Monumento
La ciudad de Karak, que se encuentra a 140 kilómetros al sur de Ammán, ofrece al viajero un imponente castillo de la época de los cruzados, cuya visita resulta muy interesante.
La ciudad de Karak tiene forma triangular y en uno de sus picos, y a 930 metros de altitud, se alza Qal’at al-Karak dominando el entorno.
Su construcción se inició en el 1140 y gracias a su posición, al este del río Jordán, controloba las rutas que unían Damasco, Egipto y La Meca.
Protegido por profundas fosas y altas torres, resistió muchos asedios, siendo conquistado por Saladino en 1189, quien hizo prisioneros a Guido de Lusignan y Reinaldo de Chatillon al que mandó decapitar por su barbarie y por no respetar los tratados establecidos.
Resulta curiosa la diferencia entre la construcción tosca de los cruzados, y los finos bloques de piedra caliza usados por los árabes.
Los ayubíes y mamelucos hicieron importantes reformas reforzando sus fortificaciones con torres. Desde el exterior se accedía al castillo a través de pasadizos subterráneos que pueden verse actualmente.
Un espectáculo de luz y sonido muestra, a través de un documental, la historia de Kerak y las múltiples civilizaciones que la controlaron, como griegos, nabateos, bizantinos, cruzados, otomanos, hasta los actuales musulmanes.
CÓMO LLEGAR
En coche o en taxi desde Amán:
Desde Amán, diríjase hacia el sur. Puede llegar por la autovía del desierto (aproximadamente a 130 km de Amán, unas 2 horas de camino) o bien conducir por la pintoresca carretera conocida como el "Camino de los Reyes" o por la carretera del mar Muerto.
En taxi:
Tome un taxi en la estación de Al-Abdali. Los trayectos en taxi no siguen ningún horario, los taxis salen en cuanto se llenan de pasajeros.
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