He aquí una aportación al foro que tenía pendiente desde hace meses cuando visité una de las zonas hasta ahora para mi más impactantes de la península de Yucatán, y que creo además de un considerable interés para todos aquellos viajeros que se interesen por excursiones que vayan un poco más allá de lo normal, a un lugar en este caso con unos impresionantes atractivos turísticos, ecológicos e históricos. Por otra parte al alcance de cualquiera que sepa de su existencia y se tome la pequeña molestia de un desplazamiento que siempre merecerá la pena y les dejará un recuerdo permanente de satisfacción, no tengo ni la menor duda.
No se trata de recorrer una distancia mayor (de hecho es más pequeña) que la que nos llevaría por ejemplo a Uxmal, puesto que desde Mérida (lugar de paso a Uxmal) a Puerto Progreso, el lugar de inicio de la ruta propuesta, la distancia se recorre en menos de media hora, con una autopista que es la de mayor número de carriles de todo Yucatán, como puede verse en la segunda fotografía aquí abajo.
A reducir el tiempo de viaje ayuda y mucho de un tiempo a esta parte la carretera de cuota construida hace ahora un par de años entre Playa del Carmen y El Tintal.
Y... ¿Qué es la Costa Esmeralda Yucateca?
Nadie debe pensar que se trata de un destino solamente de sol y playa, que también. Se trata de una zona costera con gran biodiversidad y cómo no, también con atractivos históricos. O sea, que lo reúne todo.
La zona que yo he visitado es la que va desde Puerto Progreso, el gran puerto de mercancías y cruceros de Yucatán, hasta Dzilam de Bravo, el pequeño puerto pesquero situado al final de aquella carretera costera que nace en Progreso, al llegar al final en su parte más oriental (en total unos 60 kilómetros).
Es esta zona costera la favorita de todos los meridanos para pasar sus vacaciones y en invierno, cómo no, de un número cada vez mayor de vecinos del norte (USA y Canadá). Pero es sobre todo y sin duda el auténtico lugar de descanso y deleite de los mexicanos de aquellas tierras.
Nada tiene que ver con la Riviera Maya, está en las antípodas. Los pequeños pueblos que aparecen diseminados por el litoral yucateco tienen una infraestructura turística basada en condominios y hotelitos, con maravillosas playas donde reina la paz, el sosiego y la belleza de unos colores sin igual, además de un sinfín de casitas particulares que los dueños rentan en la épocas que no ocupan.
Progreso es el lugar con más habitantes de toda aquella costa, salida natural e inmediata de Mérida al mar. No puede uno pasar por allí sin darse un paseo por su largo malecón repleto de chiringuitos. Ni sin asombrarse del largo viaducto (6,5 kilómetros) que debió construirse en su día para ganar profundidad en aquella costa y permitir el atraque de barcos con cierto calado.
Saliendo de Progreso nos encontramos primeramente con Chicxulub Puerto (palabra que significa "cola del diablo" en maya), casi nada. En este hermoso lugar, pueblito pesquero como el resto de los que vamos a ir visitando, se encuentra señalado el epicentro del impacto de aquel objeto que según se afirma se estrelló contra la tierra terminando con la era de los dinosaurios y con más del 70% de los seres vivos del planeta hace ahora 65 millones de años. El monumento conmemorativo es más bien humilde y se encuentra en una plaza en el centro de la población.
Seguramente aquel acontecimiento fue el que originó una configuración física tan especial como la que tiene toda la costa norte de Yucatán, paraíso natural de esteros y petenes, con escasa profundidad y enorme biodiversidad.
Es el reino de las aves y los peces, de la tranquilidad y la buena vida para el residente y el visitante.
Toda la franja costera que vamos a recorrer está formada por largas islas de barrera que separan las aguas del Golfo de un espacio interior compuesto primero por extensos manglares y lagunas, y posteriormente de no menos considerables superficies de sabanas de pastos y selvas bajas inundables.
