Circuito del Sur confort + estancia en el Iberostar Solaria (Hammamet) ✏️ Blogs de Tunez

Escogimos esta opción porque la oferta parecía atractiva por sus precios y además combinaba excursiones con días de playa en régimen de todo incluido. Decidimos que lo mejor era realizar primero el circuito para así luego poder descansar los últimos diás. Este es el diario de nuestro viaje.
Nuestro avión salía las 19.35, así que con dos horas de antelación nos fuimos al aeropuerto. Facturamos en los mostradores de Tunissair y estuvimos dando una vuelta por los Dutty free para hacer tiempo. Cuando acudimos a la puerta de embarque a la hora que marcaban nuestras tarjetas de embarque ya había una larga cola de gente esperando para embarcar. A las 19.45 salían por nuestra rampa de embarque los pasajeros del vuelo Tunez-Madrid, ataviados con sus pulseras del todo incluido y las cachimbas en la mano, que habían viajado en el avión que nos debía llevar a nosotros hasta Tunez, en ese momento nos dimos cuenta de que nuestro avión iba a salir con retraso y que eso nos iba a hacer llegar todavía mas tarde a nuestro hotel.
Embarcamos en el Airbus 320 de la compañía tunecina, una avión bastante antiguo y con el interior un poco deteriorado pero con espacio suficiente entre asientos para que una persona de 180 pueda viajar cómodamente. Una vez en el avión empiezas a darte cuenta del tipo de país al que vas a viajar porque el menú que sirven es comida típica: pavo con arroz, ensalada de patata y un pastel tipico árabe.
En el avión vivimos la primera anécdota del viaje, nuestras chicas se percataron del que el chico de la pareja que iba sentada a nuestro lado había sacado un anillo con pedrusco del bolsillo y se había puesto de rodillas en el suelo del avión para, creemos, pedirle matrimonio. Desde ese momento el objetivo de las chicas fue intentar ver el calibre del pedrusco mientras la pareja se magreaba en el asiento para celebrarlo. Durante el vuelo también nos entregaron las típicas hojas de control aduanero para rellenar y entregarlas al llegar al aeropuerto.
Dos horas después aterrizábamos en el aeropuerto de Túnez y allí empezaba otra odisea. No se si es que coincidimos con algún avión mas pero el control de pasaportes se alargó durante unos 40 minutos. Los policías parecían no tener ningún tipo de prisa a pesar de que veían que las colas llegaban hasta el final de la sala. Cuando conseguimos pasar al control salimos hacia la sala de recogida de equipajes donde iba a tener lugar nuestra tercera espera del viaje, ya que nuestras maletas tardaron casi una hora en salir a la cinta.
Salimos al hall del aeropuerto esperanzados a que, tal y como nos habían dicho en la agencia, hubiese alguien de iberojet esperandonos, pero tras echar un vistazo vimos que la espera consistia en un mostrador situado a la derecha en el que dos empleados del tour operador agitaban un cartel para que la gente los viese sin tener que molestarse en ir a la puerta. Una vez en el mostrador nos preguntaron nuestro nombres y nuestro hotel y nos dieron el número de autobús al que teniamos que subir para nuestro traslado al hotel. De camino al autobús nos encontramos los primeros ejemplos de la gente que intenta sacar partido de los turistas novatos: un lugareño con una cesta llenas de flores blancas se acercó a nosotros diciendo “…iberojet, iberojet” e intentando ponerte una flor en algun lugar de tu cuerpo para luego pedirte el correspondiente dinar, menos mal que ibamos sobre aviso y conseguimos esquivarlo. Al llegar a nuestro autobús el chofer nos volvió a preguntar el hotel para decidir en que parte del maletero colocar las maletas mientras otro tio, que creo que no formaba parte de la comitiva te quitaba las maletas de la mano para meterlas en el maletero y así pedirte el segundo dinar, que por supuesto no le dimos. Luego empezaron las comprobaciones de pasajeros en los autobuses por lo que por fin saliamos del aparcamiento del aeropuerto a las 12 de la noche.
Durante el viaje el guía nos dio algunos datos interesantes sobre el pais:
- En Tunez no se cambia la hora así que íbamos a tener la misma hora que en la peninsula.
- El cambio de moneda es oficial y el tipo de cambio esta marcado por el gobierno estando prohibido el cobro de comisiones. 1 dinar = 0,60 € aprox. Nos aconsejó que ya que el cambio era igual en todos sitios era mejor cambiar en pequeñas cantidades ya que después solo se podía recambiar en el aeropuerto y la cantidad máxima por persona era de 100 dinares y si sobrepasabas esos 100 dinares te cobran una comisión de cambio del 30%. También nos explicó que al realizar el cambio era conveniente pedir el justificante de cambio porque las casas de cambio del aeropuerto solían exigirlo para poder recambiar.
- Además nos dio las horas a la que nos recogería el autobús que nos llevaría al circuito y las horas de las reuniones con el guia de estancia para aquellos que no iban a hacer el circuito.

