Pateando las montañas del noroeste del Estado de Washington ✏️ Blogs de USA

Sin duda se puede decir, por lo menos en mi caso, que cada viaje que hago realmente no lo hago una vez, sino varias veces.

La primera es la preparación del viaje. Es la que más tiempo le dedico y en este caso ha sido un par de años donde partiendo del tiempo que disponía – dos semanas – ha ido rehaciéndose varias veces en función de la nueva información que iba adquiriendo hasta quedar en lo que quería hacer, que muchas veces coincide con lo que finalmente realizas, pero que esta vez no ha sido así, sobre todo en la primera semana del viaje.

La segunda es la realización “física” del viaje. Es la culminación de todo el trabajo de preparación previo.

La tercera es la rememoración. Es recordar y analizar el cómo ha sido, si ha cumplido con tus expectativas, el si lo volvieras a realizar qué dejarías o qué parte ampliarías o añadirías.

Así que empecemos por la primera, por la preparación del viaje.
Todo surgió, como comenté en mi diario por Riaño durante el confinamiento y unos canales de creadores de contenido de Youtube, en el que grababan sus rutas mochileras por diferentes sitios, principalmente de EEUU.

Me picó el gusanillo y quise realizar algo similar. Así que partiendo de mis gustos por paisajes alpinos y fauna y por la libertad y facilidad que aportan en Norteamérica a la actividad del mochileo, decidí ir al norte del Estado de Washington. La primera zona a la que decidí ir fue a North Cascades National Park, uno de los parques nacionales de EEUU menos visitados (de hecho ni hay que pagar por entrar) que en unos videos vi que era realmente precioso, pero que tiene el hándicap de que la mayor parte del mismo es inaccesible salvo que realices una buena caminata. Luego, en la ardua tarea de búsqueda de información di con un área anexa, la de Mt. Baker que realmente me fascinó por su belleza y decidí realizar alguna de las excursiones que partían de la Hwy 542 que lleva hasta la estación de esquí y finalmente, como colofón quería realizar una ruta mochilera de varios días por una zona algo más al sur, en la zona protegida de Glacier Peak Wilderness.

Para los amantes del senderismo, el estado de Washington es una joya. Cuanta más información tenía, más me daba cuenta que ni tirándome los dos meses de verano por la zona me daría tiempo a realizar todas las rutas que veía interesantes. No quise dispersarme y me centré en la parte norte del Estado, seguramente otros años volveré para realizar rutas por Olympic National Park, Mount Rainier, Goat Rocks Wilderness o Alpine Lakes. Y es que además dispones de muchas herramientas para encontrar senderos atractivos. Para empezar, cuenta con una asociación de senderos, www.wta.org/ que está formada por voluntarios que cuidan de los mismos y cuya web es una fuente inagotable de rutas por diferentes zonas del Estado. Por otro lado, si te ocurre como a mí que disfrutas del papel más que de la pantalla de ordenador, dispones de editoriales que cuentan con numerosas guías que te muestran numerosos senderos con descripciones detalladas, a parte de mapas de la zona. www.mountaineers.org

Así que recogiendo información por internet, viendo videos de youtube, con un par de mapas de la zona que adquirí y leyendo estos libros que me agencié empecé a diseñar la ruta.


El viaje sería en la segunda quincena de julio y la primera decisión era decidir a dónde ir, a Seattle, principal ciudad del Estado, o a Vancouver, al otro lado de la frontera, pero que en kilómetros incluso estaba más cerca de la zona del Mt. Baker, por ejemplo. Al final me decidí por la ciudad cuna del movimiento grunge, pero fue porque los precios de los alquileres de coches subieron de golpe una barbaridad. Estoy hablando de la segunda mitad de septiembre de 2021, estaba viendo en avis Canadá un suv por cuatrocientos y pico euros y cuando decidí reservarlo unos días después y, por tanto, volar hasta Vancouver, los precios habían subido casi hasta los 2000. Casi me da algo. Empecé a mirar por todos lados y los precios similares. Dudé hasta de hacer el viaje. Esos precios me parecían prohibitivos y más cuando en agosto me iba con mi mujer a Alaska que ya sabemos que barato no es. Pero el 30 de septiembre vi en autoeurope un Chevrolet Malibú o similar, es decir, un coche grande, por 382 euros desde el aeropuerto de Seattle, con Budget. No lo dudé y reservé.

El vuelo no lo reservé hasta febrero, harto de esperar a que bajaran de precio y que no lo hicieran, sino todo lo contrario. Al final un billete con maleta facturada y otro sin ella (por cierto, viajaba con mi sobrino pequeño, el de 16 años. El mayor que nos acompañó por Riaño el año pasado no lo hizo dado que lo de dormir varios días por donde pilláramos no le atraía) con Air France.

En cuanto a la ruta definitiva pensada, era la siguiente:
14/7 – Salida a las 6 de Madrid, llegada a Seattle a las 14:30. Recogemos coche y nos dirigimos al norte, hasta Bellingham, donde dormiríamos en el Bay City Motor Inn, por 77 USD. La idea era parar en un Cabellas a comprar spray antiosos, en el Rei de Bellingham para adquirir comidas deshidratadas, bombonitas de gas y demás utilidades senderistas y en un super tipo Fred Meyer para más alimentación.
15 al 19/7 – Ir hacia la Hwy 542 y acampar en Douglas Fir Campground durante 4 noches para hacer rutas senderistas por la zona de Mt Baker. Aquí podéis ver las principales. Nuestra idea era el 15 Heliotrope Ridge, el 16 Excelsior Pass con Welcome Pass, el 17 Skyline Divide, el 18 Chain Lakes o Lake Ann. De todas formas tenía alguna más en la recámara como Yellow Aster Butte, Hannegan Peak o High Divide.
Del 19 al 22/7 haríamos el mochileo por la zona de Glacier Peak Wilderness, la conocida como Spider Gap – Buck Creek Pass Loop Aquí pones la tienda donde pilles ya que no está prohibido. Ese día 22 dormiríamos en Wenatchee, en el Super 8 para darnos una buena ducha y dormir en una cama
Del 23 al 26/7 estaríamos por North Cascades National Park. El 23 haciendo el Mapple Loop Trail en la parte este del parque, el 24 saldríamos del parque para realizar el Easton Glacier via railroad grade Trail volviendo por Scott Paul Trail, todo al lado de Mt. Baker, la montaña en sí, no la zona protegida de mismo nombre, el 25 y 26 mochileo por el parque nacional, yendo a Sahale Glacier y Horseshoe Basin.
El 27 nos levantaríamos temprano para coger el avión a las 13 horas y llegar al día siguiente a Madrid.

Para reservar las plazas en el camping, se ha de hacer por la web de recreation.gov con unos 6 meses de antelación como muy temprano. Eso sí, suele haber en determinados campgrounds las típicas plazas sin reservar para los primeros que lleguen ese día.
Para la zona de Mt. Baker el camping elegido fue el Douglas Fir Campground, aunque más adelante estaba la opción del Silver Fir Campground. Yo preferí el primero porque me venía mejor para 3 de las 4 excursiones previstas y por estar más cerca del poblado de Glacier, que nos valdría para realizar cualquier compra de vituallas.

Hay que tener en cuenta que estos campgrounds públicos no son como los que tenemos por aquí. No hay duchas y los wc son letrinas, pero en general son parcelas muy amplias con bastante privacidad, mesa de picnic y barbacoa.


Campgrounds, concretamente el Douglas Fir. Nuestra parcela y Aseos

Luego las tres noches de mochileo. En principio los lugares pensados eran al final de Spider Meadows antes de comenzar la subida a Spider Gap, luego en Image Lake y finalmente en Buck Creek Pass.

