CUANDO LA NAVIDAD LLEGA A BAVIERA... ✏️ Blogs of Germanypuente de la Constitución recorriendo el norte de BavieraAuthor: Suga Input Date: ⭐ Points: 5 (1 Votes) Index for Blog: CUANDO LA NAVIDAD LLEGA A BAVIERA...
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Volamos el día 6 de diciembre con Lan a Frankfurt...vuelos que reservamos allá por el mes de mayo, cuando el verano ya está organizado e intentando coger vuelos asequibles...aún así, 90 euros por persona.
Es una maravilla volar con Lan, a pesar de la anulación del año pasado, pero pasar el viaje en un avión de semejantes dimensiones, poder elegir asiento sin pagar de más, maleta por persona para facturar en caso de así lo desees, que te den un piscolabis a bordo, y tenerte entretenido con pelis y juegos las 2 horas y media, no se paga con 90 euros. Salimos super puntuales de Madrid y llegamos a Frankfurt con 10 minutos de antelación. Como no facturamos nos vamos directos a recoger el vehículo de alquiler que hemos contratado, con la intención de llegar a visitar los mercados de Michelstadt, a una hora de Frankfurt. El primer retraso lo encontramos al pasar el control de pasaportes. La única cosa negativa que tiene volar con Lan es que tienes que pasar dicho control, ya que es un vuelo procedente de Santiago de Chile. Y aquí ya perdimos cerca de media hora en las largas colas. El coche lo tenemos reservado con Hertz, los 4 días con seguro super cover y devolución de la franquicia solo 80 euros...y no un Ibiza precisamente...reservamos Hyundai i40 o similar, pero al llegar no había de esta categoría y nos colocan un Mondeo ranchera nuevo espectacular, diesel, con asientos calefactables, gps, y un montón de caprichines. No reservamos silla para Hugo porque desde que descubrimos en Wallapop el alzador hinchable, nos olvidamos de pagar más extras. El segundo retraso lo tenemos aquí, al recoger el coche, que entre que lo revisas todo para comprobar posibles daños del vehículo, te lo apuntan en la oficina, te familiarizas con el coche, y te orientas de donde estas y a donde quieres ir perdimos otra media hora....esto sumado a los atascos que anunciaba el gps, elevaba el viaje a Michelstadt a casi 2 horas, así que lo desechamos de la lista y decidimos dirigirnos al primer objetivo del viaje: la medieval y preciosa ROTHENBURG OB DER TAUBER, que es mágica durante todo el año, pero al llegar la navidad se convierte en un auténtico cuento de los hermanos Grimm. Este año el viaje lo hacemos con 2 familias viajeras como nosotros, y cada uno irá llegando a Rothenburg a lo largo del día de hoy, puesto que viajamos desde ciudades diferentes. Nos alojamos en el Gasthaus Zur Linde, a 5km de Rothenburg. Un alojamiento normal, muy limpio y tranquilo, pero sin lujos. Dos noches en habitación triple con un desayuno bastante correcto, por 180 euros...bastante asequible para los precios que daban en el mismo Rotehenburg desde el mes de junio... El día no ha dado para más, mañana dedicaremos toda la jornada a recorrer la ciudad, así que nos acostamos pronto y fijamos la hora de encuentro a las 8:30, para desayunar juntos y después empezar la aventura... Tras un sueño reparador y un buen desayuno nos dirigimos a Rothenburg y aparcamos en el parking más cercano al famoso Plonlein, el rincón más fotografiado (nosotros ya habíamos estado unos días hace unos cuantos veranos y recordábamos la zona), 5,50 euros todo el día. Y una vez allí...no os puedo decir seguid esta calle o la otra, empezad por aquí o por allá...solo puedo decir ¡pasea! piérdete por todas sus calles, sus plazas, sus fuentes, por sus murallas transitables que recorren toda la ciudad, y prepara la cámara porque te vas a hinchar! Rothenburg es una ciudad muy pequeña, pero con una fama muy grande...no en vano los Hermanos Grimm se