En nuestro viaje de Tunez a Hammamet pudimos disfrutar de la primera demostración de conducción con autobús al estilo árabe y además el aire acondicionado no debía funcionar muy bien y hacía bastante calor. Por suerte nuestro hotel era uno de los primeros y nos ahoramos algún tiempo en el autobús.
A nuestra llegada al hotel nos estaban esperando y repartieron las habitaciones bastante rápido, nos pusieron la pulsera mágica y nos explicaron donde estaba el comedor y que había cena preparada por si nos apetecía comer algo. Dado que la comida en el avión no había sido demasiado buena aprovechamos para cenar algo antes de subir a nuestras habitaciones. Cuando ibamos de camino a las habitaciones, y pasabamos por la recepción, decidimos cambiar dinero para ir un poco mas desahogados de tiempo la mañana siguiente y cambiamos 100 euros por los cuales nos deberían haber dado 360 dinares y digo deberían porque al día siguiente cuando ya estabamos más despiertos y conociamos un poco mejor las monedas, mi mujer y yo nos percatamos de que en vez de darnos 3 monedas de 1 dinar nos avisan dado 3 de medio dinar con lo que el recepcionista se quedó con 1, 5 dinares. Ya se que eso no tiene ningún valor, pero no me gustan que me tomen por tonto. Posteriormente y durante nuestra estancia pudimos comprobar que es una practica bastante habitual, así que uno de los consejos que os doy es que antes de iros de cualquier sitio comprobeis bien el cambio y si no es correcto lo reclameis.
Nuestras habitaciones para esa noche estaban encima de la entrada principal del hotel y tenían unas vistas fabulosas (sobre todo las de nuestros compis) pero como siempre todo tiene sus pros y sus contras y en este caso la pega era que debajo hay varias terrazas de bares que tienen música y estuvo sonando hasta bien entrada la madrugada.

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El 2º día comenzó el circuito de madrugones. Como el guia que nos recogió en el aeropuerto nos había dicho que a las 7:25 pasaba a recogernos el autobús, nos levantamos a las 06:30 para recoger todo y que nos diese tiempo a desayunar. El desayuno del Solaria está bastante bien y casi me atrevería a decir que es la mejor de las 3 comidas. A las 7:25 estabamos todos en la puerta del hotel esperando nuestro autobús el cual llegó con 40 minutos de retraso, menos mal que el botones del hotel nos amenizó la espera con bromas, abrazos, y frases en español en lo que creemos que era un claro intento de conseguir una propina. Cuando el autobús llegó al hotel el guia se bajó con un listado y según iba nombrando ibamos subiendo, y claro, al ser los últimos de la lista nos tocó subir los últimos y aunque en principio eso no nos suponía ningún problema luego comprobamos que nos perjudicaría.
Una vez en ruta, nuestro guia, Dirar, se presentó y nos dio algunas explicaciones sobre el circuito, el país y las actividades que se iban a llevar a cabo ese día. Con respecto a la moneda nos explicó que un dinar se divide en milines y que existen monedas de 5, 10, 20,100 y 500 milines además de monedas de ½, 1 y 5 dinares así como billetes de 5, 10 ,20 y 30 dinares (estos últimos se ven menos). En ese momento nos explicamos por que cuando cambiamos en el hotel la noche anterior nos habian dado ese monton de billetes.

