Si esta catedral es bonita por fuera, por dentro no desmerece. La que fue cuna del gran Carlomagno esconde una de las joyas de la corona de Alemania. Los mosaicos bien merecen la pena dejarse caer por esta ciudad.
E increíble trabajazo para realizar estos mosaicos. Hay que ir a visitarla para entenderla en todo su esplendor, así es que ya sabéis, ¡otro destino para la lista!
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