VIAJE DE NOVIOS A JAPON (15.10.07 - 27-10-.07) ✏️ Blogs de Japon

DIA 1 - Lunes - 15.10.2007
VIAJE MALAGA-LONDRES-TOKIO

DIA 2 - Martes - 16.10.2007
TOKIO-UENO
Llegada a Narita.
Activación del JR Pass.
Llegada a Ueno y alojamiento en Hotel Edoya.
Visita y compras en la ciudad de la eléctrónica.

DIA 3 - Miercoles - 17.10.2007
NIKKO
Visita y alojamiento en Nikko. Turtle Inn.
Festival de Otoño.
Visita de templos y cascadas.

DIA 4 - Jueves - 18.10.2007
TAKARAGAWA ONSEN
Día de relax en un onsen.

DIA 5 - Viernes - 19.10.2007
KIOTO
Alojamiento en casa de huespedes Ikoi no ie.
Visita de la ciudad.

DIA 6 - Sábado - 20.10.2007
KIOTO
Alojamiento en casa de huespeder Ikoi no ie.
Visita a Fushimi Inari.
Visita a Nara, Parque de los ciervos.

DIA 7 - Domingo - 21.10.2007
KIOTO
Cambio al hotel Nishiyama.
Visita de la ciudad.
Reportaje fotográfico Meiko-Samurai.

DIA 8 - Lunes - 22.10.2007
KIOTO
Alojamiento en hotel Nishiyama
Festival de Otoño en Kioto.
Visita de la ciudad.

DIA 9 - Martes - 23.10.2007
KIOTO-TOKIO
Alojamiento hotel Sadachiyo (Asakusa)
Visita de la zona de Asakusa.
Crucero por el rio.

DIA 10 - Miercoles - 24.10.2007
TOKIO
Alojamiento hotel Sadachiyo (Asakusa)
Jardines del palacio imperial.
Visita de la cuidad.

DIA 11 - Jueves - 25.102007
TOKIO
Alojamiento hotel Sadachiyo (Asakusa)
Visita de la cuidad.
Roppongi Hills.
Torre de Tokio

DIA 12 - Viernes - 26.10.2007
TOKIO
Alojamiento hotel Sadachiyo (Asakusa)
Visita de la ciudad.

DIA 13 - Sábado - 27.10.2007
VUELO TOKIO-LONDRES-MÁLAGA

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Da gusto quebrarse la cabeza para organizar un planing lo mejor posible para luego destrozarlo minuto a minuto.
Algunos días ni llegaron a existir, que pena penita pena.