Ya en North Cascades NP era acampar en Marble Creek Campground en la parte oeste del parque un par de noches y luego en el par de días de mochileo, en Pelton Basin, uno de los denominados Backcountry Camps que están repartidos por todos los parques nacionales para los que quieran realizar rutas mochileras, que no es otra cosa que dos o tres sitios para poner la tienda y un área común de comer, pero que has de tratar de reservar con antelación o ir el día anterior a alguno de los centros de los Rangers y ver si está disponible. Para reservar es necesario realizar una solicitud por recreation.gov y luego entras en una lotería para ver si te dejan hacer la reserva. Ya os adelanto que no tuve fortuna, así que tendría que ir al centro de los Rangers el día anterior. Y finalmente dormir en Mineral Creek Campground para ya salir temprano al día siguiente para Seattle.

Nos hicimos el seguro mochilero con Iati, principalmente porque tenían rescate, por si ocurría alguna desgracia en mitad de la montaña. Y sacamos el ESTA el día antes de la subida de precios por el chivatazo que leímos por el foro

Y ese era el plan. Por supuesto hubo muchos anteriores, donde realizaba parte del PCT u otras rutas, pero que hubo que descartar.

Y empezaron los problemas. A principios de año veía que los dos campgrounds de la Hwy 542, el Douglas Fir y el Silver Fir, estaban cerrados hasta nuevo aviso por inundaciones. Al mismo tiempo vi que dos de las rutas que quería hacer por la zona, la Skyline Divide y Heliotrope Ridge, las carreteras de acceso habían sido dañadas y cortadas por dichas inundaciones. Lo del alojamiento lo resolví reservando por Airbnb en la zona de Glacier. Al final, bien metidos en la primavera, los problemas con los campgrounds fueron resueltos así que cancelé la reserva de Airbnb y reservé sitio en Douglas Fir. Pero las carreteras de acceso no fueron reparadas, así que a pensar en otro par de rutas.

Luego, mientras se iban aproximando las fechas de salida del avión leía que el invierno en la zona había sido de los que más nieve habían dejado en las últimas decenas de años y que junio había sido más fresquito de lo normal y las acumulaciones de nieve seguían siendo importantes. De hecho, abrieron la parte final de la Hwy 542 en julio y vi una foto de la máquina quitanieves con una montaña de nieve de más de 3 metros al lado. Y nosotros en 10 días estaríamos por ahí. Al final esto fue lo que más afecto a nuestra planificación. De hecho, la ruta de mochileo por Glacier Peak Wilderness dudaba ya de hacerla. Estaba metido en grupos de Facebook de hikers y backcampers de la zona y nadie la había realizado aún, incluso Spider Meadows tenía nieve unos días antes.

Y llegamos al inicio del viaje.

Yo vivo en Almería y el avión lo cogíamos en Madrid a las 6 de la mañana del día 14 de julio. Salí poco después de las 8 de la tarde dirección a Jaén, donde recogería a mi sobrino. Allí metimos la mochila y todos los utensilios que necesitaríamos en una maleta, ya que iríamos con las maletas de cabina y una facturada. Y ya para el aeropuerto con una parada pasada Despeñaperros para tomarme un café. El viaje sin problemas. El coche lo dejamos en el parking de la T2 ya que me salía por 5 euros menos cuando lo reservé que en el de larga estancia de las afueras. Ya en la terminal, haciendo cola para que los de Air France nos atendieran, a mi mochila de cabina le dio por romperse en la correa derecha. Tras años de uso y con el peso que llevaba se partió. Le hice un nudo provisional y tanto que provisional porque se partió otra vez. En fin, primera en la frente nada más empezar.

El avión iba a París y allí teníamos una escala de 5 horas. Cuando hice la reserva era de dos, pero ya sabemos como se las gastan los de las líneas aeroportuarias. Cuando llegamos a la capital francesa vimos por las pantallas que nos habían cambiado de puerta de embarque, en la otra punta de la terminal. Pillamos unos sillones al lado de la puerta de embarque y allí a pasar las horas y yo fundido, ya que llevaba más de 24 horas sin dormir. De repente oímos por los altavoces algo que parece que afecta a nuestro vuelo, de hecho recibo un correo electrónico. El vuelo a Seattle se retrasa una horita… Cuando quedan algo menos de 40 minutos y veo que no hay nadie en la puerta de embarque, empiezo a mosquearme. Me levanto y me da por mirar en una pantalla y veo que han cambiado otra vez la puerta de embarque de nuestro vuelo. Ahora está donde originalmente, en la otra punta, y ya están embarcando. Corro a decírselo a mi sobrino y corriendo por toda la terminal llegamos los últimos, chorreando de sudor y casi perdiendo el vuelo. Menos mal que me dio por mirar de nuevo en las pantallas.

El vuelo a Seattle tuvimos la suerte de que nos colocaron al lado de una puerta, sin asientos delante, lo que para yo estirar mis piernas me viene de lujo. El viaje se hizo eterno y a pesar de estar reventado no me dormía. Estuve mirando posibilidades con los libros que llevaba para los días de mochileo y sustituir el Spider Gap – Buck Creek Pass Loop por otra que vi interesante por la zona denominada White Pass – Pilot Ridge Loop, que no subía tanto (no llegaba a los 2000 metros) y además las zonas altas coincidían con el PCT por lo que el sendero esperaba que estuviera bien cuidado y con gente.

Y llegamos al aeropuerto de Seattle sobre las 15 horas. El control fue rápido, aunque fui uno de los “afortunados” que me llevaron aparte para un control más exhaustivo. Por otro lado, decir que desde el aeropuerto se ve perfectamente Mount Rainier e impresiona semejante mole de casi 4400 metros.

Las oficinas de alquiler coches estaban lejos de la terminal y había que coger un autobús. Nuestra compañía era Budget. No había nadie y nos atendieron rápidamente y con mi inglés cutre salchichero le dije que quería el coche con los bajos más altos dentro del tipo de coche que teníamos. Me dijo sin problemas y que qué me parecía un Toyota 4runner. Le dije que ni idea del coche, así que me mostró una foto y vi un suv grande, casi tirando a todoterreno. Le dijimos que genial. Me habrán dado un upgrade gratis, como me hizo Avis en Canadá cuando me dieron un Jeep Wrangler. Le pregunté para asegurarme un par de veces que no tendría que pagar nada más y me dijo que así era. Y todo felices fuimos a por el coche. Nos pareció un triunfo. Grande, bonito y con los bajos bien altos.

El Toyota 4runner asignado

Salimos del parking y nos paramos un par de veces porque los mapas de Google maps descargados (yo iba sin internet porque sabía que por las montañas por donde íbamos no había cobertura) no me indicaban por donde ir. Hasta que lo hicieron. Nuestro destino era ir más al norte, a la ciudad de Bellingham a una hora y media de distancia. Decir que el aeropuerto está más al sur de Seattle y que al ir nosotros más al norte tuvimos que cruzar la ciudad. Eso hizo que pilláramos varios atascos y que tardáramos más, pero es que cuando la cruzamos, la autovía tenía muchos tramos en obras y muuuuuuchos coches (bueno, camionetas, todoterrenos, chupagasolinas por doquier…pocos utilitarios como los que tenemos por aquí) Vamos que el ritmo era lento, con multitud de paradas y que lo que iba a ser un viaje de hora y media fuera casi del doble.