moneda de 1 dinar

También nos explicó que en el Sur, al no ser una zona tan turistica, los hoteles eran de peor calidad y que el confort era un poco relativo e intentó justificarse diciendonos que si habíamos decidido hacer un circuito para conocer la cultura de otro país y que por lo tanto debíamos adaptarnos a sus costumbres y a las inconvenientes que pudiesen presentarse. Esto nos sonó a una excusa anticipada por los hoteles que nos ibamos a encontrar.
Además nos ofreció el pack de 3 excursiones opcionales que costaban 55 euros o 98 dinares.
Con respecto al consumo de agua nos recomendó, para evitar problemas, que no consumiésemos agua del grifo y que el precio de la botella grande de agua podía fluctuar entre 600 milines, en las tiendas y bodegas de los pueblos, y 2 dinares en los hoteles de mas categoría.
El planning de ese día era ir a Karouian (40 minutos en autobús) donde visitaríamos los aljibes, la gran mezquita, el mausoleo del Barbero, una fabrica de alfombres y la medina para posteriormente y tras comer en un restaurante en ruta salir hacia Tozeur (3 horas de autobús) para visitar un museo típico y alojarnos en el hotel correspondiente. Nuestra primera parada en Kairouan fue de 25 minutos para vistar los depósitos de agua. En el lugar hay una torre a la que puedes subir para hacer mejor las fotografias pero para poder hacerlas tienes que sacar un ticket de derechos de fotos que te cuesta 1,5 dinares. El guia nos dijo que guardasemos el ticket porque ese mismo nos serviría para el resto de monumentos de la ciudad. La verdad es que los depósitos tampoco tienen nada de especial así que nos hicimos unas cuantas fotos, compramos unas botellas de agua (800 milines) y nos subimos de nuevo al autobús para dirigirnos a la gran mezquita.


A nuestra llegada a la Gran Mezquita el guia nos explico que para poder entrar las mujeres debian cubrirse los hombros y las piernas y que los hombres que llevasen pantalón demasiado corto también debian cubrirse las piernas para lo cual en la entrada de la mezquita te daban una especie de chilaba. Os cuento esto porque para los que seais un poco escrupulosos ese dia vayais ataviados convenientemente y así evitareis poneros una chilaba que se ha puesto no se cuanta gente y que no han lavado. La mezquita tampoco es gran cosa, comparada con lo que tenemos en España y mucho más si no te dejan acceder a la sala de rezo que suele ser lo más ornamentado. En la puerta de la mezquita había algunos puestos donde vendian souvenirs y alguna gente empezó ya con el carrusel de compras, pero nosotros solo preguntamos por las tipicas sandalias de cuero las cuales al final nos vendian por 3 dinares.
Volvimos a subir al autobús para trasladarnos ala mausoleo de Sidi Sakab, más conocido como el Barbero. El guia nos explicó que este hombre era considerado un santo y que por eso se añadía Sidi delante de su nombre (Sidi=Santo) y que este hombre había sido cercano al profeta Mahoma y se le llamaba el Barbero porque contaban que tenía guardado un pelo de la barba de Mahoma. Cuando llegamos al edificio volvimos a pasar por el sitio donde te dan las chilabas y alli vi que algunos de los miembreos del grupo estaban pagando cuando la recogian, cosa que me extrañó porque el guía nos dijo que estaba incluido en la entrada y las nuestras ya estaban pagadas. Al final resultó que como el guía no había hablado con el que cobraba las entradas, el hombre pensó que veniamos por libre y nos estaba cobrando las entradas otra vez así que se lo dijimos al guía y habló con él pero ya no devolvió el dinero que había cobrado. Esta visita me gustó mas que la de la gran mezquita porque aunque tampoco es gran cosa este edificio está mas decorado, además durante la visita tuvimos la oportunidad de ver a varias familias que llevaban a los niños vestidos con trajes típicos para lo que se supone que era la celebración del ritual de la circuncisión, y aunque da un poco de cosa pensar que a un niño ta pequeño le van a hacer eso, es gracioso verle vestido de esa guisa.
Fotografía de los niños vestidos para el ritual de la circuncisón
Fotografía del Mausoleo del Barbero
Del mausoleo nos llevaron a una fabrica de alfombras. En el vestíbulo de entrada había dos señoras tejiendo alfombras y el dueño de la fabrica nos explicó el proceso para fabricar un alfombra y que los diseños estban guardados en la memoria de las tejedoras y que debido al gran esfuerzo mental que supone para las tejedores estan trabajan únicamente 4 horas al día. La verdad es que resulta increíble pensar que sean capaces de memorizar un dibujo tan complejo para unas alfombras tan grandes, incluso había una que estaba tejiendo la alfombra por la parte de atrás, sin ver el dibujo que estaba haciendo. Luego el vendedor te lleva al primer piso y te cuenta las diferencias entre las distintas calidades de la alfombras, empieza a extender mil alfombras y cuando saca una con un dibujo de escarabajos pregunta que si hay alguna recién casada en la sala; si hay alguna la hace pasear por encima de la alfombra por que según sus creencias eso hará que la mujer tenga gemelos. A mitad de la demostración y antes de que te diga los precios, uno de los empleados reparte vasos de té a todos los asistentes, el dueño va dando precios y recogiendo alfombras y si alguien esta interesado lo dice y si no pues nada, en nuestra visita creo que nadie compró y a mi no me pareció que el tipo pusiera mala cara. Por cierto, el hombre nos explicó que existía la posibilidad de enviar las alfombras, contrarembolso, directamente a España pero que habia que añadir un 10% al valor de la alfombra.