inspiraron en ella para crear Pinocho; tiene mucho turismo aunque no encontramos grandes hordas de gente como en Alsacia las navidades pasadas. Y durante las fechas navideñas su tienda de Kathe Wöhlfahrt, y su mercado navideño acaparan la mayor parte del turismo. Y aunque puede parecer excesiva la decoración, a todo el mundo se le dibuja una sonrisa de niño al pasear por Rothenburg. Un consejo es visitar la tienda de Kathe a primera hora de la mañana, luego se llena hasta tal punto que hay cola para entrar y recorrerla. Nosotros entramos dos veces: la primera de ella justo a las 10 de la mañana, la segunda por la tarde, cuando empezó a llover, y esta segunda vez fue super agobiante. Aquí la navidad es perenne todo el año, pero en estas fechas es más entrañable si cabe. Os pongo fotos, que no se pueden hacer, pero nuestro amigo lleva pase de prensa y le dejan: Tras esta primera visita a la tienda, recorrimos el mercado, las calles aledañas, y otras por las que ya no esperábamos encontrar puestos y nos sorprendieron gratamente. Comimos en la plaza tomando unos vinitos calientes y nos fuimos a recorrer una parte de la muralla. Después empezó a llover y nos refugiamos de nuevo en la tienda de Käthe...y visitamos el museo de la navidad. Está dentro de la propia tienda, el precio es de 4 euros por adulto y 2,50 los niños. Está bien, se ve en media hora o así, sobre todo si fuera hace mal tiempo. Allí, cero fotos, así que lo respetamos. Por la tarde teníamos varias citas a las que no queríamos faltar:a las 16:00 queríamos subir a la torre del Ayuntamiento, la Rathausturm. A las 16:30 Santa Claus visitaba la plaza del mercado. A las 17 iluminaban una ventana del calendario de adviento, y cuando empezase a anochecer queríamos ir al Plonlein a hacer fotos. Y empezamos por eso, por la Rathausturm, 220 escalones que temimos no poder subir con Hugo, pero se portó como un jabato y poco a poco fue subiendo. Cuando has subido practicamente la totalidad de los escalones te espera la taquilla en una sala super reducida, en una garita más pequeña aún. Y ya el empujón final, hay que subir de uno en uno y las vistas son sublimes...de los pocos sitios que hay en Rothenburg desde los que otear los tejados y la ciudad. Visita imprescindible, y si además aprovechas cuando empieza a ponerse la tarde, como hicimos nosotros, es más espectacular todavía. El siguiente objetivo era Santa Claus, y con un poco de retraso apareció por la plaza, nuestros chicos disfrutaron de él unos minutos, para ellos solos, sin aglomeraciones, sin agobios...otro concepto al español. Les regaló unas chocolatinas y unas chuches y se quedaron tan contentos. Como la iluminación de la ventana del calendario de adviento se retrasaba bastante, y los pies empezaban a quedarse helados, nos fuimos a tomar un chocolate a una de las cafeterías de la plaza, y allí merendamos grandes y pequeños, entramos en calor y nos reímos un rato. Volvimos a la calle ya de noche y nos fuimos al Plonlein, a verlo con el árbol iluminado. Y a continuación deshicimos el camino entrando en algunas tiendas de regalos, y tomando otra perspectiva de la noche navideña de Rothenburg. Para cenar lo hicimos en el Gasthof Rodertor, en Ansbacher str. 7. El sitio además de bonito, es barato y los platos son super grandes. Son especialistas en patatas, y están riquísimas (asadas, en pizzas, en ensaladas...) Tras la cena nos retiramos, estábamos agotados de estar todo el día pateando la ciudad. De hecho llegamos a la habitación, nos juntamos en un pequeño salón que tenía el hotel y duramos 15 minutos...estábamos muertos...y mañana a las 8:30 habíamos quedado para desayunar.
Hoy la previsión es de lluvia todo el día, así que dejamos pronto el hotel y nos dirigimos a DINKELSBÜHL para intentar verlo antes de que empezase a llover.