Hola Seattle

Paramos a mitad de camino en un Cabella’s, una de esas tiendas gigantescas de productos de caza, pesca, camping…. Y todo para comprar spray antiosos que había visto que estaba más barato que en el REI, que es como el Decathlon, para que nos hagamos una idea. El problema es que llegamos a las 18:55 y cerraba a las 19. Fue entrar mi sobrino y yo y nos quedamos flipados con la tienda. Nos hubiéramos tirado un buen rato viéndola, pero no había tiempo. Y al final ni compramos el spray porque el que estaba más barato no quedaba y el otro valía más que en el REI. Así que de vacío y para el REI de Bellingham, que nos pasó casi lo mismo. Estos cerraban a las 20 horas y llegamos justo a esa hora y no nos dejaron entrar. Además teníamos unas cuantas cosas que comprar.

Nuestro hotel era el Bay City Motor Inn Espacioso y más que suficiente para nuestro propósito. 80 USD. De allí salimos para un Fred Meyer a comprar. Botellas de agua de medio litro, de galón, galletas, noodles, pan, una especie de salchicha embutido, café soluble, latas variadas, Pringles, carne y frutos secos, un antiobiótico en crema, colirio para los ojos….También saco 200 dólares en billetes en un cajero del propio super. Tras ello al hotel. Allí, reventado tras día y medio sin dormir, me duché y sin cenar, traté de dormir. Cosa que hice a ratos, de 10 a 12 y de las 2 de la mañana hasta las 5:30, dando vueltas en la cama.

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A pesar del cansancio no dormí bien. A las 6 me levanté y salí de la habitación para llamar por whatsapp a mi mujer y comentarle qué tal fue el viaje. Al fin y al cabo, son las 16 horas en España.

Tras nanear un rato entro y despierto a mi sobrino. Desayunamos, hacemos la maleta y como hasta las 10 no abren el REI, nos vamos de nuevo para el Fred Meyer ya que no me gusta que todas las compras del maletero en el SUV estén a la vista, ya que no tiene tapa. Así que compramos un par de toallas negras para ponerlas por encima y un cubo que nos servirá para llenarlo de agua y asearnos.

A las 10 en punto estamos en el REI y compramos cartuchos de gas para el hornillo, spray antimosquitos deet 100, permethrin – que es un repelente para insectos que puedes echar en ropa y tienda de campaña -el spray antiosos y luego comidas deshidratadas para las rutas de mochileo, que por cierto son bien caras. Salgo con la idea de que algo se me olvida, porque para empezar tenía todo apuntado y no sé donde dejé ayer el papel.

Y ya a coger la Hwy 542 y no soltarla, ya que es la que nos lleva hacia nuestro primer destino, la caseta del Ranger en Glacier.

El camino es poco más de 45 minutos y nos adentra de prados y granjas a una zona cada vez más montañosa. Todo verde y precioso y que incluso nos regala un ciervo por la carretera. Aparcamos en el The Glacier Public Service Center, un pequeño y bonito sitio con un edificio de finales de los años 30, y al que no pudimos entrar por el tema Covid y que tiene un jardín con paneles informativos y un tronco de árbol cortado tamaño XXL. Allí hay un Ranger en la puerta con una mesa y distintos folletos y mapas. Lo primero que hago es comprar un NW Forest Pass, un pase que has de colgar en el coche para poder aparcar en la mayoría de los aparcamientos que se encuentran en las cabeceras de los senderos. 30 USD. Luego pregunto que qué rutas se pueden hacer y nos deja con un ploff. Todas las que salen del final de la carretera está a tope de nieve, Yellow Aster Butte también además de todas las que salen de su carretera. Lo único que medio se puede hacer es Hannegan Pass, Church Mountain hasta las praderas, Goat Mountain y la más accesibles como Nooksack Cirque. Le pregunto, ya que he visto por informes de usuarios de la app Alltrails si se puede hacer Heliotrope Ridge y me dice que sí, que está casi libre de nieve, pero que la carretera sigue cortada y si dejas el coche ahí pues suma sobre 10 millas a la excursión.

Nos montamos en el coche y le digo a mi sobrino que hagamos la de Hannegan Pass, que ya la había pensado como opción. Luego veremos qué hacemos en los tres días siguientes que estamos por la zona.

Tras unos 20 kms más de carretera cogemos un desvío bien señalizado que indica Hannegan Pass. Son 8 kms por una carretera de tierra en un estado irregular, pero tras las que luego hicimos no diríamos que de las peores. En el trailhead aparcamos un poco antes de donde solía estar el aparcamiento, ya que también ha sufrido daños por una avalancha y desprendimiento de la montaña.

Son las 12:15 y la idea primigenia que tenía era ir hasta Hannegan Pass y luego descender y seguir al menos hasta la frontera con el parque nacional de North Cascades. Ya si íbamos bien de tiempo seguir hasta Egg Lake y desde ahí volver, para hacer unos 26,5 kms y 1500 metros de desnivel. Por la hora que era quedaba descartado ir hasta Egg Lake, por lo que el destino era el ir hasta el wilderness camp que había un poco más allá del límite entre Mount Baker Wilderness y el North Cascades National Park, lo que haría una bonita excursión de 16-17 kms.


El tiempo era inmejorable, principalmente soleado y una temperatura magnífica para el excursionismo. Esta no era una de las excursiones primigenias que tenía pensado realizar, pero una vez comenzamos nos quedamos enamorados de ella. Un trayecto precioso por un valle, rodeados de montañas agrestes vomitando agua por todas partes por el deshielo, por un sendero en buen estado con un continuo ascenso pero sin ser apenas duro, salvo ligeramente en su parte final, que por lo menos estábamos protegidos por la cúpula de árboles. A partir de los 1400 metros nos encontramos parches de nieve y algún que otro tramo más nevado, hasta que llegamos al pase situado a algo más de 1550 metros.



Cuando llegamos al pase y miramos a la otra vertiente, supimos que nuestra excursión había finalizado. Aparte de un buen cartel de “Trail Closed” estaba todo nevadísimo. Decidimos probar a subir al pico Hannegan, pero enseguida nos encontramos con mucha nieve donde no se veía sendero alguno y no llevábamos los microcrampones, por lo que resbalábamos. Así que volvemos para el pase y decidimos comer sentados en unos troncos que hay. Pringles y un bocata de la salchicha-salchichón que compramos. Allí hacemos fotos y el idiota, subiendo ladera y deslizándonos.

Hannegan Pass

Sobre las 15:30 volvimos por donde habíamos venido. En la vuelta nos dimos cuenta que mi Katadyn, el filtro estaba hecho una piedra, y no pasaba el agua. Lo dejamos lleno a ver si se reblandecía, porque nos habíamos casi bebido todas las botellas de agua que llevábamos. Por otro lado, seguíamos disfrutando de la belleza del paisaje, ahora con más nubes. No en vano en los próximos días refresca y puede que nos caiga agua. De vez en cuando parábamos a descansar y tomarnos unas chocolatinas. Buf, estoy más cansado de lo que pensaba y la excursión no es para tanto. Caía agua por todos sitios, así que al final de la excursión nos cayó del cielo unas cuantas gotas para que no se diga. Y yo, haciendo una foto fui un patán y se me cayó la cámara compacta y rayé el filtro Hoya que le tenía puesto. Hala, más dinero a la basura. Y hablando de basura, cuando llegamos al trailhead e íbamos a tirar la bolsa con desperdicios que tenía mi sobrino colgada en la mochila vimos que se había rajado y ya no había desperdicios, tuvimos que dejar el camino hecho una porquería. Ains, con lo concienciado que estábamos con lo del Leave no Trace.


Vistas a Ruth Mountain. Empieza a nublarse. Agua por todos lados. El deslizamiento de la montaña que provocó que el parquing no fuera accesible.