Subimos de nuevo al autobús para dirigirnos a la medina y allí el guia nos dejó 1 hora. La medina no tiene nada de especial solo muchas tiendas y vendedores muy pesados. Nosotros vimos que en un lateral había unos callejones muy estrechos con tiendas mas pequeñas y decidimos entrar para verlas pero salimos pronto porque a las chicas les daba un poco de mal rollo andar por esos sitios. Recorrimos toda la medina y cerca de la otra entrada vimos una tienda donde vendian todo tipo de zapatillas de deporte falsas, incluido las converse all Star, preguntamos y después de no regatear mucho conseguía que me las dejase por 12 euros, pero después de examinarlas nos dimos cuenta de que se trataba de una mala copia y decidimos no comprarlas. De todos modos en la medina nueva de hammamet podreis encontrar todo lo que querais de zapatillas y ropa de deporte.
Fotografía de la Medina

Kairouan. Levantada en el próspero Túnez, lleva a gala ser la cuarta ciudad santa del islam. Y todo gracias a una leyenda. Ésta narra como un jefe musulmán llamado Ibn Nafie decidió erigir en el año 670 un templo en la seca llanura donde había visto brotar milagrosamente un manantial. A su alrededor surgió la que fue primera gran ciudad musulmana del Magreb. Hoy el templo domina la ciudad, aunque en su interior quede ya poco del edificio original. La Gran Mezquita de Kairouan es un mestizaje perfecto de numerosos estilos artísticos, como se empeñan en recordar los capiteles de las más de 400 columnas que sustentan sus techos. Un bosque pétreo a mayor gloria de Alá. Sin embargo, es el alminar, como en casi todas las mezquitas, el que acapara el protagonismo del templo. Un alminar robusto, sobrio, peculiar, en piedra clara, que rompe el celeste tunecino, convertido en el referente no sólo de muchos creyentes del norte de África, sino también de peregrinos de todo el mundo que acuden a rezar allí.
Pero la Gran Mezquita no es el único lugar de Kairouan donde se respira el misticismo de los lugares santos. De hecho, la ciudad cuenta con otros 50 templos, entre ellos la llamada Mezquita del Barbero. Dicen los lugareños que este templo es santo porque en su interior se guardan varios pelos del profeta. Y añaden, para reforzar sus palabras, que fue el barbero de éste –de ahí el nombre del templo– quien tras rasurarle decidió conservar aquellos que, no se sabe muy bien cómo, acabaron en Kairouan.

