Está situado en la calle Rios Rosas y la estación de metro más cercana es Rios Rosas (Línea 1). Se encuentra entre Cuatro Caminos y La Castellana. La entrada es gratuita y el primer domingo de cada mes organizan un mercadillo de minerales.

En la foto, el edificio grande y rojo es La Escuela de Minas y el que está pegado a él y de color crema es el geológico.


Desde la entrada exterior parece un edificio anodino, pero, una vez que cruzas la puerta giratoria de la entrada te das tu cuenta de tu tremendo error pues ante tí se abre un gran arco que da acceso a una escalera y se vislumbra una preciosa vidriera


Una vez que subes el primer tramo de escalera ésta se abre en dos tramos a derecha e izquierda y puedes ver en todo su esplendor la vidriera de la que hablábamos, así como el techo, también acristalado y la columnata que sustenta ese techo


Y desde ese mismo punto podéis ver el conjunto de toda la escalera, entrada, piso superior y techo


Una vez que se sube hasta el primer piso, donde se encuentran las salas del museo, hay que acceder por unos pasillos estrechos llenos de expositores con fósiles y al final te encuentras con la sala de exposiciones. La primera impresión es de quedarse sin habla


Ante tí se abre una espléndida sala diáfana llena de vitrinas expositores y sofás con el suelo de tarima de madera inundada de luz natural que proviene del techo acristalado. Esta sala tiene tres pisos de altura que se abren en balconada corrida a la sala y que forma parte del museo, con una preciosa rejería de hierro.

Se inició la construcción de este edificio en 1921 y se terminó en los años 40, pero la concepción del mismo es modernista. Típico ejemplo de la conjunción arquitectónica del hierro y el cristal. Una sala impresionante que justifica, por si misma, la visita del museo.


Una cosa que me llamó la atención es que las balconadas de los pisos superiores son cada vez más estrechas, de forma que el hueco central se va "achicando" poco a poco hasta conseguir ser el marco perfecto para la vidriera que ocupa el falso techo de esta sala.


Los muebles que acogen la exposición también son los originales. Las vitrinas expositoras son de madera maciza y llevan la insignia del cuerpo de Ingenieros de Minas en su lateral.


Y también son originales los sofás que invitan a la contemplación tranquila y parsimoniosa de los fósiles y minerales allí expuestos.


Y, por último, y no menos importante está la colección de minerales y fósiles, con una gran importancia científica y educativa con multitud de carteles para enseñar no sólo el nombre de los minerales, sino también su composición química y su utilidad en la vida práctica y también con indicaciones de cómo se forman los volcanes y los tipos de suelos, etc. Y a todo ello se suma el que se trata de una colección que se inició en 1849 por lo que también tiene una gran importancia histórica.