Al final unos 13 kms de excursión. Por cierto, no hubo encuentros faunísticos salvo alguna ardilla y tres o cuatro parejas realizando también la excursión.
Ya en el coche disparados para el coche, que son las 18 horas y me acordé que lo que había olvidado en el REI de comprar era jabón ecológico para limpiar los utensilios y para asearnos nosotros, algo fundamental.

En la tiendecilla de Glacier no tienen y me dicen que tendré que ir a Bellingham. Sí, claro. Cogemos el coche y a las afueras del pueblo un par de ciervos pastando. Nos dirigimos a Maple Falls, otro pueblecito algo más grande, a 12 kms de Glacier. Allí en la tienda que está enfrente de Centro de visitantes del Monte Baker, tienen prácticamente de todo, así que apuntadla por si os dirigís a la zona. Allí sí tenían lo que buscaba, un Dr. Bronners que te vale para todo y que con un par de gotas haces maravillas.


Y ya sí para el Douglas Fir Campground, que a lo tonto bien tarde que es. Nada más entrar nos gusta lo que vemos, parcelas dispersas unas de otras, mucha vegetación, el río cerca,… Nuestra reserva es la 13, que viene fijada con un cartelito que pone mis apellidos. Decir que son 30 USD por noche y que este campground sí tiene un anfitrión que vive todo el verano en su caravana. Posee leña en venta por 8 USD y se encarga de limpiar y de controlar a los campistas.

Allí montamos la tienda, metemos las colchonetas y los sacos y vamos a lo que será una experiencia única: llenar el cubo de agua (en este campground había una bomba manual que sacaba agua del río) y asearnos. El agua no es que estuviera fría, sino lo siguiente. Lavarte la cabeza y axilas es una cosa pero cuando pones las partes estás desaparecen cuando le echas esas aguas.

Luego decidimos ir a cenar en Glacier al Chair 9 Pizza & Bar, el garito de la zona, que está a una milla del camping. El problema es que ya es tarde – más de las 10 de la noche - y no ponen cenas, así que lo único que hacemos es coger la contraseña de su wifi y ver qué pasa en el mundo y sobre todo mirar yo la app de Alltrails para ver informes de los senderos de la zona por si hay gente que los ha hecho y dicen qué tal las condiciones. Nos volvemos para el camping y tras picotear cuatro cosas nos acostamos.

Me levanto sobre las 7:30 tras una buena noche de descanso en un día que se ha levantado nublado y con fresquito. Doy un paseo por el camping, que ayer no me dio tiempo a verlo bien. La verdad es que me encanta la vegetación, la tranquilidad, el caudaloso río, el espacio entre campista y campista,… Tras ello llamo a mi sobrino y me hago un café calentito y desayunamos galletas chips ahoy!


Vegetación en el camping. Río

Al final ante la escasez de senderos que podemos hacer hemos decidido realizar el Heliotrope Ridge que era uno de los inicialmente planificados, aunque con el hándicap de tener que andar casi 8 kms por carretera hasta la cabecera del sendero y la vuelta correspondiente.


No estamos muy lejos de donde dejamos al final el coche. Una milla dirección Glacier y luego coger la Forest Road 39 unas 8 millas hasta la cabecera del sendero, pero como esta cortada pues solo fueron 3. Allí hay una hermosa fila de coches aparcados en el lado izquierdo, donde dejamos el nuestro. Son las 10 de la mañana.

Enseguida vemos el por qué está cortada la carretera. Menudo desastre ha hecho el río. Esto va a tardar tiempo y dinero en ser reparado.


Los casi 8 kms de carretera no tiene mucho que decir. Siempre picando para arriba. No en vano partimos a una altitud de 500 metros y la cabecera del sendero se encuentra a algo más de 1100. Aunque puede parecer aburrida, tampoco está nada mal. La vegetación es muy densa, baja agua por las montañas y vemos alguna ardilla. Eso sí, todo el camino con el cielo encapotado y en la parte alta nos metimos en una densa niebla que hacía prever que no íbamos ni a ver el Mt. Baker ni su Coleman Glacier, que es el destino final de la excursión.

Llegamos al cartel de la cabecera del sendero y curiosamente se empieza a despejar un poco el cielo. Un poco más adelante hay un amplio aparcamiento - vacío, claro - con unos servicios y también algunas mesas. Allí vemos a los primeros excursionistas del día, aunque por el material que llevan tienen pinta de ser los que van o tratar de hacer cima o los de ir al glaciar a escalar algunas paredes. Paramos un rato a descansar y tomarnos unas chocolatinas y frutos secos.



Y partimos a lo que es el sendero en sí mismo. Comienza por con una pequeña bajada y llegamos a un puente para cruzar el Grouse Creek. Allí haciéndonos fotos mi sobrino se escorza demasiado y se le cae una de las botellas de agua el caudaloso arroyo. Imposible de cogerla. Seguimos dejando porquería por donde pasamos, ains. Una vez cruzado nos introducimos un bonito bosque por el cual vamos ascendiendo por un bien conservado sendero.


Grouse Creek. Árboles de buen porte caídos

La mayor dificultad que tiene esta excursión es que has de cruzar varios arroyos en cascada sin puentes. Y en esta temporada bajan con fuerza alguno de ellos. Como ya lo sabíamos llevábamos sandalias de senderismo para ponérnoslas para cruzarlos. Hay 5 cruces. El primero que nos encontramos no tenía dificultad alguna y ni nos pusimos las chanclas. Este puede que hasta más avanzada la temporada estuviera sin agua. El segundo fue el que más problemas nos dio, el Kulshan. Veíamos como continuaba el sendero justo enfrente pero el arroyo bajaba con una pendiente fuerte y con bastante agua. Nos pusimos las sandalias y la verdad es que no me encontraba a gusto, lo veía peligroso y justo cuando iba a atreverme vimos llegar un perraco enfrente que en vez de cruzar por donde íbamos se dirigió para arriba, cruzó por otro lado y descendió a nuestra posición haciendo malabarismos. A continuación llegó un grupo con otro perraco que cruzaron por donde anteriormente había pasado el perro. Eso sí, al otro perro lo tuvieron que coger en brazos, no era tan ágil. Nos salvó, fuimos para arriba y vimos que era mucho más sencillo. Además había un mini tronco para no mojarte mucho, pero a mí al final se me fue el pie y madre del amor hermoso qué fría que estaba el agua.


Primer cruce, sin problemas. Kulshan Creek. Mi sobrino comprobando el camino y cruzando

No nos volvimos a poner las zapatillas ya que sabíamos que tendríamos que cruzar más. Empezamos a ascender y ascender, vimos el Kulshan Creek desde otra perspectiva, más arriba. Más adelante había unas indicaciones a unos de los retretes que hay en mitad del campo en algunas rutas. A la vuelta le hicimos una visita. Íbamos dejando atrás el bosque y teniendo vistas. El sendero se divide en dos para los que como nosotros queremos ir a ver el glaciar o los que quieren subir a los 3286 metros del Mt. Baker. Por ahí otro cruce donde nos mojamos los pies, pero sin peligrosidad alguna y luego otra vez. Ya por entonces sabíamos que estábamos cerca de nuestro destino, la cima del Mt. Baker se veía detrás de una loma ¡¡sí, se veía!! Toda la excursión con el temor a que no viéramos al final nada y al final parece que sí gozaríamos de las vistas. Y acercándonos y acercándonos con los chillidos de las marmotas.