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La gran mezquita, construida en el año 670 y la primera del Magreb sobrecoge por su perfecta conservación y su silencio. El patio cuadrangular tiene un sumidero central con un sistema muy ingenioso que retiene las impurezas que arrastra la lluvia y permite guardarla en perfectas condiciones en unos depósitos subterráneos. Agua que se puede sacar para las abluciones a través de unos brocales construidos con bases de columnas ahuecadas y traídas desde Cartago. Un reloj de sol con marcaciones para las cinco oraciones es el otro complemento del patio.
Toda la mezquita está repleta de columnas de mármol y capiteles traídos desde Cartago y la obra de ebanistería de las puertas es de admirar. Su interior rezuma espiritualidad y cuenta con el púlpito más antiguo del mundo islámico. Y la cámara no puede dejar de disparar sobre la profusión de figuras geométricas dispersas por todos los elementos arquitectónicos que la pueblan.

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Desde la medina nos fuimos al restaurante. El restaurante es muy parecido a estos tipicos de España donde paran los grupos de autocares y esta preparado para eso. El menú consistía en: una especie de rollito de primavera con relleno incierto, brik (comida típica que consiste en una masa muy fina rellena de revuelto de huevo con verduras, o algo así), oveja (por lo dura que estaba la carne) con arroz, ensalada y sandía. Como el rollito de primavera estaba un poco seco decidimos pedir una salsa para que entrase mejor y nos trajeron una salsa roja y densa que todavía me esta picando la boca. Las bebidas durante el circuito no estan incluidas, así que tuvimos que pagarlas: 1 agua de 1,5l, 2 cervezas, 2 coca-colas y 1 botella de vino peleón nos costaron 22 dinares. En resumen, restaurante de carretera bastante mediocre en en cual, si eres un poco delicado no comeras nada.
En la mesa nos sentamos con una familia de Granada (muy simpáticos) que ya habian hecho la estancia en el mismo hotel que habiamos contratado y nos dijeron que no se nos ocurriese coger la excursón gratuita que te regalaba el hotel a Hammamet pueblo porque era una encerrona para llevarte a una fábrica de alfombras en la que si no comprabas se cabreaban bastante y que como ellos no quisieron quedarse a aguantar el tostón, les tocó pagarse el taxio de vuelta al hotel.
Vuelta al autobús y salida hacia Tozeur (3 horas) durante el viaje realizamos dos paradas, una en el hotel Gafsa Palace (que de palace no tiene nada) y otra en un bar de carretera. En este trayecto nos dimos cuenta de cómo nos había perjudicado el subir los ultimos al autobús ya que en los pies del asiento trasero central había una trampilla que daba directamente el motor y después de 2 horas de viaje ininterrumpido salia de ahí un calor insoportable. Hablamos con el guia para que subiesen el aire acondicionado pero la gente de delante se quejaba porque iban muertos de frío así que lo volvian a bajar y así todo lo que restaba de circuito. En este trayecto el guia volvió a ofrecer las excursiones opcionales explicando que eran totalmente compatibles con el resto de actividades incluidas en el circuito y pasó para apuntar a la gente y recoger el dinero.
Cuando llegamos a Tozeur el guia nos dijo que aunque la visita al museo estaba planeada para el día siguiente era mejor que fuésemos a verlo esa misma tarde porque el edificio no dispone de aire acondicionado y al día siguiente a las 12 del mediodía iba a hacer mucho más calor, así que fuimos directamente al museo. El museo consiste un todo tipo de objetos típicos de la cultura de Túnez y la reproducción, con maniquíes, de algunas de las escenas de las tradiciones del país. A la entrada hay que pagar el correspondiente ticket para poder hacer fotos y al final del recorrido del museo hay una cuadro para hacerte fotos (el típico de meter la cabeza) en el que si te haces una foto luego el vigilante te pide un dinar. Finalizada la visita al museo fuimos directamente al hotel donde intentaron hacer el registro lo más rápido posible para que pudiéramos darnos un baño en la piscina. El Hotel era el Ain el Ras, de la cadena Yasmin hotels, os pongo unas fotos para que juzgueis vosotros mismos y tambien os pongo el enlace de Internet por si lo quereis visitar.



