Foro General de España: Viajes por España: ciudades, hoteles, restaurantes, paradores nacionales, turismo cultural, sol y playas, escapadas, turismo rural, etc. Para temas que no se ubiquen en los otros foros de zonas de España o que cubran varias zonas.
No solo Madrid. Este país parece una viñeta de Pepe Gotera y Otilio en versión S.XXI. Y tendría su gracia sino fuera porque estamos hablando de la salud de todos y de vidas humanas.
¿Queréis saber la última que se está barajando en mi comunidad autónoma?
Pues la cuestión es que como han visto después de una semana de clases que la situación no se sostiene por el elevado número de positivos en los centros escolares (no se sostiene económicamente porque hay que pagar decenas de bajas de profesores en cuarentena y las nóminas de sus respectivos sustitutos, además de crear graves inconvenientes a las familias cada vez que hay que enviar a clases enteras de niños a cuarentena), las autoridades sanitarias y educativas competentes han decidido ni más ni menos que adoptar la técnica del avestruz para solucionar el asunto. O lo que es lo mismo, fingir que el problema no existe, de tal forma que a partir de ahora cada vez que se detecte un positivo dentro de un aula, ni el profesor ni los compañeros del alumno tendrán que guardar cuarentena, siempre y cuando se haya mantenido la distancia de seguridad y usado correctamente la mascarilla.
Y ¿sabéis quién va a ser el encargado, informe mediante, de atestiguar si se ha cumplido el protocolo de seguridad entre los alumnos? Pues el tutor de turno.
Así que se pretende dejar en las manos de los maestros y profesores la decisión sobre la conveniencia de enviar o no a decenas de chavales a sus casas para que cumplan con su preceptivo periodo de cuarentena cuando salte un caso. Se va a reconvertir a los docentes también en sanitarios sin serlo, y forzados a decidir sobre el estado de salud de los alumnos.
Espero sinceramente que las autoridades recapaciten porque es un forma criminal de escurrir el bulto y que puede costar mucho más caro que cubrir las bajas de la cuarentena.
Un apunte más: dentro del aula casi todos los alumnos cumplen hasta el momento con el precepto de la mascarilla. En cuanto suena el timbre para la hora del bocadillo o alcanzan la calle, comienza la fiesta del virus. En cualquier caso, si dentro del aula las llevan, para Sanidad no existe ningún problema.
Willy Fog Registrado: 20-04-2013 Mensajes: 17519
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Katabatic Escribió:
No solo Madrid. Este país parece una viñeta de Pepe Gotera y Otilio en versión S.XXI. Y tendría su gracia sino fuera porque estamos hablando de la salud de todos y de vidas humanas.
¿Queréis saber la última que se está barajando en mi comunidad autónoma?
Pues la cuestión es que como han visto después de una semana de clases que la situación no se sostiene por el elevado número de positivos en los centros escolares (no se sostiene económicamente porque hay que pagar decenas de bajas de profesores en cuarentena y las nóminas de sus respectivos sustitutos, además de crear graves inconvenientes a las familias cada vez que hay que enviar a clases enteras de niños a cuarentena), las autoridades sanitarias y educativas competentes han decidido ni más ni menos que adoptar la técnica del avestruz para solucionar el asunto. O lo que es lo mismo, fingir que el problema no existe, de tal forma que a partir de ahora cada vez que se detecte un positivo dentro de un aula, ni el profesor ni los compañeros del alumno tendrán que guardar cuarentena, siempre y cuando se haya mantenido la distancia de seguridad y usado correctamente la mascarilla.
Y ¿sabéis quién va a ser el encargado, informe mediante, de atestiguar si se ha cumplido el protocolo de seguridad entre los alumnos? Pues el tutor de turno.
Así que se pretende dejar en las manos de los maestros y profesores la decisión sobre la conveniencia de enviar o no a decenas de chavales a sus casas para que cumplan con su preceptivo periodo de cuarentena cuando salte un caso. Se va a reconvertir a los docentes también en sanitarios sin serlo, y forzados a decidir sobre el estado de salud de los alumnos.
Espero sinceramente que las autoridades recapaciten porque es un forma criminal de escurrir el bulto y que puede costar mucho más caro que cubrir las bajas de la cuarentena.
