Le Gole di Alcantara (las Gargantas de Alcántara) son una de las rutas que se pueden hacer desde la cercana Taormina en particular, y de la zona del Etna en general. Se trata de una formación de basalto volcánica que ha sido erosionada por el río que da nombre a las gargantas, esculpiendo un cauce de unos 400 metros de largo, por 5 de ancho, cuyas paredes negras reflectan la luz bosquejando brillos y tonos espectaculares. A pesar de que en los meses veraniegos puede haber mucha gente, la belleza del lugar bien merece la pena una escapada, además siempre puedes encontrar algún sitio tranquilo en el que disfrutar de sus sonidos naturales.

Como curiosidad decir que el nombre del río Alcántara proviene del árabe “Al Qántaha” que significa “el puente”. Tiene 50 km de longitud y delimita la provincia de Catania y Messina en el este de la isla. El barranco tiene desde 5 metros de ancho hasta 50 metros de profundidad en su cota más alta y 500 metros de largo.

El río nace al norte en los montes NEbrodi (preciosa zona que bien merece una visita) y desemboca en el mar jónico en Giardino Naxos (estupendo lugar para comer pescado!), que fue la 1ª colonia griega en la isla, que está a un paso de Taormina, gran centro turístico internacional hoy en día.

Nosotros fuimos desde Taormina con el coche que teníamos alquilado por Francavilla (SS 185), pero también se puede llegar con transporte público: www.interbus.it/


La gola di Alcantara está integrada y protegida en el “Parco Fluviale dell’Alcantara” desde 2001 gracias a lo cual se mantiene este bello y delicado sistema natural casi sin modificar.

El acceso a la garganta puede hacerse de 2 formas diferentes: una pagando (13€), y entonces accedes en ascensor, el cual nos introduce en las gargantas, aunque también se puede bajar por un sendero, y unas escaleras, que es la forma de acceder gratis al parque fluvial, y la que habitualmente utilizan los lugareños. Si pagas, además de acceder en ascensor, puedes hacer varios de las rutas que hay, y admirar las gargantas desde arriba, unas vistas preciosas.

Nosotros fuimos en Agosto, y aunque te puedes encontrar con aglomeraciones de turistas, en mi opinión vale la pena acercarse a las gargantas y remontar el río contracorriente hasta llegar a una piscina artificial donde puedes bañarte y refrescarte, a pesar de su fría agua. Nosotros no llegamos hasta allí, nos conformamos con mojarnos las piernas, y el agua estaba fría, refría!!!!

La fusión de elementos naturales nos da un resultado espectacular: el agua esculpe la piedra volcánica, la modifica, la alisa, la ilumina y le da caprichosas formas, destacando unos estanques naturales conocidos con el nombre de “GURNE”.

El río se adentra en un cañón de altas paredes, provocadas a causa de la violenta erupción, el encuentro entre el agua friísima y la lava incandescente, creó este río con esas increíbles paredes de cristales basálticos de lava que parecen las teclas de un gran órgano.

Una vez dentro, son varios los itinerarios que podemos hacer a través de una red de caminos y senderos permiten adentrarse en el río, la mayoría de las rutas son sencillas al alcance de cualquiera, pero también hay rutas de alta exigencia y alguna ruta está adaptada a personas de movilidad reducida. Los paseos son muy agradables, realmente.

Nos enteramos tarde de que existía la posibilidad de alquilar pantalones de goma de pescador, y con un guía adentrarte por algunos de los recovecos del río.; me pareció una opción muy interesante, pero bueno, queda para otra posible visita!.

A pesar de lo frío que estaba el agua, mientras unos iban con botas de excursión, algún otro se metía en el agua a hacer poses para las fotos!