La verdad es que el hotel no estaba mal y sin duda creo que fué el mejor del circuito.
Nos dimos un baño en la piscinas (cubierta y descubierta, esta última esta abierta solo hasta las 8 de la tarde) y nos fuimos a preparanos para la cena. El buffet del hotel no estaba mal, había bastante variedad y también comidas típicas para el que le apeteciera probarlas pero según iban pasando los dias nos dimos cuenta de que en todos sitios ponían lo mismo: pavo o pollo a la plancha, pescado a la plancha, spaghetti o cualquier otro tipo de pasta, pizzas, cuscus, brik y poco más, menos mal que por lo menos el buffet de ensaladas solía ser variado. La fruta suele ser sandía y melon y siempre ponen muchas clases de pasteles. 2 botellas de agua grande y una coca-cola aquí nos costaron 5, 3 dinares. Tomamos un café en el bar del hotel (3 capuccinos 5,1 dinar) y decidimos irnos a la cama pronto porque al día siguiente había que madrugar para la excursión en 4x4 al oasis de montaña de Chebika.

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El guia habia dado la orden en recepción de que llamasen a la gente que tenía que ir a la excursión a las 4:45, así que a esa hora sonó nuestro telefono. En mi opinión es un poco temprano pero el guía qeria asegurarse de que cuando llegasen los todo terreno todo el mundo hubiese dejado la maleta en el autocar, hubiese desayunado y estuviese esperando los coches. Nos levantamos muertos de sueño, hicimos la maleta, pasamos por la entrada del hotel para dejarla en el maletero y nos fuimos a desayunar. Casi una hora después todavía llegaba gente al comedor que acababa de bajar de las habitaciones por lo que dedugimos que no todo el mundo había madrugado tanto. A las 6 nos recogieron los todo terreno en la puerta del hotel, unos Toyota Land Cruiser cuyos conductores se habian colocado un turbante típico de color amarillo. Nuestra primera parada era el Oasis de montaña de Chibeka, una hora de recorrido en a que los que iban sentados en la parte de atrás aprovecharon para dormir, y yo, que iba en el asiento del copiloto aproveche para hacer algunas fotos de la hilera de vehiculos moviendose por una carretera en medio del desierto.
A nuet¡stra llegada a chibeka nos recogió un guia autoctono el cual nos hizo un recorrido por el pueblo y el oasis, te explican que el autentico pueblo fue destruido en una de las lluvias torrenciales que sufrió el pais y te llevan al lugar donde sale el agua de la montaña.. El lugar es muy bonito y sorprende que pueda haber agua en medio de un sitio así pero tantos niños ofreciendote collares y souvenirs hacen que la visita sea un poco agobiante y aunque al principio te da un poco de pena y te dan ganas de comprarles, cuando ves que los que compran son acodos por el resto de vendedores, te das cuenta que lo mejor es no comprar nada hasta que no haya finalizado la visita. La vsita duta unos 50 minutos.
Luego vuelves al todoterreno para ir a la Gran cascada de Timenka, un recorrido de unos 15 minutos por una carretera llena de curvas en la que los conductores aprovechan para hacer sufrir un poco a los pasajeros.
Finalizada la visita al oasis de chibeka te vuelven a subir al coche para ir a visitar la gran cascada de Timenka. La verdad es que yo no he visto muchas cascadas y mucho menos en el desierto pero me pareció que la denominación “Gran Cascada” le venía un poco grande.
Fotografía de la “Gran Cascada”

