Jordania en 7 días ✏️ Blogs de Jordania

Nuestro vuelo despega de Bucarest a las 9:50 y llegamos a Jordania sobre las 12:30 del mediodía. Pasamos los diferentes controles de pasaporte y por último el de visado. Compramos por internet la Jordan Pass, una “tarjeta” que dependiendo de los días que quieras visitar Petra te costará más o menos dinero. Nosotros cogimos la Jordan Explorer que incluye el visado, 40 atracciones turísticas y entrada dos días a Petra, nos costo 75 JOD, que vienen a ser 95,75 euros. A Priori parece caro pero si hacéis cuentas de los que os costaría el visado, la entrada a Petra y la entrada a las diferentes atracciones turísticas que queráis visitar, sale a cuenta.

El aeropuerto de Amman no es demasiado grande, así que fue bastante fácil encontrar las cuatro cositas que necesitamos. Una de ellas fue una tarjeta de teléfono para poder tener datos móviles y otra fue cambiar un poco de dinero (lo mínimo para el autobús, ya que como sabéis los cambios en el aeropuerto son bastante malos). En menos de media hora lo teníamos todo, la tarjeta la compramos con Orange. Habíamos leído que la compañía Zain tenía muy buenas ofertas, pero cuando preguntamos en las distintas empresas de telefonía que tienen sede en la salida del aeropuerto, la tarifa que mejor se adaptaba a lo que nosotros queríamos era la de Orange. Una vez con la tarjeta móvil y con unos cuantos dinares fuimos hasta la taquilla del autobús donde se compran los billetes para ir al centro de Ammán. La compañía se llama Sariyah y el autobús es de color amarillo, lo veras solo salir por la puerta del aeropuerto. Los autobuses salen cada media hora, tardan 45 min en llegar a la estación del norte y cuesta 3,5 JOD.

El autobús hace el siguiente recorrido (que no paradas) y ahora os explicaré porqué puntualizo esto: Aeropuerto internacional Queen Alia, Séptimo círculo, Sexto círculo, Quinto círculo, Cuarto círculo, Housing Bank Complex y estación del norte de autobuses (Tabarbour).

En la mayoría de los blogs dicen literalmente que el autobús hace las paradas que os he escrito en las líneas anteriores, pero para nuestra sorpresa no fue así. El autobús hace ese recorrido pero solo para al final, en la estación de autobuses del Norte (Tabarbour) a no ser que explícitamente le digas donde quieres que te deje o que tengas la suerte que alguien suba en alguna de las “paradas”. Algo muy curioso es que aunque el autobús tenga esas paradas determinadas (y no las haga si nadie se lo dice) también le puedes decir al conductor que te deje bajar en cualquier otro sitio que no se salga del recorrido del autobús.

Cuando vimos que el autobús pasó de largo por nuestra parada, fuimos a hablar con el conductor y este nos dejó bajar en el momento en que pudo. Digo en el momento en el que pudo porque si decidís visitar Amman, veréis que el tráfico es un auténtico caos (y la palabra caos se queda corta). El conductor nos explicó que tenía que venir otro autobús en dirección contraria (que iba hacia el aeropuerto), que lo cogiéramos y que le dijéramos que íbamos al cuarto círculo con el mismo ticket del bus. Como este autobús tardaba mucho, decidimos coger un Uber ya que los precios para desplazamientos cortos son muy económicos, en 5 min llegamos a nuestro hotel.

Nos alojamos en el hotel Razan, situado en el cuarto círculo, en el centro. La verdad que nosotros nunca buscamos hoteles lujosos ni caros, nos conformamos con una buena calidad - precio - localización y este lo cumplió. En Jordania son extremadamente amables y serviciales y nos ayudaron con todo sin ningún problema. Como algo curioso y tan distinto a lo que estamos acostumbrados en España, los mismos trabajadores del hotel te llevan hasta la habitación, te abren la puerta y te enseñan cómo funciona el aire acondicionado, televisión, baño, etc... Después de acomodarnos en el hotel fuimos en busca de un sitio donde comer y la primera comida que decidimos probar fue el Shawarma (así es como se le llama al qebab en Oriente Medio). Fuimos a Shawerma Reem, no se le puede llamar restaurante ya que es un pequeño local que simplemente tiene una ventana, un toldo rojo y una puerta desde donde puedes ver cómo preparan la comida. Tienes que pedir tu comida desde la ventanilla. No hablan muy bien inglés pero con las fotos que hay en la ventana pudimos comunicarnos para pedir nuestra comida.

