El Museo de los Caños del Peral - Madrid

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Fecha publicación: 08/04/2013 18:57 - Escrito por Charucag
Pequeño museo que nos muestra parte de nuestro pasado mas antiguo y desconocido: los "viajes de agua" existentes desde la época musulmana. También se pueden ver los restos de una fuente renacentista.
Situación y accesos

Este museo se encuentra situado en la estación de metro de la Plaza de la Ópera, justo enfrente del andén de la línea 2 de metro.

Horarios y Precios

Viernes, sábados y domingos, de 11 a 13 horas y de 17 a 19 horas.
La entrada es gratuita pero hay que entrar al metro, así que mejor verlo un día que tengamos que ir por allí y así nos ahorramos el billete.

Un poco de historia

Cuando el emir Mohamed buscaba un lugar donde erigir una fortaleza para asegurar la ruta entre Toledo y las zonas conquistadas, eligió el lugar que hoy ocupa Madrid por su situación estratégica y la gran cantidad de agua que había en la zona. Lo que hoy conocemos como calle de Segovia, calle del Arenal, Mayor y otros no eran sino arroyos y el agua que no corría por superficie lo hacía bajo el subsuelo, lo que entonces se conocía como “viajes de agua”.

Como los árabes de entonces eran bastante mas limpios que los cristianos de la época, necesitaban el agua no sólo para beber sino para otros usos más pintorescos, como lavarse y esas cosas. Al mismo tiempo sus ingenieros eran bastante buenos por lo que canalizaron esos “viajes de agua” y crearon una red subterránea de transporte para acercar el agua hasta el Cerro de la Vega en donde se asentaban el Alcázar y la Medina árabe. Al parecer en la zona donde hoy se asienta la Plaza de Isabel II levantaron una fuente de uso público y unos baños de los que hoy no quedan restos.

Cuando los cristianos, al mando de Alfonso VI, conquistaron la ciudad arrojaron a los perros moros al cerro contiguo de las Vistillas y se asentaron en el alcázar pero como ellos no veían más uso para el agua que el de cocinar y el de beber y sólo si escaseaba el vino, los “viajes de agua” quedaron sin uso y poco a poco olvidaron, incluso, su existencia, pero la fuente siguió allí para uso de los nuevos y los antiguos madrileños.

Cuando Felipe II trasladó su Corte a Madrid se encontró con varios problemas de difícil solución: la escasez de vivienda fue el más importante pero el de la escasez de agua no le quedó a la zaga. Contradicciones del destino, en uno de los sitios con mayor caudal de agua había escasez de la misma.

El Museo de los Caños del Peral - Madrid, Museos-España (1)

La falta de agua generalizada era un problema menor, al fin y al cabo la plebe ¡allá se las componga como pueda! Pero la falta de agua en el alcázar sí era un problema a resolver y a ello se pusieron los fontaneros reales y acabaron dando con la solución: usar de nuevo los “viajes de agua” musulmanes. Y se decidió traer el agua desde la cercana Dehesa de Amaniel (hoy Dehesa de la Villa) aprovechando uno de esos viajes. Pero en el camino se encontraron con lo que hoy es la calle del Arenal y entonces era un arroyo inmundo donde corrían libres las aguas gordas y demás. Para resolver el problema canalizaron esta agua en una alcantarilla y para salvar el desnivel de la calle levantaron un acueducto para llevar el agua hasta el alcázar.

El Museo de los Caños del Peral - Madrid, Museos-España (2)

El acueducto recibió el nombre de Acueducto de Amaniel y en la zona más baja levantaron un lavadero y rehabilitaron la fuente para uso de los madrileños, que recibió el nombre de Los Caños del Peral.

El encargado de proyectar la nueva fuente fue el arquitecto real Juan Bautista de Toledo que ideó una fuente majestuosa con mas de 30 metros de longitud y diseñada en forma de “L”, con 5 caños en la parte mas larga y 1 caño en la mas corta. De diseño típicamente renacentista, estaba formada por sillares de granito labrados con basas, cornisas y adornos de columnas.

El Museo de los Caños del Peral - Madrid, Museos-España (3)

Para asegurar el buen gobierno de la misma se dictaron órdenes de policía para regular su uso, de forma que estaba tasada la cantidad de agua que cada persona podía cargar en su turno: 4 cantarillos pequeños, 2 cántaros de los que llevan las acémilas o uno grande. A esta fuente se acercaban los aguadores que vendían el agua puerta a puerta y abastecían, de esta manera, al viejo Madrid.

Con el tiempo el Ayuntamiento vendió los lavaderos y sobre ellos se levantó el llamado Teatro de los Caños del Peral que estuvo funcionando desde el siglo XVIII hasta que sobre este solar se levantó el actual Teatro de la Ópera. Los caños tuvieron mejor suerte y siguieron en funcionamiento hasta el siglo XIX pero ya con un solo caño.

A mediados del siglo XIX se reorganizó toda la zona para levantar la Plaza de Oriente, el Teatro de la Ópera y la Plaza de Isabel II y todo este conjunto fue derruido y convertido en escombros.

En 1925 durante las obras de construcción del metro apareció uno de los caños de esta fuente, bajo mas de 8 metros de escombros y se conservó pero sin exponerla. Con motivo de la ampliación del metro y las obras subsiguientes, en el año 2009 aparecieron los restos de parte del acueducto y de un trozo de alcantarilla.

El Museo

El museo muestra esos tres hallazgos: la fuente, la alcantarilla y el acueducto. Además han elaborado un vídeo explicativo muy instructivo y ameno.

En menos de media hora habremos terminado nuestra visita.