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Volamos con Brithis Airways, los compramos a través de www.atrapalo.es
Salimos de Málaga muy puntuales y llegamos a Londres sin retraso ninguno. El vuelo muy bien, sin turbulecias, vimos toda España y Francia durante el bueno, había algunas nubes, pero se podía ver todo perfectamente. Muy bonita también la vista de la ciudad de Londres mientras descendíamos.
El avión muy bien. Todo limpio, la personal muy amable, nos ofrecieron bebidas y creo recordar que nos dieron algo de comer, tipo algún snack.
Habíamos facturado las maletas directamente hasta destino, por lo que no tenemos nada más que preocuparnos de nuestros billetes y equipaje de mano, pero.... problema.
Al desembarcar en Londres teníamos que volver a pasar por la revisión de equipajes y al llegar a la hora del medio día solo había abiertas dos puertas y no dejaban de llegar aviones con sus correspondientes pasajeros, y encima se ve que allí eso de las prisas y el estrés no va con ellos, porque la tranquilidad era impresionante, y la gente en la cola cada vez más nerviosa.
Abre mochilas, sácalo todo, quítate chaquetas, sudaderas, etc.., cacheo incluido, , fuera zapatos, y luego, intenta reconstruirte cuando ya sabes que tu avión se supone que está saliendo y que no tienes ni idea hacia donde ir.
Entre vuelo y vuelo solo teníamos una hora de diferencia (fallo nuestro, cogimos este billete por esa razón, para no perder tiempos muertos en el aeropuerto, y al final nos salió caro), y estuvimos en la cola 50 minutos, cuando salimos, teníamos que atravesar enterito el aeropuerto de Heathrow, sin conocerlo, sin tener ni idea de donde estaban las cosas y corriendo corriendo con las chaquetas, mochilas, billetes, portatil, etc, etc..., horrible, creo que fueron los peores 10 minutos de mi vida, por que pensaba que perdíamos el vuelo. Gracias a dios o a quien sea, el avión nos estaba esperando, ya que se ve que conocían el problema que había en los arcos de control de equipajes y aunque salimos con más de media hora de retraso, cogimos nuestro avión, agotados, sudando y con el corazón que se nos salía por la boca, a parte de tener que buscar urgentemente toda mi medicación de asmática para intentar volver a respirar con normalidad.
Uff, por fín nos montamos en el avión que nos llevaría a Tokio. Era la hora de comer y nos ofrecieron comida occidental u oriental, evidentemente y para ir haciendo cuerpo elegimos la oriental. Era una bandeja de pollo, creo que tandori, con verduritas y arroz, bebida, pan, ensalada, postre y café o té. Muy bien, estaba todo buenísimo.
Durante el viaje no pararon de ofrecernos bebidas y cositas para picar. Hicimos 4 comidas en el aire, almuerzo, merienda, cena y desayuno. A pesar de que casi todo el vuelo fue de noche, no pararon de pasar ofreciendo bebidas y tentenpies.
El avión era inmenso, en cada asiento teníamos nuestra pantalla TFT donde podíamos elegir la programación que quisiéramos (música, noticias, películas, dibujos, series o el GPS), o que entendiéramos, porque en español (bueno en mejicano) sólo había unas cuantas pelis. Para mí lo mejor el GPS porque ves en cada momento por donde vas y te acerca las zonas y tienes un montón de información de la velocidad, las temperaturas, las horas que llevas y quedan de vuelo, etc..., me gustó mucho, además al ser de noche pues cada vez a abría los ojos venía sobre que país volábamos. Lo único que no me gustó es que estabamos sentados en el centro y no veíamos absolutamente nada de nada fuera del avión, pero bueno, al ser de noche tampoco habríamos podido disfrutar mucho.