Una vez con nuestros shawermas en las manos fuimos a comérnoslos al hotel ya que en la calle hacía un calor terrible y al menos allí teníamos aire acondicionado. Comimos, nos pusimos nuestras zapatillas aventureras y salimos a la calle a descubrir Amman.

La primera parada fue el Teatro Romano, en el corazón de Amman. Estaba repleto de gente, niños, jóvenes, familias, turistas… El teatro es precioso, pero está un poco mal conservado, se pueden ver algunas pintadas en alguna de las piedras que lo componen, pero nada que eclipse completamente la belleza de esta construcción. Subimos y bajamos por sus inclinadas escaleras y las vistas desde arriba son un autentico espectáculo. Justo saliendo del teatro romano a la derecha encontramos el Odeon con una capacidad de 500 personas, en sus tiempos acogía las principales actuaciones musicales de la ciudad.

Del Foro (justo enfrente, al norte del teatro romano) solo quedan unas pocas filas de columnas. Este llegó a ser una de las plazas públicas más grandes de todo el Imperio Romano. A continuación , queríamos ir a ver la Ciudadela, parecía que estaba cerca, pero está en la colina más alta de Amman, así que andando nos era imposible (ya que con la hora que era, íbamos a tardar tanto que anochecería para nuestra llegada) así que decidimos dar un paseo por las calles de Amman y dejar para el día siguiente la Ciudadela.


Durante nuestro paseo visitamos los zocos de fruta y de especias, las tiendas de dulces típicos Jordanos (están deliciosos) y algunas otras tiendecitas que nos encontramos por el camino. Finalmente paseando llegamos hasta la Mezquita Al- Hussein. El ambiente que había frente a ella era impresionante, niños corriendo, familias paseando, una auténtica pasada.

Finalmente se nos hizo hora de cenar y fuimos a un restaurante típico de Amman donde van tanto turistas como locales, se llama Hashem Restaurant. Habíamos leído muy buenas criticas de él, así que allí fuimos de cabeza. Es muy recomendable para tener un primer acercamiento a la comida Jordana. No tienen carta así que les dijimos que trajeran un poco de todo (que es lo que le sirven a todos). Te sacan 3 tipos de hummus, falafel (que está riquísimo) patatas fritas, ensalada y pan de pita. En total nos costó 8 JOD y comiendo como nosotros comemos, sobró comida, así que fue una muy buena elección. Tras cenar paseamos un poquito más y nos fuimos de vuelta al hotel para empezar al día siguiente cargados de energía.

*(Si os ha gustado esta etapa hacédmelo saber dejando alguna estrellita Además si necesitas más información relacionada con esta etapa, dejadme un comentario y os responderé encantada Un saludo viajeros )

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Despertamos por la mañana y bajamos a desayunar. El hotel incluía desayuno, pero nada que ver a lo que estamos acostumbrados… El desayuno era un plato de Hummus, huevos cocidos, quesitos e infusiones. Al principio nos quedamos un poco parados pero ¿qué esperábamos por 29 JOD la noche?. Por suerte llevamos en la mochila unos sobre de café instantáneo para situaciones cómo estas, así que nos tomamos nuestro café, desayunamos y salimos a la calle.