Primer vistazo a Mt Baker. Cruzando con estilo. Ya casi estamos

Y llegamos. Sin palabras. Da igual que hayas visto fotos, no es lo mismo. Estuvimos embobados, haciendo fotos, recorriendo la morrena y disfrutando del paisaje, observando cómo se movían las nubes y te abrían nuevos horizontes. Allí comimos un buen bocata de la salchicha-embutido que compramos y unos frutos secos.


Con ustedes: Coleman Glacier. Si os fijais en la segunda foto a la izquierda, en el glacier hay un grupo de personas tratando de escalar. Objetivo logrado. Bocata con vistas

Ahora tocaba la parte mala, que era volver por donde habíamos ido. Llevábamos más de 12 kms, así que 25 en total que haríamos. Nada más empezar el regreso divisamos la marmota que habíamos escuchado. Luego por mitad del descenso las nubes nos rodearon dando un toque de perdidos en el bosque. Una vez que cruzamos Kulshan nos volvimos a poner las zapatillas y ya sin apenas descanso y haciéndose muy pesada la parte de la carretera llegamos al coche.



De allí al campamento, donde nos aseamos y decidimos ir al Chair 9 Pizza & Bar a cenar. Esta vez como llegamos a las 8 de la tarde no hay problemas. Hay muchísima gente, pero tienen muchísimo espacio, así que nos ponen en una mesa de la terraza. Allí pedimos un pizzón gigante que estaba buenísima con una pinta de cerveza y un Sprite.
Aprovechamos la wifi del local para meternos en RRSS y yo ver los informes de otros excursionistas por los diferentes grupos de Facebook y apps como Alltrails y compruebo que no hay posibilidad de hacer la ruta de mochileo ni por la de Spider Gap – Buck Creek ni la que había visto en el avión de White Pass – Pilot Ridge por el tema de la nieve. Así que a improvisar y ya ese día empiezo a sopesar la opción de irnos un par de días a la zona de Mountain Loop Hwy para hacer rutas de día y luego ir a Spider Meadows – Spider Gap y vuelta como ruta de mochileo pero de solo una noche, aprovechando que veo en la app de recreation.gov que hay plazas libres para esos días en Bedal Campground, uno de los campamentos públicos en la Mountain Hwy próximo a las rutas de la zona a las que le he echado el ojo.

Salimos sobre las 21:15 y decidimos hacer la Forest Road 31 el tramo que he leído que tiene asfaltado, unos 12 kms para ver si con suerte vemos algún bicho, ya que está anocheciendo. No tenemos suerte, salvo ver un millón de mosquitos en determinadas zonas a la luz de los faros del Toyota.

De allí para el campground a descansar, cosa que ya hace la mayoría de los campistas.

La noche ha sido pasada por agua, pero afortunadamente cuando nos levantamos solo está nublado, no llueve.

Ante la escasez de posibles senderos realizables que tenemos, me animo por intentar uno de los planificados, el que va a Excelsior Pass desde Damfino Lakes y luego por la alta ladera ir lo más cerca posible hasta Welcome Pass, para disfrutar de las vistas si el tiempo lo permite. Ayer vi en Alltrails algunos informes que decían que, aunque había nieve se podía realizar con bastones y microspikes relativamente bien.


Así que, tras desayunar, parar un poco en el parking del Chair 9 Pizza & Bar para pillar su wifi y leer novedades, nos dirigimos por la Forest Road 31 hasta el final de la misma. Unos 14 kms de la carretera son de grava y está en unas condiciones buenas. En el parking del inicio del sendero hay un aseo-letrina para quien lo necesite. Tras abrigarnos ya que estamos a 1300 metros y el día pinta fresquito, partimos.

En apenas un km de suave ascenso por un bosque llegas a un cruce, nosotros seguimos recto, directos a Damfino Lakes. Justo en el cruce empieza a chispear y al llegar a los lagos aprieta, lo que hace que paremos para sacar los chubasqueros. Un minuto después para de llover y sobra el chubasquero.

Uno de los Damfino

No llevamos ni 2 kms y ya aparece la nieve, cada vez más abundante hasta que todo es nieve y no hay sendero. Nos ponemos los microspikes (ni idea de cómo se denomina en español, yo digo microcrampones) y nos guiamos por las pisadas en la nieve y cuando dudamos de adonde ir, que ocurre algunas veces, cogemos el mapa que tenía descargado en la app de Alltrails y continuamos.

Está claro que, aunque seguimos los pasos de excursionistas anteriores muchos son por donde han pillado, porque nos metemos entre árboles medio enterrados haciendo malabarismos para no escurrir por la pendiente de la ladera. También decir que tuvimos suerte de que estuviera nublado porque se me olvidaron coger las gafas de sol y cuando a éste le dio por aparecer brevemente me dejaron medio ciego.

Llegamos tras un par de kilómetros y medio a un tramo medio llano y el camino fue más llevadero. De hecho, tras un viraje nos metimos por un bosquecillo y al salir de él nos encontramos con bastante menos nieve, apareciendo ya unas vistas más que interesantes.


Tramo medio llano pleno de nieve. Vertiente tras la salida del bosquecillo

Este tramo por la ladera fue muy llevadero hasta que volvimos a pillar zonas nevadas y desde ahí ya no la abandonamos. El sendero era inexistente, enterrado como estaba, así que seguimos siguiendo pisadas o creándolas nosotros, porque cuando llegamos a una zona abierta y miramos el mapa estaba claro a donde dirigirse. El por donde, pues por donde quisiéramos.



Y así llegamos a Excelsior Pass, donde una señal semienterrada daba fe de ello. Como dije la idea era ya caminar desde ahí todo lo posible hasta Welcome Pass, un tramo de 6 kms al que estás casi siempre a unos 1700 metros de altura y que por fotos que había visto tenías siempre unas vistas más que interesantes.

Hicimos muy poco, la otra vertiente de Excelsior Peak estaba mucho menos nevada, pero la visibilidad era prácticamente nula y el pensar en hacer el trayecto por las vistas cuando estas no existían parecía una tontería. Además de que el cielo estaba totalmente cubierto y podría darle por llover en cuanto le diera la gana. Así que bordeamos Excelsior Peak y subimos hasta el mismo y allí mismo comimos.

En Excelsior Peak comiendo, con unas vistas cada vez más desfavorables

Tras comer cometimos el error de no bajar a Excelsior Pass por el mismo tramo por el que habíamos subido al pico, sino que lo hicimos por la vertiente nevada con una ladera plena de nieve y con una inclinación importante. Seguimos unas pisadas, yendo despacio y clavando los pies y haciendo buen uso de los bastones, pero aún así se me fue el pie, fui al suelo y ladera abajo patinando con el culo, al principio casi con risa por la torpeza, pero cuando veía que no paraba y pillaba velocidad me acojoné un poco hasta que me dio por levantar los pies y bajarlos con fuerza clavando los microspikes y frené. Fueron menos de 10 metros abajo, pero el susto lo llevaba en el cuerpo y las yemas de los dedos con escozor, supongo que del deslizamiento y el roce con la nieve me lleve unas microquemaduras.


Ladera por la que acabé deslizándome. Antes y después del suceso.

Tras pasar este tramo y llegar de nuevo a Excelsior Pass ya era volver por donde habíamos venido. Hicimos algo el gamba (somos chicos del sur y la nieve no la vemos mucho) y echamos unas carreras, nos deslizamos tipo tobogán por pendientes sin peligro, y nos perdimos durante el tramo final de nieve ya que no dábamos con el sendero. Acabamos cansadetes de tanto caminar por la nieve y, además, con los culos chorreando.


