendo de moda empiezan a sacarle partido al asunto. La capital más cara de las tres es Riga, donde la moneda es más cara que el euro, pero son precios son bastante asequibles, como más adelante podréis comprobar. 3. Nosotros hicimos el viaje en furgoneta, y las carreteras no están mal del todo. Cierto es que son mejorables, aunque se conduce bastante bien y apenas hay atascos. Las autopistas suelen tener límite de velocidad. Y la gasolina, a pesar de lo que leáis en guías o en Internet, cuesta igual que en España. Yo también esperaba encontrar una ganga, pero no fue así. 4. La comida es genial, y por relativamente poco dinero puedes ponerte las botas. Dicho esto, os animo encarecidamente a visitar estos países. Ofrecen un montón de posibilidades, y es mejor hacerlo ahora cuando todavía el turismo masivo no ha desfigurado la ciudad como ocurre en Praga o en Roma. La mayor atracción de estos lugares son los espacios verdes, los paisajes y la marcha nocturna, que nos sorprendió gratamente. Lo único malo es que cada país tiene una moneda diferente, por lo que puedes acabar un poco harto de hacer cambios continuamente. Todo lo demás, para enmarcar. Etapas 1 a 3, total 6
Nuestro viaje comenzó el 20 de agosto. Como todos vivimos actualmente en Berlín, éste fue nuestro punto de partida. Compramos el billete con Ryanair, que tiene vuelos directos a Kaunas tirados de precio desde el aeropuerto de Schönefeld. Nosotros pagamos menos de 50 euros por la ida y la vuelta, aunque las horas eran un poco mejorables. El trayecto dura entre dos y tres horas, pero, como siempre, los viajes con Ryanair con insufribles.
Aterrizamos en Kaunas, la segunda ciudad más importante del país, y lo primero que hicimos fue cambiar dinero. Allí utilizan las LITAS, que tiene una equivalencia aproximada de 3,4 Litas por cada Euro. En el aeropuerto habíamos alquilado una furgoneta a través de la compañía 'Rentacar'. En total, pagamos 687 por doce días de alquiler, con el GPS aparte por 2,5 euros cada día de uso. Teniendo en cuenta que éramos nueve personas las que hicimos el viaje, entre alquiler y gasolina pagamos menos de cien euros cada uno. No tuvimos ningún problema ni con el coche ni con la compañía, por lo que la puedo recomendar. El chico que nos atendió fue muy amable, y el último día estuvimos viendo con él el partido de baloncesto entre España y Lituania. Nuestro primer destino fue Vilnius, capital de Lituania, pero antes de llegar allí hicimos un par de paradas. La primera, para comer, en un sitio llamado Bajorkiemis, en el kilómetro 12 de la carretera que une Kaunas y Vilnius. Era una especie de parador, totalmente típico, con mesas en el exterior en medio de un parque y los camareros vestidos para la ocasión con ropas tradicionales. Viendo todo eso pensamos que nos la iban a clavar, pero nada más lejos de la realidad. Para comer pedimos varias recetas de pasta y de carne (siento no poder deciros los nombres), entre las que destaco los famosos Zepelinnes, muy ricos, pero bastante pesados. Y es que la comida de estos países es muy rica, pero ciertamente grasienta. Eso sí, muy sabrosa. Pedimos cada uno un plato principal y un par de jarras de cerveza de medio litro, y creo que el que más pago fueron seis euros. Brutal. Dando una vuelta por este paraje, que a diez metro tenía un bosque con árboles enormes, descubrimos una especie de lago muy bonito, donde nos quedamos un rato sentados divisando el horizonte. Muy bonito. Pronto pusimos marcha hacia Vilnius, y camino de la capital paramos en una ciudad llamada Trakai, que todos recomendaban visitar debido a su castillo ubicado en medio de una isla. El castillo estuvo chulo (por dentro no me gustó nada. Pagamos para entrar y leer carteles que en su mayoría sólo estaban escritos en lituano, con lo que podéis imaginaros lo que entendimos...), las vistas también, pero lo mejor fueron las casas de colores que adornaban la ciudad, como si fueran de pescadores. Todas de madera, y con unos colores muy vivos. Realmente originales. Hacia las 7 de la tarde llegamos a Vilnius. Nos hospedamos en el Hostel A, justo al lado de las estaciones de tren y de autobús, a nueve euros la noche. Un sitio decente, bastante limpio, y con una habitación sólo para