La primera parada fue la mezquita del Rey Abdalá I, esta mezquita tiene una enorme cúpula azul celeste y es la única mezquita que se puede visitar sin ser musulmán. La entrada vale 2 JOD (es una de las atracciones turísticas que no está incluida en la Jordan Pass). Solo entras te llevan a un cuartito donde tienes que ponerte una túnica, te llevan hasta unas escaleras y al subir estás ya dentro del recinto de la mezquita. Es en ese momento cuando tienes que pagar la entrada. El interior es increíblemente bonito y alucinante (recuerda que debes quitarte los zapatos cuando entres dentro de la zona de rezo). La zona de rezo de los hombre es el edifico de la cúpula azul, tiene forma octogonal, el suelo está cubierto por una enorme moqueta con figuras geométricas azules sobre un fondo rojo y en el techo hay una gigantesca y preciosa lampara. Algo que nos llamó la atención es que cuando estábamos paseando por los exteriores de la mezquita, vimos que justo al lado había una iglesia católica, supongo que la proximidad entre estos dos edificios religiosos refleja la armonía en la que viven musulmanes y cristianos en Jordania.

Tras esta visita tan bonita, en la misma puerta de la mezquita, contratamos un Uber que nos llevó hasta la Ciudadela. Allí paseamos entre los restos que queda de aquella prehistórica ciudad y lo primero que salta a la vista es el templo de Hércules con sus gigantescas columnas que hace miles de años conectaba el centro de la ciudad con el Foro. Además desde lo alto de la colina hay unas increíbles vistas de Ammán. No tuvimos la suerte de ver el atardecer desde allí, pero estoy segura que tiene que ser precioso. Cuanto terminamos de dar la vuelta por los alrededores de la Ciudadela, salimo e intentamos buscar un atajo para llegar hasta el centro de Ammán. Muy aventureros nosotros, nos metimos por unas callejuelas de casas donde parecía que había un camino que bajaba y ¡eh voila! salimos en frente del teatro romano. Una vez allí buscamos una casa de cambio de dinero y compramos un poco de fruta en los zocos. Tras comprar unas cuantas cositas para comer, nos desplazamos hasta la estación del norte ya que ese mismo día teníamos que recoger nuestro coche de alquilar cerca del aeropuerto. Una vez subimos al autobús, le dijimos al conductor donde teníamos que bajar y justo nos dejó en la carretera de enfrente de la oficina de alquiler de coches. Nosotros alquilamos un coche por 5 días ya que nos salía mucho más económico (160JOD y 10JOD/día si contratabas el seguro a todo riesgo) teniendo en cuenta que el primer día tampoco lo necesitábamos ya que desplazarse por Amman en transporte público tampoco era difícil ni caro. Llegamos al aeropuerto, recogemos el coche y nos fuimos hacia nuestro segundo destino Madaba.

Llegamos a Madaba sobre las 17:00. Realmente Madaba es conocida por sus mosaicos de la época bizantina y en concreto por el mosaico del mapa. Lo tomamos como un sitio donde alojarnos para estar más cerca del Mar muerto y del Monte Nebo ya que nos negábamos a pagar el dineral que te piden por alojarte en uno de los hoteles del Mar Muerto.

Aquí nuestro hotel fue el Black Iris. El hotel destaca por su fantástica atención al cliente, son extremadamente amables y te ayudan en todo lo que necesites. Nos costó 27JOD y tenias agua gratis durante toda nuestra estancia, café e infusiones. Acomodados en este hotel, fuimos a por algo rápido para comer y nos fuimos a ver el mosaico más conocido de Madaba, el Mapa(tampoco entra con la Jordan pass pero la entrada cuesta solamente 1JOD). Se encuentra en la Iglesia de San Jorge, aunque si puedes dedicar más tiempo en descubrir Madaba, en el parque arqueológico, en el museo de Mabada y en la iglesia de los apóstoles hay muchos otros, y en esos mismos lugares puedes comprar una entrada combinada por 3JOD, donde te incluye la entrada a otros ellos. Nosotros dedicamos poco tiempo a Madaba así que solo visitamos la Iglesia de San Jorge. Como he dicho anteriormente, el mosaico que allí se encuentra es el del mapa de Palestina, que proporcionó muchos datos sobre la región a los descubridores. Fue creado en 560 y cuenta con 157 leyendas en griego que describen los principales lugares públicos de Oriente Próximo desde Egipto a Palestina. Anteriormente era mucho más grande, se dice que estaba compuesto por más de 2 millones de teselas pero buena parte de esta obra de arte se ha perdido.