Sobre las 5:20 de la tarde estábamos ya en el coche. Como quedaba tarde decidimos ir hasta el final de la Hwy 542, a la zona conocida como Heather Meadows y Artist Point, lo más conocido del lugar. Echamos más de una hora en llegar, nos llovió por el camino bien y cuando llegamos no se veía montaña alguna de las nubes que había. Paramos en el parking del final con 4 grados que hacía aprovechando que había parado de llover. Nieve a mansalva e incluso vimos a unos esquiando.


Artist Point

Cogimos de nuevo el coche y volvió a llovernos, pero cuando estábamos ya en el valle ya no llovía y vimos que por aquí no había caído más que cuatro gotas. Antes de llegar al Campground vimos un cartel que ponía Nooksack Falls, decidimos desviarnos a ver qué era. Pillamos un camino de tierra y tras un descenso de menos de un km llegamos a un aparcamiento. Nos acercamos a ver las cascadas y la verdad es que merecen la pena el pequeño desvío. Eso sí las fotos no le hacen justicia ya que había una valla y era difícil hacer una buena toma.

Nooksack Falls

Tras ello decidimos acercarnos a Maple Falls, a la tienda donde compramos el jabón líquido para comprar líquido inflamable para hacer un fueguecillo esta noche en el anillo que dispone la parcela, galletas y sobres de chocolate en polvo que ayer vi y bueno, que mi sobrino no toma café y tiene ganas de desayunar algo diferente al agua.

Una vez en el camping, una higienización con agua helada, hacemos la fogata y cenamos. Nos íbamos a poner a jugar a las cartas, pero empezó a llover y nos metimos en la tienda a dormir.

Último día en la zona. Nos levantamos descansados sobre las 8. Para no desmerecer, está todo nublado y el río tiene una densa neblina flotando sobre las aguas. Miro las excursiones que se pueden hacer por la zona en el libro de Day Hiking North Cascades. Dudamos entre la de Horseshoe Bend, una excursión que parte muy cerca del camping que atraviesa el bosque cerca del río, o una menos conocida, Nooksack Cirque, que también va por el bosque próxima al río al inicio y final pero que acaba en el mismo con posibles vistas al circo glaciar de donde nace el Nooksack River. Nos decantamos por esta segunda. Y luego pensamos en ir de nuevo a Heather Meadows a ver si está despejado y podemos hacernos algunas fotos en Picture Lake con el Mt. Shuksan de fondo.


Antes de partir veo que soy idiota, no creo que nos de la gasolina para tanto trayecto y como no quiero jugármela hay que ir de nuevo a Maple Falls donde había una gasolinera. La cuestión es que llegamos a la gasolinera y está cerrada. Voy a la tienda de ultramarinos donde había comprado estos días y me dice que la más próxima está en Deming, en el cruce de la 542 con la 9, a unos 20 kms. En fin, que para allá y menos mal que fui, porque si no lo hubiera hecho seguro que nos quedamos sin gasofa. Tras ello, cuando pasamos de nuevo por Maple Falls y dado que estaba abierto, decidimos parar en el Mt. Baker visitor center para echarle un ojo. Información sobre la zona y una exposición fotográfica muy bonita. Se ve rápido y no está nada mal. Y ya vamos a por la excursión del día, que se hace tarde. El sendero se encuentra en un desvío al inicio de la Forest Rd 32, la que nos llevaba al sendero del primer día, el de Hannegan Pass. Ese desvío es un camino por el que me extraña que pudieras pasar si viniera otro coche en dirección contraria, bastante estrecho y rodeado de vegetación.

Llegamos al final del camino y allí hay un pequeño aparcamiento, donde solo hay un coche aparcado. Son las 12:20 y tras coger las mochilas nos disponemos a realizar la excursión. Y viene el primer problema, no está nada claro para donde ir. Es lo malo de improvisar, que no llevas preparada la actividad. Lo que leí es que ponía que había que cruzar el río, pero hay un camino que sale a la izquierda y otro a la derecha. Tras echar un vistazo, nos decantamos por el de la izquierda. Andamos unos cien metros y ya está aquí el río. Vale, ¿y por dónde lo cruzamos? Puede que sea a las bravas, pero es que no encuentro el camino de continuación al otro lado del río.

Vale, ya estamos en el río, y ahora para dónde tiramos

Rayados, subiendo como las cabras por un lado para ver si veíamos desde lo alto el camino a seguir y no consiguiéndolo, desistimos y nos volvemos al aparcamiento. Allí vemos que ha venido una familia y aprovechándolo les pregunto si saben por donde es el camino. Me dice que no es por la izquierda, sino por el camino de la derecha y luego seguir un poco río abajo hasta poder cruzarlo. Ah, vale. Hacemos eso y tras andar unos cien metros por la orilla vemos un pedazo de tronco-puente que te lleva al otro lado. Aaamigooo.

Problema resuelto

Llegamos al otro lado y el camino está claro. Y es precioso, un bosque lluvioso con helechos y musgos colgante por doquier. Tras casi un kilómetro llegamos a un punto donde se encuentra un registro del sendero, una construcción en madera con papeles y lápices para que cada excursionista se registre. A partir de ahí un camino estrecho pero claro, a veces comido por la vegetación exuberante, apto para toda la familia por su escaso desnivel. Muy bonito y solitario. La parte final tenía alguna dificultad mayor debido a zonas fangosas y árboles caídos y también era un bosque con árboles con mucho más porte (más o menos desde que entras en Mt. Baker Wilderness), pero el sendero no tiene pérdida hasta donde la mayoría finaliza el mismo que es cuando alcanzas el río.



Llegamos al río casi a las 14:30, así que tras algunas fotos nos pusimos a hacernos la comida, unos ramen y carne seca. Comiendo vimos una elk cruzando el río más arriba.
Como divisábamos que las nubes parecían que querían irse y no teníamos prisa, estuvimos un buen rato, a ver si subían lo suficiente para ver la montaña de enfrente, Icy Peak. Al final decidimos intentar ir río arriba para ver si llegábamos al desvío a la derecha que nos mostraría el Nooksack Cirque del Mt. Shuksan. Para ello tendríamos que cruzar una de las “ramas” del río y seguir por el centro del cauce, en las barras de grava.

Cruzando por encima de un abeto caído

Lo vivimos como una pequeña aventura y tuvimos otros cuatro cruces de río que se podían solventar de piedra en piedra, pero llegamos a un punto donde había que mojarse bien y nos dimos la vuelta tras haber andado algo más de medio kilómetro por el cauce y poder ver mejor Icy Peak. No llegamos a ver el circo glaciar.


De piedra en piedra. Y hasta aquí hemos llegado

Si creíamos que ya habíamos vivido la aventura nos equivocamos. Para empezar en uno de los cruces piedra a piedra se me fue el pie y lo metí hasta el fondo y, sobre todo, cuando solo nos faltaba cruzar por el abeto tuvimos un fallo. Lanzamos antes los bastones al otro lado ya que íbamos a necesitar las manos para cruzar por la pícea y sujetarnos a sus ramas, pero el último bastón en el lanzamiento se enganchó y cayó al río y se iba rápido por la corriente. Salimos corriendo a por él. Me pegué un cepazo, sin consecuencias todo sea dicho, al pisar mal uno de los cantos rodados y mi sobrino se lanzó sobre el tronco del abeto para ver si podía enganchar el bastón cuando pasara por abajo, cosa que no pudo. Como no había solución me metí en el río, para coger el bastón y el agua a medio muslo y entonces veo el spray antiosos que llevaba en uno de los bolsillos laterales de la mochila mi sobrino, flotando también río abajo. Lo cogí también. Por lo visto al tirarse encima del abeto se tuvo que caer. La gracia fue cuando mi sobrino se echó la mano al bolsillo y no tenía el móvil. Miramos justo debajo del abeto y ahí estaba “ahogado”. Ya os adelanto que a pesar de los cuidados que le dimos murió unos días después.

