En Bazoulé la atracción es montarse a lomos de un cocodrilo sagrado, que supuestamente nunca atacan a los hombres. Siempre acompañados de un guía del lugar.
Hay gente muy atrevida. Yo desde luego observaba un poco alejada y pendiente de otros cocodrilos más pequeños que salían y se paseaban por la hierba. Al final, me dio estrés y me alejé casi corriendo...
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