De aquí nos fuimos hacia el Monte Nebo. No somos religiosos pero como lo teníamos cerquita nos picó la curiosidad por verlo. El lugar oficial estaba cerrado cuando llegamos pero si sigues por la carretera llegas a una colina que tiene las mismas vistas (aunque una altura menos y fuera del recinto oficial). Desde allí fue donde Moisés vio la tierra prometida, si tienes la suerte de que no haya mucha neblina, en el horizonte podrás ver Jerusalem y el Mar muerto. Algo que nos llamó particularmente la atención es que la gente se desplaza hasta allí para pasar la tarde, a beber y fumar shisas (se notaba por los restos de botellas que pudimos ver a nuestro alrededor y porque unos minutos después de nuestra llegada un par de jovenes se pusieron a hacerlo).

Subimos de nuevo al coche y nos fuimos hacia el Mar muerto. Se estaba haciendo tarde y empezaba a ponerse el sol pero decidimos arriesgarnos y probar de llegar para el atardecer ¡y lo conseguimos!. ¡Qué momento más mágico! Flotar en el mar muerto, sin nadie a tu alrededor, sin ruidos y con el maravilloso atardecer que pudimos ver… Fue una sensación increíble. Un momento único. Al principio tuvimos el dilema de donde ir, ya que en muchos blogs habíamos leído que es muy difícil acceder hasta allí y la única forma de hacerlo fácilmente es pagando la entrada a un Resort con playa propia. Encontramos un blog que facilitaba la localización de una zona donde se puede bajar “fácilmente”, pero el inconveniente para nosotros fue que nos quedaba muy lejos de donde estábamos, así que conduciendo por la carretera Jordan Valley vimos un acceso en el que no había señales, ni nadie que nos indicara nada, así que bajamos con el coche. Habían zonas con pérgolas, mesas y hamacas, pero sin señales de nadie guardando el lugar (no sabemos si era porque en la época en la que nosotros visitamos Jordania no es temporada alta o porqué era la última hora de la tarde y todos se habían ido, pero pudimos entrar perfectamente sin pagar nada). Sinceramente os puedo decir que este es el mejor momentos de este viaje, observar ese atardecer flotando en el agua como si estuviera encima de una nube... es algo inexplicable. Las fotos que os dejo solo puede transmitir una milésima parte de lo mágico y bonito que fué ese momento. Enlace a las coordenadas de la localización: goo.gl/maps/fuXxr3qAQqW694bH6


Es imposible estar dentro de las aguas del mar muerto durante mucho tiempo ya que en unos minutos la salinidad del agua te hace sentir incómodo, así que como ya estaba oscureciendo decidimos salir e ir al coche a por las botellas de agua que habíamos comprado para enjuagarnos. La sal en la piel se hubiera hecho insoportable durante el camino de vuelta hasta llegar al hotel. Tras esta mágica experiencia volvimos al hotel, no duchamos y nos fuimos a cenar a un recomendadísimo restaurante que hay en el centro de Madaba, el Caffee Shop Ayola donde preparan deliciosos platos combinados que seguro que no harán que te quedes con hambre. Después de cenar, dimos un paseo por la calles de Madaba y volvimos al hotel. Al día siguiente nos esperaba un día emocionante, practicar canyoning en Wadi Mujib y visitar Petra.



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Despertamos en Madaba, desayunamos y hacemos el check out, metemos todas nuestras cosas en el coche y nos vamos. En aproximadamente 1h llegamos a Wadi Mujib. Entramos en el centro de visitantes y pedimos información para hacer canyoning. El precio es 21JOD por persona para el Siq Trial (el único que se puede hacer sin guía). El recorrido sin paradas puede durar aproximadamente 1h (ida y vuelta), aunque nosotros estuvimos mucho más tiempo ya que nos divertíamos tanto que parábamos cada dos por tres. Solo os puedo decir que lo disfruté como una niña, fue una experiencia maravillosa. Os dejo a continuación el enlace a un pequeño video de lo que fue el recorrido. Os lo recomiendo 100% si os gusta el deporte, la aventura y sobre todo el agua.

