Esta festividad con historia entre los habitantes del municipio conmemora un milagroso evento ocurrido en la Iglesia Vella. Cuenta la leyenda que un día después de la misa, el templo entero se derrumbó, pero, milagrosamente, todos los feligreses salieron ilesos. Este hecho se interpretó como un milagro y desde entonces los ciudadanos de Santa Eulària lo conmemoran cada primer domingo de mayo, fecha del suceso.