La vuelta no tiene historia porque es por el mismo camino. Llegamos al coche a las 18 horas y nos dirigimos a Heather Meadows. Llegamos sobre las 18:30 y dimos la vuelta a Picture Lake, ya que hoy sí se veía Mt. Shuksan y sus casi 2800 metros de altitud. La verdad es que la zona está muy bien. Lástima de que las aguas no estuvieran totalmente calmadas para conseguir un bonito reflejo.



Subimos hasta Artist Point donde aparcamos y nos metimos en la nieve para andar un poquito por ella. No se veía sendero alguno porque estaban totalmente enterrados, pero caminamos por la zona y tuvimos la suerte en que en un momento el Mt. Baker se dejó medio ver tras las nubes que nos lo querían poner difícil. Allí tras una batalla a bolazos de nieve con mi sobrino que me voló la cabeza, nos fuimos para el coche para pasar nuestra última noche en el maravilloso campground de Douglas Fir.

Hola Mount Baker

En el campamento hicimos una bonita fogata para despedirnos.

La zona me parece preciosa y llena de posibilidades. Para empezar el campamento es ideal y está muy bien situado para hacer las diferentes excursiones. Además, está cerca – 1 milla o menos – del Chair 9 Pizza & Bar, el bar-restaurante que hay (y que está muy bien) y la fuente de wifi ya que no hay cobertura por la zona.

Este año el hándicap ha sido las fuertes nevadas que han imposibilitado en estas fechas realizar las excursiones más conocidas y aún así he disfrutado muchísimo de las que hemos hecho y de sus paisajes, a pesar de que tampoco el tiempo no ha sido el mejor posible. Eso sí poca fauna.

Estoy seguro que volveré tarde o temprano, este Estado tiene mucho que ofrecer para los amantes del excursionismo.

👉 Ver Etapa: Pateando Mount Baker del 15 al 18/07/2022 ⏫ Volver arriba Compartir:

A las 8 ya estábamos en pie, tomando nuestro último desayuno. El día se había levantado espléndido, dejando atrás las bajas temperaturas y los días nublados.

Desayunando en Douglas Fir Campground

Según la planificación hoy nos dirigiríamos hasta Trinity Trailhead en Glacier Peak Wilderness, al norte de la ciudad de Leavenworth, para iniciar nuestra ruta de mochileo de 4 días y 3 noches. Pero ya sabemos que eso no ha sido posible, así que nos vamos a dirigir a la zona conocida como Mountain Loop Hwy, una carretera que conecta las comunidades de Darrington y Granite Falls. Nuestro destino Bedal Campground, campamento que ví con plazas libres pero que ya no se puede reservar plaza online, habrá que hacerlo insitu.


Tras desayunar recogemos todo y nos despedimos del lugar, con el pensamiento de que tendría que volver otro verano, más entrado en julio o en agosto, eso sí.

La primera parada para pillar wifi y ver mensajes recibidos en el Chair 9. Tras ello paramos en Deming a llenar el depósito de gasolina y comprar víveres. Y ya del tirón al lugar de destino, a unas 2 horas. El viaje sin novedad, hasta que pasado Darrington, y ya en la Mountain Loop Hwy, comprobamos en nuestras carnes que lo de Highway no se puede traducir literalmente como autopista. No en el sentido de que en la mayoría de los casos es una simple carretera de doble sentido, sino como nos pasó, es que de repente desapareció el asfalto y se convirtió en una carretera de tierra con un firme no irregular, sino directamente rompe bajos. Menudo frenazo que pegué cuando ví que me quedaba sin asfalto. El tramo de “Hwy” de tierra fue un tostón a velocidad tortuga y haciendo eses tratando de evitar los potholes – hoyos – que poblaban dicho tramo.

Llegamos a Bedal Campground. Dimos una vuelta por todo el campamento con el coche para ver si había algún sitio libre, pero en todos ponían el cartelito rojo de reservado. La cuestión es que en muchos ni había coches ni tienda ni ná de ná, así que paramos en la entrada con la mosca detrás de la oreja y fui andando a ver. Lo que leí es que ponían las reservas, pero no para ese día sino qué días estaba reservado para los próximos 10. Así que en los que no ponían nada para hoy 19 y mañana 20 podríamos cogerlo. Nos quedamos la parcela 11. Aparcamos, montamos la tienda y metimos colchonetas y sacos y fui a la entrada al panel informativo a ver cómo reservaba el lugar in situ.

Leí que por noche eran 21 dólares, a pagar en efectivo y que había que coger un sobre de los que disponían y meter el dinero. En el anverso ponías tus datos y la parcela ocupada y en la lengüeta del sobre más o menos lo mismo. El procedimiento correcto es cerrar el sobre con el dinero y luego cortar la lengüeta y te lo quedas como resguardo para ponerlo en el número de la parcela pillado con unas pinzas que poseen todos los sitios. Y tras ello meter el sobre un buzón que hay al lado del panel informativo. Digo que ese es el procedimiento porque echamos el sobre al buzón sin haber recortado la lengüeta. Y claro, no tienes prueba de que la parcela ocupada la has reservado. Tampoco me preocupó mucho al haber más parcelas libres y si al final viniera algún encargado con ver que el sobre estaba en el buzón no creo que hubiera problemas. Por cierto, no había en este camping hospedador.

Bedal Campground

Decir que la zona es bonita, pero más seca que donde habíamos estado. Todas las parcelas tenían su propio armario metálico antiosos. Tras comer allí, fui al río Sauk a verlo y realizar limpieza de utensilios y comprobé que desde este campamento salían muchos rafteros ya que una de las actividades que se realiza por la zona es el rafting.
Cogimos el coche para dirigirnos al inicio del sendero que tenía pensado realizar hoy, el Goat Lake. Por el camino, que va siempre cerca del río, comprobamos que en muchos de los claros había gente con la tienda de campaña montada o con su camper. Hay que recordar que está permitido acampar por todos lados. De hecho, si no hubiéramos pillado parcela podríamos haber optado por buscar sitio por aquí.


En el aparcamiento había un par de decenas de coches y tras colgarnos las mochilas partimos. El sendero no tiene ciencia. Cuando llevas una milla andando por el bosque existe una bifurcación que te llevan al mismo sitio, pero que para que el tramo de vuelta no fuera exactamente igual, nosotros decidimos ir por la parte superior en la ida. Esta parte sin duda, como comprobamos al volver, es más sosa que la parte inferior que va más próximo en gran parte al río, pero es más solitaria. Los árboles son abundantes, pero para nada reseñables y no hay vistas.


Bifurcación y en la parte final del tramo superior

Cuando se volvieron a unir los caminos y nos introducimos en el Henry M. Jackson Wilderness, el bosque cambio a mejor, con unos árboles de un porte superlativo.


Un poco más de una milla después, llegó el único tramo duro que nosotros lo hicimos aún más, al perder el camino principal y el ir por uno de las decenas de caminitos que había que subían la ladera de la montaña y que llevaba hasta al lago.

Una vez alcanzado el lago, donde había un camping y bastante gente, fuimos bordeándolo hasta que encontramos un buen sitio para parar, tomarnos un descanso y comer algo, mientras hacíamos unas fotos al lago con Cadet Peak de fondo.


Tras descansar decidimos seguir bordeándolo. Se nos cruzó una serpiente y luego llegamos a una zona donde la vegetación nos comía y nos llegaba hasta las axilas. Llegados a un determinado punto decidimos tomar las últimas fotos y empezar con el regreso.


