Castillejos es el nombre español, que se sigue usando mucho, de la población que hay tras la frontera del Tarajal. En árabe se llama Fnidaq o algo así.
La verdad es que hace más de 20 años que viajé a Marruecos por última vez; aún así, a priori yo diría que pasar por Ceuta tiene casi todas las ventajas. Si el viajero es español y va sin vehículo propio, los trámites no pueden ser muy complicados. Tal como yo lo recuerdo, del puerto de Ceuta se sale cerca del centro de la ciudad; de allí hay un autobús urbano frecuente que lleva hasta la frontera del Tarajal. A los policías españoles les basta con ver el DNI o pasaporte y te dejan pasar; a los marroquíes lo que les interesa es ver el número de identificación que imprimen en tu pasaporte la primera vez que entras en su país y que sirve para controlar la duración de las estancias por medio de una base de datos informatizada. Si es la primera vez que entras, te estamparán el número junto con un sello de entrada y ya está, tampoco tiene más secreto. Lo complicado es entrar con un coche, ya que muchas veces lo registran a fondo y siempre se quedan con todos los datos para prevenir las ventas ilegales de vehículos. Una vez pasado el Tarajal puedes abordar uno de los taxis que pasan continuamente con destino a Tetuán; es bueno conocer de antemano la tarifa habitual, porque si no te timan seguro. Si vas a ir más lejos puede que valga la pena desviarse a la estación de autobuses de Fnidaq (Castillejos), que está muy cerca.
En fin, la principal ventaja de Ceuta como puerta de entrada a Marruecos es que el viaje en ferry desde Algeciras es más corto y más barato que si vas a Tánger. Si además vas en coche puedes aprovechar para llenar el depósito en Ceuta y te ahorras algo más.