Una vez terminada esta actividad volvimos a subir en el coche y 3h después llegamos a Wadi Musa. Desgraciadamente por el camino nos pararon unos policías por exceso de velocidad. Conducir por Jordania aparte de ser un poco caótico es una incertidumbre continua ya que apenas hay señales de tráfico. Todos van por encima de la velocidad permitida y no sabes que velocidad es la permitida, pero nos lo tomamos como una anécdota más del viaje. Llegamos a Wadi Musa por la tarde y teníamos aún que ir a visitar Petra. Sabíamos que el horario era de 6.00 a 19.30 pero habíamos leído que si entras, una vez dentro no te hacen salir, así que a pesar de la hora, decidimos entrar y ¡bendito el momento en que tomamos esa decisión!. A lo que todos estaban saliendo, nosotros íbamos en dirección contraria, entrando. Hacía una temperatura perfecta ya que el sol había bajado bastante y corría una pequeña brisa. Caminamos por el As Siq apresuradamente y con mucha emoción ya que nos moríamos de ganas tener ante nosotros una de las 7 maravillas del mundo. Unos metros por delante nuestro vimos cómo el camino empezaba a hacerse de tierra y sabíamos que en pocos minutos tendríamos ante nosotros el tesoro. Teníamos la piel de gallina de la emoción y cuando dimos unos pasos más entre el Siq, allí estaba, ¡¡¡EL TESORO DE PETRA!!!, gigantesco e irradiando una belleza inexplicable. Después de quedarnos boquiabiertos por su belleza, decidimos hacernos unas cuantas fotos. Tuvimos una suerte increíble ya que apenas había nadie y pudimos hacernos las fotos prácticamente solos. Nos sentimos unos afortunados ya que habíamos leído que es prácticamente imposible si no vas a primera hora de la madrugada, cuando abren las puertas. Después de hacernos casi un book entero frente al tesoro, decidimos investigar un poco por los alrededores sin alejarnos demasiado ya que en breves tendríamos que volver hacia la puerta de salida (Compramos la Jordan Pass de dos días en Petra así que realmente el día siguiente era el día para visitar más a fondo Petra).

Nuestro alojamiento en Wadi Musa fue el Candles, está apenas 10 min caminando de la entrada de Petra, dos noches nos costó 71JOD. Una vez tuvimos nuestra habitación elegimos un sitio para cenar, como siempre tiramos mano de google y TripAdvisor y nos decidimos por My mom's Recipe Restaurant. Un restaurante con una terraza decorada acorde a su cultura y en la que se estaba de maravilla. La comida estaba buena, un poco más caro de lo que nos habían costado las cenas anteriores, pero todo estaba delicioso. Aproveché allí para probar un plato tradicional de la cocina Jordana, el Mansaf. El plato se sirve en una fuente, ponen en la base del recipiente pan muy fino llamado Markok o pan Shrak y sobre este una capa de arroz. Sobre el arroz reposa carne de cordero con almendras y a parte te sacan un cuenquecito con salsa de yogurt para echarla por encima. La verdad que estaba delicioso. Durante la cena hablamos sobre cómo nos organizaríamos al día siguiente. Queríamos ver el amanecer en Petra desde las alturas, así que investigamos como poder ver el tesoro desde alguna colina y no tener que pagar por ello (ya que los pocos miradores a los que se puede acceder fácilmente están regentados por Jordanos que te hacen pagar para subir y echarte cuatro fotos). Habíamos leído algún blog en el que decían que había la posibilidad de hacerlo, así que al día siguiente nos tocó buscar rápidamente el camino para llegar a la cima de alguna colina.

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