10 días en Irlanda con niños ✏️ Blogs of Ireland

Este verano decidimos pasar 10 días en Irlanda, en la primera quincena de agosto. el recorrido era ir a Dublín, verlo, salir hacia Killarney pasando por el Rock of Cashel, subir a Galway tras ver los acantilados de Moher, llegar a Clifden y ver Connemara, y volver a Dublín. Creo que es un recorrido bastante completo para conocer buena parte del país, pero éste tiene tanto por ver, que probablemente, cualquier variación sea igualmente interesante y recomendable. hay algunas cosas que no nos dio tiempo a ver, pero en general, ha sido un viaje muy satisfactorio y recomendable. Sin mas preámbulos, empecemos!!
Salimos desde Madrid a primera hora de la tarde en vuelo de Ryanair. Era la primera vez que nuestra hija montaba en avión y estaba ilusionada, así que se lo pasó muy bien. El vuelo sin problemas, ni de maletas, ni de agobios. En el aeropuerto, si sales de frente y atraviesas el edificio blanco (el de los coches de alquiler), está la parada del Dublín Bus (no tiene pérdida), y el número 16 es el que lleva a la calle O'Conell y a Grafton St., es decir al centro. Vale 3,05 por persona, esto es, la mitad de los otros, y el recorrido es casi igual y tardan casi lo mismo, así que es muy recomendable. Además, para volver desde el centro también se puede coger, porque están pasando constantemente. Eso sí, en los autobuses de Dublín hay qua pagar con el dinero exacto, el conductor no lleva cambio, así que tened bien preparadas las monedas. Hay máquinas de cambio, pero no siempre funcionan. Las paradas no están indicadas, por lo que para bajarse hay que estar un poco pendiente o preguntarle al conductor (que suelen ser amables y te avisan de cuándo te tienes que bajar)
Nos alojamos en el hotel Jury's Inn Parnell St. Muy bueno y muy bien situado, justo a la vuelta de O'Conell St. Dimos una vueltecita hasta the Spire, y nos metimos a cenar en un Burguer King porque era bastante tarde, y de vuelta al hotel a dormir.

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Como no teníamos el desayuno cogido en el hotel, y nos parecía caro, salimos a la calle y, a la izquierda, había una cafetería-panadería-badulaque, en el cual había un montón de bollos y cafés y zumos. Esto es una constante en Dublín: hay muchos sitios para picar algo, o para llevárselo hecho, de bollos, sándwiches y bebidas. Así que lo que hicimos fue mayoritariamente comer suave, y luego cenar ya bien. Para ello, aparte de sitios como este, están los supermercados Centra, los Spar (sí, sí, como los que hay en España, pero allí no son supermercados sino badulaques de estos), los Tesco y los Supervalu. En todos ellos hay sándwiches, bollos, bocatas y comida preparada. En algunos hay incluso comida preparada tipo arroz, pasta, cuscús...y te la ponen en un tupper para llevar. Así que muchos días nosotros sencillamente comprábamos embutido (algo de jamón también nos trajimos de España) y una barra de pan y así comíamos en medio de la ruta y en plena naturaleza. Os puedo asegurar que comerse un bocata de jamón york, queso y chorizo pamplonica en una de las playas de Dingle o en los acantilados de Kerry es un placer que no se paga con dinero (y además es muy barato, jejeje).
tras desayunar, nos fuimos a O'Conell St., muy animada, y al Trinity College. Este es el principal punto turístico de Dublín. No hay que perderse la Biblioteca nacional, que se ve con el libro de Kells. Hay que hacer cola, pero va rápida. el libro de Kells, siendo una maravilla, se ve mal, porque hay mucha gente y sólo se exhiben dos páginas, por lo que se ve mucho mejor la exposición en sí que el libro. se pueden ver algunos edificios mas en el Trinity, pero a veces están cerrados.

Al lado del Trinty está Grafton St., que es la calle comercial por excelencia, y al final de ésta, el parque de St. Stephen's Green.
Después fuimos a temple Bar, que está al lado, y un poco mas alla, la catedral de Cristchurch y la de St. Patrick's. A la primera no entramos, sólo a la segunda, y vale la pena, es muy bonita. La niña estuvo jugando un rato en los columpios del parque de la catedral, ya que nos estaba haciendo un día de sol muy majo. Y todos los niños que había en los columpios eran españoles.
No hay ningún problema con el idioma, por cierto. Primero, porque la gente es muy maja e intenta ayudar y hacerse entender, segundo, porque por todos lados hay españoles que te echarán una mano seguro.
Después nos fuimos a comer a temple bar. Comimos en The old Storehouse, recomendada en varios foros de aquí, y muy bien. Allí las raciones suelen ser abundantes, así que con una entrada o dos para compartir y un plato principal cada uno, se come muy bien. Los menús infantiles suelen ser nuggets de pollo, hamburguesa o salchichas, todos con patatas, así que, a veces, acabábamos dándole a la niña parte de lo nuestro, y con eso tenía de sobra (tiene cuatro años y no come demasiado).
Después de comer nos fuimos a Grafton St., muy animada, y de ahí a St. Stephen's Green, donde estuvimos un rato tirados en el césped y dando de comer a los patos. Después, hacia el hotel a descansar, y a hacer las maletas para salir al día siguiente a coger el coche de alquiler. Al volver pasamos por la zona de The Custom House, el edificio grande que parece el capitolio USA, y debo decir que no es una zona recomendable, ya que había varios drogadictos pinchándose en sus escaleras, por lo que mejor evitarlo.
Para cenar, compramos unos sándwiches en el Tesco de enfrente del hotel, y tan a gusto.

