Berlín, la capital de Alemania, ha tenido un importante papel en la Historia del siglo XX, que aún puede sentirse al visitar la ciudad.

La ciudad de Berlín ha tenido un gran papel en la Historia del siglo XX, en tanto capital de Alemania. Si al visitante le gusta la historia de ese siglo, está de suerte. Y si no, también, porque la ciudad tiene mucho más que ofrecer.

Berlín estuvo durante años dividida por el Muro, y cada una de sus partes pertenecía a un país diferente, República Federal de Alemania (el Oeste) y República Democrática de Alemania (el Este). Así que una de las visitas obligadas es a uno de los restos de dicho muro.

De obligada visita también es la Puerta de Brandenburgo, todo un símbolo de Berlín, y que durante años fue testigo mudo de dicha división.

Muy cerca de ella, está el edificio del Parlamento alemán (Reichstag), con una moderna cúpula de Lord Norman Foster. Con reserva previa, pueden visitarse tanto el edificio, en visita guiada, como la cúpula, en visita libre.

Hacia el Este de la Puerta, se extiende la avenida Unter den Linden, donde se encuentra una de las óperas de la ciudad, la Ópera Nacional, y la Universidad Humboldt. Y si continuamos la avenida llegaremos a Alexanderplatz, con la Torre de la Televisión (a cuyo restaurante se puede subir) el Ayuntamiento Rojo y la Fuente de Neptuno.

Hacia el Oeste de la Puerta, se extiende el gran parque Tiergarten, con la Columna de la Victoria y el Zoo. Por esa zona además se encuentra el barrio diplomático, además de algunos curiosos edificios como la Casa de las Culturas del Mundo.

No hay que olvidarse por esa zona de Kurfürstendamm (Ku'damm para los "amigos"), de la Iglesia Memorial del Káiser Guillermo I o del Palacio de Charlottenburg.

No hay que dejar pasar un paseo por otros de sus barrios como Prenzlauer Berg o Kreuzberg...

Ni olvidarnos de algunas de sus plazas como Gendarmenmarkt, con sus catedrales gemelas, Bebelplatz, con el monumento a la quema de libros, o la moderna PotsdamerPlatz...

Ni de las compras en los lujosos Almacenes KaDeWe, en los Hackesche Höfe, o en alguno de los mercadillos como el mercado turco de Kreuzberg o el de MauerPark...

Y en cuanto a museos, la ciudad los tiene en cantidad, y de temática tan variada como el Museo Alemán de la Currywurst, Museo de Historia de la Medicina, Museo de Arte Asiático o Museo de Cine y Televisión. Seguro que habrá alguno que encaje en los intereses del viajero.
Destaca sobre todo la isla dedicada a ellos, la Isla de los Museos, donde encontramos el Museo Antiguo (Altes Museum), la Antigua Galería Nacional (Altes NationalGalerie), el Museo Bode (Bode Museum), el Museo Nuevo (Neues Museum) que alberga el busto de Nefertiti, y el Museo de Pérgamo (Pergamonmuseum), con las espectaculares puertas de Ishtar, puertas del Mercado de Mileto y altar de Pérgamo.

Si se viaja con niños, el Zoo o el Acuario seguro que captan su atención, o una visita al Museo de la Tecnología Alemana, o al Museo para Niños. Otra opción puede ser un paseo en bicicleta o algún "artilugio" con ruedas, de los que la ciudad está llena, o un paseo en barco por el río Spree.

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