nosotros. Las camas digamos que eran 'originales', porque parecían nichos. Tenía cocina (sin sartenes, eso sí), acceso gratis a Internet y un futbolín. Después de comprar comida y cosas varias en un supermercado cercano (realmente asequible) nos paramos en una tasca al lado de la estación llena de gente 'diferente', llamémoslo así, pero mejor lo pasamos. Qué de personajes había allí. Lo mejor: medio litro de cerveza de barril por 3 litas, es decir, menos de un euro. Genial. Ese día, después de cenar en el hostal, salimos un poco por el centro de la ciudad para verla de noche. Aunque se merecía una mejor iluminación, nos resultó bonito pasear por aquellas calles. Del hotel a la plaza del Ayuntamiento sólo había unos diez minutos andando. Estuvimos paseando por la calle principal, aunque la verdad es que no había demasiado movimiento, y eso que era viernes. Después de tomar una cerveza en un pub, seguimos buscando sitios durante un buen rato, hasta que finalmente encontramos una discoteca/pub al aire libre con muy buena pinta. Qué sorpresa nos llevamos cuando volvimos a ver el reportaje de Lituania de 'Españoles por el Mundo' y uno de los protagonistas sale explicando que ése sitio era suyo. Buena música, buen ambiente y copas con precio decente. La noche fue larga. Nuestro segundo día en Vilnius lo aprovechamos para visitar la ciudad. Volvimos a pasar por la calle principal, con la diferencia de que ahora había bastante más movimiento (incluidas varias bodas) y un montón de mujeres mayores sentadas vendiendo souvenirs. Lo más reclamado, las muñecas rusas. Una de las cosas más bonitas que vimos en Vilnius fue una iglesia ortodoxa ubicada allí. Al final de esta calle, la catedral nos sorprendía por su tamaño y, especialmente, por la ausencia de decoración. Resulta llamativo comprar las catedrales que tenemos en España o en Europa occidental con las que podemos ver aquí. Y bueno, por dentro es todavía más sobria. Más tarde recorrimos un gran trecho de la calle comercial de Vilnius, que empieza (o desemboca) en la misma plaza de la catedral, y subimos a una colina cercana con una fortaleza, desde la que se vía toda la ciudad desde lo alto y el transcurso del río. También se podía ver desde allí otra colina, llamada 'Colina de las tres cruces', que sólo tiene eso, tres cruces. Vimos algunas iglesias más, paseamos por las calles del centro (con café y pastel incluido), visitamos la Universidad y la residencia del presidente. Por la noche volvimos a salir después de reponer fuerzas en el hostal, y esta vez comenzamos en un bar llamado BIX (Etmony, 6), que nos habían recomendado. No se quedaron cortos. Un local de dos plantas, con una especie de cueva en la planta inferior donde sonaba sobre todo música rock (en sus más diversos estilos, desde Depeche hasta Sepultura). Lo pasamos realmente bien, aunque cerró sobre las cuatro. Allí conocimos a unos chicos que nos llevaron a otra discoteca en la calle comercial que he comentado antes, porque todo lo demás que visitamos estaba cerrado. Estuvo bien, pero no tanto como el BIX. Como resumen, puedo confirmar lo que todos comentaban: Vilnius es la ciudad que menos sorprende de las tres capitales bálticas. Me esperaba algo más, ciertamente, aunque nos fuimos con un buen sabor de boca porque nos gustaron las atracciones turísticas que visitamos y la fiesta nocturna. Los autóctonos, muy sociables, y se hacen amigos tuyos en cuanto nombras la palabra baloncesto. Lo que sienten por este deporte es verdadera pasión. Si en vuestro viaje vais justitos de tiempo, creo que es perfectamente prescindible en favor de las otras dos capitales. Etapas 1 a 3, total 6
El tercer día de viaje, domingo, salimos de Vilnius por la mañana tras haber dormido bastante poco debido a la fiesta del día anterior. Pero como siempre dijo mi madre, sarna con gusto no pica. Nuestro próximo destino era Klaipeda, en la otra punta del país, por lo que nos quedaba una buena ruta por delante. Lo bueno de ir un grupo grande es que siempre hay alguien dispuesto a relevar al conductor, por lo que el viaje se hace más ameno. Tardamos unas seis horas en llegar, aunque con un par de paradas por medio (entre ellas, una hora para comer) y yendo a un ritmo tranquilote.