Aparcamos delante de la oficina de turismo y nos dispusimos a recorrer Dinkelsbühl y su mercado navideño que comenzaba a abrir sus puertas. 18 torres rodean y amurallan este coqueto pueblo anclado en el medievo, y que curiosamente ha sobrevivido intacto a las guerras que asolaron el país. Además amenizan la localidad numerosos parques, y un río, con lo cual, el encanto estaba servido. El mercado navideño es pequeño pero coqueto, con muchos puestos de artesanía, y todo bastante más barato que en Rothenburg. La pena que no dejaba de llover, así que pasamos allí un ratito, nos tomamos el glühwein reglamentario y los niños el ponche infantil típico alemán y nos fuimos... Como nuestro destino era Miltenberg, pasábamos por SCHWÄBISCH HALL, así que decidimos probar suerte con el tiempo e intentar visitarlo...nosotros ya estuvimos unos días unos veranos atrás, pero tambien nos llovió muchísimo y apenas pudimos recorrerlo. Así que le teníamos ganas, y es que es una localidad tan bonita como difícil de pronunciar, y aunque no aparece en los top ten de ciudades alemanas os aseguro que es digna de visitar y recorrer, de esas que te la encuentras por casualidad y te deja con la boca abierta. Llegó a ser Ciudad Imperial, e incluso a acuñar su propia moneda. Pero efectivamente, la maldición de Schwäbisch volvía a nosotros y la lluvia continuaba. Aparcamos lo más cerca posible de la Marktplatz, centro neurálgico de la ciudad y donde se ubica el mercado navideño. Por las horas que eran nos fuimos fijando más en los puestos de comida que en la artesanía, y allí encontramos el primer chalet de comida dedicada íntegramente al queso...¡por fin! Tenía tantas ganas de raclette que me comí 2 en 5 minutos, y como aún me duraba el ansia de queso, opté por una fondue para llevar, te la preparan en una mini hogaza y estaba deliciosa, y si además lo amenizas con un rico glühwein, entonces ya conviertes la comida en digna de estrellas michelín. Dimos un paseo entre los puestos, y cuando la lluvia nos dió unos minutos de tregua bajamos hasta el río Kocher, desde el que hay una bonita perspectiva. Y ahí terminaron nuestras fotos porque empezó el diluvio y nos tocó correr para refugiarnos en unos soportales. Al lado había una casita de madera para niños con juegos dentro, así que allí se entretuvieron un ratito los peques y corriendo otra vez al coche para no empaparnos. Os dejo unas fotos desde el río y desde la escalinata de la iglesia de San Miguel, no son buenas pero la lluvia nos calaba. Sigo dejando a Schwäbisch en la lista de ciudades a terminar de visitar, porque aunque este ratito conocimos otra perspectiva de la ciudad, y la otra parte del río Kocher ya la conocemos, estoy segura que nos quedan cientos de rincones por explorar. Ahora sí, el destino mandaba...hora y media y llegamos a MILTENBERG... En una de las curvas del río Meno se sitúa esta bonita ciudad. Su casco antiguo llega a medir hasta 2km y medio, pero solo tiene de ancho 150 metros, así que la casas de entramado de madera se amontonan dando lugar a románticos callejones y bonitas plazas con fuentes. Además el Meno es navegable y Miltenberg es parada de varios cruceros fluviales que vimos y que por cierto, tenían muy buena pinta... Aparcamos muy cerca de una de las puertas de entrada a la ciudad y no hay pérdida. Primero encontramos un pequeño mercado navideño con un tiovivo (Engelplatz), y si sigues recto tomas la calle principal, la Hauptstrasse y empiezas a disfrutar de la belleza de Miltenberg, de sus comercios, sus casas de entramado de madera, e incluso de San Nicolás y su ayudante Ruperto, del que ya os conté la leyenda el año pasado. Repartieron a los niños adornos navideños de chocolate y chuches. Llegamos hasta el Altes Rathaus, el antiguo Ayuntamiento, que es visitable y en su interior cobija otro pequeño mercado navideño de artesanía y...tachán tachán...un taller de galletas de navidad del que disfrutaron nuestros muchachos mientras fuera seguía lloviendo. Les dieron sus gorros de chefs, su porción de masa ya elaborada, y ellos tuvieron que amasarla con las manos y el rodillo, cortarla con cortadores navideños, decorarlas y finalmente se las metían al horno y después les daban una bolsa de papel para llevárselas...menudo rato más divertido que pasaron todos juntos! En Miltenberg durante las 4 semanas de adviento, se celebra cada viernes, sábado y domingo MILLUMINA...consiste en iluminar con velas y focos el camino de subida al castillo. Pero como no dejaba de llover, ese día no las pusieron lógicamente. Los chicos y los niños decidieron subir igualmente, guiados por las linternas de los móviles, y nosotras nos retiramos a tomar un chocolate caliente y desconectar un poco. Esta es la panorámica que encontraron al llegar arriba....dicen que mereció la pena... Al bajar nos quedamos un rato en el mercado de la Markplatz, nos hicimos algunas fotos y nos fuimos a cenar. No dejaba de llover, así que cruzamos dedos para que al día siguiente pudiésemos disfrutar un poco más de la ciudad.