En la zona donde se encuentra la cascada hay un montón de tiendas donde venden todo tipo de productos típicos de Túnez y otra gente con distintos animales para que te puedas hacer fotos con ellos. Había varios puestos en los que hacían pulseras con tu nombre grabado en árabe por las que al principio nos pedian 10 dinares pero que después de mucho regatear y de decirles que en otro puesto no las dejaban más baratas, conseguimos por 3 dinares. La carretera que va desde el oasis a la cascada tiene bastantes curvas y los conductores aprovechan para hacer pasar un poco de miedo al personal cogiendo las curvas un poco deprisa, pero cuando llevas un rato subido en el todo terreno te das cuenta de que tienen muchas horas de conducción y no solo conocen perfectamente el vehiculo sino que tambien saben lo que pueden y no pueden hacer con él. Por cierto, los vehículos en los que hicimos la ruta eran unos Toyota Land Cruiser de 7 plazas que a pesar de tener 650000 kilómetros estaban en perfecto estado de conservación e iban como la seda. Después de la visita de la cascada vuelves a montar en el coche para ir a visitar el decorado de las guerra de las galaxias, para lo cual se utiliza la misma carretera que nos llevó al oasis pero en sentido contrario. Durante el trayecto que discurrió por la carretera la mayoría de nosotros nos quedamos dormidos a pesar de que el conductor intentaba que no lo hiciésemos poniendo la música alta y dando golpes con la mano en el techo. Cuando íbamos a abandonar la carretera para coger el camino que nos llevaría hasta el decorado, el conductor nos despertó a todos para que pudiésemos disfrutar de una autentica ruta 4x4 por el desierto. Los conductores conducían a toda velocidad por las distintas pistas que habían ido marcando en el desierto sin importarles los baches, la arena, etc. a mitad de camino redujo la velocidad para enseñarnos una montaña que desde lejos Parecía un camello y también nos mostró en que consisten los famosos espejismos que se dan en el desierto, exactamente iguales a los reflejos que se pueden ver en verano en el asfalto y que dan la sensación de que hay “charquillos” (esta palabra la incluyo como homenaje a los componentes de “La Faktoría”) en la carretera. Un poco antes de llegar al decorado el conductor comienza el recital de conducción por el desierto, pero de esto no os voy a contar más porque creo que es mejor no saber nada porque aunque los que sean un poco miedosos pasarán bastante miedo, es muy divertido.
Llegamos al decorado de de la Guerra de las Galaxias y nos dieron 20 minutos para visitarlo. La verdad es que el decorado estaba abandonado y bastante descuidado, pero para los que sean fan de esta saga cinematográfica estoy seguro de que será emocionante. No obstante yo creo que en otro país este lugar estaría mas explotado y alguna empresa se habría encargado mantenerlo y tener allí gente vestida con los atuendos que se utilizan en la película y haciendo algún espectáculo reproduciendo fragmentos de la película que se hubiese grabado en ese decorado. Como no, en este sitio también hay lugareños que se dedican a vender rosas del desierto, pulseras, collares, etc. Algunos de ellos te piden que les des un boligrafo. Terminada la visita volvimos a montar en el vehículo para dirigirnos al mirador de Nefta donde no estaba esperando el autobús con las personas que no habían contratado las excursiones. Cuando llegamos al mirador le agradecimos al conductor el buen rato que nos había hecho pasar y le dimos 9 dinares de propina.
El mirador de Nefta tampoco es nada excepcional aunque se puede sacar alguna fotografía bonita con los palmerales de fondo.
Vista desde el mirador de Nefta
En el mirador había un puesto donde vendían 5 rosas del desierto a 1 dinar y estuvimos pensando si comprarlas pero decidimos hacerlo al día siguiente para no tener que cargar con ellas, decisión de la que luego nos arrepentimos porque al día siguiente en la plaza de los camellos eran más caras y más pequeñas. Después de hacernos las fotos en el mirador nos llevaron al centro de Tozeur para que visitáramos la medina, pero como hacía mucho calor la mayoría de la gente decidió quedarse en un hotel tomando un refrigerio. Nosotros decidimos darnos una vuelta pero solo había tiendas con vendedores pesados en la puerta preguntándote por tu nacionalidad para luego soltarte unas palabritas en español y decirte que a los españoles les hacían mejor precio y como íbamos bastante cansados, por el madrugón, no compramos nada y volvimos rápido al autobús. Vuelta al hotel y bañito refrescante antes de comer. La comida era pasable pero muy similar a la cena de la noche anterior. Tomamos un café en el bar y de nuevo al autobús.
De camino a Douz el guía despertó al personal para parar en el lago blanco. Aunque dicen que en época de lluvias ocupa una extensión de terreno enorme, en verano casi desaparece así que el guía decidió parar en el primer sitio que vio dos charcos de agua seguidos por temor a que mas adelante no encontrásemos agua para hacer fotos. Supongo que cuando esté lleno de agua impresionará mucho pero en verano tampoco tiene mucho atractivo. Por el camino vimos algunos chiringuitos donde vendían bebidas, rosas del desierto (como no) y que tenían embarcaderos y varias embarcaciones encalladas en la arena.
Llegamos a Douz a las 16:30 y fuimos directos al hotel, el “Mourado Douz” de 4*. El check in fue muy rápido, e incluso en ese momento nos repartieron las vestimentas que teníamos que utilizar para la cena bereber. La mayoría de los trajes están bastante sucios, así que tienes que darle la lata al que esta repartiéndolos para que te de uno nuevo o que por lo menos esté limpio. Después de dejar las maletas aprovechamos para bajar a la piscina, darnos un baño y relajarnos.