Una de las mejores cosas del viaje fue nuestra parada en un pueblecito que se llamaba Ariogalda, más allá de Kaunas. Era ya mediodía, y todos teníamos hambre, así que decidimos parar en el primer pueblo que saliera en el GPS. Y menuda elección que hicimos. Después de cruzar el pueblo, paramos en una especie de salón de celebraciones, donde nos cruzamos al entrar con varios matrimonios de abueletes que nos miraron como diciendo "¿De dónde ha salido esta gente?". La carta estaba en lituano y la camarera, evidentemente, no hablaba inglés. Sólo sabía decir 'pork' y 'chicken', pero más o menos nos entendimos. Si lo que habíamos visto hasta ahora nos había sorprendido, qué puedo decir de esta comida. Yo pedí un filetón de pollo con salsa de queso y champiñones, acompañado de ensalada y patatas fritas, y dos cervezas de medio litro. Lástima que no sepa colgar fotos propias aquí, porque menuda pinta que tenía el plato. Por todo ello pagué menos de cinco euros, algo de lo que todavía me sorprendo cuando me acuerdo. El resto pagó por el estilo, e incluso menos, porque sólo pidieron una bebida. Y es que con restaurantes así, ¿quién tiene ganas de comer un bocadillo? Sobre las 19 horas llegamos a Klaipeda, la cuarta ciudad más importante del país, si no recuerdo mal. Esta vez nos alojamos en un hostal de Hostelling International, el 'Klaipeda Travellers House', que estaba un poco alejado del centro de la ciudad. Es una paradoja que fue el hostal por el que más pagamos en todo el viaje (13 euros por persona y dos más por las sábanas) y el peor de todos. Era muy pequeño, las duchas estaban atascadas, la cocina era muuuuy mejorable, e incluso a un amigo se le rompió la cama donde dormía y tuvo que irse a dormir a la cocina. Todo ello, claro, sin devolución del dinero. Además, las chicas que trabajaban allí apenas hablaban inglés, y tuvimos que entendernos casi con señas. Como podréis comprobar, no os lo recomiendo en absoluto. Por suerte, sólo estuvimos una noche. La ciudad en sí no tiene absolutamente nada. Era un domingo del mes de agosto (domingo lluvioso, eso sí) y no había nadie por la calle. No me quiero imaginar un martes de enero... Estuvimos dando un paseo por el centro, y sólo nos llamó la atención la plaza central. Del resto, nada que se pueda rescatar. Y al ver que los sitios para comer tampoco nos convencían, decidimos comprar algo en un supermercado y cocinar en el hostal. Día 4: El motivo de nuestra visita a Klaipeda fue la intención de visitar el Itsmo de Curlandia, un parque natural que recomendaban en todos los foros y guías. Después de ver lo que nos deparó Klaipeda, esperábamos con ansias ver algo bueno para quitarnos el mal sabor de boca. En el puerto de esta ciudad hay que coger un catamarán que une las dos orillas, y cuyo ticket cuesta alrededor de un euro. Una vez allí, ya te encuentras en el Parque Natural del Itsmo de Curlandia. La opción más solicitada es ir a una ciudad llamada Nida, a unos cuarenta kilómetros, y a la que se puede acceder en bicicleta, en autobús o en taxi. El autobús cuesta 9 euros ida y vuelta, pero hablando con un taxista conseguimos negociar hasta dejar el precio en 10 euros ida y vuelta. Por sólo un euro más, tardaríamos la mitad del tiempo en el trayecto, y además nos esperaría allí para volver. Los paisajes que pudimos ver eran realmente bonitos, con muchísimo verde. Nida es una ciudad preciosa, aunque llegamos a la conclusión de que era un lugar de escapada veraniega para la gente que puede permitírselo. Es impresionante ver la claridad del mar báltico, y cómo se te pierde la vista en el horizonte, todo ello rodeado de un gran bosque. Estuvimos paseando un rato por la playa y las dunas, también otro rato sentados al sol lituano viendo los paisajes. A pesar de que Klaipeda no merece la pena en absoluto, este parque sí que la merece. La pena es que se ha convertido en un centro turístico más, y está infectado de tiendas de souvenirs y restaurantes con precio no tan baratos como en el resto del país. Sobre las 15 horas pusimos rumbo hacia Riga, nuestro próximo destino. Queríamos hacer una parada en Siauliai para ver la Colina de las Cruces, pero como íbamos justitos de tiempo lo dejamos para la vuelta. Etapas 1 a 3, total 6
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.3 (15 Votos)
Últimos comentarios al diario Aventura por los países Bálticos
Total comentarios: 6 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados PAÍSES BÁLTICOS CON NIÑOS (Finlandia, Lituania, Letonia y Estonia)
9 días en verano por libre y con niños a los PAÍSES...
⭐ Puntos 4.43 (7 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 204
Mini-tour por Lituania, Letonia y Estonia con excursión a Helsinki.
Ocho días por las Repúblicas Bálticas (Lituania, Letonia y...
⭐ Puntos 5.00 (10 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 154
Georgia y Armenia
un viaje de 3 semanas por Georgia y Armenia en la primavera de 2011
⭐ Puntos 4.92 (52 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 104
Viaje por la Europa de la antigua URSS
Viaje de 19 días que realicé en el 2006 por Lituania, Letonia, Estonia y Rusia
⭐ Puntos 4.82 (44 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 72
Capitales Rusas
Los sitios mas emblematicos de Moscú y san Petersburgo
⭐ Puntos 5.00 (1 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 71
Galería de Fotos
|