Encontraremos a lo largo de la ruta más de un mirador a los esteros, superpoblados de todo tipo de aves. Flamencos rosas y pelícanos blancos adornan cada rincón, infinidad de cormoranes y garzas al alcance de la mano, toda la avifauna que hayamos podido imaginar junta e interactuando en aquel espacio tan privilegiado.
Y aquí sí que podemos disfrutar sin límite de tiempo de toda esta naturaleza. Sin límite de tiempo y gratis total, por supuesto. Nada tiene que ver esta experiencia con la de los "tours" de la Riviera Maya-Cancún, donde hay que pagar considerables sumas de dinero para "si es posible" y tras un largo desplazamiento, por ejemplo, ver a media mañana algún flamenco despistado por la ría de Río Lagartos o lugares parecidos. Aquí son los flamencos los que nos "ven" a nosotros. Estamos en su territorio y están por todas partes: playas, pueblos, salinas, esteros y petenes.
Hablando de salinas, al continuar la ruta nos encontraremos con otro de los hitos, las antiguas salinas mayas de Xtampú (todavía explotadas en la actualidad), lugar que fue además un antiguo puerto maya.
Acto seguido la zona arqueológica de Xcambó ("cocodrilo celestial" en maya), la mayor de las antiguas ciudades mayas en la zona costera del norte de Yucatán. Se encuentra ubicado este estratégico lugar en un entorno de nuevo irrepetible y fue al parecer un importante centro económico y comercial. Religioso todavía lo es a día de hoy, lugar de peregrinaje y culto en el mes de mayo, a una Virgen (en una capilla construida sobre las mismas ruinas) allí aparecida hace dicen que unos 50 años, la Virgen de Xcambó. Peculiaridades esta actividad allí celebrada (
www.mayas.uady.mx/ ...genes.html ) las tiene todas, como no podía ser menos.
Continuando por la costa seguiremos atravesando pequeños pueblos de pescadores (San Crisanto, Santa Clara y al final Dzilam de Bravo) repletos de tranquilidad y alicientes como todas y cada una de sus playas, y diversos "ojos de agua dulce". He aquí otro de los considerables atractivos que nos permite además refrescarnos en esta cálida tierra del "meteorito" que todo lo cambió (
www.playasmexico.com.mx/ ...rique=1317 ), el Xbuya Ha (ojo de agua dulce en medio del mar) en Dzilam es de nuevo, un lugar irrepetible.
En todos y cada uno de estos lugares podremos disfrutar tanto de lo sobrecogedor del paisaje como de lo hospitalario del paisanaje deleitándonos para más inri con otra de las maravillas de la zona, su sabrosísima cocina costera yucateca, basada en platos elaborados sobre la marcha, integrados en lo básico por pescado fresco sobre todo a la brasa y cómo no, ceviches de todos los tipos y composiciones imaginables.
En Santa Clara precisamente pude disfrutar los placeres culinarios costeños de los yucatecos del Golfo en el restaurante "La Lagunita" con un pargo rabiosamente fresco a la brasa que me sirvieron a la sombra de su palapa, situada a escasos metros de la playa y de una hermosa laguna (por cierto, con "lagarto"). Recordaré y recomendaré aquel lugar durante mucho tiempo. Quiero hacer constar que estos lugares están frecuentados mayormente por lugareños, por lo que el ambiente y los precios son igualmente lugareños.
Nada que ver, repito, con la costa de Quintana Roo.
Lo dicho, que si os interesa disfrutar de la tranquilidad, la belleza y el contacto con la naturaleza en el verdadero México, la Costa Esmeralda es un lugar de visita obligada. Por supuesto si la visita la hacéis alojándoos al menos un día en la zona, mejor que mejor, más tiempo para el deleite de vuestros sentidos.
Y nunca olvidéis que estáis en el reino de las aves, auténticas dueñas de aquella costa, hermosa, cálida y repleta de peces...
Última edición por Dodo8776 el Vie, 24-08-2018 17:40, editado 8 veces