Las habitaciones del hotel no están mal pero no es un hotel de 4* ni mucho menos, 3* como mucho). El suelo de las habitaciones es de moqueta y con lo guarretes que son esta gente vaya usted a saber. La piscina es muy grande aunque en las rayas de las baldosas había algo negro que no se muy bien si era moho o algún tipo de algas. También había piscina climatizada y servicio de toallas de piscina. En el vestíbulo del hotel había una jaima con alfombras, cojines y mesas bajas en los que la gente estaba tomando café e incluso alguno se atrevió a echarse la siesta.
Como el buffet abría a las 20 h decidimos ir a picar algo por si la cena típica no nos gustaba. Cuando los camareros nos vieron entrar nos preguntaron que de que grupo eramos y cuando les dijimos que eramos de iberojet el maitre empezó a hablar un poco enfadado y supusimos que era porque se suponía que no ibamos a cenar en el hotel y no contaban con tener tanta gente. La cena era bastante mala, la peor hasta el momento, y solo comimos un poco de ensalada, algo de carne y un monton de buñuelos que no sabiamos de que eran pero estaban bastante buenos. Cuando terminamos de cenar fuimos al sitio donde nos habian dado las chilabas para que nos colocasen los turbantes y una cinta de adorno para sujetarlo por la que te cobraban 1 dinar. Subimos al autobús y en 5 minutos llegamos al sitio de la cena. La verdad es que el sitio me decepcionó un poco porque yo esperaba que fuese un sitio mas adentrado en el desierto y que la comida fuese sentado en cojines en el suelo de una jaima, no se, algo mas autentico (parecido a lo que había visto en el hotel), pero resultó que el sitio era la parte de atrás de un restaurante en el que habían montado unas jaimas grandes con mesas y sillas debajo. Nada más entrar en el sitio nos llevaron a un palmeral que había a 100 metros de las jaimas y nos ofrecieron un vaso de sangría. Poco después apareció un pequeño grupo de folklore y empezó a tocar musica tunecina mientras uno de los componentes del grupo bailaba y animaba a bailar al personal. Mientras estábamos allí aparecieron varios jinetes montados en dromedarios blancos y la gente se estuvo haciendo fotos con ellos, previo pago de una cantidad. Después de 30 minutos haciendo el chorra nos llevaron a las jaimas para cenar, el menú consistía en: sopa de cuscus, cuscus con cordero, brie (lo mejor sin duda) y sandía. De beber te ponían lo que les pidieses, pero la comida no estaba demasiado buena y a mi me dio la sensación de que era la misma comida de otras noches, recalentada. Durante la cena el grupo de folklore amenizaba la velada y cuando estabamos a mitad de la cena nos sacaron fuera del recinto de las jaimas para ver el espectáculo de los jinetes de dromedario y también de otro que hacía acrobacias sobre un caballo. Al volver a las jaimas entró en escena una bailarina (entrada en carnes y en edad) que se suponía que nos iba a hacer una demostración de la danza del vientre, la cual tras hacer una demostración de bailes típicos empezó a sacar a mujeres y hombre a bailar hasta el fin de fiesta. Vuelta al hotel y a dormir.

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