Esta semana estuve en una reunión con oficinas de turismo alemanas. Cómo no, estuvimos hablando de la vacunación de la incidencia, etc... y de la reunión saque dos conclusiones de sus palabras:
- Están hasta las narices de los que no se han querido vacunar.
- Les tiene sorprendidos nuestra tasa de vacunación.
El sector turismo alemán está pidiendo medidas para se les haga ver a esa minoría, que o se vacunan o se van a tener que ir a vivir "libremente" a lo alto de un monte. Están verdaderamente preocupados por el estancamiento de la vacunación en su país.
En un par de conversaciones nos preguntaron lo mismo: como se había conseguido alcanzar esa tasa sin "forzarla".
Yo les di mi humilde opinión de que dos factores han sido claves:
- La cantidad de gente que murió en la primera ola no dejó apenas espacio al negacionismo.
- La atención primaria, en el caso de los mayores: no es lo mismo que te llame tu médico o enfermera y te recomiende que te pongas la vacuna, que lo hagan en un vacunodromo.
Pero sobre todo me sentí orgulloso de que por una vez los alemanes nos envidian algo que no sea nuestro buen clima: sino nuestra tasa de vacunación.
El clima nos vino dado, la vacunación ha sido "trabajo".
En relación a lo que dices de vacunódromo.
A mi, como enfermera me gustan en el sentido de que facilita la manera de llegar a mas gente, pero siempre que durante el acto de la vacunación “pierdas” el tiempo en informar al paciente, no que se vacune como a ganado. Para eso hace falta un poco de gestion previa para citar con el intervalo correcto.
Yo aprovecho esos 2 minutos, entre que se preparan y les vacuno, en explicar efectos secundarios esperables y signos de alarma.
Creo que no cuesta nada y ayuda mucho a que la gente se vaya mas tranquila.
Cuando llevas vacunados cientos de personas, puedes contar de primera mano los efectos mas probables.
Besicos
El vacunodromo ha cumplido sus objetivos para la vacunación masiva en edades no muy avanzadas.
Me decían los alemanes que uno de sus problemas es que ellos todavía tenían mucha gente mayor sin vacunar y que eran muy difíciles de convencer.
Quizás su primer problema es que ellos no se han comido nada como nuestra primera ola, con miles de muertos, sobre todo entre gente mayor de residencias y miles de sanitarios infectados. Es raro nuestro anciano que no ha perdido un amigo o familiar por el coronavirus. En Alemania eso no lo han vivido.
En el centro de mi salud de mi barrio, se hizo un esfuerzo titánico para que todos los mayores se vacunasen. No es lo mismo que te llame tu médico o tu enfermera, que que te manden un sms. Se les dio todas las facilidades y se hablo con los que no se habían vacunado. Se hicieron varias repescas.
El resultado es que se podía contar con los dedos de la mano los que se quedaron sin vacunar.
En la última ola alguna residencia tuvo algún brote, pero sin lamentar fallecimientos. Es otro panorama y lo único que cambia es que están vacunados.