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El tercer día por la mañana cogimos el autobús al aeropuerto para coger el coche de alquiler, con la empresa Budget (debe ser filial de Avis). Hay que preguntar en las oficinas de la terminal. De ahí, te mandan a coger un minibús que lleva y trae a la gente a la oficina donde están los coches, y tras un rato de papeleo, te lo dan. Te intentan vender un seguro por el coche y otro por ocupantes, pero eran bastante caros, y sólo cogimos el del coche. También tienes que dejar un depósito sobre la tarjeta de crédito (no débito) de 1.350 €, pero no sé que harían con el nuestro, que mi tarjeta es de débito y tiene un límite inferior y no dio ningún problema (yo por si acaso me llevaría una de crédito con cantidad suficiente para cubrir eso). Nos dieron un Toyota Auris nuevecito, con 3.000 kms. (y en seis días le haría 1.700 kms…jejeje), con el volante a la derecha, claro, y, tras comerte las dos primeras rotondas, luego ya se conduce sin problemas por la izquierda. No se miden igual las distancias así que precaución amigo conductor, la senda es peligrosa…Bueno, con estar un poco mas atento de lo habitual es suficiente.
Salimos por la autovía hacia la circunvalación, la M50, dirección a Cork. Entre las salidas 6 y 7 hay que pagar peaje (unos 3 €, creo), que se paga hasta las 20.00 horas del día siguiente en cualquier sitio que tenga el simbolito de paycard (todas las gasolineras, supermecados…) por lo que lo suyo es que lo paguéis cuanto antes y así os lo quitáis de la cabeza. Pagadlo, que si no llega un multazo, y la cía del coche lo cargará en vuestro depósito.
La autovía está fenomenal, y hay que decir que todas las carreteras de Irlanda por las que pasamos están bien y fenomenalmente indicadas, hasta las regionales. Hay problemas de bacheado en Connemara, y por supuesto, hay muchas que son estrechas, pero no tuvimos mayor problema. Evidentemente, hay que ir despacio y echarse hacia los arcenes para evitar golpes, pero como la gente va pendiente, no suele haber peligro real de darse, salvo con los lugareños, que sí que van rápido, y con algún turista despistado. En las curvas cerradas eso sí, id muy despacio, e incluso tocar el claxon para avisar, porque la gente tiende a echarse al centro de la calzada y algún susto os podeis dar.
El plan era coger la autovía e ir hasta el Rock of Cashel, que pilla a mitad de camino para ir a Cork. La salida está en la autovía, y se circula muy bien, sin apenas tráfico, y casi recta. Al llegar a Cashel, aparcamos en un parking público gratuito que hay a mitad del pueblo (en la calle principal hay parquímeros), y como el pueblo es bonito, en dos minutos te plantas en la puerta del Rock of Cashel. Hay varios sitios para comer (nada del otro mundo). De allí subimos al Rock, y al ir a pagar, la de la puerta nos dijo que ese día era gratis (no sabemos por qué, era miércoles por si es por eso). Así que entramos y la verdad es que vale la pena, es un conjunto chulísimo, muy fotogénico, y se pasa un buen rato viendo todo. La capilla románica es sencilla, pero muy bonita.
De vuelta al coche, al poco sale el desvío para Killarney, tras pagar un peaje (1,90 € si no me equivoco), y tras una carretera nacional en muy buen estado (esta sí tenía mas tráfico) llegamos a Killarney. El viaje no se hizo pesado en ningún momento, claro que a la niña la pusimos una peli en la Tablet. Nos alojamos en el Catlelodge Guesthouse, justo al comienzo mas pegado al centro de Muckross Road. La situación es muy buena, porque en medio minuto estás en el centro de Killarney.
Killarney, como ciudad turística que es, tiene bastante gente en agosto, aunque no resulta agobiante, y tiene bastante tráfico. A primera hora de la mañana y a media tarde hay atascos en la zona céntrica, tardas unos quince minutos en atravesar el pueblo. Lo bueno de nuestro B&B es que estaba a la llegada del ring of Kerry, y en la calle por la que se va al parque nacional, por lo que no tenías que atravesar el pueblo.
Killarney, como muchos pueblos de esa zona, está organizado en torno a dos calles perpendiculares principales, en las cuales una corta a la otra, y las dos están a reventar de pubs, restaurantes y sitios de comida rápida, así como de gente en la calle cantando, o bailando danzas tradicionales. Algunos lo hacen muy bien, y algunos muy malamente…Y en los pubs igual, todas las noches hay música en vivo en muchos, normalmente de música tradicional, por gente que toca muy bien, pero alguno es peor que un dolor de muelas. A los niños no les dejan entrar en los pubs después de las 6 o las 7 de la tarde. En muchos sitios tienen el clásico y simplón menú infantil. De primero, siempre hay un plato típico, que suele ser la sopa del día (de vegetales) y que suele estar rica y calentita. Por cierto, hay una librería en la calle principal Collegue Street que está muy bien. Hay un montón de librerías en muchos pueblos y en Dublín que tienen libros de segunda mano muy chulos y baratos, y esta tiene además todos los mapas del servicio topográfico del ejército de la zona, por lo que si vais de senderismo y los necesitais, podeis comprarlos aquí a 8 € y pico cada uno. También, en Main Street hay una galería fotográfica de un tio de allí con unas fotos espectaculares, que vale la pena ver. A mi mi mujer me compró el libro de la exposición, que es una chulada.
Después de cenar y dar una vueltecita, a dormir y a prepararse para el día siguiente hacer el Anillo de Dingle, si el tiempo lo permitía. Hay que decir que tuvimos la gran suerte de que todos los días estuvieron soleados, sin apenas lluvia o viento, pero eso no es lo habitual (por algo está tan verde todo).

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