Ciudad
Uno de los enclaves naturales más atractivos de Catalunya es, sin duda, la Costa Brava. Numerosos y preciosos son los pueblos de pescadores que bordean su litoral, pero hay uno que destaca sobre el resto por mérito propio: Tossa de Mar.
Antiguo pueblo de pescadores reconvertido en destino turístico, como el resto de municipios de la costa, su éxito no le ha hecho perder el encanto, como por desgracia ha ocurrido en otros lugares de la zona. Tossa de Mar, por el contrario, ha sabido conservar un patrimonio que ha sido testigo del transcurso de los siglos. Ello, unido a un entorno natural privilegiado, hacen de este pueblo un lugar muy recomendable para visitar.Lo más llamativo, y que se ha convertido en su símbolo, es el recinto amurallado que envuelve a la antigua villa, único ejemplo de población medieval que ha perdurado en el litoral catalán. La parte que se conserva, con sus tres torres cilíndricas, es el fruto de las restauraciones que se llevaron a cabo durante los siglos XIV y XVII de la muralla original construida en el XII.
En el interior de la muralla, en un perfecto estado de conservación y cuidada con mucho esmero, se halla la antigua villa. En su punto más alto existía un castillo, hoy desaparecido. En el siglo XV la población contaba con unas ochenta casas, muchas de las cuales aprovecharon la muralla como pared maestra. Aquí también se encuentra la iglesia de Sant Vicenç, de estilo gótico, construida en el siglo XV en la cima de un acantilado de 50 metros.
El paseo por la muralla y la antigua villa resulta de lo más agradable, tanto por el recinto en sí como por las excelentes vistas que se tienen de la costa.
Testigo de su pasado romano, de la antigua Turissia se conserva una villa del siglo I a.C., ejemplo de explotación agrícola en el Mediterráneo de la época. En el Museo Municipal se conserva buena parte de los restos arqueológicos encontrados en la villa.
Para disfrutar de la costa en todo su esplendor, nada mejor que hacer un recorrido en barco. Diferentes son las posibilidades y rutas que se ofrecen, desde un alquiler privado hasta una visita a las cuevas en naves con fondo transparente para poder observar la flora y fauna marinas.
Y, por supuesto, darse un chapuzón en la Playa Grande o en alguna de las numerosas calas es un placer indiscutible que apetece en cualquier momento.
Disfrutar de la gastronomía local también forma parte de cualquier viaje o escapada. Como es lógico por su enclave, Tossa de Mar ha desarrollado a lo largo de los años una cocina dedicada preferentemente a los platos marineros, que también ha sabido combinar con otros productos de la tierra. Una de las recetas más populares es el “Cim i tomba”, cuyos ingredientes principales son el pescado y las patatas. Este plato lo preparaban los pescadores en alta mar cuando debían pasar muchas horas fuera de casa, y se ha ido transmitiendo durante generaciones hasta llegar a los restaurantes como especialidad de la zona. Está realmente delicioso y es menos contundente de lo que a simple vista puede parecer.
Un lugar donde probar el “Cim i tomba”: Can Carlus
Información turística:Tossa de Mar