Regresando se nos cruzó otra serpiente, esta vez algo más grande y una vez dejado el borde del lago vimos claramente el camino que descendía y que nosotros habíamos perdido. Paramos donde las aguas del lago conformaban el Elliot Creek en forma de cascada y seguimos nuestro camino dirección al inicio del sendero.


Cuando alcanzamos el cruce y continuamos por el sendero bajo comprobamos que este era mucho más chulo que el anterior, eso sí, aunque predominaba la cuesta abajo había más vaivenes.


Y llegamos al momento donde volvimos a tener un incidente. En una parte del sendero que vi chula, que se encontraba con el caudaloso Elliot Creek unos cinco metros a nuestros pies, haciendo una foto a mi sobrino, al tratar de colocar la cámara de nuevo en la correa de mi mochila (llevaba un sistema de fijación de click tipo Peak Design) no lo coloqué bien, solté la cámara, esta cayó al suelo y del bote que dio se coló por un agujero del tamaño de un balón de fútbol que había y de ahí dando botes hasta el arroyo. El nooooo que grité sonó como cuando Luke Skywalker se entera de que su padre es Vader. Me asomé y vi que la cámara no había ido corriente abajo, sino que estaba bajo agua en una esquina protegida de la corriente por grandes rocas. Miré por un lado para ver si podía bajar, pero imposible, luego miré más adelante y vi una pequeña posibilidad de bajar aprovechando unos troncos caídos al arroyo, pero resultaba peligrosa por la caída y porque el arroyo iba con mucha agua y estaba lleno de rocas.

La última foto. De ahí al arroyo

No tenía muchas esperanzas de que la cámara, una Canon 700D y el objetivo de la misma marca 10-22 mm, hubiera sobrevivido, pero me carcomía la tarjeta de memoria, con todas las fotos que había hecho del viaje y que muy tonto de mí no había trasladado aún al portátil que me había traído solo para eso.

Me colgué del árbol, lo bordeé y fui poniendo los pies donde podía, agarrándome con las manos a donde pillaba. Al final llegué a la orilla y a la cámara. La rescaté. A simple vista no parecía muy dañada, el parasol había protegido lo suyo y se había partido y la batería se había salido. No me acordé de coger la tapa de la batería. Empecé el ascenso y llegué al sendero sabiendo que me la había jugado.

El resto del camino no tuvo historia. Saqué la tarjeta de memoria y lo metí en el paquete de arroz que habíamos comprado para meter el móvil de mi sobrino en el cereal por si era posible secarlo y que funcionara.

En el campamento la rutina después de un día por los bosques. Higiene con un agua menos helada, todo sea dicho, fogata ambiental y a zampar lo que pilláramos.

Tras el desayuno de rigor, saco la tarjeta del arroz, la introduzco en el portátil y con un respiro compruebo que funciona y las fotos se ven. Las copio en la computadora y pagamos la parcela, pero ya como debía de ser. Nos ponemos en marcha en dirección al aparcamiento del sendero que hoy íbamos a realizar, el Perry Creek. El mismo está a unos 15 kms de distancia, pero a media hora en coche. La primera mitad por la carretera no asfaltada y una vez llegados a Barlow Pass, vuelve el asfalto a la Mountain Loop Hwy. Por el tramo de tierra y hoyos vimos a una cierva y sus crías tranquilamente por el camino y también pasamos por una bonita zona con Twin Peaks de fondo.


Una vez aparcado el coche en el amplísimo aparcamiento (desde aquí, además del sendero que nosotros íbamos a realizar parte también el que te lleva a Mt. Dickerman) nos introducimos por un sendero dentro de un bosque antiguo que va ganando poco a poco altitud. Posteriormente se une a una antigua carretera forestal y ya giramos dirección noreste, saliendo del bosque y ganando altura cruzando un sendero más estrecho, más rocoso, más incómodo, con unos cuantos canchales y con el Perry Creek oyéndose en el fondo.


Estamos metiéndonos en el valle por una de las escarpadas laderas de Mt. Dickerman con la montaña Big Four a nuestra espalda. El paisaje es realmente bonito, cayendo de la ladera de enfrente agua por doquier.


Pasados los 5 kms llegamos a la altura de Perry Creek que cae en una estruendosa cascada que no es bien apreciada desde nuestra posición. Descansamos un poco y seguimos más adelante y tenemos que cruzarlo. Apenas nos mojamos los pies, ya que la parte más caudalosa la puedes salvar con un tronco-puente.

Perry Creek

Y a partir de aquí viene lo duro. Al principio no demasiado ya que vas subiendo la ladera por unas llevaderas curvas en zig-zag, pero llegado a un determinado punto la pendiente se pone más que seria y el terreno está con raíces. Hace calor y aunque estamos inmersos en un bosque de grandes cedros y abetos que dan sombra, tenemos que hacer varias paradas a reponer fuerzas y beber líquidos.

Vemos que estamos llegando al final de la ladera y hacemos un último esfuerzo. Justo casi arriba aparece la nieve. Y llegamos a nuestro objetivo, que son las praderas de lo alto que ya os digo que estaban repletas de nieve. Eso sí, las vistas desde las mismas son increíbles: Mt. Baker, Glacier Peak (3214 m) Kennedy Peak (2518 m) Sloan Peak (2388 m) Big Four y multitud más.



El camino seguía hasta los más de 1800 metros del Mt. Forgotten, que lo teníamos enfrente, pero iniciamos el camino por una bajada vertical que debías usar las manos por unas rocas totalmente mojadas y luego ibas por un sendero de 20 cm con una caída por la ladera sin fin. Llegamos hasta una roca que hacía de mirador con la idea de comer ahí, pero cuando me subí y ví la hostia que había a ambos lados mi vértigo fue superior a mí y le dije a mi sobrino de volver tras hacer unas fotos. El camino por el que habíamos ido hasta el mirador fue una odisea. El vértigo ya había salido y solo veía una muerte segura en el pequeño tramo que nos devolvía a las nevadas praderas. Cuando tuve los pies puestos en ellas pude respirar.


El caminito al mirador no se aprecia bien en la foto, pero es peligroso. Vistas a derecha e izquierda desde el mirador, donde destacan el nevado Glacier Peak y Mt. Forgotten más próximo y luego, en la tercera foto, en la lejanía solitario se ve Mt. Baker y los casi 2000 metros del reconocible Three Fingers más a la izquierda

Bajo unos cedros comimos y estuvimos naneado un rato, paseando para arriba y para abajo hasta que decidimos regresar.



El camino de vuelta fue el mismo por el que había ido y si creíamos que no habría el incidente diario pues estábamos equivocados. Bajando por la ladera me distraje un momento mirando el paisaje y tropecé con una raíz que hizo que sacara el pie del sendero y se fuera por la pendiente y yo, claro está al suelo. En principio no le dí importancia, pero luego empecé a notar molestias en el tobillo derecho, sobre todo cuando se me giraba algo para dentro si pisaba una piedra o ponía el pie en una posición no plana. Y bueno, si recordáis una vez cruzamos el Perry Creek el sendero era más rocoso y fue un poco suplicio.

Volviendo por el bosque de cedros y abetos

Un poco antes de llegar al coche mi sobrino dio un bote porque estuvo a punto de pisar una serpiente que se le cruzó y sin más llegamos al aparcamiento, bastante cansados y en mi caso dolorido.

Una vez en el campamento, lo mismo de siempre, sumando un buen ibuprofeno. Mañana empezaríamos nuestra pequeña aventura de backpacking.

👉 Ver Etapa: Pateando Mountain Loop Hwy el 19 y 20/07/2022 ⏫ Volver arriba Compartir: