Eoroberto
New Traveller
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Hola amigos… me presento intentando relatar mi trekking al Fitz Roy, desde el Chalten; Patagonia Argentina. Quiero también presentar mi blog donde encontrarán fotos, relatos de trekking y experiencias de mis viajes… saludos a todos.
Desde octubre del 2008, venia planeando este viaje al Chalten. Ya para diciembre estaba todo listo y bien organizado. El viaje lo organice todo por internet, parando en hostel y alternando en carpa las salidas a la montaña. Esta vez quería conocer la Patagonia austral.
Pero sin duda la frutilla del postre era estar lo más cerca posible de esta maravilla que es el Fitz Roy.
El día que debíamos salir se presentaba algo nublado, pero con buen ánimo la noche anterior preparamos las mochilas y las provisiones para dos noches, y al otro día después de dejar los bártulos que no nos eran útiles en custodia a Marcelo, (encargado del hostel Lo de Tomy), partimos a las 10 am.
La senda que va al Fitz quedaba unas pocas cuadras del hostel, pero un amigo me aconsejo que la retomara al revés, ya que hasta la laguna Capri hay una hora de subida, que a mi edad y una mochila de 80 l. Se me podía hacer muy pesado. Partimos los tres mi esposa, mi hija y yo. Así que haciendo caso a mi amigo tomamos un remis hasta la hostería del Pilar, por el camino del desierto. Llevaba un par de bastones, (algo sumamente indispensable para un trekking, ya que ayuda muchísimo, más cuando se va cargado).
Entre los chismes pueblerinos de un simpático remisero, mirábamos el paisaje de ese camino de ripio que es espectacular. Existen varios miradores sobre el rio de las vueltas. No alcanzan las fotos que se puedan sacar.
Llegamos a la hostería después de un ameno viaje de cuarenta minutos aproximadamente. Es una hostería de montaña muy típica. Sobre el costado derecho sale la senda bien marcada que pasa por el espectacular glaciar Piedras Blancas, y llega al campamento Poincenot, después de tres hs de recorrido, (haciéndolo muy despacio y contemplando los paisajes, como a mi particularmente me gusta), dado que yo tomo el trekking como un placer no como un entrenamiento militar. Por eso aconsejo que a los tiempos que marcan las sendas lo multipliquen por dos, ya que son tiempos que no toman en cuenta los descansos, las paradas para sacar fotos, ni la carga que uno lleva.
La senda recorre hermosos bosques de lenga, que parecen mágicos, y bordea el hermoso y espectacular río Piedras Blancas. A la hora y media llegamos al mirador del glaciar Piedras Blancas, nos tomamos un descanso con buena suerte, ya que pudimos observar un desprendimiento que pudimos filmar. Nos sentíamos realmente reconfortados por la hermosura y la majestuosidad del lugar. Pero amigos eso no sería nada!
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