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Amanecemos en el avión todavía. Nos dan de desayunar. Y unos papelitos para rellenar. Uno era por familia y otro por persona, la verdad no recuerdo que había que poner, sé que eran los datos del pasaporte y la condición del viaje (trabajo, turismo, estudios, etc...) y una declaración de que no llevabas armas, ni líquidos, drogas, etc..., pero no sé que más. Creo recordar que luego los recogen todos antes del aterrizaje.
Todo el viaje estupendo, sin turbulencias, ni nada.
Yo estaba muy preocupada porque solo había volado en tres ocasiones y siempre a Barcelona en vuelos de una hora y me había agobiado mucho, por que habíamos tenido turbulencias y un par de aterrizajes algo chunguillos de decir “yo no me vuelvo a montar en un trasto de estos”. La verdad, pensaba que al ser el avión más grande, el aterrizaje sería más brusco, pero todo lo contrario, fue todo genial.
Llegamos al aeropuerto de Narita, todo genial indicado. Y evidentemente la primera visita a los servicios japoneses, y alucina, jeje, igual que en España. Estaban impresionantemente limpios, sin olores, vamos mejor que el de tu propia casa. Conocimos los servicios tradicionales japoneses (agujero en el suelo) y los supuestamente occidentales con servicio de bidé, asientos calentitos y musiquita (ya quisiéramos tener esto nosotros aquí).
Pasamos por los controles de inmigración, recogida de maletas y luego un nuevo control donde nos miraron el pasaporte, las maletas por encimilla y nos preguntaron que porqué viajábamos a Japón y por cuantos días, vamos lo que habíamos rellenando en los papelitos del avión, todo sin problemas y muy atentos.
Son sobre la 1 del medio día.
Nada más salir de estas zonas nos encontramos con varias zonas con teléfonos, servicios de tarjetas, tiendas de revistas, chuches, algo de comida, etc...
Buscamos como llamar a casa, ya que a pesar de estar en mitad de la noche en España, nos exigieron que llamáramos en cuanto aterrizáramos. Había varios tipos de tarjetas, que las comprabas en una maquinitas. Estaba todo explicado en inglés. Elegimos la que creíamos que nos serviría, porque había de distintas empresas y de diferentes importes. Creo recordar que compramos la de 3.000 yenes y como solo llamamos a casa 3 veces, pues todavía nos sobra.
Una vez en el aeropuerto, y aunque estaba todo perfectamente indicado conseguimos un plano para movernos más tranquilamente.
Tocaba activar el JR Pass (www.jaltour.com) y averiguar como llegar hasta Ueno, donde pasaríamos nuestra primera noche.
Con los papeles que teníamos del JR Pass nos vamos hacia la oficina donde pudimos preguntar todas las dudas que teníamos sobre el transporte y entre mi inglés y el de la chica de la oficina, conseguimos hacernos entender las dos.
Activamos nuestro JR Pass de 7 días para el día siguiente y compramos la tarjeta Suica para movernos por Tokio (tren, metro y bus). Compramos un pack que era la Suica y el billete en Shinkasen (tren de alta velocidad) hasta la zona de Tokio a la que quisieras ir, nuestro caso Ueno. Creo recordar que eran 3.500 yenes todo, 500 eran de fianza de la tarjeta, que te la puedes llevar de recuerdo o devolverla y recuperarlos. A precio de 3.500 le restas los 500 de fianza y el billete a Tokio, que no recuerdo cuanto era, entre 700-1000, creo y la diferencia es lo que te queda en la Suica para gastar.
La tarjeta Suica se puede usar tanto para transportes como para pagar en los establecimientos de las estaciones , maquinas de comida y bebida y en kiosco. Es muy fácil reconocer donde se puede usar ya que verás el simbolito de Suica. Además para recargarla lo puedes hacer en estos mismos establecimientos y en algunos cajeros que hay para eso.
Bueno, con los deberes hechos en cuanto al transporte nos dirigimos en busca del tren que nos llevaría a Tokio. Teníamos asientos reservados en el Shinkasen, así que fuimos a tiro fijo. Cogimos nuestro tren, colocamos las maletas como pudimos, por que la verdad no hay mucho sitio para las maletas grandes. Buscamos nuestros asientos y nos acomodamos.
Los transportes son extremadamente puntuales, no tuvimos retraso en ningún transporte en las dos semanas que pasamos allí.
Una horita y algo de viaje y llegamos a nuestra primera parada, la estación de Tokio. Allí tomas algo de contacto con las multitudes. El intentar moverte entre tanta gente con prisa y tu cargado de maletas resultaba algo agobiante y más cuando las maneras de moverse son totalmente al contrario que nosotros, en todos los pasillos estabamos en dirección contraria a todo el mundo. Mientras buscábamos dónde coger el tren que nos llevaría a Ueno el olor a comida nos atrajo hacia un puestecillo donde compramos unos bollos de pan de arroz relleno de carne, que estaban de bueníiiismos y más cuando ya eran más de las 2 de la tarde y no habíamos probado bocado desde el desayuno a las 8 en el avión. Con nuestros bollos nos dirigimos hacia el tren, pero para no comer en los vagones y descansar un poco, compramos unas latas en el mismo anden y nos sentamos a comer en las maletas. Dejamos pasar 3 o 4 trenes abarrotados y una vez con el estómago lleno nos dispusimos a volver a cargar con nuestras maletas y buscar nuestro nuevo destino.
Cogemos el tren a Ueno y al llegar a la estación, buscamos la salida y nos encontramos con el inmenso parque de Ueno de frente. Según nuestra guía en Hotel Edoya nos pilla a varias manzanas. Mientras miramos la guía un amable hombre mayor se acerca a nosotros para intentar ayudarnos, pero no se situaba bien con el mapa y no nos sabía explicar ni siquiera donde estábamos. Tras un rato le dimos las gracias y nos dirigimos hacia donde creíamos que era, no nos equivocamos mucho, pero si nos desviamos algo y nos metimos en la zona del lago, lo que nos hizo tardar más de 2 horas en llegar hasta el hotel.
Nos paramos ha hacernos varias fotos en un templo todavía cargados con todas las maletas y tras pasar muchas calles y subir alguna que otra cuesta y preguntarle a varias personas, conseguimos llegar a nuestro hotel.
He leído en muchos sitios que coger un taxi en Japón y sobre todo en Tokio en muy muy caro. Por agotamiento y por la lluvia, tuvimos que coger taxis dos veces, porque cargar con todas las maletas y más si está lloviendo es sencillamente horrible, sobre todo si vas mapa en mano buscando el hotel. Una vez fueron 600 yenes y la otra 650, además las dos veces, como fue para llegar del hotel a la estación más cercana, lloviendo y cargados de maletas, antes de llegar a la estación pararon el parquímetro para que no contara más, sin contar la vuelta que tuvieron que dar para dejarnos en la misma puerta de la estación. Así que esos yenes nos daba yo besados. No te vas a mover todo en taxi, pero recomiendo que cargados con maletas, de las estaciones o metro al hotel y viceversa, es conveniente usarlos, además son algo que no te puedes ir sin ver de Japón. Los taxistas van uniformados, llevan guantes blancos y las puertas se abren automáticamente, además, en algunos no te puedes subir delante. Los sillones van con encaje blanco y plastificados y la parte delantera toda llena de muñecotes, llaveros, campanitas, amuletos, etc.., etc...
La primera impresión del hotel muy buena. www.hoteledoya.com
En recepción muy agradables. Nos pidieron rellenar un formulario indicando nuestros datos, número de pasaporte, etc..., nos explicaron donde estaban las cosas y nos dieron la llave de nuestra habitación.
Teníamos reservada la habitación japonesa más grande para 2-3 personas con desayuno incluido.
Por todo el hotel puedes andar con tus zapatos, no es necesario dejarlos en la puerta, todo está enmoquetado.
Nuestra habitación consta de:
- Entradita con lavabo, espejo, secador, toallas, paragüero, calzador y útiles de aseo. Aquí ya tienes que dejar los zapatos y ponerte las zapatillas que tendrás preparadas en la puerta. Ahí un escalón donde ha empieza el tatami y que da a un pequeño pasillo en el que hay tres puertas.
- Cuarto de baño, en la puerta de cristal que hay al final del pasillo. Tenemos una bañera típica japonesa, vamos un pilón hondo y cuadrado, donde solo puedes entrar sentado. Y sobre el mismo suelo de esta pequeña habitación hay un desagüe y la ducha sobre la pared de enfrente. Todo el suelo es de azulejos.
- Servicio, en la puerta de la derecha tenemos única y exclusivamente un servicio. En esta habitación el suelo también es de azulejos y tienes unas zapatillas distintas. Cuando vayas a entrar dejas las zapatillas en el pasillo y te pones estas mientras haces uso del servicio.
- Salón, en la puerta de la izquierda. Aquí tenemos una puerta corredera de madera y papel de arroz que dá paso al salón. En el salón tenemos: Una mesita baja con sus dos sillones en el suelo, teléfono, tetera y té para que te hagas todo el que quieras al gusto, neverita (creo recordar que vacía), sofá, mesita delante del sofá, armario y televisión. Tiene un gran ventanal que dá a la calle y dá mucha luz a la habitación. Sobre un lateral del salón tenemos dos grandes puertas de madera y papel de arroz que dan paso al dormitorio.
- Dormitorio, aquí tenemos colocados nuestros dos futones sobre el suelo con sus almohadas de arroz. Hay un pequeño espejo y una gran puerta de armario donde se guardan los futones. El ventanal del salón continúa en el dormitorio, por lo que te enteras bien de cuando está amaneciendo ya que eso de las persianas no es muy típico allí.
Dejamos las maletas y nos vamos en busca de la cuidad de la electrónica sin pararnos a más, ya que la misión del primer día es comprar cámara de fotos y vídeo para hacer el reportaje más completo posible de todo el viaje.
Preguntamos en recepción que metro coger y resulta que estamos a 10 minutos andando, nos dan un pequeño mapita donde indica donde está el hotel y como llegar a la zona de Akihabara y allí que vamos, dispuestos a fundirnos el saldo de la tarjeta de crédito.
Al salir ya es noche cerrada y eso que no son más de las 6 de la tarde. Nada más llegar a la calle empezamos a ver más y más carteles de comercios de electrónica, los dependientes están en la puerta con megáfonos o micrófonos llamando a la gente para que entre, gritando sus ofertas y intentando atraer a la mayor cantidad de clientela posible. En algunas esquinas ves chicas vestidas tipo manga, repartiendo publicidad sobre restaurantes, karaokes, tiendas, centros de ocio y panchiko, etc...
Y ahora, ¿qué tienda eliges? ¿vas tienda por tienda? ¡Pero si esto es inmenso! Abrá miles de tiendas, es un barrio entero dedicado a la electrónica. Por lo que vemos, los precios son bastante parecidos en la mayoría de los locales, es interesante ver las ofertas, porque normalmente en cada sitio en el precio incluyen algo como baterías, bolsas, tarjetas de memoria, etc...
Al final tras patearnos una calle entera y entrar en 5 o 7 tiendas, preguntar, mirar, plantearnos si nos interesaba el duty free o no, etc.. vamos a las que creemos que están los precios mejor y ya tenemos nuestras nuevas cámaras listas para hacerle la competencia al National Geografic.
Todo el rato estuvo lloviznando y en las tiendas, como casi todas las bolsas son de papel, te las plastifican para que no se moje nada, es muy curioso la manera en que lo embalan todo y te lo preparan vamos que da penita abrir las bolsas cuando llegas al hotel.
También aprovechamos para comprar varios recuerdo, porque a pesar de ser el primer día no me podía resistir a comprar un par de cosillas típicas, como si no fuéramos a ver nada más en las dos semanas que pasaríamos en Japón.
Sobre las 7 vimos que estaban cerrándolo todo y buscamos algún sitio para comer.
Entramos en un restaurante en el que sólo servían sushi. Nada más entrar al local, los empleados dijeron algo y nosotros to mosqueaos, vaya que ya estuviera cerrado, o yo que sé. Tras varios días nos enteramos que lo que hacían era saludarnos cuando entrábamos y despedirnos cuando nos íbamos
El restaurante era bastante pequeñito y rectangular. La gran mayoría del local estaba ocupado por una barra por donde, en una pequeña cinta transportadora pasaban los platos de distintos tipos de sushi. La cocina está en el centro del restaurante, desntro de la barra, normalmente hay dos cocineros que van haciendo los platos delante tuya, da gusto verles trabajar, con el trabajito que cuenta en casa enrollar un poco de sushi y que te quede bonito.
Nada más sentarnos en la barra teníamos unos vasos, una cajita con té en polvo, palillos de comer y de dientes, servilletas, jenjibre y un grifo pequeñito con agua caliente.
Tú te sirves el agua caliente y le añades el té en polvo, pero una cucharadita mini, porque sino está super fuerte y no se diluye bien. El té es gratis, no te lo cobran en ningún sitio, y te puedes echar todos los vasos que quieras.