Un apunte más: dentro del aula casi todos los alumnos cumplen hasta el momento con el precepto de la mascarilla. En cuanto suena el timbre para la hora del bocadillo o alcanzan la calle, comienza la fiesta del virus. En cualquier caso, si dentro del aula las llevan, para Sanidad no existe ningún problema.
Esperpéntico.
Un saludo.
Como bien dices es insostenible el tema de bajas de profesores,bajas de padres de hijos en contacto estrecho con un positivo, etc...Evidentemente a los profesores no se les puede pedir ninguna responsabilidad sanitaria, porque ellos saben de su materia, no de medicina.... Esto no tiene pinta de ir a mejor, sino a peor, con mas contagios, mas rebrotes, .... Oscuro panorama para el curso escolar....
En Japon la gente lo compliria al pie de la letra.... Aquí, o ponen policia en los accesos y controlando o la gente seguira haciendo su "normalidad"....
Suerte
En Japón algunos políticos se harían el harakiri para pedir perdón, por la mitad de lo que pasa aquí. No podemos pedir peras al olmo.
Yo lo que digo, a ver cómo ejecutan ese control perimetral, que no es fácil.
Apelaran al buen sentido ciudadano de la población de esas zonas y esperaran que la gente sea la que evite los movimientos innecesarios....
Un apunte más: dentro del aula casi todos los alumnos cumplen hasta el momento con el precepto de la mascarilla. En cuanto suena el timbre para la hora del bocadillo o alcanzan la calle, comienza la fiesta del virus. En cualquier caso, si dentro del aula las llevan, para Sanidad no existe ningún problema.
Esperpéntico.
Un saludo.
Eso es lo que vemos todos, los niños no se contagiarán en el aula, pero seguirán contagiándose fuera, los grupos que yo veo siguen sin respetar ninguna norma, comen chuches juntos, beben juntos, se abrazan, hablan a gritos, cantan, todo bien juntitos, la mascarilla de bufanda, por si pasa la poli y hablo de grupos de 15-25 jóvenes de 10 a 15 años.
También debo decir que he visto aumentar el uso de mascarillas en los niños menores de 10 años en los parques, que antes era difícil verlos con ella, ayer fui con mi nieto y la mayoría las llevaban y los padres cumplían más
En la Universidad es un problemón, porque si hay algún estudiante en cuarentena, tiene derecho a clase y como quieren que todo sea presencial, quieren retrasmitir las clases en el Campus Virtual y no veáis el follón, cada profe lleva su portátil o usa el PC del aula, así que todos tienen que saber cómo hacerlo y está dando bastantes problemas, ya que está la privacidad/protección de datos, por lo que tiene que haber medidas de seguridad para que no se pueda ver nada más que en el Campus Virtual, todo está siendo un poco caos y algunos profes lo llevan mejor que otros Pero ¿y las prácticas? en donde yo trabajo ahora se hacen en grupos de 3, normalmente, pero ya no se puede, tienen que ser individuales y después de cada uso hay que desinfectar todo y no hay gente de la limpieza para eso, lo tiene que hacer el profesorado o, en mi caso, el técnico de laboratorio En fin, que ya se está planteando no hacerlas presenciales y este año realizar trabajos relacionados con las prácticas
Estamos viviendo momento muy duros, entre la inacción de algunos políticos, hasta que estalla la bomba y "yo no he sido", y la irresponsabilidad de la gente que aún no se ha dado cuenta de lo grave de la situación, esto no va a mejorar en mucho tiempo Pero que no nos quiten los bares, lugar no covid
Saludos
Ángeles
Indiana Jones Registrado: 08-05-2011 Mensajes: 1588
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Angegaca Escribió:
Katabatic Escribió:
Un apunte más: dentro del aula casi todos los alumnos cumplen hasta el momento con el precepto de la mascarilla. En cuanto suena el timbre para la hora del bocadillo o alcanzan la calle, comienza la fiesta del virus. En cualquier caso, si dentro del aula las llevan, para Sanidad no existe ningún problema.
Esperpéntico.
Un saludo.
Eso es lo que vemos todos, los niños no se contagiarán en el aula, pero seguirán contagiándose fuera, los grupos que yo veo siguen sin respetar ninguna norma, comen chuches juntos, beben juntos, se abrazan, hablan a gritos, cantan, todo bien juntitos, la mascarilla de bufanda, por si pasa la poli y hablo de grupos de 15-25 jóvenes de 10 a 15 años.
También debo decir que he visto aumentar el uso de mascarillas en los niños menores de 10 años en los parques, que antes era difícil verlos con ella, ayer fui con mi nieto y la mayoría las llevaban y los padres cumplían más
En la Universidad es un problemón, porque si hay algún estudiante en cuarentena, tiene derecho a clase y como quieren que todo sea presencial, quieren retrasmitir las clases en el Campus Virtual y no veáis el follón, cada profe lleva su portátil o usa el PC del aula, así que todos tienen que saber cómo hacerlo y está dando bastantes problemas, ya que está la privacidad/protección de datos, por lo que tiene que haber medidas de seguridad para que no se pueda ver nada más que en el Campus Virtual, todo está siendo un poco caos y algunos profes lo llevan mejor que otros Pero ¿y las prácticas? en donde yo trabajo ahora se hacen en grupos de 3, normalmente, pero ya no se puede, tienen que ser individuales y después de cada uso hay que desinfectar todo y no hay gente de la limpieza para eso, lo tiene que hacer el profesorado o, en mi caso, el técnico de laboratorio En fin, que ya se está planteando no hacerlas presenciales y este año realizar trabajos relacionados con las prácticas
Estamos viviendo momento muy duros, entre la inacción de algunos políticos, hasta que estalla la bomba y "yo no he sido", y la irresponsabilidad de la gente que aún no se ha dado cuenta de lo grave de la situación, esto no va a mejorar en mucho tiempo Pero que no nos quiten los bares, lugar no covid
Saludos
Ángeles
Buenas; no sé si eres maestra de primaria pero te puedo asegurar que en mi centro, viendo la distancia de seguridad de algunas aulas, lo raro sería
Que no se contagiaran.
Yo creo que no hemos entendido nada de la película. Somos tan extremadamente egocéntricos que pretendemos que sea el virus el que se adapte a nuestro estilo de vida y no al contrario. No estamos dispuestos a modificar un ápice nuestras costumbres y comportamientos colectivos y apostamos por preservar todo nuestro universo vital tal cual lo conocemos (economía, libertades, educación, ocio, conciliación familiar, relaciones sociales...) aspirando al mismo tiempo a que no existan contagios masivos y a que el virus asuma de buena gana que hay cuestiones a las que no podemos renunciar.
Pero la realidad es que ambas cosas son del todo incompatibles. Y no es una opinión, sino biología y matemáticas.
Las sociedades que han demostrado un mayor éxito evolutivo son aquellas que frente a la adversidad han sido capaces de cambiar, improvisar, y adaptarse a las nuevas necesidades que imponen los desafíos que las amenazan. Pero nosotros estamos demostrando tener una cintura de granito y una incapacidad manifiesta para adaptarnos a una situación completamente nueva, que nos genera un problema de supervivencia.
Poner geles en los colegios, o pedirle a la gente que no salga demasiado con los amigos, no son medidas audaces que ayuden a transformar el modelo de funcionamiento social para adecuarlo a la prioridad actual que es salvaguardar la vida. Son medidas cosméticas que finalmente no tienen ninguna incidencia en la capacidad del virus para infestar.
Me temo que las autoridades apuestan por preservar la mayor normalidad posible frente a la ciudadanía y no adoptar medidas que lesionen nuestro estilo de vida, porque temen mucho más al descontento y la revuelta social que ello pueda provocar, que al propio virus. Y así nos luce el pelo.
Hemos gozado de varios meses de cierta tregua en los que se podían haber comenzado a implementar numerosos cambios estructurales, concibiendo este año como un año de transición hacia un modelo social más eficaz para luchar contra la pandemia: apuesta decidida por el teletrabajo desde las propias administraciones y empresas públicas, impulso a la enseñanza telemática para determinados rangos de edad, reutilización de espacios públicos (bibliotecas, pabellones, centros culturales, salones de actos) para destinarlos a nuevas necesidades educativas y asistenciales, sistemas de control y detección en las fronteras, creación de bases de datos nacionales (en España no existe una base de datos sanitaria nacional porque las competencias están transferidas a las CCAA) establecimiento de equipos de trabajo multidisciplinares que cuyos informes sean de dominio público, dignificación del trabajo sanitario eliminando la temporalidad y realizando contrataciones masivas de personal, etc. Una situación excepcional exige medidas excepcionales.
En vez de eso nos hemos dedicado a mirarnos el ombligo. A despedir a todos los médicos y enfermeras que nos salvaron en marzo y abril porque ya no hacían falta; a esperar la limosna de Europa que nos permitiera salvar los ERTEs ; a aprovechar el tirón económico del verano a través de la actividad turística de que la dependemos de forma casi enfermiza y de la que somos incapaces de desligarnos; y a abrir colegios pintando unas cuantas flechas en en el suelo por si tuviéramos la fortuna de que al virus le diera por seguir la dirección correcta y dejarnos en paz.
Somos una sociedad que vive estancada en una parálisis creativa y de iniciativa. Carecemos de liderazgos sólidos que apuesten por el bien común antes que por intereses partidistas o personales. Acallamos o ignoramos las voces autorizadas que en este momento son las de los científicos que llevan advirtiendo sobre la segunda ola desde junio. Y para colmo, somos el perfil de sociedad hedonista y autocomplaciente que prefiere morir de fiesta a soportar un tiempo de privaciones que nos permita seguir adelante. Por eso ha crecido exponencialmente el negacionismo. No porque no crean realmente en el virus, sino porque el no creer te permite vivir con mucha más comodidad. Y a día de hoy esa parece seguir siendo nuestra prioridad, lo que para el virus significa una felicidad inconmensurable y una victoria aplastante.
Dr. Livingstone Registrado: 26-10-2012 Mensajes: 6224
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Katabatic Escribió:
Yo creo que no hemos entendido nada de la película. Somos tan extremadamente egocéntricos que pretendemos que sea el virus el que se adapte a nuestro estilo de vida y no al contrario. No estamos dispuestos a modificar un ápice nuestras costumbres y comportamientos colectivos y apostamos por preservar todo nuestro universo vital tal cual lo conocemos (economía, libertades, educación, ocio, conciliación familiar, relaciones sociales...) aspirando al mismo tiempo a que no existan contagios masivos y a que el virus asuma de buena gana que hay cuestiones a las que no podemos renunciar.
Pero la realidad es que ambas cosas son del todo incompatibles. Y no es una opinión, sino biología y matemáticas.
Las sociedades que han demostrado un mayor éxito evolutivo son aquellas que frente a la adversidad han sido capaces de cambiar, improvisar, y adaptarse a las nuevas necesidades que imponen los desafíos que las amenazan. Pero nosotros estamos demostrando tener una cintura de granito y una incapacidad manifiesta para adaptarnos a una situación completamente nueva, que nos genera un problema de supervivencia.
Poner geles en los colegios, o pedirle a la gente que no salga demasiado con los amigos, no son medidas audaces que ayuden a transformar el modelo de funcionamiento social para adecuarlo a la prioridad actual que es salvaguardar la vida. Son medidas cosméticas que finalmente no tienen ninguna incidencia en la capacidad del virus para infestar.
Me temo que las autoridades apuestan por preservar la mayor normalidad posible frente a la ciudadanía y no adoptar medidas que lesionen nuestro estilo de vida, porque temen mucho más al descontento y la revuelta social que ello pueda provocar, que al propio virus. Y así nos luce el pelo.
Hemos gozado de varios meses de cierta tregua en los que se podían haber comenzado a implementar numerosos cambios estructurales, concibiendo este año como un año de transición hacia un modelo social más eficaz para luchar contra la pandemia: apuesta decidida por el teletrabajo desde las propias administraciones y empresas públicas, impulso a la enseñanza telemática para determinados rangos de edad, reutilización de espacios públicos (bibliotecas, pabellones, centros culturales, salones de actos) para destinarlos a nuevas necesidades educativas y asistenciales, sistemas de control y detección en las fronteras, creación de bases de datos nacionales (en España no existe una base de datos sanitaria nacional porque las competencias están transferidas a las CCAA) establecimiento de equipos de trabajo multidisciplinares que cuyos informes sean de dominio público, dignificación del trabajo sanitario eliminando la temporalidad y realizando contrataciones masivas de personal, etc. Una situación excepcional exige medidas excepcionales.
En vez de eso nos hemos dedicado a mirarnos el ombligo. A despedir a todos los médicos y enfermeras que nos salvaron en marzo y abril porque ya no hacían falta; a esperar la limosna de Europa que nos permitiera salvar los ERTEs ; a aprovechar el tirón económico del verano a través de la actividad turística de que la dependemos de forma casi enfermiza y de la que somos incapaces de desligarnos; y a abrir colegios pintando unas cuantas flechas en en el suelo por si tuviéramos la fortuna de que al virus le diera por seguir la dirección correcta y dejarnos en paz.
Somos una sociedad que vive estancada en una parálisis creativa y de iniciativa. Carecemos de liderazgos sólidos que apuesten por el bien común antes que por intereses partidistas o personales. Acallamos o ignoramos las voces autorizadas que en este momento son las de los científicos que llevan advirtiendo sobre la segunda ola desde junio. Y para colmo, somos el perfil de sociedad hedonista y autocomplaciente que prefiere morir de fiesta a soportar un tiempo de privaciones que nos permita seguir adelante. Por eso ha crecido exponencialmente el negacionismo. No porque no crean realmente en el virus, sino porque el no creer te permite vivir con mucha más comodidad. Y a día de hoy esa parece seguir siendo nuestra prioridad, lo que para el virus significa una felicidad inconmensurable y una victoria aplastante.
Un saludo.
Vale.
¿Y cómo implementarlas esto que dices en el sector de la hostelería, por favor? _________________ "No todos los que deambulan están perdidos" (J.R.R. Tolkien)
Dr. Livingstone Registrado: 03-04-2008 Mensajes: 9977
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Katabatic Escribió:
Me temo que las autoridades apuestan por preservar la mayor normalidad posible frente a la ciudadanía y no adoptar medidas que lesionen nuestro estilo de vida, porque temen mucho más al descontento y la revuelta social que ello pueda provocar, que al propio virus. Y así nos luce el pelo.
Yo personalmente prefiero esto a vivir en una sociedad como la de China, donde media población espía y denuncia a la otra mitad y donde las autoridades pueden no sólo sancionar sino disponer de sus ciudadanos sin respetar garantías jurídicas.
Y creo que no soy el único que la da importancia a esto, aunque en el fondo eso sea lo de menos y sólo puedo hablar por mí mismo. Por lo que nos cuentan, en Europa Occidental el sentimiento de rechazo a las restricciones de la libertad está bastante extendido: www.elmundo.es/ ...b4604.html
Dr. Livingstone Registrado: 14-06-2007 Mensajes: 6446
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Angegaca Escribió:
Katabatic Escribió:
Un apunte más: dentro del aula casi todos los alumnos cumplen hasta el momento con el precepto de la mascarilla. En cuanto suena el timbre para la hora del bocadillo o alcanzan la calle, comienza la fiesta del virus. En cualquier caso, si dentro del aula las llevan, para Sanidad no existe ningún problema.
Esperpéntico.
Un saludo.
Eso es lo que vemos todos, los niños no se contagiarán en el aula, pero seguirán contagiándose fuera, los grupos que yo veo siguen sin respetar ninguna norma, comen chuches juntos, beben juntos, se abrazan, hablan a gritos, cantan, todo bien juntitos, la mascarilla de bufanda, por si pasa la poli y hablo de grupos de 15-25 jóvenes de 10 a 15 años.
También debo decir que he visto aumentar el uso de mascarillas en los niños menores de 10 años en los parques, que antes era difícil verlos con ella, ayer fui con mi nieto y la mayoría las llevaban y los padres cumplían más
En la Universidad es un problemón, porque si hay algún estudiante en cuarentena, tiene derecho a clase y como quieren que todo sea presencial, quieren retrasmitir las clases en el Campus Virtual y no veáis el follón, cada profe lleva su portátil o usa el PC del aula, así que todos tienen que saber cómo hacerlo y está dando bastantes problemas, ya que está la privacidad/protección de datos, por lo que tiene que haber medidas de seguridad para que no se pueda ver nada más que en el Campus Virtual, todo está siendo un poco caos y algunos profes lo llevan mejor que otros Pero ¿y las prácticas? en donde yo trabajo ahora se hacen en grupos de 3, normalmente, pero ya no se puede, tienen que ser individuales y después de cada uso hay que desinfectar todo y no hay gente de la limpieza para eso, lo tiene que hacer el profesorado o, en mi caso, el técnico de laboratorio En fin, que ya se está planteando no hacerlas presenciales y este año realizar trabajos relacionados con las prácticas
Estamos viviendo momento muy duros, entre la inacción de algunos políticos, hasta que estalla la bomba y "yo no he sido", y la irresponsabilidad de la gente que aún no se ha dado cuenta de lo grave de la situación, esto no va a mejorar en mucho tiempo Pero que no nos quiten los bares, lugar no covid
Saludos
Ángeles
Se que todo esta hablado y no voy a aportar nada, tampoco busco polémica, pero Angegaca, hay que intentar ver el vaso medio lleno y no medio vacio como lo ves tú, solo leo negatividad por tu parte.
Porqué vamos a tener que cerrar los bares?, no entiendo tanta inquina con este sector, la mayoria intentamos cumplir las normas lo mejor que podemos y sabemos, "El bien de nuestros clientes, es el bien nuestro", del sector restauración come mucha gente. Tampoco es cuestión de ir cerrando todo, mas apelotonadaos que se va en el transporte público y no se cierra.
Todos tenemos que ser responables e intentar convivir con el virus, es lo único que nos queda, no el intentar ir buscando responsables y culpables por todos los lados, la vida sigue, aunque no sea de la misma manera.
Buenas; no sé si eres maestra de primaria pero te puedo asegurar que en mi centro, viendo la distancia de seguridad de algunas aulas, lo raro sería
Que no se contagiaran.
No
Soy Técnico Especialista de Laboratorio en la UDC, estoy con un grupo de investigación y también monto, recojo y limpio las prácticas de los alumnos de Física I
Saludos
Ángeles
Yo creo que no hemos entendido nada de la película. Somos tan extremadamente egocéntricos que pretendemos que sea el virus el que se adapte a nuestro estilo de vida y no al contrario. No estamos dispuestos a modificar un ápice nuestras costumbres y comportamientos colectivos y apostamos por preservar todo nuestro universo vital tal cual lo conocemos (economía, libertades, educación, ocio, conciliación familiar, relaciones sociales...) aspirando al mismo tiempo a que no existan contagios masivos y a que el virus asuma de buena gana que hay cuestiones a las que no podemos renunciar.
Pero la realidad es que ambas cosas son del todo incompatibles. Y no es una opinión, sino biología y matemáticas.
Las sociedades que han demostrado un mayor éxito evolutivo son aquellas que frente a la adversidad han sido capaces de cambiar, improvisar, y adaptarse a las nuevas necesidades que imponen los desafíos que las amenazan. Pero nosotros estamos demostrando tener una cintura de granito y una incapacidad manifiesta para adaptarnos a una situación completamente nueva, que nos genera un problema de supervivencia.
Poner geles en los colegios, o pedirle a la gente que no salga demasiado con los amigos, no son medidas audaces que ayuden a transformar el modelo de funcionamiento social para adecuarlo a la prioridad actual que es salvaguardar la vida. Son medidas cosméticas que finalmente no tienen ninguna incidencia en la capacidad del virus para infestar.
Me temo que las autoridades apuestan por preservar la mayor normalidad posible frente a la ciudadanía y no adoptar medidas que lesionen nuestro estilo de vida, porque temen mucho más al descontento y la revuelta social que ello pueda provocar, que al propio virus. Y así nos luce el pelo.