Para esta noche elegimos el hotel Rosenbuch, cerca de Miltenberg, donde nos dieron una habitación enorme, con terraza, y un baño súper grande y con todo tipo de comodidades. El desayuno bastante normal en la zona de restaurante que tiene, 88 euros la noche con parking incluido.
El día amanece muy nublado pero no llueve, así que muy temprano quedamos con nuestros amigos y recorremos Miltenberg de punta a punta, consiguiendo otra perspectiva diferente a la de la noche anterior. Los mercados aún no habían abierto y apenas había gente (el día anterior tampoco, la verdad), es un auténtico placer visitar este tipo de destinos sin las masficaciones de Frankfurt, de la Alsacia, y de las grandes ciudades. Nos detuvimos en el Gasthof Zum Riesen, la que dicen es la taberna más antigua de Alemania: Recogimos los coches y nos dirigimos a nuestro último destino del viaje: MICHELSTADT Nos íbamos acercando a Frankfurt y con ello al final de la aventura, pero para alargarla unas horas más paramos en esta preciosa localidad del distrito de Hesse. Michelstadt tiene mucho que ver pero nosotros nos centramos en lo exclusivamente navideño. Aparcamos muy cerca del Burg, y justo al otro lado la Navidad toma la ciudad...lo primero que encontramos fue su Rathaus, el antiguo ayuntamiento en la Plaza del Mercado. Toda su estructura está construída en madera de roble, y en una de sus vigas está grabada la fecha de creación. El mercado navideño se extiende por todas las calles aledañas al Rathaus, por lo que no tiene pérdida, además se respira un ambiente muy muy alemán, alejado de masas de turistas, por eso me encantó. En la plaza Kellereihof , además de otro mercado navideño, encontramos el stadtmuseum que se puede visitar gratis, y alberga una colección sobre cómo se ganaban la vida los habitantes de Michelstadt: aperos de trabajo, armas, cerámica...muy interesante. Y en la planta superior una exposición de trenes y un mega scalextic donde los peques echaron unas partidas por el módico precio de un euro, y además gestionado por niños de no mas de 15 años. Antes de dejar Michelstadt, paseamos por el Diebsturm, la muralla de la localidad, junto al foso y la torre circular que en su día fue la prisión (no tenía puertas y subían a los presos a través de un sistema de poleas hasta la planta octogonal superior) Y como última curiosidad sobre este destino, que leí al buscar información de la zona... deciros que los habitantes de Michelstadt, tomaron la iniciativa de hacer una investigación para buscar a los descendientes de los judíos alemanes asesinados, para disculparse por las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial . La investigación de los ciudadanos de Michelstadt fue primero un libro y después un encuentro cara a cara con los descendientes que localizaron en una ciudad de América Latina....no es sorprendente con los tiempos que corren? Ahora sí...el aeropuerto nos espera, y de camino encontramos estas señales por la carretera... No es que yo me haya sacado el carnet de conducir en la época de Paco Martínez Soria, pero no me suena nada que hoy en día los tanques circulen....mi no entender nada... Busqué en internet al volver a Madrid, y no se sabe muy bien si es por un par de bases militares que tienen los americanos por la zona o a que se deben estas señales. Además curiosamente solo están colocadas en los puentes...debe estar relacionado con la cantidad de toneladas que pueden resistir al circular este tipo de vehículos.... a mi Alemania cada año me sorprende más... Ahora sí, esto se acaba y empezamos a preparar maletas para el siguiente viaje...en 20 días nos vamos a LAPONIA FINLANDESA... así se hace menos triste la vuelta desde Alemania.... 📊 Statistics of Travelogue ⭐ 5 (1 Votos)
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