Los platos van pasando y tu coges los que quieres. En la pared tienes colocados 5 o 6 platos de colores distintos y te indican lo que vale cada plato en yenes, entonces ya sabes, que si quieres gastarte poco debes coger de los platos que son más baratos. Cuando acabas de comer, te cuentan los platos que tienes de cada color y así te hacen la cuenta. En este no la ví, pero en otros restaurantes como este tienes una carta donde puedes ver en fotos todos los tipos de sushi y si no están haciendo en ese momento el que te apetece, lo pides y te lo hacen en el momento.
Una vez cenados dimos un pequeño paseo por la calle y entramos a varios locales de ocio, todo eran maquinitas tipo gruas de peluches, pero eran carísimas, quería haber intentado coger algo, pero a parte de que eran muy caras, hasta 500 yenes una tirada la máquina de cambio estaba rota y el chico del local o no nos entendía o no quería hacerlo para no cambiarnos un billete de 10.000.
Queríamos haber comprado algún dulce en las tiendas de la calle, pero la mayoría estaban cerradas y el sushi se estaba empezando a pujar y la verdad no nos entraba mucho más.
Decidimos volver al hotel, no serían ni las 9 de la noche y ya no había ni un alma en la calle.
Tras soltar las bolsas en la habitación, subimos al piso superior para ver las instalaciones y los baños públicos.
Teníamos los baños públicos separados mujeres y hombre; una sala de relax y juegos con sillones, tele y distintos tipos de juegos de mesa; una terraza con plantas, mesas y sillas, que aún de noche y lloviendo se veía muy acogedora; máquina de latas y café, máquina para tomar la tensión, lavadora y secadora.
Una vez visto todo bajamos a la habitación por nuestras toallas y nos encaminamos a darnos nuestro primer baño típicamente japonés.
Cuento como es el de mujeres, que es el que usé, evidentemente. Nada más entrar hay una zona de taquillas rosas donde dejas tu ropa y los zapatos, la llave está puesta en una pulsera para que te la pongas durante el baño y no la pierdas ni te estorbe. En esta zona tienes una báscula, lavabos, secadores, espejos y cestas con cepillos de dientes, jabón, gorros de baño, etc... Tienes una puerta con un servicio, con sus zapatillas (de plástico rojas con muñecotes, en casi todos los servicios de los hoteles en los que estuvimos). Y otra puerta que da paso a los baños. Nada más entrar da una sensación un tanto rara, porque son muy grandes, hay mucho espacio, y da la sensación de frió, pero la verdad es que el vapor que hay no deja que pases frío. Toda la pared de un lateral es un espejo enorme y delante tienes las duchas y las banquetas donde te debes sentar para enjuagarte y enjabonarte. Junto al grifo tienes un barreño y dispensadores de jabón, champú y suavizante. Sobre el otro lateral hay una gran bañera de azulejos con agua calentita para que te relajes y al lado tiene una puerta de cristal que da al baño exterior, en una terracita muy mona decorada con piedras y plantas, que a pesar del frío intenté probar y la temperatura excesivamente caliente del agua no me lo permitió. Intenté meterme en el baño interior pero al entrar noté como tierra en el suelo y pensé que es que estaba sucio y me salí y luego me enteré que son como una sales minerales con tierra que se usan para limpiarse. Había una bolsita con estas sales en el lateral del baño, pero yo no la ví. Así que mi primera experiencia en un onsen fue un tanto rarita, porque lo hice todo a medias. Lo bueno es que como estaba sola pues no me dio corte ni hice el ridículo.
En este y en todos los onsen que estuvimos, al entrar tienes un cartel que te explica los pasos que debes seguir: 1º Enjuague sentados en la banqueta con tu barreñito y tu ducha. 2º Enjuague y relax en el baño. 3º Enjabonado con una mini toalla que hace las veces de esponja, sentado en la banquetita, lavado del pelo y enjuague . 4º Vuelta al baño relax. 5º Nuevo enjuague en la ducha y a buscar la toalla, que ya estamos como un garbanzo listo para meterse en la olla.
Tras la ducha, nos fuimos un ratito a la sala de relax y juegos y echamos una partidita de go, hacía más de 5 años que no jugábamos, así que vaya churro de partida y que cantidad de trampas que hicimos.
Luego volvimos a la habitación, le hicimos un pequeño reportaje fotográfico y pusimos a cargar las baterías de las cámaras y nos dispusimos a dormir nuestra primera noche en Japón y en un futón.

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