Hemos gozado de varios meses de cierta tregua en los que se podían haber comenzado a implementar numerosos cambios estructurales, concibiendo este año como un año de transición hacia un modelo social más eficaz para luchar contra la pandemia: apuesta decidida por el teletrabajo desde las propias administraciones y empresas públicas, impulso a la enseñanza telemática para determinados rangos de edad, reutilización de espacios públicos (bibliotecas, pabellones, centros culturales, salones de actos) para destinarlos a nuevas necesidades educativas y asistenciales, sistemas de control y detección en las fronteras, creación de bases de datos nacionales (en España no existe una base de datos sanitaria nacional porque las competencias están transferidas a las CCAA) establecimiento de equipos de trabajo multidisciplinares que cuyos informes sean de dominio público, dignificación del trabajo sanitario eliminando la temporalidad y realizando contrataciones masivas de personal, etc. Una situación excepcional exige medidas excepcionales.
En vez de eso nos hemos dedicado a mirarnos el ombligo. A despedir a todos los médicos y enfermeras que nos salvaron en marzo y abril porque ya no hacían falta; a esperar la limosna de Europa que nos permitiera salvar los ERTEs ; a aprovechar el tirón económico del verano a través de la actividad turística de que la dependemos de forma casi enfermiza y de la que somos incapaces de desligarnos; y a abrir colegios pintando unas cuantas flechas en en el suelo por si tuviéramos la fortuna de que al virus le diera por seguir la dirección correcta y dejarnos en paz.
Somos una sociedad que vive estancada en una parálisis creativa y de iniciativa. Carecemos de liderazgos sólidos que apuesten por el bien común antes que por intereses partidistas o personales. Acallamos o ignoramos las voces autorizadas que en este momento son las de los científicos que llevan advirtiendo sobre la segunda ola desde junio. Y para colmo, somos el perfil de sociedad hedonista y autocomplaciente que prefiere morir de fiesta a soportar un tiempo de privaciones que nos permita seguir adelante. Por eso ha crecido exponencialmente el negacionismo. No porque no crean realmente en el virus, sino porque el no creer te permite vivir con mucha más comodidad. Y a día de hoy esa parece seguir siendo nuestra prioridad, lo que para el virus significa una felicidad inconmensurable y una victoria aplastante.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo Y si no, la culpa es de otros
Saludos
Ángeles
Se que todo esta hablado y no voy a aportar nada, tampoco busco polémica, pero Angegaca, hay que intentar ver el vaso medio lleno y no medio vacio como lo ves tú, solo leo negatividad por tu parte. Porqué vamos a tener que cerrar los bares?, no entiendo tanta inquina con este sector, la mayoria intentamos cumplir las normas lo mejor que podemos y sabemos, "El bien de nuestros clientes, es el bien nuestro", del sector restauración come mucha gente. Tampoco es cuestión de ir cerrando todo, mas apelotonadaos que se va en el transporte público y no se cierra.
Todos tenemos que ser responables e intentar convivir con el virus, es lo único que nos queda, no el intentar ir buscando responsables y culpables por todos los lados, la vida sigue, aunque no sea de la misma manera.
No, no has entendido, la gente que va a los bares, la mayoría, se comporta en los bares como si no existirera el virus y muchos dueñ@s más Lo que aún no hemos entendido es que hacer hoy la vida normal es "pan para hoy y hambre para mañana"
Saludos
Ángeles
Dr. Livingstone Registrado: 03-04-2008 Mensajes: 9977
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Pero una conducta de riesgo debe ser achacada a las personas que la practican, no al hecho de que los bares y restaurantes estén abiertos. Mantener en funcionamiento el mayor número posible de actividades es crucial; luego, analizando las condiciones en que se desarrollan, cada uno podemos decidir si participamos o no.
Pero una conducta de riesgo debe ser achacada a las personas que la practican, no al hecho de que los bares y restaurantes estén abiertos. Mantener en funcionamiento el mayor número posible de actividades es crucial; luego, analizando las condiciones en que se desarrollan, cada uno podemos decidir si participamos o no.
Pues claro, yo nunca he dicho lo contrario
Saludos
Ángeles
Así son los 'nuevos' test de antígenos que detectan el Covid-19 Llegan al mercado pruebas que acortan de forma significativa los tiempos de espera de los resultados y simplifican la toma de muestras frente a los test PCR. Además, igualan su fiabilidad hasta en un 97%.